Espa?a pedir¨¢ a Bruselas la pr¨®rroga de la excepci¨®n ib¨¦rica m¨¢s all¨¢ del 31 de diciembre
La decisi¨®n depende de que los Veintisiete extiendan el marco de medidas de emergencia por la guerra en Ucrania
Todo, absolutamente todo, sigue a la espera de la investidura. Pero algunas inc¨®gnitas energ¨¦ticas empiezan a pasar al terreno de las certezas: el futuro Ejecutivo de Pedro S¨¢nchez pedir¨¢ la pr¨®rroga a Bruselas de la excepci¨®n ib¨¦rica m¨¢s all¨¢ del 31 de diciembre, seg¨²n las fuentes consultadas por este diario. Antes, sin embargo, el Consejo Europeo tendr¨¢ que dar su visto bueno ¡ªprevisiblemente, a finales de ese mes, y previo an¨¢lisis de la Comisi¨®n¡ª a la prolongaci¨®n del marco de medidas emergencia a ra¨ªz de la invasi¨®n rusa de Ucrania, en el que est¨¢ enmarcada esta medida extraordinaria. Algo que Espa?a, que apura los ¨²ltimos compases de la presidencia rotatoria, apoya con rotundidad.
El mecanismo ib¨¦rico, tambi¨¦n conocido como tope al gas, lleva inactivo desde finales de febrero por una doble combinaci¨®n de factores: la fuerte bajada del precio de este combustible en el mercado mayorista y, m¨¢s recientemente, la paulatina subida del umbral de precios del gas a partir del cual entra en vigor. La excepci¨®n ib¨¦rica, por tanto, no tiene nada que ver con el reciente abaratamiento de la luz, guiado ¨²nica y exclusivamente por la alt¨ªsima generaci¨®n renovable. Sobre todo, e¨®lica.
Las autoridades espa?olas, sin embargo, no quieren renunciar a una herramienta que creen que podr¨ªa ser muy ¨²til si la cotizaci¨®n de este combustible vuelve a escalar, en especial tras el nerviosismo desatado por la guerra entre Israel y Ham¨¢s. Una posibilidad que no es ni mucho menos segura, pero que, con dos conflictos b¨¦licos abiertos a las puertas de la UE y una creciente dependencia del GNL (el gas que viaja por barco y cuyo comportamiento es mucho m¨¢s vol¨¢til), tampoco nadie se atreve a descartar.
Si el mes que viene el Consejo da luz verde a la pr¨®rroga del paquete de medidas de emergencia para aliviar las consecuencias sociales y econ¨®micas de la crisis energ¨¦tica, las autoridades espa?olas transmitir¨¢n a Bruselas su intenci¨®n de dar continuidad a un esquema que ¡ªseg¨²n sus c¨¢lculos¡ª ha permitido a los consumidores un ahorro de 5.000 millones de euros en el medio a?o largo en el que estuvo activa. Ser¨¢, entonces, cuando eche a andar la negociaci¨®n expr¨¦s entre las tres partes implicadas: Madrid, Lisboa y la Comisi¨®n Europea, a quien corresponde la ¨²ltima palabra.
Fuentes del Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica y el Reto Demogr¨¢fico subrayan que el mecanismo ¡ªque califican de ¡°escudo protector¡±¡ª ha ¡°estabilizado los mercados de futuros de la electricidad, reducido las facturas el¨¦ctricas de los consumidores y beneficiado al resto de la econom¨ªa, especialmente conteniendo la inflaci¨®n¡±. Aunque no se aplique desde febrero, enfatizan, ¡°sigue actuando como un seguro frente a unos picos de precios que, afortunadamente, no se est¨¢n registrando¡±. La intenci¨®n del Gobierno es, por tanto, garantizarse la continuidad de este potente cortafuegos del que carecen el resto de Estados miembros, salvo Portugal.
Los c¨¢lculos oficiales apuntan a un descenso medio del 18% en el mercado mayorista desde el primer d¨ªa que se aplic¨® la excepci¨®n, el 14 de junio de 2022. El m¨¢ximo ahorro respecto al precio que habr¨ªa resultado sin el tope al gas se dio en diciembre del a?o pasado, cuando rond¨® el 36%. El impacto tambi¨¦n se traslad¨® a la esfera de la macroeconom¨ªa: seg¨²n los datos del Banco de Espa?a, en 2022 redujo el a?o pasado la inflaci¨®n en cinco d¨¦cimas y permiti¨® a Espa?a desligarse del resto de grandes pa¨ªses europeos.
En Bruselas, no falta quien ve l¨®gico que Espa?a y Portugal den el paso de pedir una pr¨®rroga. Algunos observadores cercanos de esta medida son conscientes de que ha funcionado pese a los recelos iniciales. Ser¨ªa, dicen, una suerte de ¡°por si acaso¡±, para evitar que ¡ªen un entorno de gran incertidumbre geopol¨ªtica¡ª una potencial nueva escalada del gas se transmitiese directamente al mercado el¨¦ctrico, informa Manuel V. G¨®mez. No lo ven, pues, con malos ojos. Pero tendr¨¢n que estudiar los detalles.
El mecanismo ya se prorrog¨® una vez, a finales de abril, para que su ¨¢mbito de aplicaci¨®n llegase hasta finales de 2023. Entonces, sin embargo, el Ejecutivo comunitario fij¨® un calendario de subidas en su umbral de activaci¨®n: ha ido aumentando desde los 40 euros por megavatio hora (MWh) iniciales en el mercado ib¨¦rico del gas, hasta los casi 64 euros actuales y los 65 del mes que viene. Hoy, este combustible cotiza en menos de 35 euros, por lo que su activaci¨®n sigue siendo lejana.
En su d¨ªa, para recibir la autorizaci¨®n de Bruselas, los dos pa¨ªses ib¨¦ricos alegaron ¡ªante todo¡ª su aislamiento energ¨¦tico respecto al resto del continente. ¡°La pen¨ªnsula Ib¨¦rica tiene una situaci¨®n muy espec¨ªfica¡±, afirm¨® la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, en marzo del a?o pasado, cuando dio la luz verde a la creaci¨®n de esta excepci¨®n. ¡°Tienen un alto porcentaje de renovables, y eso est¨¢ muy bien, pero muy pocas interconexiones. Por eso estamos de acuerdo en este tratamiento especial¡±. En un momento dado, el oto?o pasado, el Ejecutivo comunitario lleg¨® a sopesar la extensi¨®n de la medida al resto de Estados miembros, una idea que finalmente se desech¨® pese a los buenos resultados en Espa?a y Portugal.
Hace 10 d¨ªas, la vicepresidenta tercera y ministra para la Transici¨®n Ecol¨®gica, Teresa Ribera, se mostr¨® abiertamente favorable a prorrogar el paquete de emergencia con el que los Veintisiete han hecho frente a las consecuencias econ¨®micas de la guerra, y que es el paraguas legal en el que se inscribe la excepci¨®n ib¨¦rica. ¡°Mi inclinaci¨®n natural es que, dado que no han generado distorsiones y han funcionado bien, todas las medidas habilitadas hasta la fecha se extiendan hasta cuando sea necesario¡±, desliz¨® en el Parlamento Europeo. Eliminarlas, a?adi¨®, ¡°ser¨ªa una se?al a los mercados de la que podr¨ªamos arrepentirnos¡±.
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