La generaci¨®n que no puede comprar vivienda
Los precios del alquiler y la precariedad laboral dificultan que muchas personas de entre 30 y 45 a?os se conviertan en propietarios. El porcentaje de j¨®venes con casa propia se ha desplomado desde 2008
El porcentaje de j¨®venes propietarios se ha desplomado en Espa?a en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas. El precio desenfrenado de los alquileres y la precariedad laboral dificultan el ahorro y comprar una casa se ha convertido en inalcanzable. Tienen m¨¢s de 30 a?os, incluso rondan o superan la cuarentena, trabajan, viven en grandes capitales y tienen ingresos razonables, pero insuficientes para poder adquirir una vivienda. El alquiler, casi siempre compartido, es su ¨²nico salvavidas y, aunque sue?en con convertirse en propietarios alg¨²n d¨ªa, la realidad es tozuda.
Con su edad y con el poco margen para ahorrar que les deja el alquiler ¡ªel 40,9% de los alquilados espa?oles destinan un 40% o m¨¢s de sus ingresos al pago de la renta, seg¨²n Eurostat¡ª parece poco probable que lo logren. ¡°Los indicadores de precariedad llevan a?os en aumento y esto se traduce en muchos ¨¢mbitos de la vida de los j¨®venes, pero sobre todo en la vivienda¡±, sintetiza Jordi Bosch, arquitecto, profesor de la Universidad Polit¨¦cnica de Catalu?a y experto en vivienda social. En 15 a?os, los porcentajes de j¨®venes con vivienda propia se han desplomado.
Los datos del Banco de Espa?a lo reflejan claramente: en 2008, los hogares con un cabeza de familia menor de 35 a?os que viv¨ªan en un inmueble de su propiedad superaban el 64%. El ¨²ltimo dato disponible, de 2020, era del 36%. Aunque la proporci¨®n de propietarios ha ca¨ªdo en todos los grupos de edad desde la primera d¨¦cada del siglo, las mayores reducciones se registran precisamente entre los menores de 35 a?os, seguidos de los que tienen de 35 a 44 a?os.
Otra manera de verlo es a trav¨¦s de la edad de emancipaci¨®n. De las m¨¢s altas de Europa, seg¨²n Eurostat, llevaba d¨¦cadas estancada cerca de los 30 a?os hasta que en 2022 se super¨® esa barrera. En el abandono de la casa de los padres influyen factores econ¨®micos, sociol¨®gicos y culturales. Pero los expertos destacan la accesibilidad a la vivienda como uno de los condicionantes m¨¢s poderosos, si no el principal.
Independizada desde los 24 a?os, Marta Fern¨¢ndez siempre ha compartido piso. Ahora ha conseguido alquilar en solitario un peque?o estudio de 35 metros en Chamber¨ª: ¡°Pago 670,80 euros al mes porque no est¨¢ reformado; si no, me costar¨ªa 900¡å. Es un primer piso y solo tiene una ventana. ¡°Si el casero me subiera a 800 euros, tendr¨ªa que volver a compartir¡±.
Esta malague?a, de 32 a?os, que trabaja en el departamento de recursos humanos de una gran empresa de restauraci¨®n en Madrid, no esconde su deseo. ¡°Me encantar¨ªa poder comprar una vivienda¡±. Y pone empe?o: mira los anuncios de pisos de los portales inmobiliarios tres o cuatro veces al mes. Pero ve un problema insalvable: ¡°Podr¨ªa meterme en una hipoteca porque es m¨¢s o menos el precio del alquiler, pero la entrada es impensable¡±. Ha echado cuentas y sabe que tendr¨ªa que ahorrar entre 40.000 y 50.000 euros para hacer frente a ese gasto, que supone m¨¢s del 20% del valor del piso.
Ahora que le han subido el sueldo y gana 1.600 euros al mes, se ve con mayor capacidad de empezar a hacer hucha: ¡°Si me sobran 200 euros los ahorro¡±. Pero a ese ritmo necesitar¨ªa m¨¢s de 16 a?os para acumular la entrada. Por esto, cree que el mundo no est¨¢ hecho para personas solteras, sobre todo a la hora de comprar vivienda y los gastos a medias. ¡°O asciendo en el trabajo o me toca la loter¨ªa o me echo pareja¡±, bromea.
Para casos como el suyo, el Gobierno y algunas comunidades aut¨®nomas han puesto en marcha programas de ayuda. La idea es que el 20% de valor de la casa que no cubre habitualmente el banco con hipoteca pueda obtenerse en cr¨¦ditos con aval p¨²blico y condiciones ventajosas, una idea copiada fundamentalmente del Reino Unido, donde existe un programa gubernamental conocido como help to buy (ayuda para comprar). Pero, por edad, puesto que las condiciones fijan normalmente un tope de 35 a?os, muchos otros no podr¨¢n beneficiarse.
¡°Un joven que en 2008 no hubiera salido de casa y se quedase sin empleo, ahora tiene 45 a?os y seguramente tampoco haya podido comprar¡±, ilustra Jos¨¦ Garc¨ªa Montalvo, catedr¨¢tico en la Universidad Pompeu Fabra, quien sit¨²a el inicio de la actual crisis de accesibilidad a la vivienda precisamente en el estallido de la burbuja inmobiliaria y el inicio de la Gran Recesi¨®n.
El economista describe que Espa?a est¨¢ transitando de un modelo muy basado en la propiedad a otro m¨¢s equilibrado, en el que tiene sentido que el arrendamiento predomine a determinadas edades. El problema, a?ade, es que ¡°todo el palo se lo llevan los mismos¡±. El perfil de los m¨¢s perjudicados es el de una persona en torno a 40 a?os que vive en una ciudad grande. ¡°No tienen casa ni esperan tenerla, y encima viven con unos alquileres muy caros que les impiden ahorrar; la situaci¨®n es dram¨¢tica¡±, se?ala.
Un drama que conoce bien Oliver Garc¨ªa, de 43 a?os, que ha llegado a la conclusi¨®n de que en las grandes capitales no hay calidad de vida ni de vivienda. Ha decidido mudarse a alg¨²n pueblo de la Espa?a vaciada en el plazo de dos a?os. ¡°Se vive bien y es asequible, por 200 o 300 euros al mes se puede alquilar¡±, argumenta. No conoce otra cosa que compartir piso, pero est¨¢ harto: ¡°No quiero vivir en una ratonera con personas que no conozco¡±. Compara las hipotecas y los precios de la vivienda con una tumba. ¡°Se ha disparado todo. Para encontrar algo asequible hay que alejarse 100 kil¨®metros¡±, subraya Garc¨ªa, quien actualmente reside en una casita de ladrillo ilegal hecha con sus propias manos en un municipio del sur de la Comunidad de Madrid.
Para Josep Oliver, catedr¨¢tico em¨¦rito de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, es razonable que este colectivo tenga el deseo de comprar una vivienda. En Espa?a, aduce, se ha incentivado la propiedad durante d¨¦cadas ¡ª el 80% de la poblaci¨®n es due?a de su vivienda y el 16% restante vive de alquiler¡ª con medidas como la desgravaci¨®n por compra de vivienda, que elimin¨® definitivamente el Gobierno de Mariano Rajoy en 2012. Adem¨¢s, los espa?oles ven la vivienda como un complemento esencial de la pensi¨®n.
De hecho, las encuestas que peri¨®dicamente realiza el portal inmobiliario Fotocasa revelan un incremento del apetito de compra. Pero las circunstancias no juegan a favor. Seg¨²n su ¨²ltimo informe, publicado esta misma semana, a las dos principales causas que desincentivan la propiedad (un 41% de los menores de 35 a?os que viven de alquiler alegan razones econ¨®micas para no comprar y un 36% motivos de movilidad laboral), se ha sumado con fuerza una tercera: la creencia de que los precios acabar¨¢n bajando (23%).
El sector inmobiliario experiment¨® un auge en 2022, el mejor ejercicio en 15 a?os, pero en este 2023 tanto las compraventas como la concesi¨®n de hipotecas (m¨¢s caras por la subida de tipos) se est¨¢n retrayendo. Y mientras muchos j¨®venes esperan a que el mercado se recoloque, a Josep Oliver le preocupa si este grupo de poblaci¨®n podr¨¢ seguir pagando el alquiler cuando se jubile. ¡°A partir de los 50 a?os empeora la accesibilidad a la vivienda¡±, dice.
Una inquietud que expresa Sergio, de 37 a?os: ¡°Lo que no quiero es seguir pagando un alquiler porque no s¨¦ qu¨¦ pensi¨®n me va a quedar el d¨ªa de ma?ana¡±. Este t¨¦cnico en emergencias gana 1.300 euros al mes y comparte piso en el distrito de Usera (Madrid) con otras dos personas. Paga 300 euros, pero cada vez puede ahorrar menos. ¡°Es bastante frustrante. Seg¨²n voy cumpliendo a?os, el objetivo de comprar es cada vez m¨¢s dif¨ªcil¡±, se queja. Adem¨¢s, la inflaci¨®n se est¨¢ cebando con su econom¨ªa: ¡°Es como ir en bicicleta est¨¢tica y querer llegar a la monta?a¡±.
M¨¢s alquiler, menos propiedad
El futuro no parece ser propicio para todos los j¨®venes que desean comprar porque, adem¨¢s, las pol¨ªticas p¨²blicas miran al alquiler asequible y social. Pero el parque social y asequible espa?ol, que podr¨ªa ayudar a paliar estas situaciones, es del 2,5% del total de las casas, frente al 9% de la media europea, seg¨²n Eurostat. ¡°El modelo de la compra est¨¢ en crisis. La propiedad como necesidad no est¨¢ en la agenda pol¨ªtica y econ¨®mica¡±, ratifica el economista Oliver.
Tampoco ayuda que la construcci¨®n de vivienda protegida para compra est¨¦ en m¨ªnimos. Los promotores dicen que esta carencia seguir¨¢ mientras no se actualicen los m¨®dulos de los precios m¨¢ximos de venta. Estos se fijan por parte de la Administraci¨®n y muchas comunidades aut¨®nomas llevan m¨¢s de 10 a?os sin cambiarlo. Madrid est¨¢ a punto de cambiar el paso en este sentido, ya que pr¨®ximamente tiene previsto elevar hasta un 35% el m¨®dulo de la vivienda de protecci¨®n oficial. Y en un contexto de fuerte crecimiento de los costes de construcci¨®n, que se dispararon en la salida de la pandemia y particularmente con la guerra de Ucrania, el sector se queja de que la inversi¨®n no sale a cuenta porque los gastos superan a los ingresos.
Alejandro Moraleda, de 37 a?os, comparte con dos personas un piso arrendado en el distrito madrile?o de Carabanchel y paga 330 euros al mes. Ve el alquiler, en su caso y en el de casi todo su entorno, como algo obligatorio, pese a que ¡°la gente quiere comprar casa¡±. ?l mismo se ha puesto una meta: ¡°Tener mi piso en propiedad a los 40 a?os¡±. Mantiene esa esperanza, ¡°aunque por los precios es cada vez m¨¢s inviable¡±, admite.
Con contrato indefinido en una productora audiovisual, Moraleda gana unos 1.800 euros al mes, unos ingresos que le est¨¢n permitiendo ahorrar. ¡°Si va bien el trabajo en los pr¨®ximos a?os, creo que llegar¨ªa a juntar ese 20% que se necesita¡±, afirma. Ahora bien, no descarta que la adquisici¨®n tenga que ser finalmente en Toledo, su ciudad de origen, con precios m¨¢s asequibles que Madrid.
Pero su plan est¨¢ condicionado a que no se tuerza su recorrido laboral, algo que es muy com¨²n en las generaciones de menor edad, seg¨²n Jordi Bosch. ¡°Los j¨®venes y los migrantes siempre ocupan una posici¨®n d¨¦bil¡±, desarrolla. ¡°Esto es hist¨®rico y no solo de Espa?a, pero lo novedoso es que ahora su situaci¨®n es peor que dos d¨¦cadas atr¨¢s y lo es en dos vectores: el mercado de trabajo y el mercado de vivienda¡±. Precariedad laboral y precios de alquiler disparados (en Espa?a han subido de media m¨¢s de un 60% en los ¨²ltimos 10 a?os, seg¨²n los datos de oferta de los portales inmobiliarios) forman un c¨®ctel explosivo, especialmente si no se cuentan con apoyos familiares.
Por eso, concluye Bosch, cada vez se ven m¨¢s ejemplos de un fen¨®meno que ya ha descrito la literatura acad¨¦mica: ¡°Son las din¨¢micas del yoy¨®, que consisten en combinar periodos de emancipaci¨®n residencial con periodos de vuelta a la casa familiar por haber perdido el trabajo, haberse separado de la pareja o por el motivo que sea¡±.
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