Asturias y Galicia registran el peor balance entre cotizaciones y gasto en pensiones

La teor¨ªa dice que las pensiones y otras prestaciones contributivas se deber¨ªan pagar con las cotizaciones de los trabajadores. En teor¨ªa, el poder p¨²blico debe buscar el equilibrio entre ingresos (principalmente, una parte del salario de los empleados) y gastos (prestaciones de los jubilados, periodos de incapacidad, coste de las mutas...), que asegurar¨ªa la sostenibilidad del sistema. Sin embargo, como en tantas facetas de la econom¨ªa, la teor¨ªa no siempre se cumple: Espa?a gasta en pensiones y otras prestaciones del sistema de Seguridad Social m¨¢s de lo que recibe en cotizaciones, con un desfase de 33.374 millones de euros, seg¨²n el investigador de Fedea Miguel ?ngel Garc¨ªa. Esto obliga a captar fondos de otras partidas para financiar los gastos contributivos de la Seguridad Social. El estudio de Garc¨ªa indica que este desfase var¨ªa en funci¨®n de la comunidad aut¨®noma: las que ofrecen un balance m¨¢s negativo son Asturias y Galicia, dos regiones muy envejecidas; el mejor se da en Baleares y la Comunidad de Madrid, con un mayor dinamismo econ¨®mico.

El c¨¢lculo de este economista toma como referencia las cuentas de 2021. ¡°Los resultados muestran un riesgo de deterioro del saldo del componente contributivo de la Seguridad Social derivado del envejecimiento de la poblaci¨®n y del reducido crecimiento de la productividad¡±, comenta en las conclusiones del estudio Componente contributivo del Sistema de Seguridad Social: saldo por comunidades aut¨®nomas y desglose de los factores de influencia del saldo de las pensiones, publicado este lunes. Seg¨²n los c¨¢lculos de Garc¨ªa, el sistema percibi¨® entonces 132.540 millones de euros en cuotas sociales y otros ingresos propios de la Seguridad Social. A la vez, se gast¨® en prestaciones contributivas 165.914 millones de euros, lo que arroja el mencionado desfase de 33.374 millones de euros (2,8 puntos de PIB).

Es el ¡°saldo contributivo¡±, que cruza ingresos y gastos contributivos. Garc¨ªa arroja otras comparaciones, con resultados negativos menos abultados: si se incluyen los gastos por las transferencias del Estado para pagar los complementos por m¨ªnimos de las pensiones contributivas, el agujero es de 26.096 millones de euros; si adem¨¢s se incorpora la transferencia adicional por recomendaci¨®n del Pacto de Toledo se estrecha hasta 12.167 millones de euros.

De vuelta al saldo contributivo y con el foco en las diferencias por regiones, el peor balance absoluto es el de Andaluc¨ªa (5.673 millones de euros m¨¢s de gasto que ingresos), seguida de Catalu?a (4.903 millones) y Galicia (4.096 millones), y los mejores los de Baleares (265 millones m¨¢s de ingresos contributivos que de gastos), la Comunidad de Madrid (126 millones m¨¢s de gastos) y La Rioja (190 millones). Respecto a las que terminan en negativo, Garc¨ªa indica que ¡°no dispusieron de ingresos suficientes para asumir sus obligaciones de gasto, de forma que en la hip¨®tesis de no formar parte de un Estado, Espa?a, deber¨ªan reducir el nivel de gasto, dedicar una parte de sus impuestos propios a este fin, subir las cotizaciones sociales o emitir deuda p¨²blica si le fuera posible¡±.

Con todo, estas cifras no explican con exactitud el balance por autonom¨ªas, ya que no contextualizan respecto a la poblaci¨®n de cada comunidad, entre otros factores. ¡°Es ¨²til, por tanto, buscar alguna forma de relativizar ese saldo para realizar comparaciones entre ellas m¨¢s ajustadas a la realidad¡±, apunta Garc¨ªa, que propone calcular la tasa de cobertura entre los ingresos y gastos del componente contributivo de pensiones. Esto es una relaci¨®n entre ambos conceptos, de manera que cuanto m¨¢s se acerque la tasa a 1, mayor equilibrio en el sistema. Por debajo de 1 ganan los gastos y por encima, los ingresos. Con este term¨®metro la mejor situaci¨®n es la de Baleares (1,1) y la de la Comunidad de Madrid (0,99, casi en equilibrio); y la peor es la de Asturias (0,42) y la de Galicia (0,57).

Garc¨ªa indica que hay tres factores que influyen en la situaci¨®n de cada comunidad: la demograf¨ªa, el mercado laboral y la productividad. ¡°La mayor parte de los ingresos de la Seguridad Social est¨¢n condicionados por las cotizaciones sociales, y estas a su vez est¨¢n determinadas por el n¨²mero de cotizantes, la base por la que cotizan y el tipo de cotizaci¨®n. Trasladando este razonamiento a nivel territorial, se puede colegir que el nivel de empleo y la renta del territorio de la comunidad inciden en la capacidad de generar ingresos por el canal de las cotizaciones sociales. As¨ª, el PIB por habitante puede considerarse un indicador aproximado de la capacidad de recaudaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas por esa v¨ªa¡±, dice el investigador de Fedea.

La tasa de cobertura promedio en Espa?a de los ingresos sobre el gasto contributivo de la Seguridad Social fue de 0,77. Adem¨¢s de Asturias y Galicia, tambi¨¦n quedan por debajo de la media Cantabria (0,60), Pa¨ªs Vasco (0,60), Castilla y Le¨®n (0,61), Extremadura (0,62), Arag¨®n (0,73) y Andaluc¨ªa (0,73). ¡°Todas ellas, con excepci¨®n del Pa¨ªs Vasco, presentan una renta por habitante inferior a la media estatal. As¨ª, el componente contributivo de la Seguridad Social permite un intenso proceso de redistribuci¨®n territorial de la renta en Espa?a, si bien no siempre se realiza a favor de las comunidades aut¨®nomas con menos renta¡±, dice el estudio.

¡°El funcionamiento de la Seguridad Social bajo el criterio de caja ¨²nica¡±, finaliza Garc¨ªa, ¡°ha permitido mutualizar las diferencias territoriales de renta, empleo y envejecimiento de la poblaci¨®n, gracias a las transferencias realizadas por la Administraci¨®n General del Estado sustentadas en los impuestos generales de los territorios de R¨¦gimen Com¨²n y la emisi¨®n de deuda p¨²blica¡±.

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