Los Veintisiete no logran cerrar el acuerdo sobre reglas fiscales pese a los avances en la negociaci¨®n
La cercan¨ªa ¡°al 90%¡± de Francia y Alemania no es suficiente para que Calvi?o concluya el acuerdo
No ha sido posible. Los Veintisiete no se han puesto de acuerdo esta madrugada en este primer intento fallido de cerrar un acuerdo sobre la reforma del Pacto de Estabilidad. ¡°Hemos hecho progresos muy significativos¡±, ha declarado la vicepresidenta primera, Nadia Calvi?o, sobre la reuni¨®n que termin¨® cerca de las tres y media de la ma?ana. Sus palabras fueron secundadas por otros ministros de Finanzas, como el Franc¨¦s, Bruno Le Maire, o el alem¨¢n, Christian Lindner. Las diferencias que restan son cada vez menores, apuntan varias fuentes de la negociaci¨®n, y esto anima a que Espa?a contemple como una posibilidad muy real que haya un nuevo Ecofin en la semana anterior a las vacaciones navide?as para cerrar la posici¨®n con la negociar a comienzos de 2024 la reforma definitiva de las reglas fiscales.
Para tratar de probar que han logrado acercarse, Le Maire y Lindner han recurrido, de nuevo, a porcentajes. Si el jueves a su llegada ambos hablaron que sus pa¨ªses estaban en un 90% de acuerdo, ahora el franc¨¦s lo cifra en el 95% y el alem¨¢n en el 92%. La espa?ola, a la que le toca coordinar la negociaci¨®n por ser Espa?a el pa¨ªs que preside el Consejo de la UE, se qued¨® en esa expresi¨®n algo m¨¢s diplom¨¢tica al hablar de ¡°progreso muy significativos¡±.
A pesar del traspi¨¦ de este Ecofin, en el que se intentaba por primera vez cerrar la posici¨®n de los Veintisiete sobre las reglas fiscales, la mayor parte de asistentes han salido absolutamente convencidos de que ya rozan la fumata blanca. ¡°Podemos confiar suficientemente en un acuerdo; sol¨ªa decirlo por defecto, pero ahora creo que podemos estar seguros de lograrlo¡±, ha resumido el comisario de Econom¨ªa y Finanzas, Paolo Gentiloni.
¡°Hemos llegado todo lo lejos que hemos podido hoy [por esta madrugada]. Continuaremos en los pr¨®ximos d¨ªas¡±, apuntaba fuentes de la negociaci¨®n al acabar el encuentro. Se?alaron que faltaba trabajo de calibraci¨®n num¨¦rica, redacci¨®n jur¨ªdica y consultas pol¨ªticas en las capitales por parte de algunos estados miembros. La versi¨®n se fue confirmando a medida que han pasado las horas y varias de las delegaciones -no todas- explicaban su visi¨®n de lo sucedido en la noche anterior.
Lo que tambi¨¦n se abr¨ªa paso es el punto en el que m¨¢s se han centrado casi todas las conversaciones durante la noche: ¡°Principalmente en los ajustes m¨ªnimos exigidos cuando un Estado miembro se encuentra en procedimiento de d¨¦ficit excesivo y en su modulaci¨®n en funci¨®n de las inversiones y reformas¡±, se?alaba una fuente presente en casi todas las reuniones importantes a primera hora de la ma?ana. Esas palabras, dif¨ªciles de entender para los legos en reglas fiscales y pacto de estabilidad, hablan de la reclamaci¨®n francesa -¡±l¨ªnea roja¡±, hab¨ªa dicho Le Maire el jueves- de que cuando un pa¨ªs supere el l¨ªmite m¨¢ximo de d¨¦ficit presupuestario permitido en los tratados de la UE, el equivalente al 3% del PIB, pueda reconducir ese exceso a un ritmo menor al contemplado en el proyecto legal planteado por la Comisi¨®n Europea, medio punto por a?o, si se compromete con hacer reformas e inversiones. Alemania, en cambio, ped¨ªa que se mantenga la propuesta inicial de la Comisi¨®n. Este es uno de los pocos puntos con los que Berl¨ªn estuvo de acuerdo con el Ejecutivo europeo desde el inicio.
Las negociaciones mantenidas durante la noche, en las que tuvieron un papel destacado ¡°Francia, Alemania, Italia y la presidencia espa?ola¡±, apuntan a una soluci¨®n intermedia que pasar¨ªa porque durante tres a?os (2025, 2026 y 2027) la Comisi¨®n pudiera modular ese ritmo de reducci¨®n de medio punto al a?o teniendo en cuenta el aumento del gasto provocado por la subida de los tipos de inter¨¦s, argumento que se basa en la subida del precio del dinero. No obstante, Alemania todav¨ªa tiene reservas sobre ese punto, aunque las resistencias parecen estar m¨¢s en sus tradicionales aliados y todav¨ªa m¨¢s partidarios del rigor fiscal: Pa¨ªses Bajos, Austria, Finlandia o Suecia.
La referencia expresa a Italia hecha por la fuente diplom¨¢tica aludida no es gratuita. Roma es uno de los pa¨ªses a los que m¨¢s estaba costando sumar al pacto en los ¨²ltimos meses. Su situaci¨®n fiscal es muy complicada, con un d¨¦ficit que se acerca al 5% del PIB y una deuda p¨²blica por encima del 140%. Y eso tambi¨¦n ayuda a entender por qu¨¦ su ministro de Finanzas, Giancarlo Giorgetti, ha dejado caer en los ¨²ltimos d¨ªas que su pa¨ªs no puede aceptar ¡°unas reglas imposibles de mantener¡±.
Si las negociaciones se han centrado en ese punto, se explica porque hasta ahora no hab¨ªa tenido protagonismo alguno en las conversaciones ni en las propuestas de acercamiento que hab¨ªa preparado la presidencia espa?ola. Durante los meses anteriores, se hab¨ªa trabajado sobre otros puntos que llevaron a que el pasado martes envi¨® Espa?a, como coordinadora de las negociaciones por ser presidencia de turno. En ella, se mantiene sin cambios el elemento clave que recog¨ªa la propuesta que el Ejecutivo comunitario lanz¨® a finales de abril: planes de ajuste fiscal de cuatro a?os para los pa¨ªses que tienen un volumen de deuda superior al 60% de su PIB, que pueden alargarse hasta siete si el Estado concernido asume reformas e inversiones.
A los partidarios del rigor fiscal (Alemania, Austria, Finlandia, Suecia...) les disgustaron estos trajes presupuestarios a medida y exigieron objetivos y salvaguardas comunes para todos los pa¨ªses en el cap¨ªtulo del d¨¦ficit y en el de la deuda. Espa?a se ha ido plegando a estas peticiones y con cada nueva propuesta de acercamiento ha asumido m¨¢s la posici¨®n de Berl¨ªn. No obstante, esos movimientos han contado con la ayuda de las conversaciones en paralelo de Le Maire y Lindner desde octubre, cuando en la reuni¨®n del Ecofin en Luxemburgo anunciaron que ellos iban a mantener un di¨¢logo bilateral para limar sus diferencias. Y eso permiti¨® a Lindner declarar sin ambages que los franceses se han movido hacia sus posiciones: ¡°Considero que Francia ha dado todos los pasos necesarios hacia Alemania para alcanzar un compromiso, estamos de acuerdo en un 90%¡±.
Y esos pasos se ven en la ¨²ltima propuesta espa?ola. En ella, ya se recoge con claridad la exigencia de que hubiera objetivos comunes de reducci¨®n de deuda para los pa¨ªses que superan el 60% del PIB, que contemplan los tratados. Se leen en negro sobre blanco que los Estados que superen el 90% tendr¨¢n que rebajar su pasivo al menos en el equivalente a un punto de PIB en promedio anual durante la duraci¨®n del plan de ajuste (cuatro o siete a?os y, por tanto, cuatro o siete punto). Los que se encuentren entre el 90% y el 60% deber¨¢n hacerlo en un promedio de medio punto. Si bien esto se aleja de lo que propuso la Comisi¨®n al principio del proceso, tambi¨¦n es verdad que, seg¨²n apuntan fuentes de la negociaci¨®n, los ejercicios de simulaci¨®n hechos para la negociaci¨®n apuntan a que los pa¨ªses que tengan que seguir planes de ajuste tendr¨¢n que hacer reducciones mayores y que es bastante menos que lo que dictan las normas vigentes (una rebaja de un veinteavo al a?o en la cantidad que supere el 60% del PIB, por ejemplo, Italia que tiene un pasivo del 140% deber¨ªa bajarlo en cinco puntos al a?o).
El otro elemento que tiene una clara paternidad germana es la se?alizaci¨®n de un objetivo de d¨¦ficit por debajo del l¨ªmite del 3% del PIB que recogen los tratados. Esa meta ser¨ªa del 2% para todos los pa¨ªses que tengan un volumen de deuda por debajo del 90% de su PIB y del 1,5% para los que est¨¢n por encima.
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