Miles de millones sin gastar en ayudas que no llegan
La ejecuci¨®n presupuestaria, lo que al final se acaba repartiendo, muestra que prestaciones como el IMV, el bono social, el bono cultural o el cheque de 200 euros para personas con bajos ingresos se quedan, en el mejor de los casos, a medias
Cada anuncio de una nueva ayuda p¨²blica viene cargado de promesas, buenas intenciones y grandes n¨²meros. Cifras que, en muchos casos, se van desinflando por el camino. Del dicho al hecho, en los Presupuestos Generales del Estado (PGE), hay un buen trecho, tambi¨¦n cuando hablamos de ayudas p¨²blicas. Y, en este caso, con consecuencias directas en quienes tienen derecho a ellas pero no las reciben. Buena parte de los fondos para medidas puestas en marcha los ¨²ltimos a?os como el Ingreso M¨ªnimo Vital (IMV), el bono social, el bono cultural, las ayudas para la dependencia o el cheque de 200 euros para personas con bajos ingresos se quedan sin gastar, como muestra el an¨¢lisis de lo que se acaba gastando (la ejecuci¨®n presupuestaria de los ¨²ltimos a?os) realizado por Civio.
As¨ª, se puede ver, por ejemplo, que el bono cultural no ha cumplido sus fines. O, al menos, no del todo: de los 210 millones de euros presupuestados en 2022 ¡ª¨²ltimo a?o cerrado¡ª solo se gastaron 114,2. Casi 96 se quedaron sin ejecutar. Y 2023 tampoco tiene buena pinta: pese a que se ampli¨® el plazo un mes extra, lo pidieron 326.579 j¨®venes, m¨¢s que en su primera edici¨®n pero lejos del total de quienes cumplieron 18 ese a?o. De hecho, uno de cada tres no lo pidi¨®.
Si miramos solo la ejecuci¨®n de los PGE parece que el presupuesto del IMV se ha gastado a la perfecci¨®n. Pero para saber qu¨¦ pas¨® en realidad hay que ir a otros presupuestos, que se publican en otras fechas, en otro formato y con otro nivel de detalle: los de la Seguridad Social.
Cuando se cre¨® el IMV, en 2020, esta ayuda no estaba planificada. Es normal. Por eso, su puesta en marcha vino con 408 millones extra en la ejecuci¨®n de la Seguridad Social de aquel a?o. Pero, tanto en 2021 como en 2022, cuando esta prestaci¨®n ya s¨ª estaba presupuestada, se acab¨® gastando bastante menos de lo previsto. El primer a?o, m¨¢s de 1.000 millones se quedaron sin ejecutar de los casi 3.000 totales. En abril de 2022, con el curso ya arrancado, las cuant¨ªas que cobraba cada beneficiario subieron un 15%. Ni con esas: el gasto final se sigui¨® quedando muy corto.
De cara a 2023, los presupuestos de la Seguridad Social han bajado la partida del IMV a 2.797 millones. Pero el a?o a¨²n no est¨¢ cerrado, as¨ª que no sabemos a¨²n qu¨¦ ha pasado con la ejecuci¨®n. Si la tendencia contin¨²a, buena parte de este dinero se quedara sin gastar. Y eso, ?en qu¨¦ se traduce? En que cientos de miles de familias que tienen derecho a esa ayuda no la reciben. Ya sea porque no la conocen, porque el tr¨¢mite se les hace cuesta arriba o porque su solicitud, a veces sin raz¨®n, es denegada.
A 31 de enero, seg¨²n el propio ministerio, los hogares beneficiarios superaban los 745.000. No parece una mala cifra, pero es que ese n¨²mero tiene truco. Y bastante. No se trata de familias que estaban recibiendo, a esa fecha, el IMV, sino de ¡°altas acumuladas¡±, esto es, hogares que en alg¨²n momento lo han recibido, pero puede que ya no. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) insiste al Gobierno en que es imprescindible que d¨¦ cifras reales, el ¡°saldo vivo¡±, cu¨¢ntos hogares beneficiarios en activo hay cada mes, restando las bajas. Lo hace en su ¨²ltimo informe sobre esta ayuda, publicado en junio de 2023, para el que s¨ª obtuvo las cifras reales, y en el que habla de ¡°estancamiento¡±: a cierre de 2022 segui?a habiendo el mismo n¨²mero de beneficiarios de IMV que el a?o anterior; unos 284.000 hogares, muy lejos de la cifra trucada del ministerio.
Pero esa cifra, la de la Airef, es de hace m¨¢s de un a?o. El Ministerio de Inclusi¨®n y Seguridad Social ha declinado precisar cu¨¢nta gente est¨¢ recibiendo ahora mismo esa ayuda, a petici¨®n de Civio.
As¨ª que podemos fijarnos en dos datos econ¨®micos para ese 2022: se acab¨® gastando un 84% de lo presupuestado, como se ve en los datos de ejecuci¨®n de esta investigaci¨®n; o se gast¨® un 47% de lo que se deber¨ªa haber gastado si hubiera llegado a todas las personas que tienen derecho a recibir esta ayuda, esta ¨²ltima cifra seg¨²n la Airef.
El cheque de 200 euros no llega ni a la mitad de quienes tienen derecho
Otra de las ayudas m¨¢s recientes que nunca acaba de gastarse es el cheque de 200 euros creado en 2022 para paliar la crisis de la guerra de Ucrania y que se volvi¨® a repartir en 2023. Y eso que el proceso de solicitud es mucho m¨¢s sencillo que el de otras ayudas. El primer a?o pod¨ªan acceder las personas que no superasen los 14.000 euros de renta anual. El Gobierno, por entonces, estim¨® que llegar¨ªa a 2,7 millones de personas, lo que supondr¨ªa unos 540 millones de euros de las arcas p¨²blicas. Sin embargo, lo que se recogi¨® en los PGE para esta ayuda fue bastante menos, 160 millones, lo que muestra que ya la previsi¨®n era que no llegara, ni de lejos, a todos los que ten¨ªan derecho a este extra. Adem¨¢s, de esos 160 se acabaron gastando solo 120. ?Y qu¨¦ paso con la estimaci¨®n de personas que lo iban a recibir? Se terminaron dando 628.116 cheques, ni a una tercera parte.
En su segunda edici¨®n, la de 2023, el Gobierno aument¨® el umbral de renta para que m¨¢s personas pudieran recibir esos 200 euros: pod¨ªan acceder aquellos que ingresaran hasta 27.000 euros anuales. Las previsiones del Gobierno entonces se?alaron que llegar¨ªa a 4,2 millones de hogares. Previsiones que no se trasladaron a los PGE ya que, hasta noviembre, segu¨ªan teniendo 1.000 euros de presupuesto para esta ayuda. Desde Hacienda aclaran que el presupuesto real se marcar¨¢ a finales de a?o, cuando conozcan la cifra real de alcance del cheque. Hasta este momento, en lo que va de 2023, han sido 1,6 millones de personas las que lo han recibido. Y, por lo que le cuenta el Gobierno a la Comisi¨®n Europea ¡ªse prev¨¦ que el impacto presupuestario sea de 333 millones de euros¡ª, no espera llegar ni a la mitad de los 4,2 millones de familias que se prometieron a principios de a?o.
Lo de presupuestar la ayuda con una cifra simb¨®lica ¡ªesos 1.000 euros¡ª es legal y puede tener sentido si no tienes ninguna previsi¨®n de cu¨¢nta gente lo puede recibir pero, teniendo en cuenta que disponen de multitud de datos fiscales y que el primer a?o s¨ª se presupuest¨® de forma algo m¨¢s realista, es dif¨ªcil de explicar. Sobre todo cuando en otras ayudas s¨ª se establece una cifra aproximada, aunque se desv¨ªe el gasto final, como se ha visto. O cuando ayudas tan complejas como las becas s¨ª se acercan bastante a las previsiones iniciales.
En las becas para estudiantes universitarios y no universitarios la ejecuci¨®n se desv¨ªa poco de lo presupuestado en todos los a?os entre 2016 y 2022. Y eso que hablamos de m¨¢s de mil millones de euros de presupuesto anual. El presupuesto ha ido aumentando desde los casi 1.100 millones en 2016 a los 1.700 millones en 2023. El a?o pasado, en 2022, fue cuando hubo el mayor desv¨ªo entre lo presupuestado y lo ejecutado, con m¨¢s de 633 millones extra. Tiene sentido: el Gobierno reparti¨® ese a?o una ayuda de 400 euros extra a cada becado.
Ayudas a la dependencia: cuando el problema es que llegan tarde
Otra de las pol¨ªticas que, a primera vista, parece que se cuadra bastante bien, es la Dependencia. En global ha ido subiendo su presupuesto a?o a a?o y los desv¨ªos no son tan destacados como en otras ayudas. Pero toca bajar un pelda?o para entender mejor qu¨¦ est¨¢ pasando. M¨¢s all¨¢ de cuotas de cuidadoras, del gasto en Ceuta y Melilla, de gastos de personal¡ la parte m¨¢s cuantiosa de esta pol¨ªtica es la que se transfiere a las comunidades aut¨®nomas, que son las que distribuyen las ayudas. Es ah¨ª donde puede verse mejor qu¨¦ ha pasado desde 2016. Y, de nuevo, hay que irse a las cuentas de la Seguridad Social, que se publican m¨¢s tarde y en otro formato, como pasa con el IMV.
En t¨¦rminos globales, el desv¨ªo es m¨ªnimo. Pero, a?o a a?o, la cosa cambia. En 2018, 2019 y 2020 se gast¨® m¨¢s de lo presupuestado, en buena parte porque los presupuestos estaban prorrogados. Pero en 2021 y 2022, cuando ya era posible establecer una cifra m¨¢s adecuada en los PGE, se acab¨® gastando menos de lo previsto. Aun as¨ª, los desv¨ªos, teniendo en cuenta el tama?o de estas ayudas, no son muy llamativos (en 2021, por ejemplo, se quedaron 75 millones sin gastar, s¨ª, pero de 2.029). Entonces, ?d¨®nde est¨¢ el problema?
La ¨²ltima estad¨ªstica del Imserso sobre esta prestaci¨®n recoge dos de los problemas para que las ayudas lleguen: primero, que no se pidan (solo un 31,78% de la poblaci¨®n potencialmente dependiente las solicita); segundo, que la tramitaci¨®n no sea solo compleja, sino larga: la media es de casi un a?o desde que se solicita hasta que se recibe la prestaci¨®n, a?o y medio en Andaluc¨ªa y Murcia, y casi dos en Canarias. A 31 de diciembre de 2023 hab¨ªa m¨¢s de 100.000 personas pendientes del primer paso del tr¨¢mite, la resoluci¨®n de grado, y m¨¢s de la mitad llevaban m¨¢s de seis meses esperando para esa primera valoraci¨®n. Cada d¨ªa fallecen personas dependientes a la espera de que se resuelva su expediente.
A veces el problema son los retrasos en la tramitaci¨®n, como en este caso, otras veces la complejidad del proceso de solicitud, la burocracia digital o la dificultad para entender o conocer las ayudas a las que se tienen derecho y pedirlas. Es el caso del bono social.
De inicio, en 2018 y una vez m¨¢s, la previsi¨®n ya era que el bono social, la ayuda para pagar la factura de la luz, no iba a llegar a todas las personas que, sobre el papel, ten¨ªan derecho. Se estim¨® que alcanzar¨ªa a 2,5 millones de los 5,5 que cumpl¨ªan los requisitos. Los ¨²ltimos datos de la CNMC dicen que en junio de 2023 eran, en realidad, un mill¨®n y medio.
Es dif¨ªcil hacer el seguimiento de esta ayuda en los presupuestos porque lo gestionan las propias compa?¨ªas el¨¦ctricas, pero si se puede intentar saber qu¨¦ pasa con el bono t¨¦rmico, la ayuda para la calefacci¨®n que reciben todas las personas que tienen el bono el¨¦ctrico.
La ejecuci¨®n del bono t¨¦rmico fue con retrasos al principio, por eso en 2019 gastaron 70 de los 75 millones asignados o, en 2020, poco m¨¢s de 76 millones de los 95 del presupuesto. En los siguientes a?os esta ayuda se transfiere a las comunidades aut¨®nomas, que son las que se encargan, y ah¨ª se pierde la pista de lo que de verdad se acaba repartiendo.
Y es que en muchos casos, por desgracia, es complicad¨ªsimo saber qu¨¦ ha pasado. Porque se traspasa a las autonom¨ªas o a otros organismos de forma integral, todo lo presupuestado, y las cifras de la ejecuci¨®n presupuestaria se cuadran al 100%, aunque en realidad no se haya gastado todo lo previsto. Pasa, por ejemplo, con el bono alquiler joven: es necesario ir comunidad a comunidad, si publican los datos, para saber qu¨¦ ha pasado.
A veces, aunque las menos, el desv¨ªo es hacia arriba. Y est¨¢ m¨¢s que justificado. Eso es lo que pas¨® con las prestaciones por cese de actividad que reparte el SEPE, una partida que, hasta que lleg¨® la pandemia, apenas se gastaba. No se lleg¨® a ejecutar ni el 20% de 2016 a 2019. Todos los a?os se planificaba un coste de unos 15 millones y solo se gastaba uno, dos o tres. En 2020, por primera vez, se reparti¨® algo m¨¢s de lo previsto (de esos 15, gastaron 16,5). Ese subid¨®n debido a las ayudas en pandemia nos llevar¨ªa a pensar que en los a?os siguientes el presupuesto se mantendr¨ªa en esos perennes 15 millones o incluso subir¨ªa. Pero los caminos de los presupuestos son inescrutables. En 2021 presupuestaron solo 2 millones y gastaron 13.
Falta de planificaci¨®n realista (llam¨¦mosle oj¨ªmetro), la necesidad de cuadrar o maquillar las cifras del presupuesto, que son las que llaman la atenci¨®n, o circunstancias de verdad imprevisibles o dif¨ªciles de calcular hacen que del dicho al hecho de los presupuestos haya muchas diferencias. En el caso de las ayudas, adem¨¢s, hay otra cifra m¨¢s relevante: la de las personas que tienen derecho a prestaciones y no la reciben, porque no la conocen, no la piden o el tr¨¢mite es muy complejo o extremadamente lento.
Las causas: no se pide y el proceso es complejo
El citado informe de la AIREF destaca, además, que el 58% de las personas que tiene derecho no lo pide. Y que se deniega un 69%, la mayoría de veces por superar los umbrales de renta, pero muchas otras son por cosas como falta de documentación aportada en el proceso. También sabemos, según desveló Civio, que quienes reclaman -porque se lo deniegan o no reciben la cantidad que consideran que le corresponde- y acaban llegando a juicio, ganan en el 42% de los casos, esto es, la justicia considera que la Seguridad Social se equivocó.
El tiempo de tramitación media de un expediente es de 120 días, esto es, cuatro meses, según el mismo informe. Y no parece que el atasco se vaya a solucionar a corto plazo: cada año se resuelven menos de los que se inician. En 2022, por ejemplo, entraron 680.707 solicitudes, unas 21.000 más de las previstas. En ese mismo año, se resolvieron 512.010.
Por todas estas razones, la AIReF recomienda en su informe un modelo automatizado, que permita, con la información disponible de ingresos y ayudas recibidas, otorgarlo de oficio y actualizarlo cuando las situaciones cambien, no meses después, para que se vaya ajustando a las necesidades reales de quienes lo reciben.
Este texto forma parte de una serie de reportajes sobre ejecución presupuestaria realizado por CIVIO, que puedes encontrar aquí y que profundizan en datos globales y también en políticas concretas. Puedes encontrar más información en la metodología.
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