Una ola de huelgas en el transporte sume a Alemania en el desconcierto
Las organizaciones de trabajadores reclaman m¨¢s dinero y menos horas de trabajo. Los paros en las infraestructuras de transporte se multiplican en las ¨²ltimas semanas
Estaciones de trenes y aeropuertos vac¨ªos se han convertido en una estampa habitual en Alemania en las ¨²ltimas semanas. Viajar se ha vuelto imprevisible en la mayor econom¨ªa de Europa, que lleva meses afrontando varias huelgas de trabajadores, sobre todo del sector de infraestructuras del transporte. Los sindicatos reclaman una mejora salarial para compensar el mordisco de la inflaci¨®n y un recorte de las horas de trabajo.
La ¨²ltima jornada de huelgas tuvo lugar esta semana y por partida doble. Por un lado, el sindicato alem¨¢n de maquinistas GDL convoc¨® un paro de 35 horas de jueves a viernes en el marco de su disputa salarial con la empresa de ferrocarriles alemanes Deutsche Bahn. Por otro lado, el personal de tierra de la aerol¨ªnea alemana Lufthansa comenz¨® el pasado mi¨¦rcoles por la tarde una nueva huelga de 59 horas. A esta se sum¨® la del personal de seguridad de los aeropuertos de Fr¨¢ncfort, D¨¹sseldorf y Hamburgo que dejaron de trabajar hasta la medianoche del jueves paralizando completamente la entrada de nuevos pasajeros.
Los conflictos salariales se recrudecen as¨ª en un pa¨ªs que se enfrenta a una situaci¨®n dif¨ªcil tras cerrar 2023 en recesi¨®n, seg¨²n alertan cada vez m¨¢s expertos. Desde el punto de vista econ¨®mico, las huelgas y protestas llegan en un momento inoportuno en el que los pron¨®sticos para la econom¨ªa alemana siguen lejos de ser los deseados, como ha advertido recientemente el Ejecutivo alem¨¢n al reducir su previsi¨®n de crecimiento para este a?o hasta un raqu¨ªtico 0,2%.
La nueva proyecci¨®n de PIB ha sido calificada como ¡°dram¨¢ticamente mala¡± por el ministro de Econom¨ªa alem¨¢n, Robert Habeck, quien ha alertado de que Alemania ¡°no puede seguir as¨ª¡±. Mientras, el instituto econ¨®mico de Berl¨ªn DIW afirm¨® este jueves que ¡°la econom¨ªa alemana no coge velocidad tan r¨¢pido como se esperaba¡± y augura un estancamiento para el conjunto de este a?o.
Esta debilidad econ¨®mica reduce la disposici¨®n de los empresarios a hacer concesiones, seg¨²n indican desde el Instituto de Investigaci¨®n Econ¨®mica de Colonia IW. Coincide con la resaca de la crisis inflacionaria en el que los trabajadores y familias han perdido poder adquisitivo. As¨ª, los sindicatos han tomado la delantera en un entorno en el que las empresas se aprietan el cintur¨®n, lo que complica que se alcancen acuerdos y provoca que se intensifiquen los conflictos.
Los economistas creen que las demandas de los sindicatos est¨¢n justificadas. Los altos costes de la energ¨ªa y el aumento de los precios no solo afecta a las propias empresas, sino tambi¨¦n a sus empleados. ¡°Y estos, sencillamente, necesitan m¨¢s dinero en sus carteras, ya que los ingresos reales se han reducido en los ¨²ltimos tiempos debido a la elevada inflaci¨®n¡±, afirma el economista jefe de ING, Carsten Brzeski, a la cadena p¨²blica alemana ARD. En 2023, con una tasa de inflaci¨®n del 5,9%, muy pocos trabajadores vieron un aumento real en su cuenta corriente. En ocasiones, los precios subieron m¨¢s deprisa que los salarios. ¡°Tenemos un consumo privado d¨¦bil en Alemania, lo que significa que necesitamos acuerdos salariales m¨¢s altos¡±, agrega Brzeski. ¡°Los sindicatos pasaron a la ofensiva para recuperar poder adquisitivo¡±, explica por su parte Hagen Lesch, experto en negociaci¨®n colectiva del IW.
En el empeoramiento del clima laboral emerge otro problema: la actual escasez de mano de obra que padece Alemania. Para los sindicatos, esto significa un ¡°recurso de poder¡±, ya que si hay vacantes sin cubrir, se exige un precio m¨¢s alto, explican los principales institutos econ¨®micos del pa¨ªs. En cambio, cuando el desempleo es alto, los sindicatos pierden poder y las exigencias salariales son menores.
Este poder queda patente en las negociaciones del sindicato de maquinistas GDL, que ha dejado claro que su reclamaci¨®n de la jornada laboral de 38 a 35 horas con un salario mensual completo no es negociable y que solo est¨¢n dispuestos a hacer concesiones en c¨®mo aplicarlo de manera gradual. Adem¨¢s, no dudan en convocar las huelgas en ¨²ltimo momento como esta semana, coincidiendo adem¨¢s con un viernes festivo y con el final de la Feria Internacional de Turismo de Berl¨ªn (ITB). Ahora queda por ver qu¨¦ otros sectores ir¨¢n a la huelga a lo largo de este a?o. Seg¨²n el archivo de negociaci¨®n colectiva del Instituto de Ciencias Econ¨®micas y Sociales (WSI) de la Fundaci¨®n Hans B?ckler, estrechamente vinculada a los sindicatos, los convenios colectivos salariales acordados solo por los sindicatos de la Federaci¨®n Alemana de Sindicatos DGB expirar¨¢n para casi doce millones de empleados entre diciembre de 2023 y diciembre de 2024.
En septiembre, por ejemplo, comenzar¨¢ la negociaci¨®n colectiva en la industria metal¨²rgica y el¨¦ctrica, el mayor sector de negociaci¨®n colectiva con m¨¢s de 3,6 millones de empleados. No obstante, Lesch, experto de IW, parte de la base de que los conflictos salariales que se avecinan este a?o tendr¨¢n menos repercusi¨®n que los actuales en los sectores de la aviaci¨®n y el ferrocarril. ¡°Cuando acaben los grandes conflictos de las aerol¨ªneas, la seguridad a¨¦rea y los ferrocarriles, no los notaremos tanto como ahora¡±. Sin embargo, siempre puede haber sorpresas.
Pero, ?son las huelgas en Alemania m¨¢s intensas que antes? S¨ª, al menos en opini¨®n del IW, que cuenta con un sistema de puntos desde 2010 para medir el alcance de los conflictos salariales en determinados sectores. ¡°Desde 2010, no hemos tenido una puntuaci¨®n de conflictos tan alta como la del a?o pasado¡±, explican sobre algo que en su opini¨®n se mantendr¨¢ en 2024.
Sin embargo, seg¨²n otros expertos, las protestas laborales no han alcanzado ni mucho menos su forma m¨¢s grave. ¡°Eso ser¨ªan huelgas indefinidas y todav¨ªa no las tenemos¡±, declar¨® la cient¨ªfica social Irene Dingeldey, del Instituto de Trabajo y Econom¨ªa de la Universidad de Bremen, a la agencia DPA. En su opini¨®n, las continuas huelgas en el sector del transporte hace que las notemos m¨¢s ¡°porque sentimos sus efectos y por eso nos pueden parecer m¨¢s duras¡±. ¡°En cambio, las huelgas en la industria metal¨²rgica, por ejemplo, no afectan directamente al ciudadano de a pie¡±, comenta.
De la misma forma lo ve el DIW. ¡°La actual huelga de maquinistas nos ha dado la impresi¨®n de que Alemania solo est¨¢ en huelga. Pero en una comparaci¨®n a m¨¢s largo plazo, podemos ver que ese no es el caso en absoluto, aunque, por supuesto, los paros en las infraestructuras son especiales. Se notan m¨¢s. Adem¨¢s, cuando se trata del transporte de mercanc¨ªas, estas huelgas tienen un impacto negativo en la industria¡±, explic¨® esta semana la experta del DIW Theresa B¨¹hrle en un encuentro con un peque?o grupo de periodistas. ¡°No obstante, d¨ªas sueltos de huelgas no suelen tener tanta importancia. Los estudios han demostrado que las huelgas solo se convierten realmente en un obst¨¢culo para el transporte de mercanc¨ªas cuando duran tres, cuatro o m¨¢s d¨ªas¡±, agreg¨®. ¡°En ese caso, los costes pueden ascender a cientos de millones de euros al d¨ªa¡±.
Las huelgas son un instrumento leg¨ªtimo de los trabajadores con el que presionar para lograr sus reivindicaciones, pero en estos casos los sindicatos han elevado los decibelios con el objetivo de sumar nuevos afiliados. Este es el caso del sindicato Verdi. El poderoso sindicato de los trabajadores del sector servicios es el que est¨¢ detr¨¢s de las huelgas del personal de aeropuertos y del transporte p¨²blico de las ciudades, entre otras. Solo el a?o pasado logr¨® 200.000 nuevos afiliados gracias a su estrategia de negociaci¨®n colectiva.
Sigue toda la informaci¨®n de Econom¨ªa y Negocios en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.