Los bancos regionales de EE UU, el eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil un a?o despu¨¦s de la ca¨ªda de Silicon Valley Bank
Las preocupaciones se han trasladado a la exposici¨®n al cr¨¦dito inmobiliario comercial. El FMI calcula que los bancos vulnerables de EE UU tienen 5,5 billones en activos, el 23% del total
Cuando como secretario del Tesoro Steven Mnuchin acudi¨® junto a su mujer al acto de emisi¨®n de los primeros billetes que llevaban su firma hubo muchas bromas y memes sobre que parec¨ªan villanos de pel¨ªcula. Esta semana, Mnuchin se ha convertido en el h¨¦roe, al menos temporal, que ha acudido en socorro de New York Community Bancorp (NYCB), que lucha por su supervivencia ante una catarata de malas noticias. NYCB ilustra hasta qu¨¦ punto los bancos regionales estadounidenses siguen bajo presi¨®n un a?o despu¨¦s de la ca¨ªda de Silicon Valley Bank (SVB). Tambi¨¦n es el mejor ejemplo de c¨®mo las preocupaciones se han trasladado desde el riesgo de tipos de inter¨¦s y la liquidez a la exposici¨®n al cr¨¦dito inmobiliario comercial.
Un informe publicado esta semana por el Fondo Monetario Internacional (FMI) se?ala que el grupo de bancos estadounidenses d¨¦biles representa un total estimado de 5,5 billones de d¨®lares en activos, casi el 23% del total de activos bancarios. ¡°Las preocupaciones subyacentes persisten, con temores de que la quiebra de una entidad podr¨ªa precipitar una p¨¦rdida m¨¢s amplia de confianza en el sector¡±, indica.
Se juntan las p¨¦rdidas latentes por la subida de tipos (que han devaluado la cartera de bonos de los bancos), con el riesgo crediticio de algunas entidades, en particular su exposici¨®n al cr¨¦dito inmobiliario comercial (CRE, por sus siglas en ingl¨¦s). Los bancos peque?os y regionales est¨¢n muy expuestos, con cerca de dos tercios de los tres billones de d¨®lares de riesgo en ese sector del sistema bancario estadounidense, seg¨²n el FMI.
¡°La elevada concentraci¨®n de exposiciones CRE representa un grave riesgo para los bancos peque?os y grandes en un entorno de incertidumbre econ¨®mica y tipos de inter¨¦s m¨¢s altos, valores inmobiliarios potencialmente a la baja y deterioro de la calidad de los activos¡±, indica el informe.
Por ahora, la crisis de NYCB parece contenida. No solo porque la entidad haya encontrado un salvavidas, sino porque el contagio ha sido menor. Sin embargo, dada la interconexi¨®n del sistema financiero, incluso la quiebra de una entidad no sist¨¦mica puede amenazar la estabilidad financiera. Eso es lo que demostr¨® la ca¨ªda de SVB, la segunda mayor quiebra bancaria de la historia de Estados Unidos, a la que sigui¨®, d¨ªas despu¨¦s, la de Signature Bank (la tercera) y semanas m¨¢s tarde, la de First Republic Bank, todos ellos rescatados por la Corporaci¨®n Federal de Seguro de Dep¨®sitos (FDIC), que luego le est¨¢ pasando la factura a los bancos.
La crisis bancaria de hace un a?o se puede explicar como un efecto mariposa ¡ªo efecto coronavirus¡ª de la pandemia. Con la crisis de la covid, el Gobierno federal dio generosas ayudas con las que se dispararon los dep¨®sitos. Algunos bancos invirtieron esos recursos en bonos a largo plazo. La liquidez aviv¨® la inflaci¨®n y eso llev¨® a la Reserva Federal a subir los tipos. Con las subidas de tipos, aparecieron las minusval¨ªas en las carteras de bonos, al tiempo que se reduc¨ªan los dep¨®sitos (en particular en el capital riesgo y las nuevas tecnol¨®gicas, clientes de SVB). La pinza apretaba por los dos lados: el pasivo (dep¨®sitos) y el activo (bonos). Un virus se propaga en Wuhan y tres bancos quiebran en Estados Unidos tres a?os m¨¢s tarde.
Una recomendaci¨®n funesta
La ca¨ªda de Silicon Valley Bank, sin embargo, obedeci¨® tambi¨¦n a otros factores. La nave de Silicon Valley Bank ten¨ªa una v¨ªa de agua, pero tal vez podr¨ªa haber llegado a puerto para reparar el boquete de no ser por una tormenta de factores. Todo lo que pod¨ªa salir mal, sali¨® mal. El que era consejero delegado de SVB, Gregory Becker, explic¨® en el Senado que su banco, como otros muchos, ten¨ªa minusval¨ªas en su cartera de deuda, pero que se dej¨® aconsejar por Goldman Sachs para venderla y ampliar capital en lo que acab¨® siendo una recomendaci¨®n funesta.
¡°Siguiendo el consejo de Goldman Sachs, decidimos vender nuestra cartera disponible para la venta con el fin de realizar esas p¨¦rdidas y explicar al mercado por qu¨¦ est¨¢bamos ampliando capital, teniendo en cuenta que las finanzas de SVB eran por lo dem¨¢s saludables. SVB ten¨ªa suficiente liquidez y estaba adecuadamente capitalizado el 8 de marzo [el d¨ªa en que puso en marcha esa operaci¨®n por consejo de Goldman Sachs], como hab¨ªan reconocido previamente sus equipos de supervisi¨®n de la Reserva Federal¡±, sostuvo Becker.
El 8 de marzo, d¨ªa que se anunciaba la operaci¨®n, Silvergate Bank, centrado casi al 100% en las criptomonedas, anunci¨® su liquidaci¨®n voluntaria. Aunque SVB solo ten¨ªa alrededor del 3% de sus dep¨®sitos de clientes de criptomonedas, hab¨ªa sido comparado con Silvergate en el Financial Times dos semanas antes. El 9 de marzo SVB se desplom¨® en Bolsa, desatando el p¨¢nico. ¡°La ca¨ªda de Silvergate y el v¨ªnculo con SVB hicieron que los rumores y las ideas err¨®neas se extendieran r¨¢pidamente por internet, lo que llev¨® al inicio de lo que se convertir¨ªa en una fuga de dep¨®sitos sin precedentes. (...) Se retiraron 42.000 millones de d¨®lares en dep¨®sitos de SVB en 10 horas, o aproximadamente un mill¨®n de d¨®lares cada segundo¡±, explic¨® Becker.
Tras casi 40 a?os de existencia, Silicon Valley Bank cay¨® fulminado en unas 40 horas. Mientras trataba de conseguir liquidez, la ma?ana del 10 de marzo, la FDIC intervino la entidad. Ese d¨ªa, se solicit¨® la retirada de otros 100.000 millones de d¨®lares, elevando la suma a 142.000 millones, el 80% del total de dep¨®sitos, en dos d¨ªas. La anterior mayor fuga de la historia de EE UU, la de Washington Mutual en 2008, fue de 19.000 millones de d¨®lares en 16 d¨ªas. La garant¨ªa de dep¨®sitos se cre¨® para prevenir los p¨¢nicos bancarios, pero en el caso de SVB, la inmensa mayor¨ªa eran dep¨®sitos no garantizados de firmas de inversi¨®n, capital riesgo y tecnol¨®gicas, que lideraron la estampida.
¡°Esta experiencia ha cambiado la percepci¨®n de todos sobre la posible velocidad de las retiradas masivas de fondos. Lo que en episodios anteriores ocurr¨ªa en dos o tres semanas o, en algunos casos, muchos meses, en la era moderna puede ocurrir ahora en horas¡±, se?alaba en diciembre pasado el vicepresidente de Supervisi¨®n de la Reserva Federal, Michael Barr. ¡°Las turbulencias de marzo de 2023 mostraron potencialmente que la creciente influencia de los avances tecnol¨®gicos, como la banca m¨®vil y la r¨¢pida difusi¨®n de la informaci¨®n a trav¨¦s de las comunicaciones electr¨®nicas, podr¨ªan haber contribuido a la velocidad de la retirada masiva de dep¨®sitos¡±, seg¨²n el informe del FMI.
Fallos de supervisi¨®n
SVB fue ¡°un caso de libro de mala gesti¨®n¡±, en palabras de Barr. Mala gesti¨®n del riesgo de tipos de inter¨¦s y de la liquidez, es decir, de los dos lados del balance. Las sucesivas autopsias revelaron que tambi¨¦n fue un caso de libro de mala supervisi¨®n. ¡°Los gestores de SVB se durmieron al volante, pero los reguladores tambi¨¦n¡±, dec¨ªa en un acto organizado por la Brookings Institution esta semana en Washington Gary Cohn, vicepresidente de IBM que fue presdidente de Goldman Sachs. Surgieron se?ales de alarma una y otra vez, pero no se atajaron a tiempo. ¡°Me asombr¨® lo que Silicon Valley Bank y First Republic Bank fueron capaces de hacer¡±, dec¨ªa William Demchak, el jefe de PNC Financial, octavo mayor banco de Estados Unidos, en el mismo acto. ¡°Ir¨®nicamente, las medidas que finalmente adopt¨® [el banco] para reforzar su balance desencadenaron la fuga de depositantes no asegurados que condujo a la quiebra¡±, explic¨® Barr en el Senado. Los analistas de Citibank calificaron la ca¨ªda del banco de ¡°autoinfligida¡±.
Tras SVB, cayeron Signature Bank (SB) y First Republic Bank. Los tres ten¨ªan en com¨²n una elevada concentraci¨®n de dep¨®sitos no asegurados, importantes p¨¦rdidas latentes y exposici¨®n al cr¨¦dito inmobiliario residencial antes de la quiebra. Tras la ca¨ªda de SVB y SB, la Reserva Federal trat¨® de calmar las aguas por dos v¨ªas: garantizando los dep¨®sitos no asegurados de esas entidades (para ello tuvo que alegar riesgo sist¨¦mico) y abriendo una ventanilla de liquidez especial en la que los bancos han llegado a pedir 165.000 millones de d¨®lares con t¨ªtulos de deuda en garant¨ªa. La Fed ha decidido cerrarla tras comprobar que los bancos la usaban para hacer arbitraje y lograr beneficios.
Las fugas de dep¨®sitos tienen algo de profec¨ªa que se autocumple. Ning¨²n banco tiene liquidez para devolver el dinero si todos los clientes lo piden a la vez. Por eso son tan peligrosos los p¨¢nicos bancarios.
Tras las experiencias del a?o pasado, el supervisor est¨¢ vigilando m¨¢s de cerca el riesgo de liquidez. Sin embargo, en cuanto a la regulaci¨®n, algunas voces dentro de la propia Reserva Federal advierten del riesgo de sobrerreaccionar. ¡°Me preocupa mucho el camino que queda por recorrer en lo que respecta a las reformas regulatorias que implican requisitos de liquidez¡±, indicaba este viernes Michelle Bowman, consejera del banco central. ¡°Todos los bancos deben gestionar su liquidez, pero deben tener flexibilidad en funci¨®n de una serie de factores, como el riesgo, el modelo de negocio, el tama?o, la complejidad, las necesidades de financiaci¨®n, la vulnerabilidad a las retiradas de dep¨®sitos y otras consideraciones. Los requisitos de liquidez, si no se dise?an y calibran adecuadamente, podr¨ªan atrapar recursos que de otro modo podr¨ªan utilizarse mejor, como los pr¨¦stamos a los clientes de los bancos. Antes de seguir adelante, debemos identificar las lagunas del marco actual y sentar las bases de los cambios propuestos sobre la base de la investigaci¨®n, las pruebas y los datos¡±, explicaba.
Otra consecuencia de la crisis fue un aumento de la concentraci¨®n bancaria, por una doble v¨ªa. Por un lado, los ahorradores buscaron refugio en las entidades m¨¢s grandes. Por otro, por las propias compras de los activos y pasivos de los bancos ca¨ªdos. JP Morgan, que se qued¨® First Republic Bank, fue el mayor beneficiario por ambas v¨ªas.
El terremoto tuvo su r¨¦plica en Europa, con la ca¨ªda de Credit Suisse, pero no lleg¨® a desencadenar una crisis financiera en toda regla, ya que las autoridades actuaron para evitar el contagio. Esa es la lectura positiva. La negativa es que ¡°persisten las vulnerabilidades en el sector bancario estadounidense¡±, como sostiene el FMI.
¡°El estr¨¦s bancario del a?o pasado subraya la importancia de no caer en la autocomplacencia¡±, dec¨ªa la semana pasada Loretta Mester, presidenta del banco de la Reserva Federal de Cleveland. ¡°Tenemos que examinar de forma hol¨ªstica la normativa, nuestros m¨¦todos de supervisi¨®n y nuestra funci¨®n de prestamista de ¨²ltima instancia para hacer frente a las vulnerabilidades que se pusieron de manifiesto¡±, a?ad¨ªa.
NYCB, ahora contra las cuerdas, fue el grupo que se qued¨® con la mayor parte de los pasivos de Signature Bank, uno de los bancos ca¨ªdos hace un a?o. Y la presi¨®n tambi¨¦n arrecia contra una peque?a entidad hundida en Bolsa cuyo nombre ha devenido en poco afortunado: Republic First Bancorp. Otro eco de la crisis de hace un a?o.
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