La mitad de los que teletrabajan creen que son m¨¢s productivos en casa que en la oficina
Una encuesta a personas que combinan trabajo en remoto y presencial indica que el 57% buscar¨ªa otro empleo si les quitasen el teletrabajo
Los asalariados que pueden realizar sus funciones en remoto prefieren hacerlo desde casa que en la oficina. Es una de las principales conclusiones del estudio Teletrabajo, una realidad tras la pandemia, elaborado en Espa?a por EADA Business School y difundido este martes. La preferencia por el teletrabajo se manifiesta buceando en el detalle de la encuesta: el 51% cree que es m¨¢s productivo en casa, el 57% buscar¨ªa otro trabajo si su empresa no le permitiese teletrabajar y el 88% cataloga su experiencia con el teletrabajo como buena o muy buena.
La encuesta, a partir de 638 entrevistas, no recoge el sentir de toda la poblaci¨®n trabajadora. La muestra se circunscribe a profesionales que teletrabajan siempre, ocasionalmente o tienen la posibilidad de hacerlo, la mayor¨ªa de ellos directivos y de empresas de m¨¢s de 50 trabajadores.
La mayor partes de los encuestados, un 51%, cree que es m¨¢s productivo cuando trabaja desde su casa que desde la oficina. Es la proporci¨®n m¨¢s alta que recoge la encuesta, que cumple su tercera edici¨®n. En la de 2020 hac¨ªa esta consideraci¨®n un 50% y en 2021, un 41%. En la misma l¨ªnea se ha contra¨ªdo la porci¨®n de los que creen que son igual de productivos en ambos espacios: empez¨® en el 35% y ahora est¨¢ en el 31%. Los que est¨¢n en desacuerdo eran el 24% en 2020 y ahora son el 18%.
Esta opini¨®n no coincide exactamente con la de los jefes. Son algo menos los que creen que sus equipos son m¨¢s productivos desde casa, un 39%. Son mayor¨ªa los que opinan que la productividad es la misma en casa o en la oficina, un 47%, ante un 14% que observa m¨¢s productividad en el centro de trabajo.
Cabe destacar que el 90% de los jefes afirma sentirse capaz para liderar equipos que trabajan de forma remota. Esta posici¨®n de los responsables conduce a una moderaci¨®n de los l¨ªmites al teletrabajo: hoy un 53% de los encuestados dice que no hay barreras para trabajar desde casa, cuando en 2020 s¨ª las observaba un 24%. ¡°Sin duda hemos aprendido de la experiencia, en este caso inicialmente forzada por las circunstancias. Tanto las empresas como los profesionales hemos ido adquiriendo habilidades que nos permiten aprovechar la modalidad del teletrabajo¡±, opina Aline Masuda, directora del estudio. Cree que ¡°el dilema actual no es si lo utilizamos o no sino cu¨¢l es la proporci¨®n adecuada para mejorar el rendimiento y la vida de los profesionales¡±.
El teletrabajo convence tanto a los encuestados que la mayor¨ªa renunciar¨ªa a su empresa si no pudieran seguir disfrutando de ¨¦l. As¨ª se expresa un 57%. Las que m¨¢s expresan esta opini¨®n son las mujeres, con un 64%, frente al 52% de los hombres. Los que m¨¢s transmiten esta opini¨®n son los m¨¢s j¨®venes, un convencimiento que se va moderando por la edad. El 75% de la generaci¨®n Z (hasta los 25 a?os) dejar¨ªa su empleo si le quitan el teletrabajo, tambi¨¦n lo har¨ªa el 72% de los millennials (de 26 a 40 a?os), el 53% de la generaci¨®n X (de 41 a 55 a?os) y el 38% de los baby boomers (de 56 a 76 a?os). Estos ¨²ltimos, los m¨¢s veteranos, son el ¨²nico grupo en que son menos los que no dejar¨ªan su empleo.
As¨ª, el 50% de los encuestados catalogan su experiencia teletrabajando como muy buena y otro 38% cree que ha sido buena. Solo un10% se pronuncia como neutral y un 2% como mala o muy mala.
Estos resultados no impiden que siga habiendo resistencias en algunas empresas. Un 27% de los encuestados afirma que su empresa ha reducido significativamente el teletrabajo, junto a un 7% que se han quedado sin ¨¦l. Esto conduce al investigador Luciano Strucchi a afirmar que ¡°algunas empresas no est¨¢n viendo lo que sus colaboradores quieren¡±. Un 47% sigue sin cambios y para un 15% se ha expandido esta posibilidad. Entre los encuestados, el 23% teletrabaja una vez a la semana, un 29% dos veces, un 16% tres veces, un 8% cuatro veces, 18% todos los d¨ªas y un 6% nunca.
Desde un punto de vista m¨¢s organizativo, un 71% de las empresas no asume costes por el teletrabajo. Es decir, no paga por el wifi, equipamiento, electricidad o mobiliario ergon¨®mico de sus trabajadores. Las compa?¨ªas est¨¢n obligadas a regular el teletrabajo, con la consecuente compensaci¨®n de gastos, a partir de un 30% de jornada en remoto. De ah¨ª que muchas empresas est¨¦n limitando esta modalidad laboral justo por debajo de ese umbral.
Asimismo, el 83% siente que sus jefes respetan su derecho a desconectar, la misma proporci¨®n que afirma no sentir desconfianza de sus superiores por teletrabajar. El 36% ve esta opci¨®n como un derecho y el 64% restante como un beneficio opcional, y un 91% cree que ha venido para quedarse.
La implantaci¨®n del teletrabajo en Espa?a
Según una encuesta de 40dB. para EL PAÍS y la Cadena SER publicada en enero, solo el 9% de los empleados trabajan siempre desde casa, mientras que el 24% lo hace a veces. Este dato se asemeja con las estadísticas que viene ofreciendo Eurostat, que indica que en 2022 teletrabajaba generalmente un 7,6% de la fuerza laboral española, por debajo de la media europea (10%) y lejísimos de los países más avanzados, como Irlanda (25%) o Finlandia (23%). En total en España teletrabajan unos tres millones de personas.
La encuesta, como la de EADA Business School, también recogía una mayor preferencia de los más jóvenes por el teletrabajo, aunque esto no aplique tal cual a su ejecución. Por generaciones, destaca la implantación en la población de entre 27 a 42 años, con un 41% en suma de los que teletrabajan siempre (9%) y los que lo hacen a veces (32%). Esa proporción está muy por encima del 30% del resto de generaciones, incluidos los Z. Es posible que el escaso teletrabajo entre los más jóvenes tenga que ver con las actividades que suelen desarrollar, muy habitualmente en el comercio o la hostelería. Eso también puede explicar que teletrabajen más hombres (37%) que mujeres (28%), dado que ellas son más, por ejemplo, en las actividades que exigen presencialidad, como los cuidados.
Asimismo, hay una clara brecha de clase respecto al teletrabajo: el 41% de clase alta puede hacerlo al menos algunos días, mientras que entre la clase baja se limita al 20%. Las actividades de oficina, las que se pueden desplazar fácilmente a los hogares, normalmente, se retribuyen mejor que muchas de las que exigen presencialidad.
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