Los ¡°otros¡± del campo espa?ol
Los trabajadores por cuenta ajena del sector no han recibido ning¨²n tipo de ayuda para garantizar un m¨ªnimo ingreso en sus hogares y cubrir la falta de jornales por la sequ¨ªa y la reducci¨®n de las campa?as agr¨ªcolas


Existe una figura ret¨®rica, la sin¨¦cdoque, que consiste en tomar una parte por el todo, y es algo que funciona muy bien est¨¦ticamente en la poes¨ªa. En la econom¨ªa algunos intentan usarla de una forma interesada para esconder una realidad inc¨®moda.
?ltimamente, se ha hecho uso y abuso de esta figura a colaci¨®n de las movilizaciones en defensa del ¡°campo¡± para abordar la problem¨¢tica de una parte de ¨¦l, la m¨¢s ruidosa y la m¨¢s visible. La que encaja en el perfil del agricultor o ganadero, propietario o arrendatario de una o varias explotaciones, o las empresas que se dedican al mismo fin de una forma extensiva. Ese ¡°campo¡± es el que ha aparecido en los medios de comunicaci¨®n, ha llenado la boca de los pol¨ªticos y los gritos de los manifestantes al comp¨¢s de la marcha de los tractores.
Pero, al igual que en la pel¨ªcula de Amen¨¢bar, tambi¨¦n existen ¡°Los otros¡±, los que comparten espacio con los agentes ruidosos, pero a los que parece que nadie ve, ni las Administraciones, ni mucho menos los empleadores agr¨ªcolas y ganaderos.
Se dir¨ªa que, en lo que abarca desde una perspectiva econ¨®mica el t¨¦rmino ¡°campo¡±, no tienen ninguna relevancia las personas que trabajan por cuenta ajena en ¨¦l, a pesar de que son ellas las que, con su trabajo, sacan adelante la producci¨®n de esas explotaciones, las que recogen y manipulan los productos.
Una invisibilidad que es especialmente sangrante por parte de las Administraciones, pues parece que los empleadores agrarios se han convertido en sus ¨²nicos interlocutores cuando se trata del ¡°campo¡±. Desde 2022, el Gobierno ha venido adoptando medidas urgentes y extraordinarias para ayudarles a afrontar el incremento de los costes de la energ¨ªa, de los insumos y las materias primas, propiciados por la guerra en Ucrania, por la sequ¨ªa y otros fen¨®menos clim¨¢ticos. Un apoyo sin precedentes, que desde el Gobierno cuantifican en torno a los 4.000 millones de euros, a los que se suman las ayudas ordinarias que reciben por la PAC, unos 6.800 millones de los que 4.000 son subvenciones directas.
Sin embargo, las personas trabajadoras por cuenta ajena del sector no han recibido pr¨¢cticamente ning¨²n tipo de ayuda para garantizar un m¨ªnimo ingreso en sus hogares y cubrir la falta de jornales por la sequ¨ªa y la reducci¨®n de las campa?as agr¨ªcolas. La ¨²nica excepci¨®n fue la reducci¨®n de peonadas para acceder al subsidio agrario y la renta agraria para los eventuales, solo v¨¢lida en Andaluc¨ªa y Extremadura. Una medida que el RD 7/2023 de 19 de diciembre, pretend¨ªa hacer extensiva al resto de comunidades aut¨®nomas, pero que finalmente decay¨® por convertirse en arma arrojadiza entre los grupos pol¨ªticos.
Una falta de apoyo que sigue condenando a este colectivo de trabajadores y trabajadoras a la invisibilidad, la indefensi¨®n, la precariedad y el abuso. Las Administraciones parecen ignorar, y desde luego no se lo van a contar los que vinieron a colapsar las ciudades con los tractores, que el empleo en el campo espa?ol es de los m¨¢s precarios, de los peores pagados, de los que tiene mayor siniestralidad y de los m¨¢s desregulados de nuestra econom¨ªa.
Resulta parad¨®jico que, mientras algunos empleadores se quejan de que los espa?oles no quieren trabajar en el campo, los cupos para trabajar en la vendimia y en las campa?as agrarias en Francia est¨¦n colapsados y con largas listas de espera.
Quiz¨¢s nadie en el ¡°campo¡± se ha parado a pensar en que la diferencia estriba en unas mejores condiciones laborales, con derechos y salarios dignos. Unos objetivos que los sindicatos, desde la negociaci¨®n colectiva, hemos intentado conseguir, pero siempre hemos chocado con la misma piedra, y es la falta de predisposici¨®n de las patronales sectoriales hacia el di¨¢logo social. No en vano, la sustituci¨®n de la antigua ordenanza laboral franquista tuvo que hacerse a trav¨¦s de un laudo arbitral por el bloqueo patronal.
Y lo mismo ocurre con nuestros reiterados intentos de dotar al sector agropecuario de un convenio estatal que proteja y homogenice las condiciones laborales y los derechos de todas las personas trabajadoras del mismo. El ¨²ltimo intento data de 2016 y, al igual que ocurri¨® con los anteriores, actualmente est¨¢ bloqueado. Las patronales parecen encontrarse m¨¢s c¨®modas con la raqu¨ªtica estructura territorial de negociaci¨®n colectiva, caracterizada por el incumplimiento generalizado de los convenios, salarios m¨ªseros, horas extraordinarias no pagadas, problemas de seguridad y salud, y un largo etc¨¦tera.
Por eso, el pr¨®ximo 11 de abril, las organizaciones sindicales m¨¢s representativas, conjuntamente con las trabajadoras y trabajadores del sector, vamos a manifestarnos ante el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentaci¨®n para hacer extensivo el t¨¦rmino ¡°campo¡± a todas las personas que en ¨¦l trabajan, para que las Administraciones y los empleadores ganaderos y agrarios puedan visualizarlas y comprueben que no son ectoplasmas, que sufren por la precariedad, e incluso por la picaresca de determinados empresarios en la declaraci¨®n de sus jornadas.
El Gobierno y los poderes p¨²blicos han de ser conscientes de que sin estas personas el campo no tiene futuro, y para ello hay que dotarles de unas condiciones laborales dignas que les permitan desarrollar sus proyectos vitales en el medio rural, pues de no ser as¨ª la despoblaci¨®n en la ¡°Espa?a vaciada¡± ser¨¢ irreversible.
Ser¨ªa deseable que, desde el ministerio de Agricultura, se propiciara la cultura del di¨¢logo y crear entornos en los que sindicatos y empresarios podamos interactuar para mejorar la situaci¨®n de estas trabajadoras y trabajadores, y con ello apostar por el desarrollo del medio rural.
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