Bruselas presiona a Espa?a para endurecer el veto a Huawei
La Comisi¨®n Europea pide garant¨ªas al Gobierno de que se cumplir¨¢n las restricciones a la multinacional china para el desarrollo del 5G en el marco del cuarto pago de fondos europeos. El Ejecutivo considera que ya se est¨¢n aplicando
Bruselas est¨¢ reclamando al Gobierno espa?ol pruebas de que ha implantado un sistema eficaz para limitar el acceso de Huawei a la red 5G. La Comisi¨®n Europea ya concedi¨® a Espa?a a mediados de marzo un aplazamiento de dos meses para la evaluaci¨®n del cuarto pago de fondos europeos, dotado con 10.000 millones de euros y que recoge hitos que deb¨ªan haber estado listos a finales de 2022. Los parones electorales y la gesti¨®n de un plan tan ambicioso han hecho que el Gobierno espa?ol acumule m¨¢s de un a?o de retraso. El aplazamiento se ha justificado porque todav¨ªa no se ha conseguido aprobar la reforma del subsidio de paro y por unas modificaciones t¨¦cnicas que permitir¨ªan comprobar m¨¢s f¨¢cilmente el cumplimiento de los objetivos. Sin embargo, hay m¨¢s: seg¨²n fuentes conocedoras, Bruselas presiona al Ejecutivo para que le brinde las garant¨ªas suficientes de que se van a aplicar restricciones a los suministradores de riesgo en el despliegue del 5G. En la pr¨¢ctica, supondr¨ªa endurecer el veto a la multinacional china Huawei para no dejar en sus manos la autonom¨ªa estrat¨¦gica europea. Se trata de uno de los hitos que se tendr¨ªa que completar para el cuarto pago de fondos y que se est¨¢ valorando en estos momentos.
El Gobierno da el compromiso por zanjado: ¡°Est¨¢ cumplido con la aprobaci¨®n el 30 de abril del esquema de seguridad 5G. Los pasos est¨¢n consensuados y no hay debate¡±, se?ala el Ministerio de Transformaci¨®n Digital. En este real decreto se establece la posibilidad de designar suministradores de riesgo y se obliga a los operadores a hacer an¨¢lisis de riesgos y a diversificar el suministro de la tecnolog¨ªa. Pero Bruselas tiene todav¨ªa que decidir si se est¨¢n ofreciendo las garant¨ªas suficientes. Por un lado, la Comisi¨®n no quiere, bajo ning¨²n concepto, que se usen recursos comunitarios para financiar el desarrollo del 5G con tecnolog¨ªa de Huawei. As¨ª ha sucedido con el despliegue de la red rural sufragada con fondos europeos. Para asegurarse de que no entrara Huawei, el Gobierno y la Comisi¨®n acordaron que los operadores asumieran el coste de reemplazar al proveedor si este se calificaba de riesgo. Ante esta amenaza, los operadores evitar¨ªan contratar a Huawei. Sin embargo, el ministro de Transformaci¨®n Digital, Jos¨¦ Luis Escriv¨¢, ha manifestado en p¨²blico que no tiene intenci¨®n de elaborar una lista de suministradores de riesgo. Y estas declaraciones no han gustado en Bruselas, ya que si no se va a publicar un listado y no existe la posibilidad de que se designen los suministradores de riesgo, entonces la amenaza en realidad quedar¨ªa descafeinada.
El otro motivo de discusi¨®n radica en la seguridad del 5G. El esquema aprobado permite identificar y designar ¨¢reas cr¨ªticas de la red. Seg¨²n explican fuentes del sector, Huawei apenas est¨¢ en el n¨²cleo de la red troncal de los principales operadores espa?oles: Telef¨®nica, Masorange y Vodafone. Tampoco en los servicios de gesti¨®n. Pero s¨ª que se encuentra b¨¢sicamente en las antenas. La Comisi¨®n querr¨ªa comprobar c¨®mo se van a aplicar restricciones a Huawei en estas ¨¢reas sensibles.
El Gobierno alega que con el esquema de seguridad ya ha fijado un formato para declarar a Huawei suministrador de riesgo. Y que la simple amenaza ya est¨¢ haciendo que los operadores no contraten con la multinacional china. Escriv¨¢ tiene que convencer a la Comisi¨®n de que su esquema ser¨¢ eficaz.
Los vetos a Huawei empezaron con el Gobierno de Donald Trump en Estados Unidos, cuando en mayo de 2019 incluy¨® a la multinacional china en la lista de amenazas para la seguridad nacional argumentando que estaba al servicio del partido comunista y que pod¨ªa usar sus equipos para el espionaje. Esto oblig¨® a Google a retirar a Huawei los permisos para que sus tel¨¦fonos pudieran utilizar el sistema operativo Android y, por lo tanto, aplicaciones como Gmail o Maps. E hizo que Meta le quitara WhatsApp. Empresas como Intel o Qualcomm dejaron de venderle chips. Y se prohibi¨® el acceso del conglomerado empresarial chino a las redes de 5G. Pa¨ªses como Canad¨¢ o Jap¨®n tambi¨¦n han impuesto este tipo de vetos. Y la Administraci¨®n de Biden ha continuado con estas pol¨ªticas.
Giro en Europa
En Europa, la Comisi¨®n dio al principio v¨ªa libre para que los Estados hicieran lo que consideraran oportuno. Pero tras la guerra de Ucrania, Bruselas ha aprendido la lecci¨®n sobre autonom¨ªa estrat¨¦gica: no parec¨ªa razonable que en Europa hubiera m¨¢s exposici¨®n al 5G chino que al gas ruso, sobre todo cuando este va a adquirir una gran importancia y se puede piratear por tener una arquitectura abierta. El comisario europeo de Mercado Interno, Thierry Breton, ya inst¨® el a?o pasado a los Estados miembro a actuar de forma r¨¢pida y eficaz: en un comunicado de junio dijo que Huawei y ZTE ¡°representan riesgos sustancialmente mayores¡±.
Pero, seg¨²n fuentes del sector, Espa?a se ha puesto de perfil y no ha sido tan contundente como recomienda la Comisi¨®n: aunque s¨ª que ha establecido en la legislaci¨®n la posibilidad de identificar a proveedores de 5G como de alto riesgo, lo ha hecho sin la concreci¨®n que le gustar¨ªa a Bruselas. Por ejemplo, en el real decreto que ha aprobado sobre el esquema de seguridad del 5G, dice que el Gobierno ¡°podr¨¢ calificar que determinados suministradores 5G son de alto riesgo¡±. Pero en ning¨²n caso estipula la obligatoriedad de hacerlo, lo que en el fondo deja abierta la posibilidad a que nunca se haga. As¨ª figura el art¨ªculo 15. Seg¨²n expertos consultados, el texto deja el peso de la responsabilidad a los operadores y es lo suficientemente ambiguo como para que el Ejecutivo pueda levantar las manos y no hacer nada.
El Gobierno y varios expertos consultados argumentan que el hecho de que se haya creado este mecanismo ya est¨¢ logrando que los operadores no contraten a Huawei. Sin embargo, la Comisi¨®n empuja aprovechando que este es un hito comprometido para el cuarto pago de fondos europeos. Este dice que la ley espa?ola tiene que cumplir con la caja de herramientas europea sobre seguridad del 5G. Y especifica: ¡°Imposici¨®n a los operadores de telecomunicaciones de obligaciones en materia de evaluaci¨®n y gesti¨®n del riesgo en lo relativo a la seguridad; imposici¨®n de obligaciones en materia de diversificaci¨®n de la cadena de suministro con el fin de evitar la dependencia tecnol¨®gica; medios para identificar a los vendedores de alto riesgo y de riesgo medio y posibles limitaciones del recurso a los mismos¡±. En este ¨²ltimo punto es donde ahora Bruselas quiere centrar las conversaciones.
La Comisi¨®n tendr¨¢ que valorar si el Gobierno cumple con estas exigencias de forma estricta. Hace dos a?os, el entonces secretario de Estado de Telecomunicaciones, Roberto S¨¢nchez, dijo que no publicar¨ªa la lista de proveedores de riesgo. Y el actual ministro del ramo, Jos¨¦ Luis Escriv¨¢, ha declarado que no har¨¢ o no publicar¨¢ el listado. El Gobierno defiende que ha regulado lo suficiente y que est¨¢ haciendo lo mismo que otros pa¨ªses. Sin embargo, en realidad casi todos se est¨¢n ci?endo a las directrices de la Comisi¨®n. Los escandinavos, los b¨¢lticos, Francia o Italia ya est¨¢n poniendo barreras operativas a Huawei. Por ejemplo, Portugal, a pesar de las presiones chinas, aprob¨® un listado de suministradores de riesgo que no hizo p¨²blico pero que entreg¨® a los operadores. No obstante, el Ejecutivo espa?ol puede ampararse en que Alemania est¨¢ abordando el problema de forma muy parecida a Espa?a. Berl¨ªn nunca ha querido enemistarse con los chinos, a los que considera socios comerciales esenciales.
El capital chino cobra ahora importancia en Espa?a en un momento en el que el Gobierno necesita inversores privados para la reindustrializaci¨®n del pa¨ªs y para sus proyectos estrat¨¦gicos financiados con fondos europeos. Son los casos de Envisi¨®n con la f¨¢brica de bater¨ªas en Extremadura, la planta de Nissan en la que ha entrado Chery o la de Airbus que ha comprado Zhenshi para producir palas e¨®licas.
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