La nueva era del proteccionismo: el mundo supera las 27.000 medidas intervencionistas desde 2019
Desde 2008 se han contabilizado alrededor de 58.000 actuaciones que atentan contra el comercio internacional y la cifra sigue en aumento
En el mundo de la posguerra fr¨ªa, cualquier presidente que prometiera aumentar los aranceles habr¨ªa firmado su carta de despedida en la pol¨ªtica. Hoy en d¨ªa, y despu¨¦s de d¨¦cadas de aperturismo y ventajas comerciales de todo tipo para atraer inversi¨®n, el proteccionismo ha vuelto. Y lo hace adapt¨¢ndose a los nuevos tiempos, con el miedo a las crisis financieras en la retina. Desde noviembre de 2008, se han contabilizado alreded...
En el mundo de la posguerra fr¨ªa, cualquier presidente que prometiera aumentar los aranceles habr¨ªa firmado su carta de despedida en la pol¨ªtica. Hoy en d¨ªa, y despu¨¦s de d¨¦cadas de aperturismo y ventajas comerciales de todo tipo para atraer inversi¨®n, el proteccionismo ha vuelto. Y lo hace adapt¨¢ndose a los nuevos tiempos, con el miedo a las crisis financieras en la retina. Desde noviembre de 2008, se han contabilizado alrededor de 58.000 intervenciones gubernamentales discriminatorias contra el comercio internacional, seg¨²n Global Trade Alert, el principal repositorio mundial de cambios de pol¨ªticas que afectan al comercio y la inversi¨®n globales. De este total, m¨¢s de la mitad se han registrado en los ¨²ltimos cinco a?os. En cambio, el n¨²mero de actuaciones que favorecen este intercambio se limita a poco m¨¢s de 10.900.
Ning¨²n pa¨ªs est¨¢ exento de pol¨ªticas intervencionistas que van desde barreras arancelarias hasta subsidios locales, aunque destacan en la franja alta de la lista Brasil, Alemania, Canad¨¢, Italia, Reino Unido, India, Francia y Espa?a. Los referentes indiscutibles son, sin embargo, China y Estados Unidos: dos de los Estados que m¨¢s se han beneficiado del libre mercado y la globalizaci¨®n.
La pugna comercial entre estos dos gigantes viene de a?os atr¨¢s, pero ahora se ha abierto un nuevo frente con Europa. Bruselas inform¨® este verano ¡ªun mes despu¨¦s que EE UU¡ª su decisi¨®n de imponer aranceles de hasta el 48% a las importaciones de coches el¨¦ctricos provenientes del pa¨ªs asi¨¢tico. La consecuencia ha sido que ambas partes se han enfrascado en una serie de golpes y contragolpes que parecen no tener fin: el 14 de agosto, Pek¨ªn present¨® una queja formal ante la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC) por la investigaci¨®n antisubvenciones de la Uni¨®n Europea, y esta semana la Comisi¨®n Europea puso sobre la mesa la posibilidad de imponer aranceles del 19% a los coches Tesla importados desde China, una tasa que pr¨¢cticamente duplica a la actual. Y aunque el Viejo Continente se plantea un ajuste levemente a la baja para el resto de coches el¨¦ctricos, es evidente que mantiene el pulso con su competidor por los controvertidos subsidios a este tipo de veh¨ªculos.
M¨¢s all¨¢ del motor, Pek¨ªn ha movido ficha en la escalada del conflicto y esta semana ha anunciado una investigaci¨®n antisubvenciones sobre los productos l¨¢cteos importados de la UE, entre los que destaca el queso fresco y azul, la leche y la nata. De los 20 programas que se investigar¨¢n, siete est¨¢n bajo la Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n (PAC), mientras que 13 funcionan a nivel nacional en Austria, la regi¨®n belga de Flandes, Croacia, Rep¨²blica Checa, Finlandia, Italia, Irlanda y Rumania. En respuesta, Bruselas ha emitido un comunicado en el que ha prometido que ¡°defender¨¢ firmemente los intereses de la industria l¨¢ctea de la UE y la Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n, e intervendr¨¢ seg¨²n sea apropiado para garantizar que la investigaci¨®n cumpla plenamente con las normas pertinentes de la OMC¡±.
La evidencia habla de una nueva fase combativa que amenaza con profundizar las fracturas internacionales que se han abierto desde el estallido de la pandemia y desafiar d¨¦cadas de ortodoxia de libre mercado. La ruptura de la cadena de suministros hizo a los pa¨ªses conscientes de la gran vulnerabilidad a la que estaban expuestos. La invasi¨®n rusa de Ucrania y el retraso en la entrega de trigo y cereales alimentaron ese miedo hasta el punto de que algunos gobiernos invocaron excepciones al acuerdo de la OMC que proh¨ªbe restricciones cuantitativas a la importaci¨®n o exportaci¨®n de cualquier producto.
Los Estados se han repuesto de la mayor¨ªa de golpes asestados por la covid y la guerra, pero sus efectos en los mercados energ¨¦ticos y los patrones comerciales persistir¨¢n. ¡°Hay una reorganizaci¨®n de las cadenas productivas debido a que muchas empresas han decidido reubicar la producci¨®n m¨¢s cerca de los lugares de consumo, y tambi¨¦n se observa un auge del regionalismo con los llamados bloques comerciales y un debilitamiento de la OMC que se han acentuado desde la pandemia¡±, explica Raymond Torres, director de coyuntura econ¨®mica de Funcas. La propia presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, ha reconocido estos cambios: ¡°Nos enfrentamos a una divisi¨®n geopol¨ªtica cada vez m¨¢s profunda y a una econom¨ªa global que se est¨¢ fragmentando en bloques competitivos¡±, dijo en el verano pasado durante un simposio en Estados Unidos.
La reciente guerra comercial
Seg¨²n explica Global Trade Alert en uno de sus informes de mayo, las restricciones comerciales americanas tienen un efecto domin¨®. ¡°Hay amplia evidencia que demuestra que cuando Estados Unidos toma medidas para restringir las importaciones, la Uni¨®n Europea y varios miembros del G-20 a menudo hacen lo mismo y aumentan los aranceles en el mismo sector¡±, se?ala el documento. Recuerda adem¨¢s, que un a?o despu¨¦s de que la Administraci¨®n de Obama impusiera aranceles a los paneles solares chinos (en 2012), Bruselas anunci¨® derechos antidumping provisionales sobre las importaciones del mismo material ¡ªla decisi¨®n fue el resultado de una investigaci¨®n que dur¨® nueve meses y que demostr¨® que ¡°el precio justo de un panel solar chino vendido a Europa deber¨ªa ser un 88% m¨¢s caro que el precio de ese momento¡±¡ª.
Lo cierto es que China y Estados Unidos llevan a?os enfrascados en una guerra comercial que ha terminado por limitar sus importaciones provenientes del pa¨ªs contrario. La tensi¨®n se ha agudizado desde 2018, cuando el entonces presidente, Donald Trump, anunci¨® la entrada en vigor de un arancel del 10% a una lista de 5.745 productos chinos valorados en 200.000 millones de d¨®lares. Esta fue la segunda fase del cerco comercial impuesto por Washington, pues meses antes hab¨ªa impuesto aranceles adicionales a productos chinos por 50.000 millones, una medida que fue respondida por Pek¨ªn en la misma proporci¨®n. Lejos de quedar ah¨ª, la batalla alcanz¨® un nuevo punto de inflexi¨®n en mayo de este a?o con el nuevo impuesto del 100% sobre los veh¨ªculos el¨¦ctricos chinos.
Las relaciones comerciales entre Bruselas y Washington tambi¨¦n se han visto perturbadas en estos a?os, bajo el mandato de Trump y su pol¨¦mica decisi¨®n de fijar aranceles del 25% al acero y del 10% al aluminio europeo. En respuesta a la medida, impuesta en 2018, la UE anunci¨® tasas de reequilibrio a las exportaciones estadounidenses por un valor de 2.800 millones de euros. La pugna dur¨® hasta finales de 2021, cuando ambas partes alcanzaron un acuerdo que se mantiene hasta la fecha.
M¨¢s all¨¢ de estos gigantes econ¨®micos, los organismos internacionales creen que en los ¨²ltimos a?os la pol¨ªtica industrial se ha hecho m¨¢s intervencionista tanto en los pa¨ªses desarrollados como en los emergentes. En un informe publicado a inicios de a?o, el Fondo Monetario Internacional se?alaba que, tan solo en 2023, el 71% de las medidas implementadas en este ¨¢mbito distorsionaron el comercio. La f¨®rmula m¨¢s utilizada por los Estados son los subsidios a los productores nacionales; sin embargo, el segundo tipo de pol¨ªticas m¨¢s frecuente en las econom¨ªas avanzadas son los incentivos a la exportaci¨®n, seguidos de otras pol¨ªticas de localizaci¨®n, como las adquisiciones p¨²blicas y los controles de inversiones. En las econom¨ªas emergentes y en desarrollo, las barreras a las importaciones son el segundo grupo m¨¢s frecuente.
El uso de estas pol¨ªticas var¨ªa seg¨²n el territorio. Por ejemplo, en materia de incentivos a la exportaci¨®n, Canad¨¢, Alemania, Jap¨®n y Corea son las jurisdicciones con el mayor n¨²mero de intervenciones, mientras que Estados Unidos y la India son las que m¨¢s dependen de medidas de localizaci¨®n. En el caso de las restricciones a las exportaciones, China, India y Rusia encabezan la lista.
En el caso europeo, hay dos factores que determinar¨¢n si las medidas proteccionistas se expanden en el medio plazo. ¡°Por un lado, tenemos el lobby de empresarios europeos, cuyos intereses son distintos a los americanos¡±, detalla Luis Pinheiro de Matos, especialista en mercados internacionales de CaixaBank Research. En su opini¨®n, el Partido Popular Europeo se ha erigido como el gran defensor de la industria europea, por lo que no har¨¢ nada que moleste al sector, con independencia de c¨®mo se resuelva el puzle pol¨ªtico que dejaron las elecciones europeas. ¡°Esto es clave porque la industria alemana no quiere un aumento descontrolado de aranceles hacia China¡±, a?ade. El otro punto a tener en cuenta es el posible segundo mandato en Estados Unidos de Donald Trump que, de concretarse, generar¨ªa m¨¢s presi¨®n directa e indirecta a la UE para que se alinee a su pol¨ªtica comercial.
A la espera de lo que ocurra en los pr¨®ximos meses, los analistas y organismos internacionales prev¨¦n una fase de inversi¨®n por parte del sector privado y las administraciones p¨²blicas ¡ªnecesaria en esta recomposici¨®n de las cadenas productivas¡ª y mayores limitaciones de oferta que pueden presionar los mercados de materias primas, as¨ª como impactar en la evoluci¨®n de los precios.
En 2023 los intercambios de bienes a nivel global ya fueron negativos, algo que solo ha ocurrido dos veces en casi 50 a?os, seg¨²n detalla Ra¨²l M¨ªnguez, director del servicio de estudios de la C¨¢mara de Comercio de Espa?a. ¡°Queda por ver en qu¨¦ medida se articula una nueva l¨ªnea comercial entre los distintos bloques, porque hay otra variable de por medio y es que en el ¨²ltimo lustro el intercambio de bienes ha crecido a un menor ritmo que el PIB mundial, cuando lo usual era que duplicara esta tasa¡±, detalla. Para este a?o, las perspectivas de la OMC son que el comercio mundial de mercanc¨ªas aumente este a?o un 2,6%, lo que supondr¨ªa una recuperaci¨®n del dinamismo despu¨¦s de la contracci¨®n experimentada el a?o pasado. No obstante, el analista admite que hay mucha incertidumbre y cabe la posibilidad de que los niveles vuelvan a ser inferiores al PIB global.
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