El campo se jubila

Los agricultores y ganaderos que llegan a la edad de jubilaci¨®n no se van. Y los j¨®venes son reacios a incorporarse a la explotaci¨®n familiar para un relevo generacional: otros no llegan al campo desde fuera por razones que van de las econ¨®micas (coste de una primera instalaci¨®n y rentabilidad), a las sociales (imagen del agricultor ante la sociedad) o a las condiciones de vida (servicios m¨ªnimos en una gran parte del territorio rural vaciado).

El sector agrario envejece con la jubilaci¨®n o los abandonos y no hay relevos suficientes. La actividad mantiene sus cifras macroecon¨®micas con m¨¢s tecnolog¨ªa y costes en manos de menos profesionales, pero dando paso a la presencia de grandes fondos de inversi¨®n ajenos al campo y a otros grupos agroalimentarios con peso en los mercados frente a los agricultores individuales.

Seg¨²n los datos contenidos en el ¨²ltimo censo agrario, oficialmente en 2020 exist¨ªan en Espa?a 915.000 explotaciones sobre el papel, con una reducci¨®n del 7,6% sobre el censo anterior. En la pr¨¢ctica, las ayudas de la PAC las perciben m¨¢s de 600.000 agricultores y ganaderos, considerando que hay actividades que no reciben ayudas, pero se estima que los profesionales del campo no llegan a los 300.000. Crece el n¨²mero de las explotaciones m¨¢s grandes por compras o arrendamientos y se reduce el n¨²mero de las m¨¢s peque?as, lo cual es un dato positivo. Sobre una superficie agraria ¨²til total de 23 millones de hect¨¢reas, m¨¢s de 12 millones se labran desde la propiedad y otras m¨¢s de nueve bajo un r¨¦gimen de arrendamiento. No sobra tierra de cultivo, fundamentalmente donde tienen una m¨ªnima rentabilidad, pero se mantiene la tendencia de ir abandonando las superficies menos productivas ante los incrementos de costes y los bajo rendimientos.

El mapa de un sector agrario envejecido y en proceso de agravamiento de la situaci¨®n, viene determinado por el hecho de que m¨¢s del 40% de los jefes de explotaci¨®n, seg¨²n el Censo Agrario de 2020, sean o no titulares de la misma, ten¨ªan en ese ejercicio m¨¢s de 65 a?os y solo un 8% edades inferiores a los 40 a?os. Este colectivo de profesionales de edad avanzada concentraba explotaciones que supon¨ªan solo el 27% de la superficie y el 20% en t¨¦rminos econ¨®micos. Por el contrario, los j¨®venes operaban mayoritariamente en explotaciones m¨¢s dimensionadas fundamentalmente con tierras arrendadas. Del colectivo de m¨¢s de 65 a?os, la media de edad supera los ligeramente los 76 a?os.

Del conjunto de los jefes de explotaci¨®n, 650.000 corresponden a hombres y 261.000 a mujeres. En los hombres, 332.000 tienen edades de entre 40 y 64 a?os, 266.000 m¨¢s de 65 a?os y solamente 54.000 son menores de 40 a?os. En el caso de las mujeres se repite el mismo escenario: solo 16.000 con menos de 40 a?os, 134.000 con entre 40 y 64 a?os y 111.000 por encima de 65 a?os. El n¨²mero de mujeres te¨®ricamente al frente de las explotaciones se ha incrementado en los ¨²ltimos a?os en un 22%, con un peso muy importante de las explotaciones ganaderas, especialmente en Galicia y Asturias.

Progresivo envejecimiento

A pesar de los cambios en el reparto de poder en el campo en funci¨®n de la edad, las personas con edades superiores a los 65 a?os se mantienen con car¨¢cter general como los propietarios de sus explotaciones. Por el contrario, ganan dimensi¨®n las explotaciones de los j¨®venes v¨ªa fundamentalmente de los arrendamientos. Un dato significativo es la mayor presencia de los grandes fondos de inversi¨®n en la actividad agraria y agroalimentaria, que han pasado en los ¨²ltimos a?os de una decena a casi 200, as¨ª como a grandes grupos agroalimentarios.

Frente al progresivo envejecimiento de los activos agrarios, las pol¨ªticas para el relevo generacional han sido una constante en los a?os precedentes. Sin embargo, a la vista de los resultados, la incorporaci¨®n de unos 16.000 j¨®venes, la impresi¨®n es que las mismas han sido muy insuficientes para el volumen del problema, tanto desde la perspectiva de los apoyos financieros a otros ligados al uso y la propiedad de la tierra, las pol¨ªticas de arrendamientos u otras alternativas.

Ante esta situaci¨®n, Agricultura y las comunidades aut¨®nomas celebraron su ¨²ltima Conferencia Sectorial sobre el relevo generacional y el rejuvenecimiento de los activos agrarios. Uno de los compromisos adquiridos fue la elaboraci¨®n de un cat¨¢logo sobre posibles medidas encaminadas a lograr un cambio en la din¨¢mica de envejecimiento de los profesionales del campo. De entrada, Agricultura contempla tambi¨¦n actuar con una nueva Ley sobre la Agricultura Familiar anunciada en los ¨²ltimos d¨ªas por el ministro Luis Planas con los mismos objetivos de facilitar la permanencia en el campo de los m¨¢s j¨®venes, el relevo generacional y, entre otros retos, evitar la permanente divisi¨®n y subdivisi¨®n de las explotaciones que amenazan tambi¨¦n una actividad m¨¢s viable.

En el marco de esos debates, a iniciativa de Agricultura se celebr¨® igualmente el denominado Foro J¨®venes para analizar el actual contexto donde se tiene que mover ese colectivo a la hora de apostar y desarrollar por la actividad agraria. Entre las conclusiones de ese Foro se estima que hay, al menos, cinco factores que dificultan la movilizaci¨®n de las mismas como es el mayor coste de las superficies de m¨¢s calidad para el cultivo, aspectos socioecon¨®micos y de apego a la retirada de los propietarios de edad, limitaciones f¨ªsicas por unas estructuras muy minifundistas y los altos niveles de protecci¨®n medioambiental en muchos territorios o el cambio clim¨¢tico que no permite seguir con los cultivos tradicionales. Ante esa problem¨¢tica, se plantea la necesidad de m¨¢s debates sobre los bancos de tierras y bancos de explotaciones, para una gesti¨®n colectiva de la tierra, las producciones ecol¨®gicas y la necesidad de movilizar recursos ociosos, bien de car¨¢cter p¨²blico o privado.

Revisi¨®n

Desde una perspectiva financiera se considera necesaria una revisi¨®n de los instrumentos puestos ya en marcha desde el Ministerio de Agricultura y el ICO, las actividades y competencias de la sociedad de gesti¨®n Saeca, instrumentos que se complementan con las diferentes actuaciones desde algunas entidades financieras con sus l¨ªneas Agro. En esta l¨ªnea se reivindica que no haya un solo agricultor joven que no se pueda incorporar a la actividad por falta de soportes financieros o por avales excesivos.

Por ese mismo motivo se reclama ampliar el periodo de cinco a?os para ser joven agricultor y seguir con la ayuda hasta que se consolide en el negocio; que las exigencias en cuanto a UTAs (mano de obra necesaria) sean diferentes en funci¨®n de cada realidad agraria y de cada territorio; que los j¨®venes que se incorporen sin ayudas tengan un complemento a la renta; que Hacienda flexibilice la tributaci¨®n de los planes de incorporaci¨®n, una carga, a veces imposible para los j¨®venes; que las cuotas a la Seguridad Social sean m¨¢s bajas no solo en los primeros cinco a?os y, finalmente, que se mantengan los servicios de asesoramiento, una disminuci¨®n de la burocracia y agilizar los pagos.

En la misma l¨ªnea y con el mismo objetivo de rejuvenecer y lograr ese relevo generacional, desde la Direcci¨®n General de Desarrollo Rural, Innovaci¨®n y Formaci¨®n Agroalimentaria, su responsable, Isabel Bombal, ha planteado la estrategia denominada ¡°Formaci¨®n Agroalimentaria-Siembra, Crece y Cosecha tu Futuro¡±, respondiendo a la necesidad de impulsar la profesionalizaci¨®n promoviendo la incorporaci¨®n de los j¨®venes con formaci¨®n profesional en el ¨¢mbito agroalimentario. Esta estrategia responde a una pol¨ªtica para prestigiar a los profesionales del sector, atraer talento al campo, impulsar la profesionalizaci¨®n, la digitalizaci¨®n y, adem¨¢s, hacer una evaluaci¨®n permanente de los resultados. Desde Uni¨®n de Uniones, se valora positivamente esta estrategia siempre que haya un seguimiento econ¨®mico de los resultados y exista una coordinaci¨®n con el conjunto de los departamentos ministeriales y con las Comunidades Aut¨®nomas.

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