El s¨ªndrome del trabajador quemado persigue a Lagarde en la torre del BCE
El 9% de los empleados del banco central han tenido ideaciones suicidas, seg¨²n una encuesta encargada por los sindicatos
Los trabajadores del Banco Central Europeo (BCE) est¨¢n quemados. Casi el 40% de la plantilla asegura que est¨¢ al borde de sufrir un s¨ªndrome de desgaste profesional (burnout, en la jerga) y hasta el 9% ha pensado en el suicidio. Todo un desaf¨ªo para la presidenta de la instituci¨®n, Christine Lagarde, ahora que ha conseguido embridar la inflaci¨®n. Los datos proceden de una encuesta encargada por Ipso, el sindicato mayoritario entre los empleados del organismo, con sede en Fr¨¢ncfort, Alemania. La proporci¨®n de trabajadores del BCE que, seg¨²n los autores del estudio, corren el riesgo de sufrir burnout aument¨® del 33,2% en la encuesta anterior de 2021, al 38,9% este a?o. En 2024, 146 empleados, el 9,1% de los encuestados, declararon haber tenido pensamientos suicidas, frente al 6,1% de 2021.
¡°Hace a?os que venimos advirtiendo a Lagarde y a su equipo de que la situaci¨®n est¨¢ empeorando, pero no se han tomado este problema en serio¡±, explica Carlos Bowles, vicepresidente de Ipso. El sondeo fue realizado entre abril y mayo sobre 1.600 trabajadores del banco central, de los 5.100 que componen la plantilla del organismo. La mayor parte tiene su puesto en la gran torre del BCE, en la margen derecha del r¨ªo Meno. Los sueldos van de los 40.000-70.000 euros anuales para los reci¨¦n incorporados a los 70.000-120.000 euros para los cargos intermedios. ¡°La gran cuesti¨®n no es solo la sobrecarga de trabajo, sino los casos de favoritismo y el desprecio por parte de los superiores¡±, relata Bowles. ¡°Tambi¨¦n hay un grave problema de precariedad laboral¡±.
Desde el BCE, una portavoz explica que se toman ¡°muy en serio¡± el bienestar de su personal, que han tomado medidas para solucionar los problemas de salud mental. Tambi¨¦n subraya que toda la plantilla ¡°tienen acceso a servicios de apoyo a la salud mental y f¨ªsica, incluidos consejeros sociales, asesores m¨¦dicos y una l¨ªnea telef¨®nica de ayuda confidencial disponible 24 horas del d¨ªa¡±.
Las causas
Pero, ?por qu¨¦ los empleados de una de las instituciones europeas m¨¢s poderosas est¨¢n tan quemados? De acuerdo con Bowles, la percepci¨®n de favoritismos en algunos ascensos es la causa m¨¢s mencionada. Muchos tienen la sensaci¨®n de que las posibilidades de promoci¨®n no tienen que ver con los m¨¦ritos acumulados, sino con la red de contactos. ¡°Durante a?os nos hemos enfrentado a denuncias generalizadas de fallos en la contrataci¨®n y ascensos ama?ados, con la inevitable consecuencia de que muchos compa?eros muy trabajadores desarrollaron s¨ªntomas psicosom¨¢ticos y su salud mental sufre¡±, explica Bowles.
Entre los s¨ªntomas que refieren el 72% de los trabajadores est¨¢n los dolores de cabeza frecuentes, insomnio y problemas digestivos y de concentraci¨®n. Bowles considera que el estr¨¦s que sufre buena parte de la plantilla puede acabar repercutiendo en sus funciones dentro del organismo, y podr¨ªa derivar en una toma de decisiones err¨®nea, que afectar¨ªa a cientos de millones de europeos.
Adem¨¢s de los favoritismos, otro problema que ha enfrentado a los sindicatos con el BCE ha sido la cuesti¨®n salarial. El a?o pasado el personal obtuvo un aumento salarial del 4%, menos de la mitad de la tasa de inflaci¨®n de la zona euro el a?o anterior, aunque en l¨ªnea con las subidas medias de sueldos para los trabajadores de la zona euro.
Poco a poco, la c¨²pula del organismo con sede en Fr¨¢ncfort se ha ido alejando de sus trabajadores. En otro informe encargado por el sindicato Ipsos se revela que el 51% de los encuestados no avala la gesti¨®n de Christine Lagarde como presidenta. En esa encuesta tambi¨¦n se revela que el 82% est¨¢ frustrado por las posibilidades de ascenso y el 77% se queja de la falta de protecci¨®n de su poder adquisitivo.
Idiosincrasia
El caldo de cultivo para que se haya fraguado esta situaci¨®n se explica por la constituci¨®n e idiosincrasia del BCE. Cuando el banco central de la zona euro se cre¨® en 1998, se prefiri¨® dejar a su propio criterio todo lo relativo a la contrataci¨®n de personal y a las disputas laborales. As¨ª, se garantizar¨ªa mejor la independencia de la instituci¨®n a la hora de fijar la pol¨ªtica monetaria. Pero, al final, esa autarqu¨ªa ha degenerado en un sistema de acceso y promoci¨®n donde, al menos de acuerdo con los sindicatos y algunos trabajadores, priman los enchufes m¨¢s que la meritocracia. Una trabajadora espa?ola, que durante cinco a?os trabaj¨® en el BCE, recuerda que en el organismo ¡°las promociones casi siempre se explicaban por favoritismo y cercan¨ªa... Es un estamento basado en el nepotismo¡±.
Adem¨¢s, los due?os del BCE ¡ªlos bancos nacionales de cada uno de los pa¨ªses de la zona euro¡ª, han sido muy cicateros con los presupuestos para contratar m¨¢s personal. Esto ha hecho que el organismo siempre haya estado corto de recursos humanos. Para compensarlo, se ha recurrido en exceso a contratos temporales, subcontrataciones y otras figuras que precarizan el trabajo, lo que ha contribuido a a?adir m¨¢s estr¨¦s e incertidumbre a buena parte de la plantilla de organismo. Una plantilla exhausta despu¨¦s de 25 a?os de crisis bancarias, avances hacia la supervisi¨®n ¨²nica y lucha contra inflaci¨®n.
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