La inversi¨®n p¨²blica creci¨® un 28% tras la pandemia frente al hundimiento de la Gran Recesi¨®n
El cambio de estrategia en la respuesta europea ha sido fundamental, argumenta un estudio de la Fundaci¨®n BBVA y el Ivie
La respuesta que dio la Uni¨®n Europea a la crisis de la pandemia fue muy distinta de la que se articul¨® con la Gran Recesi¨®n. Y se ha plasmado en unas diferencias abrumadoras en los datos de inversi¨®n p¨²blica: mientras que tras la covid, entre 2019 y 2023, esta partida creci¨® en Espa?a un 28%, entre 2007 y 2011 se hundi¨® un 23%, seg¨²n un estudio de la Fundaci¨®n BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Econ¨®micas (Ivie). ¡°Una de las respuestas m¨¢s frecuentes ante las crisis es reducir la inversi¨®n p¨²blica¡±, dice el informe. Y explica que seguramente esto se deba a que causa ¡°menos tensiones sociales¡±, aunque luego pueda tener ¡°importantes implicaciones a largo plazo al comprometer el crecimiento futuro¡±.
En situaciones de crisis, argumentan los autores, la visi¨®n keynesiana recomienda una pol¨ªtica antic¨ªclica que aumente la inversi¨®n. Sin embargo, la respuesta m¨¢s habitual es dejarse dominar por el corto plazo y tratar de aguantar el gasto corriente a costa de la inversi¨®n. ¡°El an¨¢lisis de las dos ¨²ltimas crisis nos ense?a que el cambio de estrategia ha sido muy positivo para la econom¨ªa espa?ola¡±, concluyen. Y recuerdan que en ambos casos las respuestas han estado ¡°muy condicionadas¡± por las pol¨ªticas que aplic¨® la UE.
Las dos crisis sorprendieron a Espa?a en una situaci¨®n de debilidad. El hundimiento financiero de 2008 cogi¨® a la econom¨ªa espa?ola con una burbuja inmobiliaria, un elevado endeudamiento y una p¨¦rdida de competitividad. La de la covid afect¨® a actividades como el turismo y la hosteler¨ªa, de las que depend¨ªa mucho el tejido productivo espa?ol. Pero la salida fue muy distinta debido a la diferentes respuestas que orquest¨® Europa. Aunque el informe no lo menciona, fue crucial la intervenci¨®n del Banco Central Europeo, que en la anterior crisis dej¨® a los pa¨ªses de la periferia sin escudo, mientras que en la pandemia compr¨® en masa la deuda de los Estados, evitando el desplome financiero. Tambi¨¦n fue muy distinta la naturaleza de las crisis. En 2008 hab¨ªa un sector inmobiliario inflado por la burbuja que no iba a poder continuar edificando al mismo ritmo: se perdieron hasta 2,1 millones de trabajos en la construcci¨®n y actividades adyacentes. Ese empleo no se pod¨ªa mantener al desaparecer la actividad. Se intent¨® aliviar con el Plan E. Pero la crisis de deuda dio una vuelta de tuerca m¨¢s a la recesi¨®n y la activaci¨®n de las reglas fiscales oblig¨® a los ajustes. Hasta que el entonces presidente del BCE, Mario Draghi, declar¨® que har¨ªa lo que fuera necesario en julio de 2012.
En cambio, la pandemia gener¨® una respuesta europea radicalmente opuesta. En parte porque se trataba de una emergencia sanitaria sobrevenida y despert¨® la solidaridad. Y en parte porque se consideraba que ser¨ªa un par¨®n temporal y, una vez vencido el virus, se podr¨ªa restablecer la actividad, aunque los niveles de deuda fueran m¨¢s altos. El BCE permiti¨® que los Estados pudieran endeudarse para paliar la ca¨ªda de renta de las familias al haberse parado en seco la actividad. As¨ª, pudieron disparar el gasto p¨²blico en vez de recortarlo. Y la UE aprob¨® los fondos europeos Next Generation, de los que 140.000 millones fueron para Espa?a, para que los pa¨ªses en situaciones m¨¢s complicadas pudieran elevar la inversi¨®n en lugar de contraerla. Como pone de manifiesto el estudio de la Fundaci¨®n BBVA y el Ivie, funcion¨®: las trayectorias seguidas por la econom¨ªa espa?ola muestran dos formas opuestas de afrontar las crisis con consecuencias completamente diferentes en el PIB y el empleo.
Entre 2007 y 2011, la econom¨ªa se contrajo un 3,6% y el empleo cay¨® un 10% tanto en horas como en n¨²mero de trabajadores. Por el contrario, en 2023 el PIB superaba en un 2,2% los niveles de 2019, y la ocupaci¨®n ya era un 0,3% superior en horas y un 2,9% en trabajadores. Aun as¨ª, la inversi¨®n total, sumando la p¨²blica y la privada, todav¨ªa no ha logrado retornar a las cotas previas a la pandemia, situ¨¢ndose en 2023 un 2% por debajo. Pero esta ca¨ªda es mucho menor que la de la Gran Recesi¨®n, cuando hubo un hundimiento del 40%, en parte por los niveles tan altos que hab¨ªa propiciado la burbuja.
Los autores comparan los resultados de la austeridad con los que se han obtenido con los fondos Next Generation cuatro a?os despu¨¦s de que se iniciaran ambas crisis. Por r¨²bricas, en la crisis de 2008 uno de los componentes m¨¢s perjudicados de la inversi¨®n p¨²blica fue la educaci¨®n, con una ca¨ªda del 50%. En sanidad y servicios sociales retrocedi¨® un 16%. En infraestructuras y transporte se desplom¨® un 22%. Solo las inversiones ferroviarias, con un crecimiento acumulado de casi el 8%, registraron un saldo positivo. La de las corporaciones locales en infraestructuras urbanas se hundi¨® un 150%, debido a que ni siquiera se cubr¨ªa la reposici¨®n y se perd¨ªa stock. Estas ca¨ªdas generalizadas hicieron que la inversi¨®n no fuera suficiente para el mantenimiento de los activos, afirma el estudio. Las hidr¨¢ulicas disminuyeron un 70% y las aeroportuarias, un 60%.
El contraste con 2023 es evidente: la inversi¨®n en educaci¨®n ha crecido un 34%. En sanidad y servicios sociales, un 28%; y el resto, otro 28%. En el caso de las infraestructuras de ayuntamientos suben un 63%. Las portuarias, un 53% y las hidr¨¢ulicas y ferroviarias crecen en torno al 40%. El peso de las inversiones en educaci¨®n, sanidad y servicios sociales representa ya casi una cuarta parte del total tras la pandemia frente al 16% que era en 2007. Y las de infraestructuras de transporte e hidr¨¢ulicas suponen menos del 40% frente a m¨¢s de la mitad que abarcaban en 2007.
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