Los trabajadores con rentas m¨¢s bajas sacan menos provecho del permiso de paternidad

La corresponsabilidad en el cuidado de los hijos no tiene que ver solo con la concienciaci¨®n, sino que los niveles de renta de los progenitores y la calidad de su empleo tambi¨¦n fomentan o dificultan dicha responsabilidad. Esta es una de las conclusiones a las que llega el estudio ?C¨®mo incide el nuevo dise?o de los permisos de nacimiento en la corresponsabilidad? Un an¨¢lisis con registros administrativos de la Seguridad Social de 2016 a 2023 publicado por el Instituto de Estudios Fiscales (IEF) con los microdatos oficiales de este organismo.

Para llegar a esta conclusi¨®n han analizado el dise?o actual del permiso por nacimiento y cuidado del menor, m¨¢s conocido como permiso por maternidad y paternidad; cu¨¢ntos padres y madres lo disfrutan, y sobre todo c¨®mo lo hacen. Desde 2021 este permiso id¨¦ntico para las madres y los padres. Ambos tienen 16 semanas (retribuidas con el 100% del sueldo), pero las seis primeras deben disfrutarse obligatoriamente por ambos tras el nacimiento o adopci¨®n del menor, y despu¨¦s de ese mes y medio, las diez semanas restantes de ambos progenitores se pueden fraccionar y no son transferibles de un progenitor a otro. El objetivo de este dise?o del permiso por nacimiento es que las 10 semanas de cada uno adicionales a las seis primeras obligatorias se disfruten de forma consecutiva (no coincidente), con lo que el menor puede estar hasta 26 semanas con al menos uno de los dos progenitores (6 conjuntas, m¨¢s las 10 de la madre y las 10 del padre).

De esta forma, los legisladores pretend¨ªan fomentar la corresponsabilidad entre ambos progenitores, ya que los dos podr¨ªan quedarse una parte del permiso como cuidadores principales, sin la presencia del otro. Sin embargo, la realidad es en la mayor¨ªa de los casos distinta y la forma en la que se disfruta este permiso no siempre es la m¨¢s corresponsable. As¨ª, seg¨²n los datos de 2022 (¨²ltimo a?o completo al que se refiere el an¨¢lisis), el 95% de las madres usa las 16 semanas ininterrumpidas tras el parto. Mientras que la mitad de los padres (49,2%) tambi¨¦n usa sus 16 semanas de forma seguida, con lo que hace coincidir ambos permisos enteramente, estando ambos en casa al cuidado del menor.

En cambio, hay un 20% de los padres que s¨ª fraccionan su permiso, usando primero las seis semanas obligatorias, y guardando las 10 semanas pendientes para cuando la madre haya terminado su permiso. El 30% de padres restantes fraccionan alguna de sus 16 semanas, ¡°pero probablemente la divisi¨®n del permiso en estos casos responde a otras motivaciones, profesionales o familiares¡±, como puedan ser hacer coincidir el permiso con las vacaciones.

?Qu¨¦ lleva a los padres fraccionar y alargar el permiso o no hacerlo? Los autores de este trabajo ¡ªAdela Recio Alcaide y Javier Andr¨¦s, ambos del IEF, junto a Cristina Castellanos, de Universidad Nacional de Educaci¨®n a Distancia (UNED)¡ª han detectado ¡°un claro sesgo por rentas seg¨²n el cual los padres mejor posicionados (salarialmente) y con contratos fijos ¡ªy seguramente con mayor poder de negociaci¨®n en sus empresas¡ª son los que m¨¢s se turnan con las madres para el cuidado tras el nacimiento o adopci¨®n de sus hijos. De esta forma, hacen en mayor proporci¨®n un uso corresponsable de los permisos¡±, indican.

En concreto, solo el 10% de los padres en los niveles rentas m¨¢s bajos (lo que entran en los dos primeros deciles salariales) disfrutan de este permiso de forma fraccionada alarg¨¢ndolo hasta las 26 semanas. Mientras, en los dos deciles que representan las rentas m¨¢s altas, este porcentaje de padres se eleva al 29%. Esto significa que hay casi veinte puntos de diferencia a la hora de hacer un uso m¨¢s corresponsable del permiso entre los padres mejor y peor posicionados salarialmente.

Y algo parecido ocurre atendiendo al tipo de contrato: son los padres con empleo temporal los que menos uso hacen del permiso fraccionado. En concreto lo hacen as¨ª el 18,5% de los eventuales, frente al 27% de los indefinidos.

Ante esta evidencia, los responsables del estudio proponen hacer cambios en el dise?o del permiso para favorecer que una mayor¨ªa de los padres, en lugar de una minor¨ªa como ahora (20%), lo usen de forma no simult¨¢nea con la madre. Estos cambios no tendr¨ªan impacto presupuestario y consistir¨ªan, por un lado, en reducir las primeras semanas de permiso obligatorio, que actualmente son seis, a solo dos. Esto alargar¨ªa hasta 30 las semanas a disfrutar por uno u otro progenitor: dos para ambos, 14 para la madre y 14 para el padre.

En segundo lugar, los expertos proponen reducir tambi¨¦n de seis a dos semanas el tiempo de preaviso a la empresa para disfrutar de las 14 semanas restantes, sin necesidad de acordarlo con la compa?¨ªa. Finalmente, sugieren un cambio de tipo administrativo, ya que ahora disfrutar de 16 semanas seguidas solo exige un tr¨¢mite en el registro de la Seguridad Social, mientras que hacerlo de forma fraccionada, por lo menos, dos. Su propuesta es obligar a que todos los padres tengan que hacer dos tr¨¢mites, uno de la parte obligatoria y otra de la fraccionada, con lo que desparecer¨ªa la ventaja administrativa de disfrutar de todas las semanas de forma continuada.

Adela Recio insiste en que, para cumplir con la Directiva europea de conciliaci¨®n, el Ejecutivo priorice su compromiso de ampliar de 16 a 20 semanas el permiso por nacimiento, en lugar de retribuir las 8 semanas del permiso parental. De esta forma, si se reduce el n¨²mero de semanas obligatorias a disfrutar de forma conjunta de seis a dos y se le suman las dos semanas de permiso de lactancia (que ya es un derecho del trabajador), el permiso podr¨ªa incluso alargarse hasta las 42 semanas.

Con eso, explica Recio, Espa?a lograr¨ªa varios objetivos: se cumplir¨ªa con creces la directiva europea de conciliaci¨®n; ser¨ªa m¨¢s barato ¡ªaunque la ampliaci¨®n a 20 semanas requerir¨ªa un presupuesto aproximado de 800 millones adicionales, hay menos nacimientos nuevos que ni?os hasta 8 a?os por los que abonar el permiso paternal¡ª; y, sobre todo, ser¨ªa m¨¢s eficiente en t¨¦rminos de igualdad y corresponsabilidad. ¡°Esto es as¨ª porque en el primer a?o de vida es en el que se crean las mayores brechas laborales de g¨¦nero y en el que se establecen los v¨ªnculos de apego m¨¢s fuertes y, por tanto, con efectos sobre los cuidados m¨¢s duraderos a lo largo del ciclo vital¡±, se?ala la investigadora en conversaci¨®n telef¨®nica.

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