Alemania se instala en la recesi¨®n sin que la coalici¨®n de Scholz encuentre soluciones r¨¢pidas
El Gobierno alem¨¢n prev¨¦ que la econom¨ªa retroceda un 0,2% en 2024 despu¨¦s de hacerlo un 0,3% en 2023
Alemania se instala en la recesi¨®n. El producto interior bruto (PIB) de la primera econom¨ªa europea se encoger¨¢ este a?o un 0,2%, seg¨²n anunci¨® este mi¨¦rcoles en Berl¨ªn Robert Habeck, vicecanciller y ministro de Econom¨ªa. El a?o pasado ya se contrajo un 0,3%. Solo una vez desde la posguerra mundial la econom¨ªa ha ca¨ªdo durante dos a?os seguidos, en 2002 y 2003. El marasmo actual acent¨²a las debilidades de la coalici¨®n gubernamental, y empeora el ¨¢nimo del pa¨ªs.
Las previsiones sobre el crecimiento se suman a una catarata de noticias que ponen en duda el poder¨ªo alem¨¢n. Desde la amenaza de cierre de f¨¢bricas de Volkswagen hasta la degradaci¨®n de las infraestructuras que experimentan a diario los usuarios de la red de ferrocarriles, desde el asalto del italiano Unicredit al alem¨¢n Commerzbank, al ¨¦xito electoral de la extrema derecha en los estados federados del este.
Alemania es hoy un pa¨ªs que duda de s¨ª mismo. Dos d¨¦cadas despu¨¦s de la crisis que llev¨® al entonces canciller socialdem¨®crata Gerhard Schr?der a poner en marcha una ambiciosa y pol¨¦mica reforma del estado del bienestar, vuelve a hablarse de Alemania como el enfermo de Europa.
Hoy el desempleo es menor que entonces, pero la coalici¨®n tripartita que encabeza el socialdem¨®crata Olaf Scholz, y que incluye a ecologistas y a liberales, est¨¢ enzarzada en permanentes disputas, y dispone de poco margen para reaccionar. Las pr¨®ximas elecciones generales se celebrar¨¢n en menos de un a?o, pero los desacuerdos entre los socios son demasiados para facilitar una respuesta contundente y con resultados r¨¢pidos ante un estancamiento que debilita la posici¨®n europea y global de Alemania.
Dentro de la coalici¨®n, la pol¨ªtica econ¨®mica y financiera es una de las l¨ªneas de fractura. De un lado, los liberales, apegados a la cl¨¢usula constitucional que limita el endeudamiento. Del otro, los partidarios de una pol¨ªtica de inversiones en la transformaci¨®n ecol¨®gica o digital, en l¨ªnea con el informe Draghi. Algunas de estas inversiones podr¨ªan exigir enmendar la Ley fundamental y hacer saltar por los aires el llamado freno de la deuda. La norma indica que el endeudamiento no debe superar el 0,35% del PIB anual, salvo casos de emergencia.
¡°Hay problemas y desaf¨ªos, y los desaf¨ªos quiz¨¢ sean mayores de los que reconocimos en los ¨²ltimos a?os¡±, dijo en una rueda de prensa el ministro Habeck, candidato in p¨¦ctore de Los Verdes a la canciller¨ªa y objeto de las cr¨ªticas de la derecha, que atribuye a sus medidas medioambientales parte de la responsabilidad por el estancamiento. ¡°Los desaf¨ªos¡±, precis¨®, ¡°son de naturaleza estructural: una geopol¨ªtica que ha cambiado, una globalizaci¨®n que se vuelve quebradiza, por decirlo suavemente.¡±
El Gobierno prev¨¦ que en 2025 el PIB vuelva a crecer un 1,1% y un 1,6% en 2026. A inicios de a?o, hab¨ªa previsto que este ejercicio la econom¨ªa crecer¨ªa un 0,3%, pero al final se ha visto obligado a revisarlo a la baja. ¡°Las cifras desnudas¡±, ha escrito el diario S¨¹ddeutsche Zeitung, ¡°alimentan una depresi¨®n colectiva que se extiende desde la pandemia y la guerra en Ucrania.¡±
El economista keynesiano Gustav A. Horn, profesor den la Universidad de Duisburg-Essen, prefiere hablar de ¡°estancamiento¡± que de ¡°recesi¨®n¡±, y es cierto que la ca¨ªda del PIB es leve. Constata, en todo caso, que la econom¨ªa alemana se encuentra en una ¡°peor posici¨®n¡± que las principales econom¨ªas europeas. ¡°Hay problemas espec¨ªficos alemanes¡±, explica Horn por tel¨¦fono, como el cambio radical, tras la invasi¨®n rusa de Ucrania, en el suministro de energ¨ªa, que hasta entonces proced¨ªa en gran parte de Rusia. Alemania se vio forzada en poco tiempo a buscar alternativas. ¡°El cambio se gestion¨® relativamente bien¡±, dice, ¡°pero dej¨® huellas.¡±
Durante la conferencia de prensa, Habeck record¨® que el gas barato procedente de Rusia daba a la industria alemana una fuerza de la que otros pa¨ªses carec¨ªan. La ventaja ha desaparecido. Alemania, a?adi¨®, ¡°era una naci¨®n exportadora en un mundo que funcionaba¡±. Y el mundo ya no funciona como antes.
Habeck se refiri¨® a los dos principales socios comerciales de Alemania: Estados Unidos que impone medidas proteccionistas perjudiciales para la industria alemanes. Y China, a?adi¨®, ha mejorado la capacidad de fabricar productos competitivos con los alemanes, y de impulsarlos con subvenciones p¨²blicas. En este contexto, una parte del Gobierno y de los economistas creen que Alemania juega con una mano atada a la espalda.
¡°El freno de la deuda es uno de nuestros problemas fundamentales¡±, resume Horn. ¡°Nos impide hacer las inversiones necesarias.¡± Este economista, de la ¨®rbita socialdem¨®crata, cree que el Gobierno de Scholz ¡°hace algo m¨¢s que sus predecesores, pero no es suficiente.¡± ¡°Por otro lado, soy optimista¡±, a?ade, en alusi¨®n a la posibilidad de que, tras las elecciones del pr¨®ximo a?o, los liberales dejen de ser necesarios para gobernar. Entonces podr¨ªa formarse en el Bundestag la mayor¨ªa cualificada necesaria capaz de reformar el freno de la deuda.
Es como si Alemania estuviese en pausa hasta el pr¨®ximo septiembre. A menos que las disputas internas de la coalici¨®n lleven a una ruptura y a unas elecciones anticipadas. El canciller Scholz, decidido a volver a presentarse, cargar¨¢ con el legado del estancamiento econ¨®mico en su incierta campa?a para la reelecci¨®n.
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