Flavia Rodr¨ªguez-Ponga: ¡°Esta cat¨¢strofe es siete veces m¨¢s devastadora que otras que hemos vivido¡±

El D¨ªa de Todos los Santos esta vez fue especial. El viernes 1 de noviembre, mientras millones de espa?oles viajaban al pueblo para rendir tributo a sus difuntos y decenas de miles de valencianos segu¨ªan retirando barro de sus calles y buscando los cuerpos de personas desaparecidas, en un discreto despacho del Paseo de la Castellana de Madrid se reun¨ªa un gabinete de crisis para hacer frente a la mayor cat¨¢strofe natural que ha vivido hasta la fecha el sector asegurador espa?ol. En la sede del Consorcio de Compensaci¨®n de Seguros (CCS) debat¨ªan sobre c¨®mo afrontar una avalancha de solicitudes de indemnizaci¨®n. Durante los primeros d¨ªas, el registro de expedientes recib¨ªa peticiones a un ritmo fren¨¦tico: un parte nuevo cada seis segundos. Una semana despu¨¦s, el Consorcio ya ten¨ªa una estimaci¨®n de cu¨¢nto tendr¨ªan que pagar a los afectados: alrededor de 3.500 millones de euros. Una cifra nunca vista.

La directora de este organismo, de car¨¢cter p¨²blico aunque con financiaci¨®n privada, es Flavia Rodr¨ªguez-Ponga (Madrid, 1962). Esta alta funcionaria del Estado relata c¨®mo durante el Puente de Todos los Santos se fragu¨® la respuesta que tendr¨ªa que dar el CCS, en reuniones interminables con Jos¨¦ Antonio Fern¨¢ndez de Pinto, director general de Seguros ¡ªy presidente del Consorcio¡ª y Celedonio Villamayor, director de operaciones. ¡°Fueron d¨ªas de no dormir casi nada, de estar muy aislados, y de trabajar pensando en c¨®mo ¨ªbamos a ser capaces de tramitar un volumen de expedientes descomunal¡±, recuerda en su despacho.

Viendo las primeras im¨¢genes de la devastaci¨®n provocada por la riada, los t¨¦cnicos del CCS ya ten¨ªan claro que este desastre no tendr¨ªa parang¨®n. Hablando con el personal de la delegaci¨®n de Valencia, con aseguradoras y con peritos, vieron que el grado de devastaci¨®n era de otro orden de magnitud. ¡°Hace un a?o hab¨ªamos contratado para el Consorcio a un ge¨®grafo, que ha acabado siendo clave para poder evaluar lo m¨¢s r¨¢pido posible d¨®nde se iban a concentrar la mayor parte de los da?os. Con su an¨¢lisis y las estimaciones de nuestros expertos, pudimos sacar una primera cifra de cu¨¢nto dinero tendremos que pagar, que rondar¨¢ los 3.500 millones de euros. Tener ese c¨¢lculo era importante para poder movernos muy r¨¢pido y empezar a ver c¨®mo prepararnos para lo que se nos ven¨ªa encima. El trabajo de todos los equipos ha sido excepcional¡±, subraya Rodr¨ªguez-Ponga.

El Consorcio de Compensaci¨®n de Seguros es una figura que no existe en ning¨²n otro pa¨ªs del mundo, aunque algunos ya est¨¢n intentando replicarla. Fue tras la Guerra Civil cuando el sector asegurador decidi¨® crear un fondo com¨²n para hacer frente a riesgos extraordinarios, que no pod¨ªa cubrir una aseguradora por s¨ª sola. Al principio se inclu¨ªan grandes incendios y explosiones, motines... pero con los a?os se fue ampliando hacia cat¨¢strofes naturales, como tornados, erupciones volc¨¢nicas, terremotos o inundaciones. La entidad se financia ¨ªntegramente con un peque?o recargo que se aplica en todas las p¨®lizas de seguros. El organismo depende del Ministerio de Econom¨ªa y su presidente es siempre el director general de Seguros, pero funciona de forma aut¨®noma y en su consejo de administraci¨®n la mitad de los consejeros representan a las aseguradoras y la otra mitad a la Administraci¨®n P¨²blica.

La directora general del Consorcio recuerda que la entidad ¡°tiene un patrimonio propio y no recibe nada de dinero de los Presupuestos Generales¡±. Tanto las indemnizaciones como todos los gastos de personal y administrativos salen de sus propios recursos. El CCS cuenta ahora con unas reservas para hacer frente a riesgos catastr¨®ficos por valor de 10.000 millones de euros, concentrados en activos l¨ªquidos de r¨¢pida disposici¨®n. Ante las dudas de si el fuerte golpe financiero que supone para el organismo la dana de Valencia va a cambiar algo su funcionamiento, Rodr¨ªguez-Ponga lo tiene claro: ¡°no vamos a tener necesidad de buscar m¨¢s recursos econ¨®micos, ni de subir los recargos futuros a los asegurados, gracias a que llevamos a?os con una gesti¨®n muy prudente y acumulando patrimonio por si ocurr¨ªa algo as¨ª¡±.

Para poner en situaci¨®n la escala de la cat¨¢strofe, la responsable del Consorcio recuerda eventos extremos del pasado. ¡°El cicl¨®n Klaus [que azot¨® el norte de la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica en 2009] gener¨® el pago de unos 500 millones de euros de indemnizaciones. El mayor desastre en d¨¦cadas. El terremoto de Lorca y el volc¨¢n de La Palma fue menos dinero. Pues bien, ahora estamos hablando de multiplicar la cifra de Klaus por siete. Es una barbaridad¡±. Cuando se analizan todos los riesgos catastr¨®ficos a los que ha hecho frente el Consorcio, y se ajustan por la inflaci¨®n, se ve que el m¨¢s costoso en la historia del organismo fue la inundaci¨®n de Bilbao y la provincia de Vizcaya en 1983. Y ni siquiera se llega a los 1.000 millones de euros.

Mientras se desarrolla la entrevista, el n¨²mero de expedientes que llegan al CCS no para de subir. El mi¨¦rcoles alcanzaban los 184.000 procedimientos abiertos. Para el fin de semana ya superar¨¢n los 200.000. Los encargados de tramitarlos son los 300 trabajadores del Consorcio. ¡°En esas primeras reuniones, ya tuvimos claro que hab¨ªa que articular alg¨²n mecanismo de colaboraci¨®n con las entidades aseguradoras para que nos facilitaran parte de sus recursos para hacer frente a esta avalancha¡±, apunta Rodr¨ªguez-Ponga. El mi¨¦rcoles 13, el Ministro de Econom¨ªa, Carlos Cuerpo, firm¨® un memorando de actuaci¨®n con el sector asegurador para que sumaran 1.000 peritos y 3.000 empleados para la tramitaci¨®n de expedientes.

La gran obsesi¨®n de la directora del Consorcio, y tambi¨¦n del ministro Cuerpo, es que los pagos de las indemnizaciones se realicen de la forma m¨¢s r¨¢pida posible. De hecho, los primeros abonos se realizaron menos de una semana despu¨¦s de que pasara la dana. Para agilizar los tr¨¢mites, adem¨¢s de apoyarse en las compa?¨ªas de seguros privadas, se va a facilitar las teleperitaciones (una evaluaci¨®n de da?os de un coche, realizado por un perito que puede estar en otra provincia, y se va a permitir que los agentes de las aseguradoras soliciten al CCS el adelanto de una parte de la indemnizaci¨®n, cuando ya ha habido una primera estimaci¨®n de da?os. ¡°Es fundamental que el dinero llegue r¨¢pido a los afectados. Cuanto antes llegue, antes podr¨¢n empezar a rehacer sus vidas¡±, concluye Rodr¨ªguez-Ponga.