Ya tenemos libro blanco, ?y ahora qu¨¦?
Hay un territorio en el que lo t¨¦cnico y lo pol¨ªtico pueden asistirse mutuamente: en el calendario de la reforma, dosificando lo inmediato y lo que marcha al largo plazo
Entre el ¡°tenemos que estudiarlo¡± de una parte del Gobierno, que suena a un aplazamiento sine die, y la reforma fiscal de urgencia de Unidas Podemos, hay un t¨¦rmino medio. Seg¨²n la tradici¨®n, las probabilidades de que el Libro Blanco se deposite en un caj¨®n ministerial son elevadas. Por su parte, algunas ministras del Ejecutivo exigen ya cambios de emergencia sobre la base de una propuesta que lanzaron justo antes de que el comit¨¦ de personas expertas publicase su informe.
Los expertos ya han realizado su trabajo. Los grandes dilemas sobre tributaci¨®n que plantean solo pueden resolverse desde la pol¨ªtica. Sin embargo, hay un territorio en el que lo t¨¦cnico y lo pol¨ªtico pueden asistirse mutuamente: en el calendario de la reforma, dosificando lo inmediato y lo que marcha al largo plazo. Por supuesto, todo condicionado a la triste geopol¨ªtica que nos llega desde Ucrania.
Toda reforma econ¨®mica conlleva perdedores y ganadores. Por eso es inevitable contar con recursos para compensar a los primeros. Tambi¨¦n es cierto que los cambios sustanciales requieren no solo gradualidad para facilitar la adaptaci¨®n de los contribuyentes, sino tambi¨¦n anuncios y orientaciones ex ante que vayan preparando el camino.
En este sentido, un aspecto en el que la reforma tributaria ya puede comenzar es el de la fiscalidad empresarial. Aqu¨ª los vientos armonizadores internacionales y de evitaci¨®n de conductas elusivas no suponen una sorpresa para los agentes econ¨®micos. Con determinadas recomendaciones sobre el IRPF ocurre otro tanto. Ni fracturan el statu-quo (el modelo dual se mantiene e incluso se refuerza) ni contradicen l¨ªneas de actuaci¨®n ya sugeridas en otros ¨¢mbitos y tiempos (progresiva eliminaci¨®n del sistema de m¨®dulos en estimaci¨®n objetiva).
S¨ª resulta m¨¢s rompedora la propuesta de transformar la reducci¨®n por rendimientos del trabajo en IRPF por un esquema similar al Earned Income Tax Credit norteamericano. Tanto su coste recaudatorio como los problemas con el funcionamiento del ingreso m¨ªnimo vital, que inevitablemente deber¨ªa coordinarse con esta medida, obligan a ser prudente. Algo similar ocurre con el reajuste de tipos en el IVA que, para compensar a los m¨¢s desfavorecidos, se sugiere combinar con transferencias directas a los hogares; de nuevo, su coste, dise?o y ejecuci¨®n ¨®ptima merecen pensarlo bien.
?mbitos como los de la fiscalidad medioambiental y la patrimonial deben sincronizarse, a su vez, con otras reformas. La primera con aquellas asociadas al uso de los Fondos NGEU (Next Generation EU); se necesita dinero no solo para reconvertir actividades contaminantes, sino para compensar a los perdedores inevitables. La segunda, con la de la financiaci¨®n auton¨®mica; los impuestos sobre la riqueza est¨¢n compartidos con las comunidades aut¨®nomas y contar con grados de libertad en otras variables ayudar¨ªa a digerir la necesaria armonizaci¨®n propuesta.
Diego Mart¨ªnez L¨®pez es profesor en la Universidad Pablo Olavide de Sevilla
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