Estudiar en un colegio mayor es mucho m¨¢s que vivir en una residencia universitaria
Directores y alumnos de colegios mayores reflexionan sobre el papel de estas instituciones dentro de la universidad y el impacto que tienen en su futuro personal y profesional
Describir lo que es en realidad un colegio mayor universitario resulta m¨¢s sencillo explicando primero lo que no es: una simple residencia para estudiantes. Porque, m¨¢s all¨¢ de proveer alojamiento y comida, constituyen toda una comunidad en la que los j¨®venes estudian, conviven, socializan y completan su formaci¨®n participando en una amplia gama de actividades culturales, l¨²dicas y deportivas. Tampoco se trata de un simple club social: ¡°Un colegio mayor es una instituci¨®n universitaria reconocida as¨ª por una orden ministerial, para lo que primero tuvieron que presentar un proyecto de formaci¨®n complementaria a la propia universidad¡±, explica Juan Mu?oz, presidente del Consejo de Colegios Mayores Universitarios de Espa?a. Para dar una mayor visibilidad a este prop¨®sito celebraron, del 3 al 5 de febrero, unas jornadas en Santiago de Compostela que culminaron en la Declaraci¨®n de Santiago, a la que se han adherido 24 universidades p¨²blicas y privadas.
La historia de los colegios mayores es casi tan antigua como la de la propia universidad. Desde que, en 1364, se creara en Bolonia el Colegio Mayor de San Clemente de los Espa?oles, para facilitar el estudio de j¨®venes talentos pero con escasos recursos procedentes de Espa?a y Portugal, la idea se traslad¨® no solo a otras universidades de Espa?a como Salamanca, Valladolid y Alcal¨¢ de Henares, sino que sirvi¨® como modelo para muchos de los colegios mayores creados a partir de entonces en las universidades americanas. Y, sin embargo, todav¨ªa hoy perviven una serie de estereotipos que proyectan una imagen distorsionada de estas instituciones: centros elitistas, anticuados, excesivamente caros, de horarios restringidos... y, sobre todo, la idea de que no son sino alojamientos dirigidos a estudiantes universitarios.
¡°Un colegio mayor no tiene nada que ver con un hotel para estudiantes¡±, afirma Mu?oz. ¡°Todos entendemos que ir a la universidad es mucho m¨¢s que ir a clase y sacarte un t¨ªtulo, ?verdad? Tiene que ver con una cierta transformaci¨®n personal, con aprender a entender el mundo que nos rodea, a convivir, debatir y convertirte en una persona m¨¢s abierta, con mayor capacidad de cr¨ªtica. Y eso se consigue en los colegios mayores, porque convives con gente muy diferente y con perspectivas de la vida muy distintas¡±, adem¨¢s de acceder a un conjunto de acciones complementarias (desde cursos, conferencias y talleres hasta actividades art¨ªsticas o deportivas) que favorecen el desarrollo de una formaci¨®n integral, valores c¨ªvicos y habilidades transversales. ¡°Algunas personas creen que un colegio mayor es un lugar rancio y anacr¨®nico, donde los estudiantes ven su vida controlada y pautada durante dos o tres cursos acad¨¦micos. Y nada m¨¢s lejos de la realidad, porque se trata de un espacio que transforma la experiencia vital de los colegiales; es una escuela de vida y de ciudadan¨ªa¡±, sostiene Nicanor G¨®mez, director del Colegio Mayor Isabel de Espa?a, adscrito a la Universidad Complutense de Madrid.
El del precio es otro de los estereotipos contra los que luchan sus responsables: ¡°Muchas personas creen que son solo para universitarios con dinero, y desconocen que son instituciones sin ¨¢nimo de lucro cuyos estatutos son aprobados por las universidades¡±, recuerda Arturo Torres, director del Colegio Mayor Albalat, en Valencia. ¡°Comparativamente, los colegios mayores son mucho m¨¢s baratos que las residencias, porque estas son un negocio inmobiliario puro y duro; las hay que cuestan 1.500 y 1.600 euros en Madrid, donde muchos colegios cuestan cerca de 1.000. Hay una pol¨ªtica de no ganar dinero, pero, aun as¨ª, Madrid es muy caro... En otras provincias cuestan 500 o 600 euros¡±, a?ade Mu?oz, que defiende el papel de ascensor social de estas instituciones, gracias a una pol¨ªtica de becas que, esgrime, permiten estudiar a mucha gente que a lo mejor no podr¨ªa disfrutar de una ense?anza de calidad en una gran ciudad.
¡°Un colegio mayor tiene una cuota fija, y todos los servicios est¨¢n incluidos. No solamente los puramente residenciales (comedor, lavado de ropa y gestiones diarias) sino todas las actividades y cursos que organiza el colegio¡±, explica Mu?oz, que tambi¨¦n es director del Colegio Mayor Chaminade, en Madrid: ¡°Un grupo de teatro con clases dos d¨ªas a la semana; acceso a la biblioteca y salas de estudio; zona de impresi¨®n; conferencias, tertulias y charlas; todo tipo de actividades deportivas donde competimos (con entrenadores que pagamos); cursos en habilidades transversales e incluso una escuela de idiomas que est¨¢ subvencionada al 85 %, de manera que los colegiales puedan aprender ingl¨¦s, franc¨¦s o alem¨¢n pagando a lo mejor solo 10 euros al mes¡±.
Mucho m¨¢s que simples residencias
¡°Tras volver de clase, bajas al comedor. El bullicio, el caf¨¦ al solecito y los juegos de mesa que se alargan hasta las cinco. Bajar a la biblioteca a estudiar para sentirte acompa?ada; jugar un partido de f¨²tbol sala de la liga interna; la hora de la cena y el futbol¨ªn reglamentario, las risas, los cotilleos, 40 personas en una sala com¨²n dispuestas a pasarlo en grande... Y cuando intentas regresar a tu cuarto, te encuentras con alguien y acabas y¨¦ndote con ella a su cuarto o charlando en el pasillo. Y as¨ª todos los d¨ªas¡±, describe Ana Pilar Galet, una graduada en Arquitectura y estudiante de Ingenier¨ªa de la Edificaci¨®n que reside en el Colegio Mayor Hernando Col¨®n, p¨²blico y perteneciente a la Universidad de Sevilla. Lleva siete a?os residiendo en el colegio, donde reconoce haber madurado y aprendido a vivir, a socializar, a hablar en p¨²blico, a liderar... ¡°Yo solo le veo ventajas¡±, asegura. ¡°Nunca te sientes sola y te relacionas con personas con las que de otra manera no lo har¨ªas; dejas de pensar de manera individual y cambias el ¡°yo¡± por el ¡°nosotros¡±.
Tanto los directores como los alumnos consultados coinciden en destacar la importancia de esa formaci¨®n complementaria: ¡°La vida en el colegio mayor, sobre todo cuando se vive de forma ¨ªntegra e implicada, dota a los colegiales de herramientas de habilidades sociales, de liderazgo, de manejo de situaciones de conflicto, de saber ceder y plantear una negociaci¨®n... Y todo ello hace que lleguen al mercado laboral con unas competencias transversales bien trabajadas¡±, afirma Mar¨ªa Rodr¨ªguez, directora del Colegio Mayor Jes¨²s-Mar¨ªa de Granada. Pero tambi¨¦n hay beneficios inmediatos: ¡°La conexi¨®n de los colegios con la universidad es total, ya que a veces los estudiantes pueden incluso obtener cr¨¦ditos con la realizaci¨®n de algunas de las actividades que se programan¡±, a?ade Jorge Sirvent, director de los colegios mayores Gregorio Peces-Barba y Fernando de los R¨ªos en la Universidad Carlos III, en Madrid.
Resulta dif¨ªcil encontrar un colegial que no tenga una opini¨®n marcadamente positiva: ¡°comunidad¡±, ¡°familia¡± o ¡°amigos de por vida¡± son algunas de las ideas m¨¢s repetidas al ser preguntados por sus experiencias. ¡°A m¨ª me ha ayudado mucho a cultivar mis habilidades sociales y a aprender a trabajar en equipo para sacar proyectos y actividades¡±, cuenta Claudia Mart¨ªnez, decana (representante estudiantil) del Colegio Mayor Isabel de Espa?a, en Madrid. Porque los estudiantes tienen, precisamente, una voz protagonista en el desarrollo de una gran mayor¨ªa de las iniciativas que se desarrollan en sus colegios. Organizados en todo tipo de comisiones (de deporte, de cultura, de solidaridad, de fiestas...), se encargan de planificar y promocionar todo tipo de actividades que luego proponen al resto del colegio: senderismo, torneos de debate, escape rooms, tareas de voluntariado, radio y peri¨®dico internos... Y m¨¢s: ¡°Hay una comisi¨®n de tertulias que invita a profesionales, profesores y personas con historias interesantes que vienen a comer o cenar y a dar una conferencia. Y otra que ofrece t¨¦cnicas de estudio¡±, describe Torres.
Cualquier alumno puede proponer una idea, como recuerda Alejandro Gaci?o, colegial del Hernando de Col¨®n, en Sevilla: ¡°Me encantan todas las puertas que se nos abren. ?Tienes ganas de organizar un evento megabrutal? Proponlo, impl¨ªcate y seguro que m¨¢s gente te acaba ayudando. ?Quieres conocer a gente? No te preocupes, porque fiesta vas a tener. ?Qu¨¦ eres m¨¢s introvertido? No pasa nada, porque no eres el ¨²nico. ?Quieres asumir responsabilidades? Pues s¨¦ vocal de una comisi¨®n o pres¨¦ntate a presidirla¡±.
Retos para el futuro
Las jornadas celebradas en Santiago sirvieron para reflexionar tambi¨¦n acerca de los retos y desaf¨ªos que afrontar¨¢n los colegios mayores en el futuro, y que, en primer lugar, est¨¢n relacionados con las nuevas tecnolog¨ªas: ¡°Los colegios deben adaptarse a ellas lo m¨¢s r¨¢pido posible; utilizarlas para comunicar adecuadamente a la sociedad lo que son y sus actividades y atraer a un mayor n¨²mero de estudiantes extranjeros¡±, cuenta Sirvent. Y no solo eso: ¡°Uno de los principales retos se concreta en el hecho de conjugar la digitalizaci¨®n de la instituci¨®n con la cercan¨ªa y la empat¨ªa de los colegiales. Debemos aprender a explotar lo digital potenciando la comunicaci¨®n y favoreciendo la convivencia del centro¡±, a?ade a su vez Mikel Aramburu, director del Colegio Mayor Pedro Biteri y Arana, perteneciente a la Universidad de Mondrag¨®n (Guip¨²zcoa).
Pero algunos de los desaf¨ªos pueden poner en peligro la convivencia misma de los centros, advierte Torres: ¡°Los universitarios de la pr¨®xima d¨¦cada provienen de una sociedad muy plural y diversa, pero tambi¨¦n marcada por la polarizaci¨®n¡±. ¡°En una sociedad cada vez m¨¢s individualizada y digital, otro reto clave ser¨¢ implicarles en la organizaci¨®n de las actividades y estimular su responsabilidad ante los problemas de la sociedad¡±. En otras palabras, mantener la esencia de los colegios mayores y ¡°tratar de contribuir a la formaci¨®n de ciudadanos cr¨ªticos y comprometidos, para que entiendan que vivimos en una sociedad muy desigual y que hay que esforzarse en hacerla m¨¢s igualitaria¡±, termina Mu?oz.
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