La incertidumbre sobrevuela el acuerdo Iberia-Air Europa
La decisi¨®n de las autoridades de Competencia europea puede determinar el futuro de la operaci¨®n y la creaci¨®n de un gran ¡®hub¡¯ en Madrid
La adquisici¨®n de Air Europa por Iberia lleva ya cerca de dos a?os de peregrinaje por Bruselas, donde se ha puesto la lupa a una operaci¨®n que tiene mucha profundidad. El pasado julio la comisaria danesa Margrethe Vestager, vicepresidenta responsable de Competencia, anunci¨® que se hab¨ªa abierto una investigaci¨®n de oficio para examinar ¡°cuidadosamente¡± si la operaci¨®n afecta negativamente a la competencia en las rutas nacionales, de corta distancia y de larga distancia con origen y destino en Espa?a.
Ahora se acercan los resultados de esa investigaci¨®n, sobre los que existe mucha expectaci¨®n por parte de los protagonistas directos e indirectos: los responsables de las empresas, el Gobierno espa?ol y los competidores del grupo resultante. Cada cual con distintos intereses de que la resoluci¨®n que tomen las autoridades de la Competencia europeos sea de una forma u otra, aunque todav¨ªa queda una resoluci¨®n definitiva.
En efecto, puede ser clave para el desarrollo de la integraci¨®n. Primero para las compa?¨ªas. En la investigaci¨®n preliminar se hab¨ªan detectado 70 frecuencias en las que la integraci¨®n puede reducir la competencia: rutas entre Madrid y Estados Unidos y Am¨¦rica Latina, otras nacionales y de corta distancia, incluidos vuelos de enlace que llevan a Madrid a pasajeros para conectar con otros de larga distancia. Como consecuencia de los posibles solapamientos, IAG y Air Europa alcanzaron un acuerdo con las aerol¨ªneas Volotea y World2Fly para cederles rutas que finalmente quedasen cuestionadas.
El problema radica en que, si Competencia decide mantener esas 70 rutas o un n¨²mero alto, se pone en cuesti¨®n la propia operaci¨®n y condiciona su evoluci¨®n. A juicio de algunas fuentes consultadas, no tendr¨ªa mucho sentido vender unas frecuencias que ser¨ªan equivalentes a crear una nueva compa?¨ªa a¨¦rea con un n¨²mero de aviones similar a Air Europa.
En segundo lugar, es clave para los intereses de Espa?a. Si se ponen muchas pegas y las empresas dan marcha atr¨¢s, se puede esfumar el objetivo de desarrollar un gran hub en Barajas, motivo por el que el Gobierno se ha embarcado en esta operaci¨®n como algo propio por el beneficio que supone para la recuperaci¨®n del turismo y la econom¨ªa. Contar con un gran centro de operaciones en la capital permitir¨ªa liberar capacidad y tener un aeropuerto 360 grados, con rutas hacia Asia, adem¨¢s de consolidar las de Am¨¦rica, donde ahora se concentra la oferta.
La potenciaci¨®n del hub de Madrid, que no es bien vista por los competidores del norte de Europa (Par¨ªs, Francfort, Londres) tendr¨ªa un efecto arrastre en el resto de Espa?a, generando vuelos de conexi¨®n. Un estudio de KPMG sobre el impacto de la fusi¨®n estima que podr¨ªa generar un incremento del PIB de hasta 4.000 millones y la creaci¨®n de hasta 60.000 empleos (directos e indirectos) en el sector tur¨ªstico.
El Ejecutivo es muy consciente de la importancia de anclar al grupo IAG (matriz de Iberia, British Airways, Vueling y Aer Lingus) al mercado aeron¨¢utico espa?ol: si la operaci¨®n ocurriese, el Gobierno espera que IAG se comprometa a invertir tanto en la conectividad de Espa?a (incluyendo tambi¨¦n del hub de Barcelona) como en el desarrollo de sus actividades aeron¨¢uticas en Espa?a (el mantenimiento de aviones de Iberia).
El panorama ha cambiado mucho desde que se firm¨® en noviembre de 2019. Entonces se alcanz¨® un acuerdo de compraventa por 1.000 millones. A los pocos meses, la pandemia dej¨® los aviones en los hangares y las compa?¨ªas se vieron obligadas a renegociar. Como consecuencia, el precio se redujo a 500 millones con la asunci¨®n de 600 de deuda. Adicionalmente, la aerol¨ªnea de la familia Hidalgo entr¨® en una crisis galopante que la llev¨® a pedir un rescate al grupo estatal SEPI por 475 millones y un cr¨¦dito ICO de 140. Se acumularon las deudas, que ahora se acercan a los 900 millones.
Es decir, las cosas no tienen nada que ver con la fecha del acuerdo. Si las exigencias son may¨²sculas, la operaci¨®n se tambalea; si no, puede seguir teniendo sentido. Todo es inc¨®gnito. Los responsables de IAG reconocen que todo depende, adem¨¢s de las imposiciones que ponga Bruselas, de la situaci¨®n del mercado, en el que todas las compa?¨ªas se encuentran en procesos de ERTE. De la misma forma que interes¨® comprar Vueling y Aer Lingus y se desech¨® la adquisici¨®n de Norwegian, puede ocurrir ahora. Pero el contrato est¨¢ firmado y el grupo sigue viendo el sentido estrat¨¦gico a la operaci¨®n, aunque posiblemente tendr¨ªa que renegociar el precio y la asunci¨®n y refinanciaci¨®n de deuda. Por eso, es precisa la aportaci¨®n que haga la Administraci¨®n.
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