?Y si las cosas estuvieran a punto de mejorar?
No tuvimos nuestro verano de dicha, como predijo Biden, pero podr¨ªamos disfrutar de una primavera de alivio
Ha sido el verano del descontento. A principios de a?o muchos esper¨¢bamos experimentar mejoras dr¨¢sticas en nuestra calidad de vida. Vacunas milagrosas ofrec¨ªan la esperanza de poner fin r¨¢pidamente a la pandemia y de recuperar la vida normal. Esper¨¢bamos que la vuelta a la normalidad sentar¨ªa las bases de una recuperaci¨®n econ¨®mica veloz. Cuando el presidente Joe Biden predijo un ¡°verano de dicha¡±, no parec¨ªa irrazonable.
Pero no pudo ser. La velocidad de la vacunaci¨®n, tras los primeros ¨¦xitos, se paraliz¨® debido a la resistencia generalizada, intensificada por informaciones tergiversadas y desinformaciones pol¨ªticamente motivadas; y en un pa¨ªs mal vacunado, la variante delta provoc¨® una tercera oleada de contagios. Si bien el aumento del empleo ha sido r¨¢pido seg¨²n criterios hist¨®ricos, la econom¨ªa se ve afectada tanto por la persistencia de la covid-19 como por las mara?as en las cadenas de suministros. Y el aumento de los homicidios ha revivido parte de los antiguos miedos dist¨®picos a la descomposici¨®n social.
El resultado ha sido una frustraci¨®n generalizada y mucha gente prediciendo que las cosas seguir¨¢n mal o ir¨¢n a peor en los pr¨®ximos meses.
?Pero y si la melancol¨ªa actual fuera excesiva? Como saben los lectores habituales, no soy optimista por naturaleza; estoy tan aterrado como cualquiera deber¨ªa estarlo ante la amenaza que el radicalismo de derechas representa para la democracia estadounidense. Pero hay buenas razones para pensar que en un futuro bastante cercano veremos un avance considerable contra las tres C: covid, contenedores (es decir, cuestiones relacionadas con la cadena de suministros) y crimen. No tuvimos nuestro verano de dicha, pero podr¨ªamos estar encamin¨¢ndonos a una primavera de alivio.
Comencemos por la situaci¨®n de la pandemia. En este momento, la oleada causada por la variante delta est¨¢ en claro retroceso en Estados Unidos. Es m¨¢s, hay razones para esperar que esto no es un falso amanecer, porque el Gobierno federal y un n¨²mero cada vez mayor de empresas privadas se han puesto serios y exigen a los trabajadores que se vacunen.
Y el muro de resistencia contra la vacuna ha resultado ser mucho menos s¨®lido de lo que parec¨ªa. Hace unos meses, los sondeos indicaban que los trabajadores preferir¨ªan dejar el trabajo antes que aceptar la vacunaci¨®n obligatoria. Lo cierto es que los empleadores que ya han impuesto esa obligatoriedad ¡ªpor ejemplo, en la atenci¨®n sanitaria¡ª, en general se encuentran con que solo el 1% o el 2% de sus trabajadores cumple la amenaza.
Nada de esto significa que la covid vaya a dejar de preocuparnos en un futuro inmediato. Pero s¨ª parece que, por fin, avanzamos hacia una situaci¨®n en la que los estadounidenses vacunados pueden sentirse bastante seguros al reanudar el trabajo presencial, salir a comer y ¡ªlo m¨¢s importante¡ª enviar los ni?os al colegio.
?Y qu¨¦ hay de los problemas con la cadena de suministros? Me parece justo decir que casi nadie predijo la ¡°Gran Mara?a¡±, el caos log¨ªstico que tiene filas de cargueros navegando frente a la costa de California en espera de un lugar para atracar, empresas de automoci¨®n sin poder cubrir la demanda por escasez de chips semiconductores, y m¨¢s. Pero dos de los principales factores que han provocado este caos parecen estar amainando.
En primer lugar, el retroceso de la pandemia deber¨ªa ayudar a mitigar los problemas de la oferta, porque al menos algunas interrupciones han estado causadas por cierres relacionados con la covid y la incapacidad o la negativa de algunos trabajadores a realizar actividades de riesgo. A medida que caen los contagios, esas interrupciones deber¨ªan ir reduci¨¦ndose.
Probablemente a¨²n m¨¢s importante es que muchos de nuestros problemas con la cadena de suministros estaban causados por la forma inusual de la demanda durante la pandemia, que hizo que los consumidores comprasen menos servicios, pero m¨¢s mercanc¨ªas: m¨¢quinas de ejercicio porque no pod¨ªan ir al gimnasio, sistemas de entretenimiento en casa porque no pod¨ªan ir al cine. Las compras de bienes de consumo duraderos se dispararon respecto a la tendencia previa a la pandemia, y el mundo no ten¨ªa capacidad para mover todas esas mercanc¨ªas sin grandes retrasos.
Pero la fiebre de compras de mercanc¨ªas se ha reducido enormemente en los ¨²ltimos meses, y deber¨ªa reducirse a¨²n m¨¢s a medida que regresa la vida normal. Esto deber¨ªa disminuir la presi¨®n sobre el sistema. Puede que todav¨ªa resulte un poco dif¨ªcil conseguir los regalos de Navidad, pero ser¨ªa sorprendente que la tensi¨®n no se alivie considerablemente a comienzos del a?o pr¨®ximo.
Homicidios
Por ¨²ltimo, el crimen. El a?o pasado se produjo un aumento dr¨¢stico de los homicidios, aunque las tasas de asesinatos siguen muy por debajo de las que hab¨ªa en la d¨¦cada de 1990. ?Pero anunciaba la subida de los homicidios un retorno a los malos tiempos, o se trataba de una aberraci¨®n relacionada con la pandemia?
Pues bien, los datos de Nueva York al menos indican que 2020 no fue el comienzo de una tendencia. La tasa de homicidios en lo que va de a?o se sit¨²a por debajo del periodo correspondiente del a?o pasado; en las ¨²ltimas cuatro semanas estaba un 14% por debajo de la del a?o anterior. En conjunto, hay bastantes buenas razones para creer que a principios del a?o que viene la vida nos parecer¨¢ mucho mejor que ahora.
Naturalmente, esa mejora en el estado de ¨¢nimo de la naci¨®n tendr¨ªa grandes repercusiones pol¨ªticas y deber¨ªamos esperar que los republicanos har¨¢n todo lo posible por volver a empeorar las cosas; puede que Mitch McConnell se haya encogido ante la perspectiva de crear una crisis financiera mundial por el techo de gasto, pero sin duda nos esperan muchas jugarretas. Aun as¨ª, me siento cautelosamente optimista. ?Habr¨¢ sido algo que he comido?
Paul Krugman es premio Nobel de Econom¨ªa. ? The New York Times, 2021. Traducci¨®n de News Clips
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