Tubacex: tablas tras siete meses de huelga
Los trabajadores logran la readmisi¨®n de los 129 despedidos y estabilidad hasta diciembre de 2024, y la empresa, ajustes salariales
En las plantas alavesas de Tubacex, la multinacional de tubos sin soldadura en acero inoxidable, la normalidad es noticia. La plantilla de m¨¢s de 600 personas ya se ha reincorporado pr¨¢cticamente en su totalidad a sus puestos de trabajo y los 129 despedidos del ERE para las plantas de Llodio y Amurrio, ?lava, trabajan codo con codo con sus compa?eros tras 235 d¨ªas de huelga indefinida. El recibimiento con bengalas a las seis de la ma?ana del pasado 5 de octubre con el que festejaron la victoria sindical ha dado paso, tambi¨¦n en las oficinas de la multinacional, a la reflexi¨®n y al an¨¢lisis. Las dos partes mantienen que han ganado. La pregunta sobre la que todos tienen opini¨®n pero que oficialmente no verbalizan es si los siete largos meses de huelga eran necesarios para llegar al acuerdo que le ha puesto fin.
¡°Hemos conseguido las rebajas salariales y estructurales que busc¨¢bamos para hacer frente a la situaci¨®n que atravesamos¡±, asegura a t¨ªtulo personal un directivo 10 d¨ªas despu¨¦s de firmado el acuerdo. La empresa, que no quiere ahondar en el asunto, explic¨® tras el acuerdo que ¡°el desbloqueo del conflicto permite retomar, de manera inmediata, la actividad en las plantas alavesas, dando por finalizada la reestructuraci¨®n del Grupo Tubacex en el ¨¢mbito global¡±. Una reestructuraci¨®n que, cuando la anunci¨®, en junio de 2020, iba a afectar a unos 500 trabajadores en todo el mundo. ¡°No vamos a entrar a ver qui¨¦n ha ganado m¨¢s o menos. No hay medidas traum¨¢ticas, no hay despidos, han retirado el recurso al Supremo de los 129 despidos y hay garant¨ªa de empleo hasta 2025. Es lo que quer¨ªamos¡±, asegura el presidente del comit¨¦ de empresa, Eduardo Ibernia, de ELA.
El pacto que ha facilitado el desbloqueo de la situaci¨®n incorpora bajas voluntarias y prejubilaciones, la reducci¨®n de una serie de partidas de gastos de personal como la bajada de la aportaci¨®n al plan de pensiones del 4% al 1%, el incremento de la jornada laboral en unas 50 horas anuales y la congelaci¨®n salarial hasta el ejercicio de 2025, que habr¨¢ que negociar un nuevo convenio. La empresa, a cambio, se ha comprometido a retirar el recurso al Supremo de la sentencia del Tribunal Superior vasco que declar¨® nulo el ERE que afectaba a 129 personas, de las que 95 eran rescisiones de contrato, 12 prejubilaciones y 22 bajas incentivadas, a mantener el empleo hasta esa fecha y hacer algunas inversiones.
Pero, sin embargo, el largo tiempo de la huelga es un tema tab¨². Ning¨²n responsable institucional quiere hablar abiertamente de ese asunto para no enturbiar la fragilidad del modelo de relaciones laborales que hay en Euskadi, con mucha fragmentaci¨®n sindical y un sindicato mayoritario como ELA con una caja de resistencia dise?ada para soportar conflictos largos. Una herramienta sindical que en muchos despachos se critica porque se usa de forma estrat¨¦gica.
¡°Los buenos acuerdos son aquellos en los que todos ganan¡±, repiten como un mantra en el Gobierno vasco y lo comparten las instituciones que facilitan la negociaci¨®n colectiva. Y en Tubacex las dos partes, la social y la empresarial, comparten la sensaci¨®n de victoria. Tambi¨¦n la de cansancio.
ELA tiene cuatro delegados de un comit¨¦ de 13, y ocupa la presidencia. STAT, una escisi¨®n de ELA, tiene otros cuatro delegados, CC OO tiene tres, LAB uno y ATAL uno. ¡°Hemos cometido errores todos, y el que no quiera verlo es porque es ciego¡±, dice Borja P¨¦rez, uno de los delegados de CC OO. ¡°Todos tenemos parte de responsabilidad en un conflicto que para m¨ª y para muchos de mis compa?eros ha sido demasiado largo¡±, asegura. Eso s¨ª, apunta: ¡°Hemos llegado al mejor acuerdo posible¡±.
Tras la sentencia del TSJPV, en julio, CC OO propuso volver a la f¨¢brica. Pero no consigui¨® arrastrar al resto de sindicatos, posiblemente porque la plantilla no acababa de perdonar a Tubacex lo que consideraba una estrategia interesada para alargar el conflicto y ahorrarse los salarios. El TSJPV les dio parcialmente la raz¨®n al argumentar que la direcci¨®n carec¨ªa de motivos para presentar el ERE, por lo que declar¨® nulo el expediente y los despidos previstos. El Tribunal vasco entendi¨® que el hecho de que la tubera no necesitara acogerse a medidas de gracia como la exenci¨®n del pago de la Seguridad Social en los ERTE ¡°resultaba dif¨ªcilmente compatible¡± con el ERE que Tubacex defendi¨®. La sala de lo social dio a entender que los datos contables que present¨® la empresa para justificarlo no reflejaban la veracidad de su estado econ¨®mico.
Negociaci¨®n colectiva
En este proceso, el departamento de Trabajo del Gobierno vasco, cuyo papel ha sido clave para finalizar la huelga, vigilar¨¢ que se puedan reincorporar, si quieren, las 22 personas que firmaron bajas incentivadas a la presentaci¨®n de ERE y que los sindicatos entend¨ªan como forzosas. ¡°La negociaci¨®n colectiva es la mejor herramienta para lograr acuerdos en el seno de las empresas¡±, repiten Gobierno y Consejo de Relaciones Laborales sin desviarse ni un ¨¢pice de ese guion.
La plantilla tampoco entendi¨® que Tubacex decidiera pagar el sueldo de los trabajadores despedidos ¡ªtras la sentencia¡ª, pero no les dejara volver a sus puestos de trabajo. El comit¨¦ de huelga decidi¨® proseguir con el paro indefinido. El ERE fue presentado en febrero, dando inicio a la huelga y el fallo del TSJPV lleg¨® en julio, poco despu¨¦s de que la compa?¨ªa presentara el resultado del primer semestre a la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores (CNMV). La empresa explic¨® entonces que el periodo entre enero y junio de 2021 estuvo marcado por la bajada de la actividad en sus principales sectores de venta, con 160 millones de euros de facturaci¨®n frente a los 282 del primer semestre de 2020, un descenso del 43,3%. El resultado bruto de explotaci¨®n se situ¨® en 0,3 millones de euros. Sin embargo, manten¨ªa 190 millones de euros en caja, y una posici¨®n de liquidez de 220 millones.
Solidaridad entre compa?eros
Los trabajadores de Tubacex no quieren poner nombres y apellidos a las dificultades que han pasado durante la huelga, y han sido muchas. Salvo los afiliados a ELA y LAB, que tienen una caja de resistencia, los demás, y no todos, apenas si han recibido una ayuda mínima del sindicato. Han sobrevivido, como siempre, gracias a sus familias y a la ayuda de una caja de solidaridad a la que han inyectado fondos personas físicas con donaciones anónimas, algunas asociaciones y varios de los 129 trabajadores a los que, tras la sentencia del TSJPV, la empresa les pagaba el sueldo pero les mantenía en sus casas. Eduardo, nombre ficticio que adopta de su abuelo, también sindicalista, fue uno de los que cedieron parte de ese sueldo para ayudar a los que no recibían nada. “Ellos lucharon por nosotros hasta la extenuación, no podía hacer menos por ellos. En mi casa les agradeceremos este gesto toda nuestra vida”, dice emocionado.
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