Ni grandes ni l¨ªderes: la industria de defensa espa?ola busca su hueco en Europa
El sector se debate entre unos presupuestos p¨²blicos agotados y la necesidad de no perder el tren tecnol¨®gico europeo
Pusillior sed et fortis (Somos pocos, pero fuertes). Es uno de los lemas de las Fuerzas Armadas que podr¨ªa aplicarse a la industria de defensa si se escucha lo que dicen las asociaciones empresariales, los pol¨ªticos o se leen los informes econ¨®micos. Comparada consigo misma, con lo que era hace una d¨¦cada, la industria militar nacional se ha convertido en una peque?a y robusta red de empresas de alto contenido tecnol¨®gico y fuerte vocaci¨®n exportadora. Superadas las duras restricciones presupuestarias de los programas p¨²blicos posteriores a la crisis de 2008, entre 2014 y 2019 la facturaci¨®n del sector privado creci¨® un 40%, a un ritmo de casi el 7% anual (hasta 14.100 millones), para caer un 19% con la covid, seg¨²n un reciente informe de KPMG basado en las empresas agrupadas en Tedae, la Asociaci¨®n de Tecnolog¨ªas de Defensa, Seguridad, Aeron¨¢utica y Espacio. Esos datos, que cifran en 47.700 los empleos directos que genera la defensa, incluyen la parte civil del negocio aeron¨¢utico que depende de Airbus y la peque?a industria espacial no militar. Por eso el recuento que hace el ministerio a trav¨¦s de la Direcci¨®n General de Armamento y Material rebaja esas ventas a los 6.654 millones procedentes de 354 empresas (de una base de medio millar) y a 23.500 los empleos, con un 85% del peso en exportaciones, tambi¨¦n con datos referidos al a?o pasado.
Sea como sea, esa peque?a escuadra corporativa para la defensa nacional se encuentra en un momento decisivo de su historia, pero con tan poca munici¨®n que no puede permitirse errar el tiro. Europa se ha dado cuenta de lo ineficientes que son las pol¨ªticas obstinadamente nacionales de sus Estados miembros y est¨¢ dise?ando un nuevo mapa continental para su tejido productivo. El gasto p¨²blico global en este cap¨ªtulo asciende al 1,3% del PIB (unos 227.000 millones), menos de la mitad que lo que dedica Estados Unidos, y, sin embargo, el Viejo Continente presenta un cat¨¢logo desordenado de productos para sus ej¨¦rcitos lleno de duplicidades e ineficiencias ¡ªen la UE hay 17 carros de combate distintos frente a un ¨²nico modelo norteamericano, 178 sistemas diferentes de armamento frente a 30 estadounidenses, 29 modelos de destructores y fragatas frente a 4 y 20 tipos de aviones de caza frente a 6¡ª. Esa inercia hace que el 80% de los contratos p¨²blicos se gestionen en el ¨¢mbito nacional, y obliga a las empresas a vender primero en su pa¨ªs si aspiran a que otros gobiernos compren luego su mercanc¨ªa.
Reorientar a todo un sector en un cada vez m¨¢s caliente escenario internacional se antoja parecido a arreglar un avi¨®n en pleno vuelo. Sobre todo cuando la alerta sanitaria parece no dejar lugar a dudas de en d¨®nde invertir cuando se trata de decidir entre armas o salud. Sin embargo, la Comisi¨®n ha habilitado por primera vez ayudas espec¨ªficas a las empresas a trav¨¦s del Fondo Europeo de defensa, que arranc¨® este a?o y que hasta 2027 destinar¨¢ 8.000 millones a proyectos de investigaci¨®n colaborativa y a complementar la inversi¨®n de los gobiernos para desarrollar nuevas capacidades. De la docena de fuentes consultadas, la mayor¨ªa hablan de que ahora es el momento para que Espa?a posicione su sector en el mapa. La llamada es urgente y tiene que ver con la corriente reindustrializadora actual en un pa¨ªs cuya econom¨ªa ha sufrido demasiado durante la covid por su gran peso en servicios. Tambi¨¦n se vincula a tener pilares econ¨®micos m¨¢s resistentes y con trabajadores mejor pagados (el salario medio por empleado, seg¨²n el informe de KPMG, est¨¢ en 41.493 euros brutos al a?o, un 82% superior a la media espa?ola para 2020). Y con el hecho de que las amenazas crecen, las guerras se libran en espacios cada vez m¨¢s digitales y la liquidez abunda.
Perder el tren
Juan Escri?a, director general de GDELS- Santa B¨¢rbara Sistemas, valora que ¡°el sector espa?ol est¨¢ en un momento importante de transformaci¨®n, tanto por la pol¨ªtica europea como por la propia evoluci¨®n que est¨¢n experimentando las Fuerzas Armadas. La Uni¨®n Europea busca una mayor cooperaci¨®n a todos los niveles y profundizar en el desarrollo de todo el sector en Europa. Esa transformaci¨®n se est¨¢ produciendo ahora. Ello nos debe llevar a un proceso de reflexi¨®n sobre cu¨¢les son sus fortalezas, en qu¨¦ puede ser competitivo globalmente y c¨®mo debe posicionarse el sector. No podemos perder este ciclo de innovaci¨®n y transformaci¨®n. Ya se sabe que las generaciones, tampoco en tecnolog¨ªa, vuelven¡±. El retrato nacional que describe Ricardo Mart¨ª Flux¨¢, actual presidente de Tedae ¡ªfue secretario de Estado para la Seguridad y expresidente de ITP¡ª, es el de una ¡°industria de alta calidad¡±, pero que necesita planes p¨²blicos comprometidos y una ley de programaci¨®n de la defensa como la que tienen otros pa¨ªses, que ofrezca unos marcos financieros estables a los programas del ministerio ¡ª?una suerte de pacto de Estado que blindar¨ªa el gasto y restar¨ªa capacidad de decisi¨®n de los sucesivos gobiernos sobre esta materia¡ª. Eso necesita un pa¨ªs, seg¨²n ¨¦l, que aprecie a sus Fuerzas Armadas y conozca la innovaci¨®n que hay detr¨¢s de cada desarrollo. ¡°La defensa est¨¢ infravalorada por la ciudadan¨ªa¡±, apoya Claudia P¨¦rez Forni¨¦s, profesora y directora de la C¨¢tedra de Paz, Seguridad y Defensa de la Universidad de Zaragoza. Para Juli¨¢n Garc¨ªa Vargas, presidente de la Fundaci¨®n Feindef, organizadora de la feria sectorial que tuvo lugar el mes pasado en Madrid, la espa?ola es quiz¨¢ una sociedad ¡°demasiado buenista que no se da cuenta de que la industria es esencial para la soberan¨ªa nacional¡±.
Quiz¨¢ baste echar un vistazo a las encuestas del CIS. La ¨²ltima espec¨ªfica sobre las Fuerzas Armadas, de 2017, demuestra las dudas de la poblaci¨®n sobre cu¨¢nto cuesta la defensa (m¨¢s de un tercio no sabe o no contesta y para un 22% su presupuesto es excesivo). Al desapego hacia lo militar, ?podr¨ªa haber contribuido la falta de transparencia de unas empresas que durante a?os recibieron del Estado un buen n¨²mero de adjudicaciones a trav¨¦s de los antiguos contratos negociados sin publicidad? ¡°Nuestra industria es totalmente transparente¡±, defiende tajante Mart¨ªn Flux¨¢. ¡°Falta saber comunicar lo que hacemos. Durante la covid este sector fue capaz de hacer much¨ªsimas cosas por la dualidad de sus productos, desde abrir un cord¨®n sanitario desde China para incorporar mascarillas hasta montar hospitales de campa?a o fabricar respiradores¡±.
Al contrario de lo que la gente tiene en la cabeza, a?ade P¨¦rez Forni¨¦s, defensa no solo es sin¨®nimo de aviones o carros de combate, ¡°son tambi¨¦n comunicaciones, software o simuladores. Es tecnolog¨ªa¡±. Tambi¨¦n son otros productos m¨¢s comunes como uniformes o raciones de comida. Cosas que pueden ser ¨²tiles en cualquier otro ¨¢mbito, como destaca C¨¦sar Ramos, director de Tedae. Pero que primero se idearon a la medida de un cliente, para entornos de guerra, y que necesitan de un ¡°inevitable acompa?amiento financiero¡±, como describen varios consultados. Un peaje que pagan los Estados por tener un ecosistema propio de nuevas capacidades que los dem¨¢s pa¨ªses envidien y que despu¨¦s se puedan exportar. ¡°Es el momento de decidir, como sociedad madura que somos, la tecnolog¨ªa que debemos liderar¡±, opina Ramos.
Mecanizados Escribano, situada en Alcal¨¢ de Henares, fue una de esas empresas que durante la pandemia adapt¨® sus m¨¢quinas para fabricar respiradores pulmonares. A sus ingenieros, encargados de idear estaciones de armas, sistemas electro¨®pticos y kits de munici¨®n guiada no les cost¨® mucho trabajo ponerse a dise?ar los aparatos m¨¢s buscados por los hospitales durante el primer golpe del coronavirus. ?ngel Escribano, su consejero delegado, empez¨® el negocio junto a su hermano en el taller de 57 metros cuadrados que mont¨® su padre al quedarse en paro y sabe ir a contracorriente: antes que el espa?ol, otros gobiernos pagaron por sus productos, algo que hace que su facturaci¨®n dependa en un 70% del exterior. ¡°Pero eso no es lo habitual, el mercado nacional es el que te hace crecer¡±.
Empresas dependientes
Esa mentalidad de Escribano quiz¨¢ sea el ejemplo para combatir cierta visi¨®n aut¨¢rquica de las empresas, reacias a abrir la puerta a mancomunar capacidades con socios transfronterizos. Espa?a lo ha hecho dando entrada al capital extranjero en algunas compa?¨ªas, pero no ha cumplido uno de los deseos que el exministro Pedro Moren¨¦s expres¨® hace seis a?os en estas mismas p¨¢ginas: reordenar el sector para hacer lo que en su d¨ªa hicieron brit¨¢nicos, franceses o italianos promoviendo fusiones de empresas dentro de su territorio.
El 83% del sector privado est¨¢ compuesto por peque?as y medianas sociedades, y por lo tanto, m¨¢s d¨¦biles en un escenario internacional. ¡°Es una industria muy desigual. Hay, por una parte, unas pocas grandes empresas con capacidad de ser contratistas integradoras y el resto son lo que se llama mid caps (de capitalizaci¨®n media). Es una base industrial que hasta la anterior crisis estuvo muy protegida, que depend¨ªa de la tecnolog¨ªa que les ped¨ªa el comprador final¡±, repasa desde el instituto Elcano su investigador principal del sector, F¨¦lix Arteaga. Ese comprador final, en una suerte de monopsonio, siempre ha sido el Estado espa?ol gracias en gran parte a los 19 programas de armamento (PEA) que se iniciaron en 1997 y que todav¨ªa se siguen pagando.
El problema es que ahora tambi¨¦n ser¨¢ el Estado el que deber¨¢ sufragar su parte de los programas europeos. Pintan bastos. Lo reconoc¨ªa hace un mes la secretaria de Estado de Defensa, Esperanza Casteleiro: los grandes programas de armas ya comprometidos han dejado secas las cuentas hasta, por lo menos, 2028. Eso sin contar con que el coronavirus oblig¨® a gastos extraordinarios de 400 millones y que el fondo de contingencia, del que echa mano Defensa para sufragar las misiones militares en el exterior, ya no da para m¨¢s. Dif¨ªcil ser¨¢ cumplir en 2024 el compromiso suscrito por Espa?a y el resto de pa¨ªses de la OTAN para destinar el 2% de su PIB a defensa.
De modo que habr¨¢ que buscar balas de plata en una despensa vac¨ªa. Fuera del Ministerio de Defensa puede haber otra luz en forma de billetes. El sector naval espera que se sustancie un proyecto estrat¨¦gico para la recuperaci¨®n y transformaci¨®n econ¨®mica (Perte) que impulsa Industria para poder optar a los fondos europeos de recuperaci¨®n. Ya hay otro en estudio que afecta al sector aeroespacial. Adem¨¢s, la Sepi tiene un aerofondo para ayudar a reestructurar firmas con dificultades.
M¨¢s all¨¢ de los fondos p¨²blicos, los l¨ªderes corporativos tienen sus propios planes para tirar del carro. Tierra, mar y aire tienen al frente a otras tantas empresas, p¨²blicas, privadas y de capital extranjero: la citada GDELS- Santa B¨¢rbara Sistemas (de General Dynamics), la p¨²blica Navantia y Airbus, participada por el Estado espa?ol. Y de forma transversal, quiz¨¢, est¨¦ Indra. Esta ¨²ltima es la ¨²nica compa?¨ªa privada espa?ola que aparece entre las 100 principales del mundo en materia de defensa. En los nueve primeros meses de 2021 consigui¨® unas ventas en esa divisi¨®n de 409 millones, el 17% de la facturaci¨®n global del grupo. Su ¨¢rea de Transporte y Defensa ha recuperado los niveles previos a la pandemia. Es el coordinador nacional del programa FCAS (nuevo sistema de combate a¨¦reo europeo), que se supone que en 40 a?os generar¨¢ inversiones de 300.000 millones. Participa en 19 proyectos, entre ellos 12 consorcios del programa EDIDP (European Defence Industrial Development Programme) coordinando tres de ellos. Su visi¨®n es bastante clara: el futuro ser¨¢ de quien tenga los mejores sistemas tecnol¨®gicos. Por ejemplo, el FCAS est¨¢ considerado un ¡°sistema de sistemas¡± que crea un entorno de combate digitalizado y se sustenta en inteligencia artificial, sensores, rob¨®tica inteligente, simulaci¨®n h¨ªbrida o en la hiperconectividad. Ignacio Mataix, consejero delegado de Indra, valora por correo electr¨®nico que para ellos ¡°no se trata simplemente de conseguir una cuota de carga de trabajo para Espa?a, sino de desarrollar aqu¨ª la actividad de mayor valor a?adido, porque ah¨ª es donde est¨¢ el crecimiento, la innovaci¨®n y los empleos de mayor calidad¡±. Lo mismo opinan en Navantia, otro potente y deficitario tractor. Factur¨® en 2020 1.129 millones y perdi¨® 137. En sus programas de fragatas F-110 y los submarinos S-80 participan medio millar de pymes de todos los rincones de la geograf¨ªa.
Blindados de combate
En cuanto a Santa B¨¢rbara, dentro del consorcio Tess Defence, con Indra, Sapa y Escribano, tiene por delante la entrega de las primeras unidades de los 348 blindados del veh¨ªculo de combate 8¡Á8 adjudicado por 2.100 millones. Carga de trabajo, en suma, para seguir en la carrera nacional y avanzar en la europea, pero con los pies en la tierra, como opina ?ngel Macho, director de la publicaci¨®n especializada Infodefensa. ¡°Estrat¨¦gicamente, somos lo que somos: un pa¨ªs perif¨¦rico en Europa y con dependencias clar¨ªsimas. Vamos a remolque por falta de una visi¨®n a cinco a?os, algo que solventar¨ªa muchos problemas. En Francia, Alemania y el Reino Unido las cosas son distintas. Todos los partidos acuerdan y aceptan las estrategias que se planifican¡±. Quiz¨¢ el camino no sea imitar al resto. ¡°Pensemos en la industria del autom¨®vil: no tenemos a ning¨²n gran fabricante nacional, pero somos un gran pa¨ªs productor. En defensa hay nichos donde estamos muy bien situados y podemos tener liderazgo, pero si no se percibe as¨ª lo vamos a perder¡±. Urovesa, una empresa de veh¨ªculos todoterreno, entra dentro de esa categor¨ªa. Hace veh¨ªculos para usos militares y civiles y trabaja ahora en motorizaciones h¨ªbridas o el¨¦ctricas. ¡°Somos una organizaci¨®n relativamente peque?a, con entre 150 y 200 empleados seg¨²n la carga de trabajo, pero por cada puesto que generamos se crean indirectamente otros 4 o 5 en nuestros proveedores, la mayor¨ªa en Espa?a¡±, contestan por correo electr¨®nico.
Juli¨¢n Garc¨ªa Vargas habla de que los pasos que dieron esos peque?os campeones antes de la covid han aumentado la autonom¨ªa tecnol¨®gica del tejido industrial, y por eso ahora esta tiene capacidad ¡°para estar en todos los consorcios¡±. ¡°Se ha diversificado mucho, ha hecho mucho esfuerzo en I+D y ha crecido en tecnolog¨ªas duales¡±. Quiz¨¢ sean exageradas las palabras que pronunci¨® hace algunas semanas Galo Guti¨¦rrez, director general de Industria, cuando hablaba de que la base tecnol¨®gica de la defensa ¡°nos lleva a estar en los primeros puestos en el ¨¢mbito internacional¡±. Pero quiz¨¢ tampoco sea justo subestimar el papel que puede desempe?ar la industria defensiva en el futuro.
¡°Naranjas por aviones¡±
En el año 1981 el Ejército del Aire se comprometió con la empresa norteamericana McDonnell Douglas a comprar 72 aviones F-18A por 1.800 millones de dólares del año 1981 a cambio de que EE UU adquiriese productos españoles por una cuantía equivalente. “Naranjas por aviones”, se dijo entonces. Cuatro décadas después el Gobierno español acaba de autorizar compras a Airbus por valor de 3.575 millones en un momento difícil para la compañía, que en 2020 anunció un plan para reducir su plantilla española en 1.600 personas y quiere fusionar sus dos centros de Cádiz. “Aviones por empleos”, desliza una fuente del sector.
La política exterior siempre ha sido clave para asegurar el negocio de la defensa y es también un talón de Aquiles para muchos observadores. La profesora Claudia Pérez compara que potencias como Francia o Reino Unido “tienen una política exterior que no tenemos. Es la mayor deficiencia que veo, y lo digo con respecto a todos los Gobiernos. Hay que saber jugar la partida de ajedrez, queremos vender y ganar sin costes, y eso no existe, por eso nos dan una bofetada que otra”. Una de las últimas fue el rechazo inmediato de Grecia a una oferta presentada por Navantia atribuido al poco apoyo que Atenas cree haber recibido de Madrid en su conflicto con Turquía. Fue un jarro de agua fría para el astillero público que se había empleado a fondo para conseguir el contrato de 5.000 millones de renovación de las fragatas helenas. Según los datos publicados por la Secretaría de Estado de Comercio, el año pasado las ventas a países de la Unión Europea representaron el 70,8% de todo el suministro español de armamento (con mercados destacados en Países Bajos, Alemania, Francia y Reino Unido). Fuera, los principales mercados fueron Australia, Singapur y Estados Unidos.
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