Migrantes: un motor econ¨®mico cada vez m¨¢s necesario
La llegada de extranjeros es clave para el desarrollo, pero las fronteras siguen sin abrirse del todo en una Europa envejecida y necesitada de talento
La pol¨ªtica econ¨®mica migratoria de Europa es como una de esas puertas oscilantes que daban entrada a una cantina en las pel¨ªculas del Oeste: nunca se sab¨ªa qui¨¦n iba a aparecer por la puerta. Europa tiene una intenci¨®n com¨²n, pero en la pr¨¢ctica, 27 pol¨ªticas nacionales distintas. Lo triste es que, quiz¨¢, por primera vez en la historia de la humanidad, lo que opinen los economistas es irrelevante. Resulta casi imposible encontrar un experto de primer nivel que en una sociedad, por ejemplo, como la espa?ola, con una tasa de fertilidad (n¨²mero de hijos por mujer) del 1,19 en 2020, no exclame: ¡°?Necesitan ni?os!¡±. De dentro o de fuera. El planeta urge inmigraci¨®n.
Un trabajo de la OCDE revel¨® que de media, en el periodo 2006-2018, la contribuci¨®n fiscal neta de los inmigrantes oscilaba entre el 1% del PIB en la mayor¨ªa de las 25 naciones analizadas y el -1%. ¡°Este dato demuestra por s¨ª solo la falsedad de los demagogos que sostienen que la contribuci¨®n neta [impuestos pagados menos recibidos] resulta negativa solo porque vienen a disfrutar de la educaci¨®n y la sanidad¡±, desmonta Mauro F. Guill¨¦n, decano de la Escuela de Negocios de la Universidad de Cambridge. Y precisa: ¡°En t¨¦rminos brutos, la contribuci¨®n debe ser del 5%¡±.
Pero existe una inmensa distancia entre los n¨²meros y las calles que caminamos. Muchos occidentales pasean como si llevaran brillantes en las suelas de sus zapatos. Un grupo de destacados economistas preguntaron a 24.000 personas acerca de la inmigraci¨®n en Francia, Italia, Alemania, Suecia, Gran Breta?a y Estados Unidos en 2018 (antes de la pandemia). ¡°En todos los pa¨ªses les parec¨ªa excesivo el n¨²meros de inmigrantes, y pensaban que, religiosa y culturalmente, estaban muy alejados de ellos y adem¨¢s desde la mirada econ¨®mica eran m¨¢s precarios ¡ªmenos educados, con un paro elevado y m¨¢s favorecidos por las ayudas estatales¡ª ¡°dada la situaci¨®n¡±, sostiene el informe, publicado en The New York Times, por Alberto Alesina (fallecido), Armando Miano y Stefanie Stantcheva, todos de la Universidad de Harvard. ?Qu¨¦ est¨¢ pasando? ¡°Siempre hemos sabido que el ego¨ªsmo era malo para la moral, ahora sabemos que tambi¨¦n es malo para la econom¨ªa¡±, advirti¨® el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt, en su segundo discurso presidencial en 1937.
Palabras que migran d¨¦cadas, en un pa¨ªs como Espa?a que es una bandera de banderas. Convive con siete millones de extranjeros (datos de la ?OCDE, 2020). El 15% de la poblaci¨®n. Y un 52% son mujeres. Promesas de llantos, tan necesarios, de ni?os en las cunas. Sobre todo, marroqu¨ªes (11%), rumanos (8%), que est¨¢n bajando su porcentaje, y colombianos (6%). El a?o anterior, los nuevos visitantes fueron, sobre todo, colombianos, marroqu¨ªes y venezolanos. Si la patria son los zapatos, estos son los de Espa?a. Y no calzan brillantes en sus suelas. Es la puerta batiente.
Prioridad estrat¨¦gica
En el primer semestre del a?o pasado, 202.000 personas abandonaron Espa?a y llegaron m¨¢s o menos las mismas. Tiene que arder mucho la tierra bajo sus pies para marcharse en este n¨²mero. El INE, cita Jos¨¦ Ignacio Conde Ruiz, subdirector de la Fundaci¨®n de Estudios de Econom¨ªa Aplicada (Fedea), calcula que ¡°se necesitan entre siete y ocho millones de extranjeros hasta 2050¡å para soportar el sistema de pensiones y cubrir aquellos puestos que los nacionales no quieren ocupar.
?Llegar¨¢n? ?C¨®mo pueden algunos negarles su valor y dignidad? ¡°Dentro de dos d¨¦cadas podr¨ªamos tener un serio problema de reproducci¨®n de la especie¡±, alerta Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros Internacionales (AFI). Y apostilla: ¡°Aumentar la natalidad y atraer el talento joven deber¨ªan ser una prioridad estrat¨¦gica espa?ola¡±. Porque, de cumplirse las predicciones, la pir¨¢mide de poblaci¨®n se desmoronar¨¢, augura el economista de Fedea, por la peor parte: los j¨®venes. ¡°La inmigraci¨®n es una fuente de diversidad y es una condici¨®n necesaria (aunque no suficiente) para la prosperidad de la sociedad del conocimiento, pues produce el caldo de cultivo donde arraigan las ideas y el talento¡±, reflexiona Carlos Mart¨ªn, director del Gabinete Econ¨®mico de CC OO. Espa?a cre¨® en 2000 un Ministerio de Inclusi¨®n, Seguridad Social y Migraciones y ¡°se han hecho avances en la digitalizaci¨®n de los procesos de migraci¨®n¡±, respalda la OCDE. Adem¨¢s, se ha flexibilizado la reunificaci¨®n familiar. Sin embargo, no es suficiente.
Esa es la realidad. Pero de nada sirve recordar cuando el planeta parec¨ªa pr¨®spero y relampagueaba joyas fr¨ªas. A los cinco a?os de la llegada de los inmigrantes a Espa?a ¡ªestima el catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), Jos¨¦ Garc¨ªa Montalvo, bas¨¢ndose en datos del FMI¡ª la riqueza aumenta un 1%, la productividad el 0,6% y el empleo de los nacionales no se ve afectado. ¡°Esto es lo que perdemos cuando se apuesta por cortar la inmigraci¨®n¡±, ense?a. ¡°Sin entrar en los efectos fiscales y sociodemogr¨¢ficos, que, quiz¨¢, son los m¨¢s desconocidos¡±.
Si los a?os veinte del siglo pasado fue la historia de un mundo contado en jazz, nuestro tiempo es el relato contado del talento. ¡°Hay una batalla mundial por el talento joven¡±, avisa el geopol¨ªtico Parag Khanna, quien acaba de publicar Move, que narra la migraci¨®n masiva y sus causas. Y la puerta oscila. Canad¨¢ dar¨¢ la residencia a 1,2 millones de nuevos inmigrantes en 2023. Israel est¨¢ contratando cuidadores m¨¦dicos de Nepal, y Australia, que tiene falta de mineros, ha duplicado el n¨²mero de operarios que pueden entrar este a?o, y, adem¨¢s, paga 65 d¨®lares la hora por lavar platos en S¨ªdney los s¨¢bados por la noche. Incluso Nueva Zelanda (famosa por sus duras leyes migratorias) ha extendido las visas temporales (unas 165.000) de forma indefinida.
Este es el campo de batalla de Espa?a. ¡°Al ser un pa¨ªs frontera tenemos mayor presi¨®n ¡ªaunque ha ido descendiendo¡ª de inmigraci¨®n irregular¡±, narra Jes¨²s Fern¨¢ndez-Huertas Moraga, experto en Econom¨ªa de la Inmigraci¨®n de la Universidad Carlos III. ?Qu¨¦ suceder¨¢ en esas horas oscuras incalculables para el ser humano? La pandemia ha hecho m¨¢s evidente el desequilibrio demogr¨¢fico. Las naciones ricas y envejecidas ¡°producen¡± pocos nuevos trabajadores y los pa¨ªses con exceso de j¨®venes no pueden, a menudo, ofrecerles trabajo. ¡°Espa?a y Europa tienen un exceso de oferta (sic) de j¨®venes educados. Pero [el Gobierno] no hace lo suficiente para apoyar el esp¨ªritu empresarial debido a la normativa y los elevados impuestos¡±, describe Parag Khanna. Y asume: ¡°La gente se marcha de Europa del Este a la Occidental, lo que provoca que la primera sea m¨¢s pobre y la segunda rica. Existe una m¨¦trica simple para [cuantificar] el ¨¦xito durante este siglo: atraer a j¨®venes trabajadores y estudiantes de cualquier lugar y de todas partes. Ganar¨¢n las naciones que capturen talento; las que los j¨®venes dejen atr¨¢s se descompondr¨¢n¡±.
Dispersi¨®n
En 2019, Polonia (datos de Eurostat) expidi¨® por primera vez 625.120 permisos de residencia remunerados sobre todo a ciudadanos ucranios ¡ªhabr¨¢ que ver c¨®mo se comportan los flujos migratorios con la crisis rusa¡ª y Alemania abri¨® la mano con 65.717 formularios. ¡°El debate [tambi¨¦n en Espa?a] se centra en su origen (dentro o fuera de la Uni¨®n Europea) y en las condiciones de entrada. ?Se debe admitir a los trabajadores estrictamente de forma temporal o darles una residencia permanente?¡±, lanza Kate Hooper, analista pol¨ªtica asociada al Instituto de Pol¨ªtica Migratoria (MPI, por sus siglas inglesas).
La p¨¦rdida de la inmigraci¨®n, sintetiza Gregorio Izquierdo, director general del Instituto de Estudios Econ¨®micos (IEE), supondr¨ªa un menor crecimiento potencial en Europa y en nuestro pa¨ªs, el mercado inmobiliario ¡ªal crearse menos hogares¡ª se ver¨ªa afectado y se malgastar¨ªa la creatividad que aportan las sociedades m¨¢s diversas.
El t¨¦rmino que se repite como una sola ventana abierta es ¡°talento digital¡±. La Estrella del Norte. La gu¨ªa entre rompientes mareas. ¡°La competencia en el sector servicios¡±, analiza Luis Garicano, economista y eurodiputado de Ciudadanos, ¡°ser¨¢ mundial: traductores, dise?adores gr¨¢ficos, programadores. E incluso llegar¨¢ a los auditores y los contables¡±, aventura. ¡°Esto provocar¨¢ una mayor desigualdad. Un bufete de abogados puede tener un presidente que sea quien est¨¦ en contacto f¨ªsico con sus clientes y los empleados (peor pagados) trabajar¨¢n telem¨¢ticamente¡±.
Las islas Canarias parecen haberse convertido en el g¨¦nesis espa?ol de este nuevo mundo. Hay m¨¢s de 30 pa¨ªses que ya tienen programas para atraer a trabajadores tecnol¨®gicos m¨®viles, incluidos Barbados o Croacia. ?A qu¨¦ precio? Si se iguala talento y m¨¦rito, el problema resulta formidable. Qu¨¦ m¨¦rito tienen Picasso o Newton de ser genios. Nacieron con ese don. ?Queremos una sociedad m¨¢s justa o tirar los dados? Atentos al pasado, porque, como afirma David Murillo, profesor de Esade, ¡°hist¨®ricamente casi siempre ganan las migraciones¡±. El conjunto sobre el individuo.
El Viejo Continente, con sus tasas de envejecimiento, necesita j¨®venes. Una vez m¨¢s, la demograf¨ªa aboca al destino. Sin embargo, los pa¨ªses europeos solo escuchan el eco de sus propios intereses. ¡°Los hechos son objetivos¡±, advierte Yanis Varoufakis, economista y exministro griego de Finanzas, quien contesta por correo electr¨®nico. ¡°Pensemos en Alemania. Se est¨¢ cerrando. Mientras la poblaci¨®n disminuye por el envejecimiento, los datos oficiales revelan que Berl¨ªn est¨¢ reduciendo sustancialmente la admisi¨®n de inmigrantes extracomunitarios. La ¨²nica diferencia con los pa¨ªses del Este es que no pudieron limitar su entrada porque era casi inexistente. El Reino Unido, Francia y Alemania vienen adoptando una actitud que se parece cada vez m¨¢s a la de la Europa del Este¡±.
Malos datos
Los n¨²meros se despe?an por la pir¨¢mide demogr¨¢fica. La migraci¨®n en la OCDE durante 2020, con unos 3,7 millones de migrantes, se encontraba en su nivel m¨¢s bajo desde 2003. Por t¨¦rmino medio ¡ªacorde con el Banco Mundial¡ª, un emigrante gana entre tres y seis veces m¨¢s que en su pa¨ªs de origen. Pero aun as¨ª, no llegan. Hagamos caso a Varoufakis. Hollemos con pisadas cr¨ªticas cada tierra. ?Qu¨¦ queda de la fraternidad francesa? ¡°La naci¨®n est¨¢ atrapada en un c¨ªrculo vicioso en t¨¦rminos de inmigraci¨®n¡±, alerta Hillel Rapoport, profesor de Econom¨ªa en la Universidad de la Sorbona de Par¨ªs. ¡°Baja cantidad, baja calidad y baja diversidad se retroalimentan mutuamente. Desde los a?os setenta, el pa¨ªs ha cerrado sus puertas a la inmigraci¨®n econ¨®mica y laboral y la ha limitado a los inmigrantes por razones familiares o humanitarias. Ha ca¨ªdo el volumen, pero tambi¨¦n su calidad (medida por la educaci¨®n) junto a la diversidad, ya que la mayor¨ªa llegan de las antiguas colonias francesas¡±. Veremos c¨®mo puede afectar, si gana en abril, un segundo mandato de Emmanuel Macron en el El¨ªseo.
Europa quiere una inmigraci¨®n a la carta. El Instituto Econ¨®mico Alem¨¢n (IW, por sus siglas alemanas) estima que el pa¨ªs perder¨¢ cinco millones de trabajadores en los pr¨®ximos 15 a?os. En 2030 ya habr¨¢n desaparecido 3,2 millones. Ni Alemania soporta esta brecha. De ah¨ª la nueva Ley de Inmigraci¨®n, que acelera el reconocimiento de profesionales cualificados. La demograf¨ªa econ¨®mica la dicta Darwin. ?Y las vocaciones? ¡°El pa¨ªs, dentro de sus normas de inmigraci¨®n para empleados ajenos a la Uni¨®n Europea, trabaja con lo que llama ¡®ocupaciones escasas¡¯, puestos cuyas vacantes resultan dif¨ªciles de cubrir¡±, observa Holger Bonin, director de investigaci¨®n de IZA (Institute of Labor Economics, por su nomenclatura inglesa) en Bonn. Y, augura, si esta pol¨ªtica es acertada deber¨ªa aumentar el PIB y la riqueza de los germanos. Pero ?est¨¢n los alemanes dispuestos a derribar otro muro? Necesitan, acorde con The New York Times, 400.000 nuevos empleados anuales. Desde profesores a mec¨¢nicos.
Mientras, ?en el Reino Unido? ?Recuerdan aquella m¨¢xima? ¡°Niebla en el canal: el continente est¨¢ aislado¡±. Ah¨ª sigue. Ajeno y despreocupado. ¡°El n¨²mero de trabajadores de origen comunitario en las n¨®minas de las empresas se redujo en unos 200.000 durante 2020¡å, calcula Giles Alston, analista de la consultora brit¨¢nica Oxford Analytica. Y suma: ¡°El Gobierno ha proporcionado muchos visados a los camioneros extranjeros para que trabajen en el Reino Unido. Sin embargo, bastantes no estaban interesados en venir porque tem¨ªan ser expulsados nada m¨¢s se normalizase la cadena de suministro¡±.
El Brexit ¡ªseg¨²n estimaciones oficiales¡ª disminuir¨¢ la riqueza del pa¨ªs a largo plazo un 4%. Y el coronavirus solo afectar¨¢ un 2%. Los brit¨¢nicos creen que lo resistir¨¢n, como el Blitz sobre Londres durante la Segunda Guerra Mundial. ¡°Esto no es peor¡±, aseguran los partidarios de la marcha (brexiters). ¡°Aunque el fin de la libre circulaci¨®n est¨¢ teniendo importantes costes econ¨®micos, sobre todo en hosteler¨ªa y asistencia, puede compensarse, en parte, gracias al aumento de la inmigraci¨®n procedente de fuera de la Uni¨®n Europea¡±, prev¨¦ Jonathan Portes, profesor de Econom¨ªa en el King College de Londres. Fuera significa la India y Asia. Antiguas colonias.
El caso de EE UU
Sin embargo, el desastre extiende las palmas de sus manos. Carentes de inmigraci¨®n, los expertos advierten que el Reino Unido y Europa podr¨ªan sufrir una crisis laboral jam¨¢s vista en las pr¨®ximas tres d¨¦cadas. La iridiscencia se contagia al igual que bombillas encendidas. Menos poblaci¨®n, m¨¢s envejecimiento, pocos ni?os. El laboratorio de ideas Centro para el Desarrollo Global (CGDev, en sus siglas inglesas) de Washington estima que ambas econom¨ªas perder¨¢n 44 millones de trabajadores en 2050. Pero en su propio pa¨ªs, la pol¨ªtica migratoria de Joe Biden semeja la de Donald Trump. En un a?o normal, Estados Unidos recibe un mill¨®n de inmigrantes (se suelen ocupar de los trabajos m¨¢s duros), pero en 2020 esa cifra cay¨® a los 263.000, en parte afectada por el coronavirus.
Yanis Varoufakis denomina a esta estrategia, que se adentra en un callej¨®n oscuro y tapiado, el ¡°gran cierre¡±. ¡°Con la escasez de mano de obra en un momento en el que la inflaci¨®n, por el empuje de los costes, resulta el mayor riesgo al que se enfrenta Europa, lo obvio que se deber¨ªa haber hecho ¡ªpara buscar mayor crecimiento con menor inflaci¨®n¡ª es abrir las fronteras. Ergo, la ¨²nica explicaci¨®n que queda es la pol¨ªtica: los partidos gobernantes olfatean el aire y huelen la xenofobia generalizada¡±. Y resume: ¡°El Brexit se gan¨® difundiendo el miedo al extranjero. Macron pretende ganar robando votos a la derecha abiertamente racista, y en Alemania, tras Merkel, nadie en el poder quiere heredar la ira de los criptoxen¨®fobos [odio a los emigrantes griegos, espa?oles, italianos¡] que se alzaron contra la t¨ªmida apertura de la canciller en 2015. En cuanto a Europa del Este, el triunfo de la derecha va de la mano de un racismo institucionalizado¡±.
Lo f¨¢cil ser¨ªa escribir que existe un cambio de patrones demogr¨¢ficos tras la pandemia. Pero la transformaci¨®n llega tarde y detr¨¢s de la geograf¨ªa. Poco a poco, surge una ¡°Europa vaciada¡±. En el norte de Macedonia, en los Balcanes, se ha visto disminuir su poblaci¨®n un 10% en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas. Unos 600.000 macedonios ¡ªseg¨²n el Banco Mundial¡ª viven fuera. Como dicen ellos: ¡°Es mejor ser un esclavo por 2.000 euros en cualquier pa¨ªs extranjero que ser un esclavo por 300 euros en casa¡±. A trav¨¦s de todos los Balcanes se repite esa frase. Unos dos millones de polacos ¡ªel 5% de la poblaci¨®n, seg¨²n The Economist¡ª habitan en Europa pero fuera de sus fronteras. Generalmente los m¨¢s preparados. El polit¨®logo b¨²lgaro Ivan Krastev escribe en esta revista: ¡°Resulta m¨¢s f¨¢cil ser alem¨¢n que Bulgaria funcione como Alemania¡±. Y la gente, claro, lo cree.
La situaci¨®n es grave. Hay 27 ideas migratorias en la Uni¨®n Europea con sus costes econ¨®micos asociados. ¡°Los responsables pol¨ªticos no han aportado ninguna soluci¨®n real en materia de pol¨ªtica migratoria¡±, subraya Daniel Kelemen, presidente del departamento de Ciencias Pol¨ªticas de la Universidad de Rutgers (Nueva Jersey). ¡°En muchos casos est¨¢n complaciendo a la extrema derecha y, en general, los Estados miembros no pueden ponerse de acuerdo sobre las reformas de pol¨ªtica migratoria o de asilo, salvo para acordar mayores controles fronterizos. La pol¨ªtica est¨¢ bloqueada¡±.
Y el miedo al otro es la piedra que erige los monumentos antiguos y modernos de Roma. El empedrado de la nueva v¨ªa Apia. ¡°El problema en Italia es que tenemos dos grandes partidos, los cuales podr¨ªan gobernar despu¨¦s de las elecciones de 2023, es decir, Lega y Fratelli d¡¯Italia, que basan su pol¨ªtica en declaraciones en contra de la migraci¨®n¡±, avisa Michele Raitano, profesor de Econom¨ªa en la Universidad de la Sapienza en Roma.
En el mar se alza una luna de oblea llena de rostros desaparecidos para siempre. El hombre se empe?a en justificar con n¨²meros algo tan innegociable como habitar la piel y la vida de los otros. Sin excusas. Cuadra la demograf¨ªa, la econometr¨ªa, la geograf¨ªa. Todos los sufijos posibles. Necesitamos migraci¨®n como voces de un ni?o en un huerto. Porque el camino de ida y de vuelta es uno y el mismo.
Pelea mundial por el supermigrante
Todo país es patria para un hombre y exilio para otro. Europa tiene 27 políticas migratorias diferentes. Millones de personas se sienten en su patria, millones se sienten en el exilio. El Pacto sobre Migración y Asilo (septiembre de 2020) pretende conseguir cierta uniformidad para atraer talento. Pero el compromiso de Hungría, Polonia o la República Checa nada tiene que ver con el de Grecia, España o Alemania. Para los primeros, el envejecimiento ni existe. Deben vivir bajo el elixir de la eterna juventud.
“Lo que resulta problemático es cómo la Unión Europea puede mantener la libre circulación interna dentro del espacio Schengen mientras las naciones siguen políticas tan contradictorias”, advierte Daniel Kelemen, presidente del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Rutgers (Nueva Jersey). Al crupier no le falta razón. O se juega con la baraja europea o se levantan de la mesa. Las cartas parecen marcadas. “En la última década, los Estados miembros expidieron entre 2,5 y 3 millones de nuevos permisos oficiales de residencia”, precisa un portavoz del comisario europeo de Economía, que cita un informe de la OCDE para sostener el valor económico de la inmigración y su contribución neta a la riqueza.
Algunos dirán que el corazón de la Unión jamás llegó a dar el menor número de latidos por segundo. Porque los extranjeros no son la solución. Envejecen y mueren. “La migración podría desempeñar un papel mitigador, pero resulta imposible invertir tendencias demográficas generales”, admite el portavoz comunitario. Y Europa se toma el pulso. Sístole, diástole. “Es probable que no existan suficientes trabajadores cualificados que quieran trasladarse al Viejo Continente”, avisa Holger Bonin, director de investigación de IZA (Institute of Labor Economics) en Bonn. Y resume: “La UE [que quiere evitar la fuga de cerebros] compite en un mercado global y frente a otros destinos como Estados Unidos. Pero también contra Canadá, Australia, Singapur y algunos de los Estados del Golfo. Europa podría ofrecer mejores normas sociales y menos conflictos, pero salarios inferiores”.
El objetivo del mundo más avanzado es captar el mayor número posible de supermigrantes y sus poderes. Muy innovadores, investigadores y líderes empresariales que asumen riesgos generando mayores beneficios frente a los empleados “ordinarios” extranjeros. Para muchos, esta teoría migratoria que prima a los más capacitados podría equipararse a una especie de eugenesia laboral.
La algarada demográfica procede de América Latina y, sobre todo, de África, las dos únicas regiones del mundo con abundancia de juventud.
Débiles argumentos
La migración africana encuentra el rechazo en muchos países porque sostienen que se adaptan peor a las costumbres y exigencias europeas. Un argumento que parece bastante flojo. “Los inmigrantes aportan un impulso considerable. Después de todo, han tomado la valiente decisión de venir y han superado muchas barreras para lograrlo. Además, suman talento, puesto que tienen un gran papel en la creación de nuevas empresas y productos, y ocupan el trabajo que la población no quiere hacer o al que no llegan los robots (agricultura, cuidado a domicilio o ayuda para que las mujeres puedan trabajar)”, desgrana Charles Kenny, director de tecnología y desarrollo y miembro sénior del think tank estadounidense Centro para el Desarrollo Global (CGDev, en sus siglas inglesas). Porque a la gente lo que de verdad le aterra es la diferencia. Esa es la migración mental que debe hacer Occidente.
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