Rusia es una superpotencia ¡®Potemkin¡¯

Cuidado, Vlad¨ªmir Putin: la primavera se acerca, y cuando llegue, vas a perder gran parte de la ventaja que te quedaba.

Antes de que Putin invadiera Ucrania, yo hubiera descrito a la Federaci¨®n Rusa como una potencia mediana que intentaba aparentar m¨¢s categor¨ªa, en parte aprovechando las divisiones y la corrupci¨®n de Occidente, y en parte manteniendo un poderoso Ej¨¦rcito. Sin embargo, desde la invasi¨®n, dos cosas han quedado claras. En primer lugar, los delirios de grandeza de Putin. En segundo, que Rusia es a¨²n m¨¢s d¨¦bil de lo que mucha gente, incluido yo mismo, parec¨ªa haber advertido.

Desde hace tiempo, salta a la vista que Putin quiere desesperadamente recuperar el rango de gran potencia de Rusia. Su ya tristemente c¨¦lebre discurso ¡°Ucrania no existe¡±, en el que condenaba a Lenin por dar a su vecino lo que ¨¦l considera un falso sentimiento de identidad nacional, dejaba claro que sus prop¨®sitos iban m¨¢s all¨¢ de recrear la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Por lo visto, quiere recrear el imperio zarista. Y, aparentemente, pensaba que podr¨ªa dar un gran paso hacia su objetivo con una guerra breve y victoriosa.

Hasta ahora, las cosas no han ido seg¨²n lo previsto. La resistencia ucrania ha sido feroz, y el Ej¨¦rcito ruso, menos eficaz de lo pregonado. Me han llamado especialmente la atenci¨®n las noticias de que los primeros d¨ªas de la invasi¨®n se vieron dificultados por graves problemas de log¨ªstica, es decir, que los invasores tuvieron dificultades para suministrar a sus fuerzas los elementos esenciales de la guerra moderna, sobre todo combustible. Es verdad que los problemas de abastecimiento son normales en la guerra; aun as¨ª, la log¨ªstica es una de las cosas que se supone que se les da realmente bien a los pa¨ªses avanzados. Pero Rusia cada vez parece menos un pa¨ªs avanzado.

La verdad es que estoy siendo generoso al referirme a ella como una potencia mediana. El Reino Unido y Francia lo son; el PIB de Rusia es tan solo un poco m¨¢s de la mitad que el de cualquiera de los dos. Parec¨ªa raro que un Estado con tan poco peso econ¨®mico pudiera sostener un Ej¨¦rcito de primera categor¨ªa y altamente sofisticado¡­ Y tal vez no pudiera.

Con esto no estoy diciendo que la fuerza que est¨¢ asolando la antigua rep¨²blica sovi¨¦tica no tenga una inmensa potencia de fuego y no pueda tomar Kiev. Pero no me sorprender¨ªa que la autopsia de la guerra en Ucrania acabara mostrando que, en el fondo, en el Ej¨¦rcito de Putin hab¨ªa mucha m¨¢s podredumbre de lo que se pensaba.

Adem¨¢s, Rusia est¨¢ empezando a resultar m¨¢s d¨¦bil econ¨®micamente de lo que parec¨ªa antes de la invasi¨®n.

Putin no es el primer dictador brutal que se convierte a s¨ª mismo en un paria internacional. Sin embargo, es el primero, que yo sepa, que lo hace mientras preside una econom¨ªa profundamente dependiente del comercio internacional y con una ¨¦lite pol¨ªtica acostumbrada, m¨¢s o menos literalmente, a tratar a las democracias occidentales como su patio de recreo.

La Rusia de Putin no es una tiran¨ªa herm¨¦tica como Corea del Norte o, ya puestos, la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica. Su nivel de vida se sustenta en las grandes importaciones de productos manufacturados, la mayor¨ªa pagados con las exportaciones de petr¨®leo y gas natural.

Esto hace que su econom¨ªa sea muy vulnerable a las sanciones que puedan interrumpir este comercio, un hecho que queda reflejado en la fuerte ca¨ªda del valor del rublo a pesar de la enorme subida de los tipos de inter¨¦s nacionales y los intentos draconianos de limitar la fuga de capitales.

Antes de la invasi¨®n, era habitual decir que Putin hab¨ªa creado la ¡°fortaleza Rusia¡±, una econom¨ªa inmune a las sanciones econ¨®micas, mediante la acumulaci¨®n de un colosal bot¨ªn de reservas de divisas. Sin embargo, ahora estos comentarios parecen ingenuos. Al fin y al cabo, ?qu¨¦ son las divisas? No son bolsas de dinero en efectivo. En su mayor parte, consisten en dep¨®sitos en bancos extranjeros y tenencias de deuda de otros gobiernos, es decir, activos que pueden quedar congelados si la mayor¨ªa del mundo est¨¢ unida en su repulsa contra la agresi¨®n militar de un Gobierno sin escr¨²pulos.

Es verdad que Rusia tiene una cantidad importante de oro f¨ªsico en el pa¨ªs. Ahora bien, ?hasta qu¨¦ punto es ¨²til este oro para pagar lo que necesita el r¨¦gimen de Putin? ?Realmente es posible hacer negocios modernos a gran escala con lingotes?

Por ¨²ltimo, como se?alaba la semana pasada, los oligarcas de Rusia han escondido la mayor¨ªa de sus activos en el extranjero, por lo que es posible congelarlos o incaut¨¢rselos si los gobiernos democr¨¢ticos demuestran la voluntad de hacerlo. Se podr¨ªa alegar que Rusia no necesita esos activos, lo cual es verdad. Pero todo lo que ha hecho Putin en su presidencia indica que considera necesario comprar el apoyo de los oligarcas, de manera que la vulnerabilidad de ellos es tambi¨¦n la suya.

Por cierto, un aspecto desconcertante de la imagen de solidez de Rusia antes de Ucrania era c¨®mo se las arreglaba un r¨¦gimen cleptocr¨¢tico para tener un Ej¨¦rcito eficiente y eficaz. ?A lo mejor es que no lo ten¨ªa?

Aun as¨ª, Putin tiene un as en la manga: las pol¨ªticas imprudentes han hecho a Europa altamente dependiente del gas natural ruso, lo cual podr¨ªa inhibir la respuesta de Occidente a su agresi¨®n.

Pero Europa utiliza el gas sobre todo para calefacci¨®n; el consumo de gas es 2,5 veces mayor en invierno que en verano. Pues bien, falta poco para que acabe el invierno, y la Uni¨®n Europea tiene tiempo para prepararse para otro invierno sin gas ruso si est¨¢ dispuesta a tomar algunas decisiones dif¨ªciles. Como he dicho, es posible que Putin tome Kiev. Ahora bien, incluso si lo hace, se habr¨¢ vuelto m¨¢s d¨¦bil, y no m¨¢s fuerte. Rusia se revela ahora como una superpotencia Potemkin, con mucha menos fuerza real de lo que parece.

Paul Krugman es premio Nobel de Econom¨ªa. ? The New York Times, 2022.

Traducci¨®n de News Clips.