Putin precipita un nuevo orden econ¨®mico mundial
La invasi¨®n rusa de Ucrania y la dura respuesta econ¨®mica de Occidente son un paso m¨¢s hacia una econom¨ªa global m¨¢s polarizada, en la que el ascenso del poder de China choca con un EE UU que a¨²n controla la gran maquinaria financiera
Un intercambio de presos, al m¨¢s puro estilo de la Guerra Fr¨ªa, puso fin en septiembre pasado a uno de los casos que mejor simboliza las tensiones actuales entre EE UU y China. No hab¨ªa esp¨ªas con prism¨¢ticos vigilando desde los m¨¢rgenes de una carretera cubierta de nieve y los liberados no coincidieron en el mismo escenario, pero el canje ten¨ªa muchos elementos que recordaban a una pel¨ªcula ambientada en el Berl¨ªn de los a?os sesenta. Los implicados esta vez eran Meng Wanzhou, vicepresidenta del gigante tecnol¨®gico chino Huawei e hija de su fundador, y los canadienses Michael Kovrig y Michael Spavor, detenidos por Canad¨¢ y China, respectivamente, al calor de la guerra comercial y tecnol¨®gica que le declar¨® Donald Trump a Pek¨ªn en 2018.
Sus detenciones provocaron un gran esc¨¢ndalo. Como alta ejecutiva de la tecnol¨®gica china, ella fue acusada de fraude por violar las sanciones internacionales a Ir¨¢n y ellos, por espionaje. Fue una muestra p¨²blica y evidente del alejamiento entre las dos mayores potencias econ¨®micas tras a?os de estrecha colaboraci¨®n. El caso Huawei fue el primer cap¨ªtulo del choque entre una China ascendente y un Estados Unidos en relativo declive. Despu¨¦s, la pandemia impuls¨® la tendencia de los Estados a mirar m¨¢s hacia dentro de sus fronteras, de asegurarse ciertos suministros hasta ese momento confiados al poder de la globalizaci¨®n y a las cadenas de comercio globales.
La invasi¨®n rusa de Ucrania del 24 de febrero ha acelerado esta tendencia, la seguridad econ¨®mica se impone sobre la pura l¨®gica del beneficio. En el resurgir de este mundo con una tendencia m¨¢s polarizada, la ofensiva econ¨®mica de Occidente contra Mosc¨² ha estrechado su acercamiento a China. Un documento bilateral oficial sellaba el 4 de febrero, una fecha que quedar¨¢ recogida en los futuros libros de Historia, en un encuentro entre Vlad¨ªmir Putin y Xi Jinping, una cooperaci¨®n ¡°sin l¨ªmites¡± entre los dos pa¨ªses y perfilaba una visi¨®n com¨²n para impulsar un nuevo orden mundial. Con la promesa impl¨ªcita de no iniciar ninguna ¡°operaci¨®n especial¡± en Ucrania antes del fin de los Juegos Ol¨ªmpicos de Invierno de Pek¨ªn.
Hay mucha incertidumbre sobre c¨®mo terminar¨¢ todo esto, m¨¢s a¨²n con un conflicto b¨¦lico en marcha. Parece evidente que hay una nueva etapa en marcha, pero su alcance no est¨¢ claro. Tampoco su nombre. Hay algunos cambios que llevan a?os gest¨¢ndose y otros que se han consolidado en apenas unos d¨ªas: en el sistema financiero, en las relaciones comerciales, la seguridad nacional, la globalizaci¨®n, la transici¨®n energ¨¦tica¡
Reservas intocables
En las ¨²ltimas semanas hay decisiones que marcar¨¢n un antes y un despu¨¦s en la econom¨ªa global: las reservas internacionales en poder de los bancos centrales han dejado de ser intocables. Tras la crisis financiera de 1997 y 1998, los pa¨ªses emergentes resolvieron acumular divisas para hacer frente a futuras crisis de la balanza de pagos como las que sufrieron entonces. Ahora, sin embargo, las potencias occidentales han decidido congelar las reservas del Banco Central ruso depositadas fuera del pa¨ªs como v¨ªa para ahogar a la econom¨ªa rusa. Tras la anexi¨®n de Crimea en 2014, Rusia ha acumulado 630.000 millones de d¨®lares en divisas, y decidi¨® diversificarlas para reducir su exposici¨®n a la moneda estadounidense, ante el temor de que EE UU pudiera volver a imponer sanciones sobre sus activos en d¨®lares. Fabricaba as¨ª un colch¨®n con el que hacer frente a casos de emergencia y preservar su econom¨ªa de un posible boicoteo a los productos rusos. En 2018 vendi¨® todos los bonos del Tesoro norteamericano e invirti¨® la suma obtenida en oro hasta llenar una hucha de 120.000 millones de d¨®lares. Pero la decisi¨®n de Occidente de actuar al un¨ªsono contra el banco central ruso ha dejado fuera del alcance del Kremlin, de la noche a la ma?ana, la mitad de ese dinero (el que est¨¢ en d¨®lares, euros y yenes, entre otros activos).
El uso de las divisas como arma de guerra puede desencadenar cambios importantes en el sistema financiero global. El economista Barry Eichengreen, catedr¨¢tico de Econom¨ªa y Pol¨ªticas de la Universidad de California en Berkeley, aprecia una ¡°bifurcaci¨®n de la econom¨ªa global en lo que podr¨ªa llamarse bloques autoritarios y democr¨¢ticos¡± y explica que ¡°ser¨ªa l¨®gico esperar que los Estados del bloque autoritario redoblen sus esfuerzos para reducir su dependencia de las finanzas y los sistemas de pago occidentales¡±.
La congelaci¨®n de los activos de un banco central puede intensificar la llamada econom¨ªa de bloques, que ya empezaba a perfilarse en el ¨¢mbito tecnol¨®gico. Un pa¨ªs que pretenda invadir otro y se exponga a las represalias de Occidente quiz¨¢s intente reconfigurar antes la composici¨®n de sus reservas, que ahora en el mundo est¨¢n claramente dominadas por el d¨®lar (el 65% del total) y el euro (25%). Adem¨¢s, la expulsi¨®n de siete bancos rusos del sistema Swift, que facilita las transferencias de dinero en todo el mundo, puede acelerar la implantaci¨®n del sistema abanderado por China.
Pero no es tan f¨¢cil cortar con Occidente. EE UU y el d¨®lar siguen dominando la arquitectura que soporta la econom¨ªa mundial. ¡°China y Rusia han estado intentando moverse en esa direcci¨®n durante a?os y solo han hecho progresos muy limitados, como ha quedado claro a la vista del impacto devastador que han tenido las sanciones financieras en la econom¨ªa rusa¡±, a?ade Eichengreen.
Dominio del d¨®lar
La mitad del comercio mundial se realiza en d¨®lares, que act¨²a como divisa de reserva gracias a su enorme liquidez y facilidad de conversi¨®n. Y la gran potencia del bloque autoritario, China, es una de las grandes beneficiarias de su uso. Desde su entrada en la Organizaci¨®n Mundial del Comercio en 2001, Pek¨ªn ha sabido crecer a un ritmo vertiginoso aprovechando los resortes del capitalismo, pero sin dejar entrar ni una pizca de aire que huela a democracia en sus fronteras.
Adem¨¢s, el yuan no es convertible (solo representa un 3% de los pagos a trav¨¦s del Swift) y la cuenta de capitales china est¨¢ intervenida, lo que resta atractivo a Pek¨ªn como destino inversor seguro. ¡°En el caso de China la integraci¨®n financiera con Occidente es enorme: aunque el Gobierno quiere reducir el peso de las empresas chinas cotizadas fuera del pa¨ªs, la lista sigue siendo considerable, adem¨¢s de su gran peso en el comercio mundial y la relaci¨®n de los bancos chinos con Occidente¡±, explica en una entrevista telef¨®nica el economista Gian Maria Milesi-Ferretti, catedr¨¢tico de The Brookings Institution en Washington y antiguo analista del Fondo Monetario Internacional. Al Swift est¨¢n adscritos 11.000 bancos de todo el mundo, mientras que el sistema chino (CIPS), operativo desde 2015, cuenta con 19 entidades financieras y 176 participantes indirectos.
La invasi¨®n rusa de Ucrania puede acelerar los planes de Pek¨ªn para depender menos del d¨®lar, de la misma forma que lo ha hecho Rusia en estos a?os, seg¨²n admiti¨® el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, d¨ªas despu¨¦s de la invasi¨®n. Las reservas chinas en divisas extranjeras alcanzan el equivalente a 3,3 billones de d¨®lares. Tambi¨¦n en Occidente se ha trabajado en reducir esos v¨ªnculos en el caso de Rusia: desde 2014, los bancos occidentales han reducido su exposici¨®n a la banca rusa un 80%, seg¨²n Capital Economics.
Las sanciones financieras pueden hacer desistir a los pa¨ªses de vulnerar el derecho internacional e invadir a sus vecinos, pero tambi¨¦n existe el miedo a que se genere desconfianza en los mercados en el uso de esas divisas como reservas globales. ¡°El paso dado puede generar problemas de confianza, pero es pronto para sacar conclusiones¡±, opina Milesi-Ferretti. Con todo, el economista considera que el acto de guerra es muy grave y las sanciones aprobadas, comprensibles: ¡°Solo cuatro pa¨ªses en la ONU adem¨¢s de Rusia votaron en contra del castigo [Bielorrusia, Siria, Corea del Norte y Eritrea]¡±.
Tambi¨¦n es precipitado aventurar c¨®mo afectar¨¢ la expulsi¨®n de siete entidades rusas de Swift. ¡°Puede que se impulsen otros canales financieros alternativos, pero de ah¨ª a llegar a una segmentaci¨®n global creo que queda mucho por recorrer¡±, anticipa el economista de Brookings, que destaca que aunque las sanciones pueden llevar a una ¡°desintermediaci¨®n internacional¡±, es pronto para asegurar que el mundo camina hacia un mundo de bloques.
Globalizaci¨®n
La interconexi¨®n financiera es fruto de la globalizaci¨®n tal y como la hemos conocido hasta ahora, donde los m¨¢s beneficiados de lejos han sido, junto a los consumidores, los mercados de capitales y la industria financiera. ¡°En mi opini¨®n, ese es uno de los cambios m¨¢s significativos que se van a producir. A diferencia de lo que hemos vivido, las nuevas tecnolog¨ªas van a acelerar la deslocalizaci¨®n laboral, la gente de un pa¨ªs va a poder teletrabajar para otro sin necesidad de desplazarse f¨ªsicamente, mientras que los mercados de capitales se van a resentir de la fragmentaci¨®n financiera¡±, asegura en conversaci¨®n por Zoom Branko Milanovic, profesor en la City University de Nueva York.
Para Christian Rouquerol, de Tikehau Capital, es mucho m¨¢s que eso, es un retroceso de la globalizaci¨®n. A su juicio, la guerra va a acelerar la desglobalizaci¨®n que ya estaba en marcha, lo que supone que ¡°las compa?¨ªas contar¨¢n con una menor capacidad para optimizar costes de producci¨®n, impuestos y niveles de capital¡±, apunta en una nota. Algo parecido sucede con las cadenas de suministro globales, que empezaron a relocalizarse a ra¨ªz del enfrentamiento entre China y Estados Unidos y que se aceleraron con la pandemia. Esa diversificaci¨®n ¡°obligada¡± claramente implica un aumento de costes que quiz¨¢s en un entorno de estabilidad puede no merecer la pena a las compa?¨ªas. Pero ese ya no es el mundo en el que vivimos.
Porque como se?ala Neal Shearing, economista jefe de Capital Economics, ¡°parece evidente que la guerra ha venido a mostrar con m¨¢s claridad la fractura que ya exist¨ªa en el orden econ¨®mico mundial entre las econom¨ªas liberales de mercado y las econom¨ªas autocr¨¢ticas de Estado¡±, subraya en una nota de estos d¨ªas. Ese es el mundo de bloques que cada vez se define con mayor nitidez y ante el que Occidente parece haber despertado de repente con la invasi¨®n de Ucrania. Lo dec¨ªa con toda claridad la ministra de Finanzas de Canad¨¢, Chrystia Freeland, estos d¨ªas: ¡°[Putin] quiere comportarse como un dictador comunista mientras ¨¦l y su s¨¦quito disfrutan de los beneficios del capitalismo global. El mundo le acaba de decir que se acab¨®, que si vas a la guerra contra el orden mundial y el imperio de la ley, te dejamos fuera de la econom¨ªa global¡±.
Bloques
Eso no significa que la desvinculaci¨®n de esos bloques vaya a ser total ni inmediata. ¡°China no va a arriesgarse a acelerar su desacoplamiento de Occidente para apoyar a Rusia, pero seguramente redoblar¨¢ sus esfuerzos para aumentar su autosuficiencia en tecnolog¨ªas clave y desarrollar unas relaciones econ¨®micas y financieras que no dependan de la arquitectura internacional de Occidente¡±, dec¨ªa Shearing. Una tesis que respalda Alicia Garc¨ªa-Herrero, economista jefe para Asia Pac¨ªfico de Natixis. Europa sigue siendo el mayor socio comercial de China y ni el volumen de mercado, ni las infraestructuras energ¨¦ticas ni financieras permiten que Rusia sea una alternativa realista al mercado europeo. ¡°Pero aunque no haga mucho [por Mosc¨²] ser¨¢ importante porque nadie m¨¢s lo va a hacer¡±, se?alaba en un reciente debate organizado por el centro de pensamiento Bruegel. De hecho, solo Pakist¨¢n ha tenido un gesto con Rusia en estos d¨ªas al firmar un acuerdo de libre comercio con Mosc¨² una vez iniciada la invasi¨®n.
Rusia afronta otro problema que acapara menos titulares, pero que tendr¨¢ enormes consecuencias en su futuro pr¨®ximo. Desde el estallido del conflicto con Ucrania m¨¢s de 200.000 personas han abandonado el pa¨ªs, asegura Sergu¨¦i Guriev, economista ruso y profesor en la Sciences Po de Par¨ªs. A las sanciones impuestas por las autoridades occidentales, recuerda, se ha sumado el ¨¦xodo de centenares de empresas que consideran que la inversi¨®n en Rusia ha dejado de ser segura y la enorme dependencia de Mosc¨² de la tecnolog¨ªa occidental no augura un buen futuro para infinidad de sectores, desde las f¨¢bricas al mantenimiento de los aviones. ¡°Se est¨¢ produciendo la culminaci¨®n del r¨¦gimen pol¨ªtico ruso, Putin ha pasado de la dictadura de la manipulaci¨®n a la dictadura del miedo y eso tiene un precio¡±, subraya.
Seguridad nacional
Esas nuevas condiciones hacen muy dif¨ªcil la pol¨ªtica del acercamiento y la conciliaci¨®n que han imperado en las relaciones internacionales desde la Segunda Guerra Mundial. En el pasado, muchas guerras se iniciaban para garantizar la seguridad econ¨®mica de los pa¨ªses y para evitarlo se opt¨® por la interconexi¨®n entre pa¨ªses tradicionalmente enfrentados en la creencia de que una red de intereses econ¨®micos interconectados propiciar¨ªa seguridad a los pa¨ªses y reducir¨ªa el impulso al enfrentamiento. El gas es un buen ejemplo. El canciller alem¨¢n Helmut Schmidt cerr¨® en los a?os setenta y ochenta, en plena Guerra Fr¨ªa, varios acuerdos de trueque de gas sovi¨¦tico a cambio de construir gasoductos para trasladarlo. Y lo hizo pese a las reticencias de la Casa Blanca. Desde entonces, desde Berl¨ªn se ha defendido el acercamiento con Mosc¨² para fomentar las buenas relaciones con su antiguo enemigo. Es el mismo argumento esgrimido para sacar adelante el Nord-Stream 2, un proyecto que siempre ha disgustado a EE UU y que ha provocado tensiones entre Alemania y Francia, porque supon¨ªa incrementar a¨²n m¨¢s la dependencia del gas ruso.
Pero la teor¨ªa de que la cooperaci¨®n garantiza la paz ha saltado varias veces por los aires: no impidi¨® que la Uni¨®n Sovi¨¦tica lanzara una amenaza nuclear contra Europa Occidental al instalar bases de misiles SS-20 a finales de los setenta, ni ha impedido ahora amenazar a la UE con el uso de armas nucleares tras la invasi¨®n de Ucrania. Alemania parece haber constatado el error de la teor¨ªa pol¨ªtica y ha decidido paralizar la puesta en marcha del pol¨¦mico Nord-Stream 2.
Los efectos de la pandemia han intensificado esta tendencia. Se ha impuesto el mantra de la necesidad de garantizar la resiliencia econ¨®mica, diversificando las cadenas de suministro, desde productos sanitarios como mascarillas a f¨¢bricas de semiconductores en Europa para dejar de sufrir la escasez de la producci¨®n. ¡°Vamos a ver c¨®mo se reducen los riesgos externos, para evitar problemas de oferta, pero hay que tener en cuenta que tener una cadena nacional no exime totalmente de riesgos¡±, advierte Milesi-Ferretti. En una econom¨ªa interdependiente es complicado ser autosuficiente. ¡°Veremos m¨¢s productos en stock en los pa¨ªses, quiz¨¢s una mayor inversi¨®n en semiconductores, una redistribuci¨®n geogr¨¢fica de algunas exportaciones e importaciones, pero en la industria por lo general los cambios tardan a?os; no es tan f¨¢cil como abrir un hotel¡±, advierte.
La apuesta por la autonom¨ªa estrat¨¦gica se extiende a la defensa, con los planes tras la nueva amenaza rusa de incrementar el gasto militar, sobre todo Alemania, y la tecnolog¨ªa. El profesor Eichengreen no tiene ninguna duda de que ¡°las compa?¨ªas europeas y norteamericanas est¨¢n revisando sus estrategias corporativas en relaci¨®n con sus v¨ªas de suministro e insumos, incluidas las materias primas y la energ¨ªa pero tambi¨¦n otros productos, con Rusia y China¡±. En el sector tecnol¨®gico se han visto movimientos. El temor a que las redes 5G de Huawei fueran un problema de seguridad nacional hizo que EE UU y algunos pa¨ªses de la UE vetaran su participaci¨®n en el despliegue de esta tecnolog¨ªa. La ofensiva norteamericana contra las tecnol¨®gicas chinas acab¨® con la expulsi¨®n de China Telecom, China Unicom y China Mobile de la Bolsa de Nueva York en enero de 2021 por supuestamente ofrecer suministro y apoyos al Ej¨¦rcito chino y a los servicios de espionaje del pa¨ªs. En diciembre, tras las presiones de Pek¨ªn, la tecnol¨®gica Didi, la principal plataforma china de transporte compartido (con un modelo similar al de Uber), abandon¨® Wall Street.
Hacia una recesi¨®n
?Cu¨¢l ser¨¢ el impacto de la guerra en la econom¨ªa global? Los conflictos armados reducen la oferta de productos y el comercio, y eso lleva a una elevada inflaci¨®n. Cada vez son m¨¢s los expertos que advierten del riesgo que supone para la recuperaci¨®n tras dos duros a?os de pandemia. ¡°Vamos probablemente hacia una recesi¨®n por los elevados costes de la energ¨ªa¡±, advierte el economista alem¨¢n Guntram Wolff, director del centro Bruegel, con sede en Bruselas. En su opini¨®n, no hay ahora una respuesta clara a c¨®mo va a evolucionar el orden econ¨®mico. ¡°El escenario es muy inestable y no creo que haya una respuesta a la pregunta de si vamos hacia un mundo de bloques, porque China est¨¢ apoyando a Mosc¨², pero sus bancos est¨¢n acatando las sanciones de Occidente, y aunque Pek¨ªn pueda salir con m¨¢s fuerza de esta crisis no veo que quiera un desacople real¡±, opina.
Las relaciones entre China y la UE son especialmente estrechas desde el punto de vista comercial. Pero desde el a?o pasado se produjeron tensiones cuando la UE impuso a China las primeras sanciones desde Tinananm¨¦n por las violaciones de los derechos de la minor¨ªa uigur. Una de las consecuencias fue el bloqueo por parte del Parlamento Europeo del hist¨®rico acuerdo de inversiones alcanzado entre la UE y Pek¨ªn a finales de 2020. Adem¨¢s, se ha desarrollado un mecanismo de control de las inversiones directas extranjeras que supongan un riesgo para la seguridad de la Uni¨®n. ¡°La UE ha desarrollado herramientas para reforzar los controles, pero no estamos cortando lazos con China, las exportaciones chinas han crecido de forma extraordinaria durante la pandemia¡±, a?ade Wolff.
Las sombras que se ciernen sobre la evoluci¨®n del PIB son todo un dilema para los bancos centrales, que tienen que decidir entre no frenar el crecimiento y enfrentarse a una inflaci¨®n no vista en d¨¦cadas por el coste de la energ¨ªa y los efectos de la pandemia. El aumento del gasto en defensa, anunciado claramente por Alemania y una tendencia t¨ªpica en tiempos de guerra, propiciar¨¢ al menos nuevas fuentes de crecimiento. El director de inversiones y responsable de renta fija de AXA, Chris Igoo, calcula que el gasto en defensa podr¨ªa crecer el equivalente a un 1% o 2% del PIB de los pa¨ªses occidentales.
Mientras, las bombas siguen cayendo sobre Ucrania y como recordaba esta semana Oleg Ustenko, asesor econ¨®mico del presidente ucranio Volodomir Zelensky, ¡°mientras ustedes hablan de las consecuencias econ¨®micas del boicoteo y del dinero que est¨¢n perdiendo, nosotros perdemos a nuestra gente, nuestras vidas¡±.
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