Estalla la Guerra Fr¨ªa tecnol¨®gica
EE UU y China libran una batalla que condicionar¨¢ la evoluci¨®n de la econom¨ªa mundial
A principios de semana, el departamento de Justicia de Estados Unidos present¨® cargos penales contra el gigante tecnol¨®gico Huawei por robo de secretos comerciales, obstrucci¨®n a la justicia, fraude bancario y por saltarse las sanciones estadounidenses contra Ir¨¢n. Acusaciones que pueden dar paso a la extradici¨®n a EE UU de la vicepresidenta de Huawei, Meng Wangzhou, retenida en Canad¨¢ desde el pasado 1 de diciembre.
Es el ¨²ltimo cap¨ªtulo de un enfrentamiento cada vez m¨¢s abierto entre EE UU y China a cuenta del desarrollo tecnol¨®gico y que ha ido ganando intensidad conforme van pasando los meses. Lo que empez¨® como los primeros pasos de una guerra comercial entre Estados Unidos y China en 2018, con la imposici¨®n de aranceles sobre un n¨²mero creciente de productos, ha ido evolucionando hasta dejar ver la complejidad de la confrontaci¨®n entre las dos potencias, donde EE UU ha puesto a las grandes compa?¨ªas chinas del sector como ZTE, Tencent o Huawei, en el punto de mira de sus acciones. La nueva Guerra Fr¨ªa es tecnol¨®gica.
¡°La gran diferencia es que 2019 es el a?o en que todo eso pasa ante el ojo p¨²blico¡±, explica Zvika Krieger, director del centro del Foro Econ¨®mico Mundial (WEF, en sus siglas en ingl¨¦s) en San Francisco y experto en tecnolog¨ªa. ¡°Hasta ahora, solo los conocedores del sector o las autoridades implicadas en estas cuestiones estaban al tanto de esa guerra tecnol¨®gica pero ahora el enfrentamiento es abierto¡±, reflexiona en una pausa entre reuni¨®n y reuni¨®n en el Foro de Davos. Tanto que la guerra tecnol¨®gica se convirti¨® en el elefante en la habitaci¨®n de la cumbre de Davos, el tema no incluido en el programa oficial del que todo el mundo hablaba. ¡°El enfrentamiento entre EE UU y China ha surgido en el 90% de las reuniones a las que yo he asistido¡±, confesaba en la estaci¨®n suiza Carlos Pascual, antiguo embajador estadounidense y vicepresidente de la consultora de riesgos IHS Markit, que advert¨ªa de que algo ha cambiado para siempre en la relaci¨®n entre las dos potencias. ¡°Incluso si la guerra comercial se resuelve a lo largo de este mes ¨Cel ultim¨¢tum vence el 1 de marzo¡ªy China promete comprar muchos m¨¢s productos estadounidenses y abrir el acceso a su econom¨ªa a la inversi¨®n extranjera, la guerra tecnol¨®gica no va a desaparecer¡±, sentenciaba.
Huawei, inmersa en una campa?a global de relaciones p¨²blicas in¨¦dita en sus algo m¨¢s de 30 a?os de historia, defiende su independencia de las autoridades de Pek¨ªn. ¡°Somos una empresa que es 100% propiedad de sus empleados y cada a?o nos sometemos a una auditor¨ªa de la mano de KPMG¡±, clamaba su actual presidente, Liang Hua, en un encuentro poco habitual con los medios de comunicaci¨®n en Davos. Pero resulta dif¨ªcil imaginar que Huawei o cualquier otra compa?¨ªa china puedan resistir las presiones de un r¨¦gimen como el de Pek¨ªn, especialmente en aras de la seguridad nacional.
La emergencia de las empresas tecnol¨®gicas chinas en la econom¨ªa global amenaza el dominio que hasta ahora ten¨ªan las empresas estadounidenses del sector. Huawei ya ha superado a Apple como segundo fabricante mundial de smartphones, solo por detr¨¢s de la coreana Samsung. M¨¢s a¨²n, la compa?¨ªa de Palo Alto, adem¨¢s, ha tenido que rebajar sus previsiones de ingresos por primera vez desde 2001, en pleno estallido de la burbuja tecnol¨®gica, por el impacto que la desaceleraci¨®n china tiene en sus ventas.
Sistemas antag¨®nicos
Las dimensiones de ese enfrentamiento van m¨¢s all¨¢ de lo puramente sectorial y se adentran de lleno en la geopol¨ªtica. El modelo Silicon Valley, el Valle de Santa Clara cercano a San Francisco donde la innovaci¨®n y el desarrollo tecnol¨®gico se han apoyado en una abundante financiaci¨®n privada capaz de asumir riesgos, puede sucumbir ante el modelo Shenzen, la ciudad china que alberga a algunos de esos gigantes tecnol¨®gicos crecidos al amparo de la protecci¨®n estatal, la transferencia forzosa de tecnolog¨ªa de las multinacionales que quieren hacer negocios en el pa¨ªs y cuantiosa mano de obra barata y formada. Son dos modelos contrapuestos, uno basado en la iniciativa privada y otro impulsado por el sector p¨²blico, de un r¨¦gimen autoritario, cabe recordar.
Para dar un impulso definitivo a ese modelo, en 2015 el primer ministro chino Li Keqiang puso en marcha el plan Made in China 2025 para dar un impulso definitivo a la industria del pa¨ªs. Tres a?os m¨¢s tarde, el presidente Xi Jinping reformul¨® el plan para convertir a China en una superpotencia tecnol¨®gica ¡ªen la industria aeroespacial, la rob¨®tica, la biotecnolog¨ªa y la computaci¨®n¡ª en ese horizonte, con un presupuesto estimado de unos 300.000 millones de d¨®lares (unos 260.000 millones de euros). Un programa que, como reconoce el propio Consejo de Relaciones Internacionales de EE UU en un reciente informe, representa ¡°una amenaza existencial para el liderazgo tecnol¨®gico estadounidense¡±. Y Washington, de la mano de su presidente Donald Trump, ha pasado al ataque. ¡°Los americanos no van a ceder la supremac¨ªa tecnol¨®gica global sin luchar y el caso Huawei demuestra que esa batalla ya ha comenzado¡±, aseguraba en una reciente entrevista Michael Pillsbury, director del centro de estudios sobre China del Hudson Institute y asesor de la Administraci¨®n de Trump. Pillsbury acaba de publicar un libro sobre el tema La marat¨®n de los cien a?os. La estrategia secreta de China para sustituir a EE UU como superpotencia global.
¡°A lo largo de 2018 la competici¨®n tecnol¨®gica se hizo extremadamente pol¨ªtica. Este a?o, los inversores y los mercados van a empezar a pagar el precio de ese cambio¡±, advert¨ªa a principios de enero la consultora de riesgos Eurasia Group que dirige Ian Bremmer. Para Eurasia, de hecho, uno de los diez principales riesgos para este ejercicio es ese invierno en la innovaci¨®n derivado de las tensiones entre EE UU y China, que van a obligar al resto del mundo a tomar partido por uno de los dos bandos y que van a provocar un freno en las inversiones y el desarrollo tecnol¨®gico a nivel global.
En esta ocasi¨®n el freno se puede producir en el desarrollo de las redes m¨®viles de 5G, una tecnolog¨ªa que los expertos definen como cuantitativa y cualitativamente diferente a las anteriores generaciones de Internet m¨®vil y que ¡°va a ser radicalmente distinta a nada que le haya precedido, en t¨¦rminos de la innovaci¨®n que va a propiciar¡±, explica Paul Triolo, jefe de Geotecnolog¨ªa de Eurasia Group. Si hacemos caso a la teor¨ªa que sostiene que cada revoluci¨®n industrial ha ido precedida y asociada al desarrollo de una tecnolog¨ªa concreta que cambia la sociedad de forma radical, en el caso de la cuarta revoluci¨®n industrial esa tecnolog¨ªa es el 5G. El desarrollo de coches sin necesidad de conductor o de ciudades inteligentes, por ejemplo, exige una enorme cantidad de datos, con disponibilidad casi inmediata, que solo las redes 5G pueden hacer posible. ¡°La implantaci¨®n del 5G es la clave para el desarrollo de la econom¨ªa digital, el Internet de las cosas y determinar¨¢ la evoluci¨®n de la industrial. Es una tecnolog¨ªa en una generaci¨®n¡±, sostiene Zvika Krieger.
Es ah¨ª donde hay que enmarcar la campa?a emprendida a lo largo del a?o pasado por las autoridades estadounidenses para persuadir a sus socios internacionales de vetar a Huawei del desarrollo de las redes de 5G. Los integrantes de la alianza de los Cinco Ojos [Five Eyes], un acuerdo de inteligencia firmado por EE UU, Canad¨¢, Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda, se han comprometido a vetar en sus pa¨ªses al gigante tecnol¨®gico chino, l¨ªder en el desarrollo de componentes para implantar esas redes, por amenaza a su seguridad nacional. A ese veto eval¨²an sumarse Alemania, Francia y Noruega por temor a que China pueda llevar a cabo operaciones de espionaje a trav¨¦s de los equipos de Huawei. La brit¨¢nica Vodafone ha anunciado que aplazar¨ªa la instalaci¨®n de nuevo equipamiento de red b¨¢sica de Huawei en todas sus operaciones europeas, con gran impacto en los pa¨ªses del Este. Previamente, British Telecom hab¨ªa declarado que eliminar¨ªa en un plazo de dos a?os todos los equipos de la empresa china utilizados en la red b¨¢sica de la operadora m¨®vil. La operadora alemana Deutsche Telekom ha alertado, sin embargo, que esas decisiones pueden provocar una demora en el desarrollo del 5G en Europa, previsto para 2020, de al menos dos a?os.
¡°Seg¨²n ha ido escalando la confrontaci¨®n comercial y tecnol¨®gica entre EE UU y China a lo largo del ¨²ltimo a?o, impulsada por los temores econ¨®micos y de seguridad nacional de Estados Unidos y por los ambiciosos objetivos de desarrollo industrial, tecnol¨®gico y econ¨®mico de China, cada decisi¨®n asociada con el desarrollo de las redes 5G se ha politizado¡±, explica Paul Triolo, en su ¨²ltimo informe La geopol¨ªtica del 5G.
En esas circunstancias cada vez m¨¢s voces del sector inciden en la necesidad de abordar esta cuesti¨®n desde un punto de vista multilateral y supranacional. En el mismo Foro de Davos, la canciller Angela Merkel defendi¨® la necesidad de crear un organismo multilateral, una especie de OTAN tecnol¨®gica que aborde tanto las cuestiones de ciberseguridad, como el tratamiento de datos, la ¨¦tica de la Inteligencia Artificial o la biogen¨¦tica. ¡°No hay ning¨²n tipo de arquitectura internacional en ese ¨¢mbito y no puedo imaginar que cada pa¨ªs vaya en eso por su lado¡±, asegur¨® la canciller. ¡°Hemos quedado [Europa] muy a la zaga en el desarrollo de las plataformas tecnol¨®gicas pero en cambio la Uni¨®n Europea ha sentado las bases para reglamentar el tratamiento de los datos y ese debe ser el rasero europeo para avanzar en la digitalizaci¨®n¡±, asegur¨® ante un abarrotado plenario del centro de Congresos.
Merkel se refer¨ªa a la puesta en marcha del Reglamento General de Protecci¨®n de Datos (GDPR, en sus siglas en ingl¨¦s) que entr¨® en vigor a finales de 2018. Una decisi¨®n encaminada a proteger el tratamiento de los datos de los consumidores que fue inicialmente rechazada por los gigantes tecnol¨®gicos pero que ahora ven como tabla de salvaci¨®n para recuperar la confianza de los consumidores. ¡°Personalmente pienso que es un fant¨¢stico inicio para empezar a tratar la privacidad como un derecho humano. Espero que en Estados Unidos hagamos algo similar y que el mundo avance hacia unos est¨¢ndares comunes en este ¨¢mbito¡±, confesaba el primer ejecutivo de Microsoft, Satya Nadella, en uno de los debates celebrados en la ciudad suiza. California ha puesto en marcha su propio GDPR pero no hay ninguna iniciativa a nivel estatal en Estados Unidos para garantizar la privacidad de los usuarios y cada vez m¨¢s voces admiten que en este ¨¢mbito no cabe la autorregulaci¨®n.
¡°El mercado no discrimina sobre el uso correcto o err¨®neo de las tecnolog¨ªas. Por ejemplo, el uso del reconocimiento facial por parte de la Polic¨ªa de Nueva Delhi ha permitido identificar en apenas cuatro d¨ªas a casi 3.000 ni?os desaparecidos. En otros casos, el uso del reconocimiento facial puede utilizarse para invadir la privacidad y con sesgo pol¨ªtico¡±, admiti¨® Nadella. ¡°Apoyamos cualquier tipo de regulaci¨®n que ayude a que el mercado no se convierta en una carrera hacia el fondo¡±, afirm¨®.
Para Krieger, hay cuestiones que se deben abordar sin dilaci¨®n: ¡°No hay transparencia en c¨®mo se recogen los datos, ni en c¨®mo se usan por parte de las empresas. No se puede monitorizar su uso posterior ni se les puede sacar dinero¡±. Dos a?os despu¨¦s de montar el centro del WEF en San Francisco, para este experto tecnol¨®gico, que fue el primer representante del Departamento de Estado en Silicon Valley, las empresas son las que tienen ahora m¨¢s urgencia en establecer reglas claras para su funcionamiento, en l¨ªnea con la reivindicaci¨®n de Merkel.
Preocupaci¨®n a?adida
Aunque la canciller ten¨ªa en mente la necesidad de proteger la privacidad de los usuarios y de responder a los cada vez m¨¢s habituales y devastadores ataques inform¨¢ticos cuando apelaba en Davos a la creaci¨®n de una OTAN de la ciberseguridad, las empresas tienen otra preocupaci¨®n a?adida. La creaci¨®n de alg¨²n tipo de arquitectura global que haga frente a los desaf¨ªos de la nueva realidad tecnol¨®gica puede resultar decisivo para evitar lo que los expertos llaman la balcanizaci¨®n de Internet, el temor a una fragmentaci¨®n de la Red que haga incompatibles unos sistemas con otros. Y el riesgo crece en el actual escenario donde confluyen la confrontaci¨®n de EE UU y China y el desarrollo de una tecnolog¨ªa disruptiva y revolucionaria como el 5G.
¡°Un ecosistema del 5G dividido aumentar¨¢ el riesgo de que la tecnolog¨ªa global se divida en dos esferas de influencia separadas, divididas pol¨ªticamente y sin posibilidad de que operen entre ellas. Una, impulsada por Estados Unidos y desarrollada tecnol¨®gicamente en Silicon Valley, y otra, liderada por China y respaldada por su eficiente red de plataformas digitales¡±, apunta el informe de Eurasia sobre la geopol¨ªtica del 5G.
Una preocupaci¨®n de primera magnitud para el sector y que Zvika Krieger ratifica. ¡°Lo m¨¢s preocupante es que la interoperabilidad de la Red se mantenga y ah¨ª el sector p¨²blico, los Gobiernos, deben asumir la responsabilidad y el liderazgo¡±. A su juicio, China es la primera interesada en que se proteja la interoperabilidad de Internet y ha mostrado su disposici¨®n a cooperar en este ¨¢mbito.
Pero no a cualquier precio. En el mismo escenario en el que Merkel hab¨ªa apelado a la cooperaci¨®n internacional, el vicepresidente chino, Wang Quishan, defend¨ªa poco despu¨¦s el modelo chino de desarrollo tecnol¨®gico. ¡°Es imprescindible respetar la soberan¨ªa nacional y evitar la hegemon¨ªa tecnol¨®gica, interfiriendo en cuestiones dom¨¦sticas de otros pa¨ªses y llevando a cabo actividades tecnol¨®gicas que minen la seguridad nacional de otros pa¨ªses¡±, dec¨ªa al auditorio. ¡°Tenemos que respetar las elecciones independientes sobre el modelo de gesti¨®n tecnol¨®gica y las pol¨ªticas p¨²blicas que haga cada pa¨ªs y el derecho a participar en el sistema de gobernanza global como iguales¡±. La Guerra Fr¨ªa tecnol¨®gica sigue en pie.
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