Adi¨®s al cartel ¡°Se vende piso. Raz¨®n porter¨ªa¡±
Cada vez son menos los porteros y conserjes que ense?an casas. Algunos agentes inmobiliarios los ven como una ayuda, pero otros como competencia desleal
Tradicionalmente, en los portales de los edificios del centro de ciudades como Madrid y Barcelona abundaban los carteles de ¡°Se vende (o se alquila) vivienda. Raz¨®n porter¨ªa¡±. Incluso la oferta se ampliaba a locales y plazas de garaje. Los empleados de fincas nobles se convert¨ªan as¨ª en ¡°vendedores¡± improvisados de los pisos y locales que se quedaban vac¨ªos. Los due?os de estas casas depositaban su confianza en ellos. Cada vez son menos los carteles de color naranja chill¨®n publicados en los portones de los inmuebles hist¨®ricos. Los otros portales, los digitales, los han desplazado.
Aunque esta casi reliquia no ha desaparecido por completo y, adem¨¢s, es perfectamente l¨ªcita. Los convenios vigentes del sector de Empleados de Fincas Urbanas de la Comunidad de Madrid y Catalu?a contemplan como una de las obligaciones de los porteros y conserjes cuidar los pisos y locales vac¨ªos y acompa?ar a las personas que deseen verlos, facilit¨¢ndoles cuantas noticias conciernen a los mismos. Marco C., conserje en el barrio madrile?o de Chamber¨ª, corrobora que ¡°aunque es una responsabilidad que tenemos en el convenio, cada vez hay menos fincas en las que tengamos que ense?ar las viviendas¡±.
Se trata de una obligaci¨®n que en algunas ocasiones produce distensiones con los agentes inmobiliarios, pero en otras, alianzas. Amor y odio entre porteros de fincas y agentes inmobiliarios. ¡°Ayudan a las agencias con informaci¨®n sobre la existencia de pisos en alquiler o venta. Y aunque por convenio tienen que ense?ar los pisos, esta gesti¨®n es ahora testimonial¡±, destaca el consultor inmobiliario Eduardo Molet. La sola presencia de un portero f¨ªsico en un edificio sigue siendo un reclamo para la venta o alquiler de viviendas en ciudades como Madrid. ¡°Incluso puede llegar a revalorizar un piso¡±, defiende Molet.
Porteros y conserjes aportan una informaci¨®n valiosa, ya que en ocasiones recomiendan si es oportuno o no alquilar una propiedad a un potencial inquilino. ¡°Hace poco, un cliente vino a alquilar un piso a mi agencia y el portero me avis¨® de que era un moroso profesional del alquiler. Cada seis meses cambiaba de vivienda y se iba sin pagar¡±, cuenta el due?o de la agencia Eduardo Molet. ¡°Las agencias inmobiliarias no debemos ver a los porteros como si se tratase de competencia desleal, m¨¢s bien al contrario. Son un gran aliado para conseguir vender o alquilar una vivienda con ¨¦xito¡±, insiste el consultor. ¡°En tantos a?os de experiencia he visto que muchas veces las empresas o profesionales del sector justifican unos pobres resultados en factores externos, como por ejemplo que los porteros les roban potenciales clientes o que por su culpa no acaban de cerrar algunas operaciones. De ser as¨ª, es algo anecd¨®tico porque nunca he visto a ning¨²n portero que act¨²e como si se tratara de un agente inmobiliario¡±, argumenta. Hasta aqu¨ª los halagos.
El eterno debate
Para ?ngel Mart¨ªnez Le¨®n, vocal del Consejo General de los Colegios Oficiales de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria, ¡°cuando los porteros de las fincas ense?an las viviendas en alquiler o en venta se hace un flaco favor a la protecci¨®n y al derecho de los consumidores¡±. Es el eterno debate de una regulaci¨®n del sector inmobiliario que no acaba de llegar. Antes del a?o 2000, la intermediaci¨®n inmobiliaria estaba regulada y hab¨ªa una actividad reservada para los agentes de la propiedad inmobiliaria (API) colegiados. ¡°Hoy cualquiera puede ejercer. Para vender una lechuga hay que tener un carn¨¦ de manipulador, pero para vender una vivienda no existe siquiera la obligaci¨®n de saber leer o escribir¡±, se queja Mart¨ªnez. Seg¨²n este colectivo, por analog¨ªa, si la Ley Reguladora de los Contratos de Cr¨¦ditos Inmobiliarios exige un registro y una formaci¨®n para los empleados de banca, deber¨ªa de existir un registro para los agentes inmobiliarios, porque es el fin y no la causa de la actividad inmobiliaria.
Los porteros de fincas ense?an pisos, pero pueden informar sobre el precio y sus caracter¨ªsticas. Por eso, opina Mart¨ªnez, ¡°su trabajo puede tener consecuencias muy importantes desde el punto de vista contractual, ya que se arriesga a no dar la informaci¨®n correcta, no tener en cuenta que existan cargas sobre la vivienda o vicios de construcci¨®n¡¡±. Esta es la raz¨®n por la que desde el Consejo de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) exigen una regulaci¨®n de la profesi¨®n, ¡°ya que es importante disponer de una formaci¨®n y tener un seguro de responsabilidad civil¡±.
Critican adem¨¢s que la ley de vivienda no se detiene en la garant¨ªa jur¨ªdica. No incluye ninguna referencia, identificaci¨®n de perfil o requerimientos necesarios para aquellos profesionales que quieren ejercer como agentes inmobiliarios. ¡°La clarificaci¨®n y concreci¨®n de conceptos son elementos fundamentales para crear las condiciones id¨®neas y asegurar el crecimiento y la incorporaci¨®n de una regulaci¨®n de los agentes inmobiliarios, indispensable si queremos un mercado transparente y con las m¨¢ximas garant¨ªas hacia consumidores y usuarios¡±, sostiene Montserrat Junyent, asesora jur¨ªdica del Consejo General de COAPI de Espa?a y del COAPI de Barcelona.
En la actualidad, la ¨²nica comunidad aut¨®noma que tiene un registro obligatorio de agentes inmobiliarios es Catalu?a. En Madrid tambi¨¦n existe, pero es de car¨¢cter voluntario. La situaci¨®n es muy diferente en ambas ciudades. Mientras que la regulaci¨®n de Barcelona hace casi inviable que el portero vaya m¨¢s all¨¢ de simplemente ense?ar la casa, en la capital espa?ola es m¨¢s f¨¢cil que el empleado de la finca urbana intervenga en una operaci¨®n de compraventa, apuntan los expertos.
Tambi¨¦n el personal shopper inmobiliario, en su labor de asesoramiento y acompa?amiento al potencial comprador, tiene entre sus colaboradores a los conserjes y porteros de fincas urbanas. Enric Jim¨¦nez, consejero delegado de Property Buyers, que opera, entre otras ciudades, en Barcelona, asegura que los porteros ¡°poseen una informaci¨®n privilegiada del barrio y de los edificios; saben incluso antes que nadie cu¨¢ndo se va a quedar vac¨ªa una vivienda para sacarla al mercado del alquiler o la venta. Adem¨¢s, el nexo que tiene el portero con el propietario es de absoluta confianza, de ah¨ª que le deje las llaves para ense?ar la vivienda¡±.
Estos agentes solo representan al comprador. ¡°En este sentido¡±, explica Jim¨¦nez, ¡°mientras que aquellas agencias inmobiliarias que son colaboradoras de los porteros pueden llegar a gratificarle con una parte de la comisi¨®n que le paga el comprador, el personal shopper nunca da propina al empleado de fincas urbanas, aunque s¨ª tenemos un detalle con ¨¦l¡±.
Actualizaci¨®n del convenio en Madrid
Los empleados de fincas urbanas madrileños tienen una preocupación, que ya dura 20 años, y que no es otra que la actualización de su convenio. “Nuestro sueldo está muy por debajo del Salario Mínimo Interprofesional, en torno a los 680 euros, sin incluir complementos”, comentan en la Asociación de Empleados de Fincas Urbanas de Madrid (EFUCAM), con el fin de encontrar una pronta solución.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.