Cartier contra Tiffany: duelo en el lujo m¨¢s exclusivo entre acusaciones de espionaje industrial
La ley salvaguarda los secretos de las empresas, pero estas deben contar con una pol¨ªtica interna para preservarlos
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Hace unas semanas, Cartier anunciaba una demanda contra Tiffany & Co por competencia desleal. La casa joyera francesa acusa a su rival de intentar obtener de forma inapropiada informaci¨®n confidencial sobre sus actividades en Estados Unidos a trav¨¦s de una extrabajadora. La m¨ªtica firma de la Quinta Avenida de Manhattan se ha apresurado a negarlo. La trama de esta batalla en el mercado del lujo bien podr¨ªa servir de guion cinematogr¨¢fico. Y es que los secretos empresariales son muchas veces m¨¢s valiosos que los diamantes que contemplaba la protagonista de Breakfast at Tiffany¡¯s (Desayuno con diamantes). Por eso, es vital para las compa?¨ªas protegerlos y conocer las armas legales con las que cuentan.
La f¨®rmula de la Coca-Cola es quiz¨¢ el secreto m¨¢s buscado. Pero la lista es ampl¨ªsima: ingredientes ocultos, t¨¦cnicas o conocimientos de producci¨®n, listados de clientes, algoritmos, estudios de mercado... En definitiva, resume Pablo Sanz, profesor de Derecho Mercantil de Comillas ICADE, ¡°toda aquella informaci¨®n confidencial y de valor econ¨®mico sobre las ventajas competitivas de los productos o servicios de una empresa¡±.
En Espa?a, estos activos se protegen mediante la Ley 1/2019, de 20 de febrero, de Secretos Empresariales. La norma proporciona el marco general que sustenta una demanda por competencia desleal o, en su caso, una querella por espionaje industrial. Est¨¢n bajo su paraguas los conocimientos que se conserven secretos (aplicando para ello ¡°medidas razonables¡±) y tengan un ¡°valor empresarial¡±, ya sea real o potencial. En 2015, por ejemplo, la Audiencia Provincial de Madrid neg¨® valor comercial a las fichas con el tinte aplicado a los clientes de una peluquer¨ªa. Por otro lado, aunque la ley tambi¨¦n garantiza la protecci¨®n de los secretos industriales, se?ala Sanz, ¡°no hay que confundirlo con las patentes y modelos de utilidad¡±. Estos inventos se tienen que registrar oficialmente, por lo que ya no son secretos.
En la pr¨¢ctica, las compa?¨ªas salvaguardan sus secretos a trav¨¦s de acuerdos de confidencialidad. El plan pasa por inventariar sus activos inmateriales y decidir qu¨¦ innovaciones dejar¨¢n bajo llave. La clave, subraya Eric Maci¨¢, abogado y consultor del ¨¢rea de Privacidad y Seguridad de la Informaci¨®n de PONS IP, ¡°es que est¨¦ alineado con la estrategia de negocio: que lo que se proteja tenga sentido y sirva para cumplir sus objetivos¡±. Apunta un criterio b¨¢sico: ¡°No trates como secreto aquello que se puede deducir por ingenier¨ªa inversa¡±. Es decir, no merece la pena preservar un producto que puede ser f¨¢cilmente replicado a partir del modelo original. Ser¨ªa preferible patentarlo, apostilla Sanz; as¨ª ¡°no podr¨¢n usarlo sin el permiso del titular¡±.
Tr¨¢nsfugas
Bastantes casos de violaciones de los secretos empresariales son protagonizados por trabajadores tr¨¢nsfugas que se llevan la informaci¨®n a la competencia. Sin embargo, aplicar cl¨¢usulas de confidencialidad de manera indiscriminada, explica Antonio Pedrajas, socio director de Abd¨®n Pedrajas Littler, ¡°puede ser contraproducente¡±. Si toda la plantilla conoce el secreto, este puede perder su car¨¢cter confidencial. Por eso, se?ala Maci¨¢, hay que aplicar ¡°una metodolog¨ªa de gesti¨®n del ciclo de vida de esta informaci¨®n, esto es, qui¨¦n debe acceder a ella, cu¨¢ndo...¡±. As¨ª, se incluir¨¢n pactos de silencio con determinados empleados, pero tambi¨¦n con socios, proveedores, clientes... En el ¨¢mbito laboral, subraya Pedrajas, ¡°la confidencialidad es un deber inherente a la buena fe contractual que persiste incluso despu¨¦s de extinguido el contrato¡±. Por ello, a diferencia de los pactos de exclusividad o de no competencia al abandonar la compa?¨ªa, ¡°no exige compensaci¨®n econ¨®mica¡±.
En principio, fichar personal del competidor no es en s¨ª mismo un acto de competencia desleal. Cuesti¨®n distinta, apunta Cristina Mesa, socia del departamento de Propiedad Industrial e Intelectual de Garrigues, es ¡°querer obtener informaci¨®n confidencial a trav¨¦s de sus empleados¡±. Como en la operaci¨®n denunciada por Cartier, en la que supuestamente la extrabajadora entreg¨® material sensible a los ejecutivos de su nueva compa?¨ªa.
Cuando un negocio considera que se han vulnerado sus secretos, se?ala Mesa, ¡°lo primero que tiene que demostrar es que los datos a los que se ha tenido acceso tienen car¨¢cter confidencial, lo que no siempre es sencillo¡±. Por lo tanto, la v¨ªa m¨¢s ¡°habitual¡± para defenderse de una demanda, afirma, ¡°es alegar que la informaci¨®n en cuesti¨®n no era secreta¡±.
A continuaci¨®n, expone Mesa, ¡°tambi¨¦n debe probarse c¨®mo se han violado los secretos de la empresa¡±. Es decir, si se ha producido un acceso no autorizado, un uso directo o la venta de la informaci¨®n a un tercero. Los trabajadores, indica, pueden ser responsables ¡°si han infringido sus obligaciones de confidencialidad y/o no competencia¡±. Adem¨¢s, vender este material al adversario, se?ala Pedrajas, ¡°ser¨ªa sancionable con el despido¡±. Incluso, apunta Le¨®n Vidaller, asociado s¨¦nior en el ¨¢rea de Derecho Penal de Garrigues, el empleado ¡°puede llegar a tener responsabilidad penal por un delito de revelaci¨®n de secretos empresariales¡±. Como explica Vidaller, la v¨ªa penal se reserva para las conductas anticompetitivas m¨¢s graves, consideradas delictivas, entre las que destaca el espionaje industrial. En Espa?a, se?ala, ha habido alguna condena por este delito, ¡°pero son muy poco frecuentes¡±. Muchos casos se archivan, expone, ¡°por la dificultad de acreditar t¨¦cnicamente la intromisi¨®n y apoderamiento del secreto de empresa¡±. Sin embargo, apunta, en los ¨²ltimos a?os estas pr¨¢cticas ¡°han experimentado un gran crecimiento¡±.
En definitiva, para evitar graves perjuicios, las compa?¨ªas deben proteger todos sus secretos. Nunca se sabe cu¨¢ndo pueden estar ante un invento como el de la Coca-Cola.
Probar la apropiaci¨®n indebida
Los litigios por apropiación indebida de secretos empresariales encallan a veces en la pericial sobre el carácter confidencial del material vulnerado. Como prevención, apunta Eric Maciá, abogado y consultor del área de Privacidad y Seguridad de la Información de PONS IP, las compañías pueden utilizar la tecnología blockchain, que permite crear una prueba de la existencia de la información y “puede ser admitida por los tribunales como prueba pericial”. Sin embargo, aún no goza del espaldarazo legal que tienen los “sellos cualificados de tiempo” que, conforme al Reglamento eIDAS, poseen una presunción de exactitud de la fecha y hora que indican y de la integridad de los datos vinculados.
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