El contagio de la inflaci¨®n energ¨¦tica
Los efectos de segunda ronda en los precios amenazan la competitividad y la cohesi¨®n social
La inflaci¨®n sigue siendo la gran protagonista de la marcha de la econom¨ªa. La espiral de costes energ¨¦ticos y del precio de los suministros importados ¡ª?principal origen del brote inflacionario¡ªact¨²a como un impuesto sobre el aparato productivo y nos empobrece como pa¨ªs. Prueba de ello, el desplome del consumo de las familias: un severo -3,6% en el primer trimestre seg¨²n el adelanto del INE, que explica la fuerte desaceleraci¨®n de la econom¨ªa. Los hogares m¨¢s desfavorecidos o que disponen de poco colch¨®n de liquidez no tienen m¨¢s remedio que apretarse el cintur¨®n. Otros, aunque sus ingresos pierdan poder adquisitivo por causa de la inflaci¨®n, pueden tirar del sobreahorro, algo que no parecen estar dispuestos a hacer de momento (en marzo, los hogares incrementaron sus dep¨®sitos bancarios en 9.300 millones).
De ah¨ª la importancia del dato adelantado del IPC para el mes de abril, un 8,4%, en retroceso frente al inquietante 9,8% de marzo. La leve mejora avala la previsi¨®n de una menor presi¨®n de los precios energ¨¦ticos durante los pr¨®ximos meses. El acuerdo con Bruselas para limitar el precio del gas que entra en el mercado el¨¦ctrico, probablemente el instrumento m¨¢s potente del arsenal desplegado hasta ahora, es un paso en esa desescalada. Sin embargo, la inflaci¨®n seguir¨¢ sin dar tregua a corto plazo.
En primer lugar, porque el precio de la electricidad seguir¨¢ fluctuando en funci¨®n de la diferencia entre lo que cuesta el gas comprado en el mercado y el tope que se ha fijado (entre 40 y 50 euros por MWh). Esta brecha, que se exacerbar¨¢ ineludiblemente en un escenario de interrupci¨®n del suministro ruso, la pagaremos integr¨¢ndola en la factura de la luz en proporci¨®n de la energ¨ªa consumida. Bien es cierto que gracias al nuevo sistema las fluctuaciones ser¨¢n menos pronunciadas y nos ahorraremos en torno al 30% en comparaci¨®n con el coste actual de la electricidad. Habida cuenta del peso de la materia prima en la cesta de la compra, la reforma podr¨ªa restar 1,2 puntos al IPC, y algo m¨¢s contando con los efectos indirectos.
La minoraci¨®n es apreciable, pero ojo con la nueva ronda cuellos de botella que surgir¨¢ como consecuencia de la f¨¦rrea pol¨ªtica de covid cero de China. Las disrupciones de la primera potencia exportadora del mundo hacen ya mella en los fletes mar¨ªtimos: desde principios de mes, cuesta casi un 16% m¨¢s traer un contenedor del este asi¨¢tico, seg¨²n la plataforma Freightos.
Con todo, la principal preocupaci¨®n viene de la aceleraci¨®n de la inflaci¨®n subyacente: excluyendo la energ¨ªa y los alimentos frescos, el IPC sube un 4,4%, un registro sin precedentes desde mediados de los a?os noventa que evidencia el traslado del encarecimiento de la electricidad al resto de precios. Un proceso inevitable para las empresas electrointensivas con m¨¢rgenes muy reducidos y que podr¨ªa continuar en los pr¨®ximos meses, incluso tras la entrada en funcionamiento del mecanismo de tope.
Tampoco ayuda que la inflaci¨®n subyacente supere la media de los pa¨ªses con los que compartimos el euro, socavando nuestra competitividad. Una tendencia que, de mantenerse, nos aboca a dolorosos ajustes al no poder compensarse con devaluaciones monetarias.
No estamos en esa tesitura, y de momento nuestras exportaciones e ingresos del turismo registran buenos resultados, contrarrestando el encarecimiento de las compras de energ¨ªa. La balanza externa sigue arrojando un sano super¨¢vit. Pero este es un activo que debemos preservar, y que empieza a materializarse en algunas empresas, con acuerdos innovadores: los incrementos pactados se revisan peri¨®dicamente para compartir la p¨¦rdida de poder adquisitivo entre todas las partes, pero no se consolidan para as¨ª evitar una indiciaci¨®n de la econom¨ªa nefasta para todos. Algo que, junto con acciones contundentes focalizadas en sectores y colectivos en dificultad, deber¨ªa inspirar un acuerdo amplio y a mayor escala. Todo ello para alejar el riesgo de cronificaci¨®n de la inflaci¨®n.
IPC
El IPC armonizado del mes de abril se incrementó un 8,3% en relación con un año antes, ocho décimas más que la media de la eurozona. Los diferenciales internacionales de inflación son muy pronunciados: los países bálticos, Países Bajos y Eslovaquia, por ejemplo, registran incrementos de dos dígitos, el doble que en Francia. También aparecen fuertes disparidades sectoriales entre, por una parte, los precios desbocados de la energía y en menor medida de los alimentos frescos, y, por otra parte, la relativa moderación de los bienes no energéticos y sobre todo de los servicios.
Raymond Torres es director de coyuntura de Funcas. En Twitter: @RaymondTorres_
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