Retos y oportunidades de los fondos soberanos
La guerra de Ucrania nutrir¨¢ de liquidez estos veh¨ªculos, ligados a los precios de las materias primas
Este art¨ªculo comienza poniendo una cifra sobre la mesa: 10,5 billones de d¨®lares. Es la valoraci¨®n en 2021 de los activos bajo gesti¨®n de los fondos soberanos, que equivale a 7,5 veces el PIB espa?ol, 72% del PIB de la zona euro o 50% del de EE UU. De un total de unos 100 fondos soberanos en el mundo pertenecientes a unos 70 pa¨ªses, 15 de ellos concentran el 90% del total de los activos, con Norges ¡ªNoruega (1,3 billones de d¨®lares)¡ª y CIC ¡ªChina (1,2 billones)¡ª liderando el ranking. Los fondos de Abu Dhabi, ADIA y Mubadala, gestionan conjuntamente 1,1 billones, cantidad similar a la de Temasek y GIC, ambos de Singapur.
El origen de estos recursos proviene en el caso m¨¢s habitual de super¨¢vits fiscales o de balanza de pagos generados por exportaci¨®n de materias primas, t¨ªpicamente hidrocarburos. KIA se jacta de ser el primer fondo. Antes incluso de su independencia del Reino Unido, Kuwait constituy¨® en Londres el Kuwait Investment Board (KIB), hoy KIA, con el mandato de invertir el super¨¢vit petrolero y reducir la dependencia de un recurso ¨²nico y finito. Varios pa¨ªses del Golfo en la d¨¦cada de los setenta crearon sus respectivos fondos bajo condiciones similares. En esta categor¨ªa tambi¨¦n se puede incluir el noruego Norges, creado en 1969 cuando se descubri¨® petr¨®leo en el Mar del Norte.
A partir de la d¨¦cada de los ochenta, algunos pa¨ªses comenzaron a crear fondos soberanos para gestionar sus crecientes reservas exteriores, generadas por amplios super¨¢vits por cuenta corriente. Singapur cre¨® en 1981 el fondo GIC, Corea del Sur hizo lo propio en 2005 con KIC y China constituy¨® la CIC en 2007. Finalmente, tambi¨¦n hay otros que encuentran su fondeo en los presupuestos estatales para el cumplimiento de distintos mandatos de pol¨ªtica p¨²blica. Ejemplos de este grupo son los fondos soberanos europeos, como el FIS franc¨¦s, creado en 2008 y hoy gestionado por Bpifrance, el Strategic Investment Fund irland¨¦s o, en el caso espa?ol, Cofides, que desde 1997 gestiona por cuenta del Estado fondos orientados a la internacionalizaci¨®n de las empresas y la econom¨ªa espa?ola.
El origen heterog¨¦neo de los fondos soberanos marca en buena medida la estrategia de gesti¨®n de activos. Es habitual que los objetivos de los fondos petroleros sean mayormente financieros, buscando as¨ª rendimientos para las generaciones presentes y futuras, que se ver¨¢n privadas de los ingresos derivados de la explotaci¨®n de recursos no renovables una vez agotados. Otros fondos se orientan a la estabilizaci¨®n macroecon¨®mica, normalmente para absorber las fluctuaciones de los precios de las materias primas, o a objetivos de desarrollo, como la promoci¨®n de nuevos sectores, el fomento de la internacionalizaci¨®n o la transformaci¨®n de los sistemas productivos. Evidentemente, los objetivos de rentabilidad var¨ªan, siendo mayores en los fondos con objetivos financieros que en los que persiguen pol¨ªticas p¨²blicas.
Los fondos soberanos son un fen¨®meno con importancia creciente. Han doblado los activos bajo gesti¨®n en los ¨²ltimos diez a?os y se espera que la expansi¨®n contin¨²e en el futuro pr¨®ximo tal como indica Global SWF en su ¨²ltimo informe. Los estrangulamientos en las cadenas de valor y la invasi¨®n rusa de Ucrania dejan un panorama de altos precios del crudo y otras materias primas, que nutrir¨¢ la liquidez y, consiguientemente, el apetito inversor de muchos fondos soberanos. Sin ir m¨¢s lejos, en Espa?a, la base de datos del IE Business School recoge operaciones por valor de 2.800 millones de euros en los ¨²ltimos 15 meses en sectores que van desde las energ¨ªas renovables a la biotecnolog¨ªa, pasando igualmente por sectores m¨¢s tradicionales.
Como es l¨®gico, los gobiernos nacionales no permanecen impasibles ante esta realidad. Las inversiones de este conjunto tan relevante de instituciones soberanas generan oportunidades nada despreciables para las pol¨ªticas econ¨®micas nacionales. En este sentido, identificamos tres retos a considerar en la hoja de ruta futura.
En primer lugar, la pol¨ªtica de atracci¨®n de inversi¨®n exterior encuentra una ventana de oportunidad de cara a mejorar la capacidad financiera de nuestro tejido productivo. Si con car¨¢cter general los fondos soberanos son inversores habituales en los mercados p¨²blicos de capitales, tanto deuda como acciones, en el mercado inmobiliario y en infraestructuras, en los ¨²ltimos a?os se acent¨²a la tendencia a buscar otros activos, incluido el capital privado y las start-ups. Desde la perspectiva sectorial, las inversiones tienden hoy a concentrase en tecnolog¨ªa digital (software, fintechs, e-commerce, criptoactivos, log¨ªstica de datos), ciencias de la vida (salud y biotecnolog¨ªa), educaci¨®n, movilidad sostenible y energ¨ªas renovables. Las exigencias de rentabilidad por parte de los fondos soberanos obligan a impulsar el crecimiento de las empresas, normalmente por la v¨ªa de la innovaci¨®n y la internacionalizaci¨®n. Huelga decir las oportunidades que esto puede suponer para Espa?a en t¨¦rminos de crecimiento y empleo de calidad.
Pero el objetivo no es s¨®lo atraer capital. Es clave, y por ello lo identificamos como el segundo reto, asegurar la orientaci¨®n de esta forma de inversi¨®n extranjera hacia iniciativas empresariales alineadas con la estrategia de crecimiento nacional, y en concreto con el Plan de Recuperaci¨®n, Transformaci¨®n y Resiliencia. No se trata de servir en bandeja de plata activos estrat¨¦gicos a inversores gubernamentales extranjeros, sino de buscar un equilibrio entre la monitorizaci¨®n de estas inversiones, siempre bajo criterios de necesidad y proporcionalidad, y la atracci¨®n de financiaci¨®n para reforzar los sectores tractores del crecimiento inclusivo y el desarrollo sostenible. Aunque pueda resultar parad¨®jico por el origen petrolero de buena parte de los recursos, la comunidad de fondos soberanos pone cada m¨¢s ¨¦nfasis en la sostenibilidad, destacando la iniciativa One Planet Sovereign Wealth Funds para incluir las consideraciones de cambio clim¨¢tico en las decisiones de inversi¨®n.
En este esfuerzo por asegurar el alineamiento de las inversiones de los fondos soberanos con los objetivos de pol¨ªtica econ¨®mica se inscribe el tercer y m¨¢s ambicioso reto: la coinversi¨®n, entendida como combinaci¨®n de recursos financieros nacionales y extranjeros para potenciar o multiplicar inversiones en sectores prioritarios. Estas alianzas de coinversi¨®n entre instituciones soberanas se han convertido en pr¨¢ctica com¨²n a nivel internacional, pudiendo citarse como casos de ¨¦xito el fondo franc¨¦s LAC1 o el Spain-Oman Private Equity Fund, constituido por Cofides en 2018 con el Emirato de Om¨¢n para impulsar la internacionalizaci¨®n de empresas espa?olas y que ha supuesto ya inversiones por m¨¢s de 100 millones de euros.
La oportunidad de continuar explorando esta v¨ªa viene marcada por un contexto de abultados d¨¦ficits p¨²blicos y retirada de los est¨ªmulos de pol¨ªtica monetaria. As¨ª las cosas, las coinversiones para financiar pol¨ªticas p¨²blicas juegan a favor de la estabilidad fiscal, m¨¢xime si su retorno financiero es superior al coste de la deuda p¨²blica.
Jos¨¦ Luis Curbelo y Rodrigo Madrazo son presidente y director general de Cofides.
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