El gran dilema de los gestores de fondos: ?invertir en empresas que venden armas ya no est¨¢ mal visto?
Crece el debate en el mercado sobre si incluir o no las empresas armament¨ªsticas dentro de la estrategia sostenible tras la invasi¨®n rusa de Ucrania
Se ha abierto un debate en el mundo del dinero sobre si existen armas buenas y malas, matizando si se usan para defenderse o para invadir y destruir. En estas claves se mueve hoy d¨ªa la llamada inversi¨®n sostenible, conocida por sus siglas inglesas ESG (Environmental, Social y Governance) que abarca la defensa y el respeto del medio ambiente, el efecto de la empresa en el entorno social en el que se desarrolla y tambi¨¦n si el gobierno de una compa?¨ªa est¨¢ basado en la transparencia, el respeto a los accionistas y la correcta creaci¨®n de sus ¨®rganos decisorios.
La invasi¨®n a Ucrania ha encendido la discusi¨®n, como tambi¨¦n lo ha hecho la crisis energ¨¦tica. A principios del pasado mes de febrero la Comisi¨®n Europea inclu¨ªa el gas natural y la nuclear en el grupo de las energ¨ªas verdes, con el desconcierto de algunos pa¨ªses miembros, al tiempo que matizaba en un borrador limitar las prohibiciones a las llamadas armas controvertidas (bombas de racimo, minas antipersona, armas biol¨®gicas y qu¨ªmicas, y armas nucleares). Circunstancias que han puesto la ESG, al menos temporalmente, en cuarentena.
La moda de lo verde y lo social se ha impuesto en los mercados financieros en los ¨²ltimos a?os. Los grandes inversores como bancos, aseguradoras y fondos de capital riesgo se cuelgan esas etiquetas tanto en los activos financieros que adquieren como en sus propias emisiones que se ti?en de este color. Asimismo, los fondos de inversi¨®n ofrecen esta posibilidad para que los peque?os ahorradores tengan su dinero en compa?¨ªas (bien sea con acciones o bonos) sujetos a principios ¨¦ticos de preservaci¨®n medioambiental, y actividades que beneficien al conjunto de la sociedad. Y la importancia de este sello verde y social no es balad¨ª. Supone que los grandes fondos e inversores financien o no empresas de acuerdo a estos criterios, es decir, que les den ox¨ªgeno para seguir creciendo o que limiten su expansi¨®n. Las armas y el tabaco son ejemplos de inversiones que nunca entraban a formar parte de sus carteras.
Patrimonio
En Espa?a, adem¨¢s de las numerosas emisiones verdes que se realizan pr¨¢cticamente todas las semanas, solo el 20% del capital de los fondos de inversi¨®n cuenta con este marchamo. A cierre de 2021, los fondos sostenibles contaban con un patrimonio cercano a los 65.000 millones de euros en manos de cinco millones de part¨ªcipes (uno de cada tres) que optaban por lo socialmente responsable. En otros pa¨ªses las cifras y porcentajes son mucho m¨¢s generosas. Pero sin duda, la inversi¨®n en la industria armament¨ªstica est¨¢ siendo el eje del desencuentro de la sostenibilidad. El pasado mes de febrero, la propuesta de Uni¨®n Europea de una Taxonom¨ªa Social de Finanzas Sostenibles s¨®lo consideraba como opuestas a los objetivos sociales las armas muy controvertidas. Eso supone cuestionar el no rotundo a estas inversiones que, hasta ahora, predominaba.
La directora de investigaci¨®n de inversi¨®n sostenible de la gestora holandesa Robeco explica en una reciente nota que ¡°el tema de las armas suscita tales pasiones en la actualidad que no parece que las carteras sostenibles puedan cambiar a corto plazo. Los inversores en sociedades cotizadas no tienen ninguna garant¨ªa de que las armas vayan solo a venderse para hacer el bien, ni pueden controlar su destino final¡±, explica. Un punto de vista que comparte Fernando Delgado, director del Instituto Espa?ol de Inversi¨®n Responsable, que considera que las armas deben estar fuera ¡°de la inversi¨®n sostenible desde cualquier enfoque¡±.
Desde el otro lado del Atl¨¢ntico no lo tiene tan claro el banco estadounidense Goldman Sachs. En un reciente informe apunta: ¡°Creemos que aeroespacial y defensa son uno de los sectores m¨¢s infraponderados por los fondos ESG, pero podr¨ªan ver una mayor inversi¨®n con el tiempo debido a tres cambios recientes: En primer lugar, la inclusi¨®n de la tecnolog¨ªa aeroespacial y satelital en la pr¨®xima fase de la taxonom¨ªa verde; la eliminaci¨®n de todo el sector armament¨ªstico de la lista negra en el borrador de taxonom¨ªa social y, por ¨²ltimo el impacto de la crisis Rusia-Ucrania en la necesidad de defensa b¨¢sica¡±, explican. Estos nuevos criterios, seg¨²n Goldman, sirven de partida para esperar un mejor comportamiento de muchas acciones de estos sectores en las Bolsas por la entrada de dinero fresco.
Javier Garayoa Arruti, director general de Spainsif ¡ªplataforma de inversi¨®n sostenible con 106 entidades asociadas¡ª se muestra m¨¢s cauto sobre la posible entrada de estas inversiones en el mundo sostenible. ¡°Se reabre el debate sobre la exclusi¨®n en materia de armamento, con matices que es oportuno valorar y consensuar a nivel de sociedad e industria financiera¡±, explica. Garayoa muestra, en l¨ªnea con el comunicado de Eurosif ¡ªagrupa a las plataformas europeas de inversi¨®n sostenible¡ª, una mayor determinaci¨®n en cuanto a las inversiones en Rusia del mundo ESG: ¡°Las restricciones impuestas a los bonos y otros valores rusos tienen el potencial de hacer imposible que se beneficien del acceso a los mercados de capital europeos y mundiales¡±, concluye.
Menos pol¨¦mica hay respecto a la situaci¨®n energ¨¦tica. Los elevados precios del petr¨®leo o el gas, los problemas de suministro y la llamada inflaci¨®n de las renovables pueden relajar m¨¢s las restricciones a estas inversiones por parte del mundo ESG. Fernando Delgado se muestra favorable a no abandonar avances tecnol¨®gicos que podr¨ªa traer la fusi¨®n nuclear y se opone a excluir a las petroleras, ¡°ya que cuentan con una gran capacidad para hacer la transformaci¨®n verde¡±. Por su parte, el director general de Spainsif cree que la crisis energ¨¦tica no ha supuesto un freno en los avances medioambientales. ¡°Estamos iniciando el proceso de transformaci¨®n hacia un modelo de energ¨ªas limpias y ser¨ªa poco realista no contemplar la realidad de partida y sus efectos sociales, de los que es una muestra clara la subida de las facturas de la luz y el gas de los ¨²ltimos meses¡±, argumenta.
Los inversores particulares no podr¨¢n eludir su responsabilidad en materia de sostenibilidad. El pr¨®ximo agosto, cuando se implanten las medidas de la directiva europea MIFID II, ser¨¢ obligatorio para las entidades financieras preguntar al cliente sobre sus preferencias de sostenibilidad, dentro del test de idoneidad que realizan las entidades.
La rentabilidad verde
Uno de los mensajes usuales para atraer a los inversores hacia el mundo ESG es que este tipo de inversiones más éticas y comprometidas con la sociedad eran, además, más rentables. Los últimos años confirman esa mayor ganancia de las empresas sostenibles. Sin embargo, esta racha se ha truncado en 2022. Buena culpa la tienen la fuerte subida de las petroleras impulsadas por el precio del petróleo y que no entran en el universo de inversión verde. Aunque la sangre no ha llegado al río. El ínice MSCI World ha caído en el año el 5%, mientras que el MSCI World ESG Leaders registra un descenso del 6,12%. Algo más grande es la diferencia entre el MSCI Europe con una pérdida de valor del 5,19% en lo que va de ejercicio, mientas que el MSCI Europe ESG Leaders ha retrocedido el 7,07%.
El mercado español también tiene su peculiar versión con el índice FTSE Good Ibex que, sin embargo, tiene una mejor evolución que el Ibex 35. El selectivo acumula una minusvalía del 4.9%, mientras el indicador verde solo pierde el 3,13%.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.