?C¨®mo va la guerra contra la inflaci¨®n?
La verdadera cuesti¨®n es si una desaceleraci¨®n moderada, se le llame o no recesi¨®n, bastar¨¢ para controlar la inflaci¨®n. Y las noticias en ese frente han sido bastante alentadoras ¨²ltimamente
La econom¨ªa estadounidense no se encuentra en recesi¨®n ahora mismo. No, dos trimestres de crecimiento negativo no son, por mucho que lo hayan o¨ªdo, la definici¨®n ¡°oficial¡± o ¡°t¨¦cnica¡± de una recesi¨®n; esa designaci¨®n la decide un comit¨¦ que siempre se ha basado en diversos indicadores, especialmente el crecimiento del empleo. Y, como se?alaba el mi¨¦rcoles Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, el mercado laboral sigue pareciendo robusto.
Dicho esto, no cabe duda de que la econom¨ªa estadounidense se est¨¢ desacelerando, b¨¢sicamente porque la Reserva Federal est¨¢ dise?ando deliberadamente una desaceleraci¨®n para reducir la inflaci¨®n. Y es posible que esta desaceleraci¨®n acabe siendo lo suficientemente grave y amplia como para que le pongan la etiqueta ¡°R¡±. De hecho, en esta cuesti¨®n creo que soy un poco m¨¢s pesimista que el consenso; creo que las probabilidades son de al menos 50-50 de que la historia nos diga que experimentamos una recesi¨®n leve a finales de 2022 o a principios de 2023, una que caus¨® un ligero aumento de la tasa de desempleo. Pero, [como preguntaba Julieta a Romeo], ¡°?qu¨¦ hay en un nombre?¡±.
La verdadera cuesti¨®n es si una desaceleraci¨®n moderada, se le llame o no recesi¨®n, bastar¨¢ para controlar la inflaci¨®n. Y las noticias en ese frente han sido bastante alentadoras ¨²ltimamente.
Evidentemente, el precio de la gasolina ha bajado, casi 80 c¨¦ntimos por gal¨®n [3,785 litros] desde su m¨¢ximo a mediados de junio. (?Recuerdan las historias de miedo sobre los 6 d¨®lares por gal¨®n en agosto?) Lo m¨¢s importante es que las encuestas a empresas, que a menudo detectan los puntos de inflexi¨®n econ¨®mica mucho antes que las estad¨ªsticas oficiales, est¨¢n empezando a indicar un descenso significativo de la inflaci¨®n en general. Por ejemplo, un sondeo de S&P Global revelaba que, aunque las empresas del sector privado siguen subiendo los precios, la tasa de inflaci¨®n ¡°ha ca¨ªdo a un m¨ªnimo de 16 meses¡±.
Los mercados financieros se han percatado. La tasa esperada de aumento de los precios durante el pr¨®ximo a?o, impl¨ªcita en los mercados de permutas financieras ligadas a la inflaci¨®n (no pregunten), se ha desplomado desde m¨¢s del 5% a principios de junio hasta el 2,45% en la ma?ana del jueves. Las expectativas de inflaci¨®n a medio plazo tambi¨¦n han descendido.
Ahora bien, es muy, muy pronto para cantar victoria en la lucha contra la inflaci¨®n. Ha habido varios falsos amaneceres en ese frente en el transcurso del ¨²ltimo a?o y medio. Y hay mucho margen para hablar sobre el nivel de la inflaci¨®n ¡°subyacente¡±, un t¨¦rmino vagamente definido pero que, a grandes rasgos, es la parte de la inflaci¨®n que es dif¨ªcil de reducir una vez que se ha elevado.
Los economistas serios con los que hablo est¨¢n ansiosos por ver el viernes la publicaci¨®n del ?ndice de Coste Laboral, que se supone que mide lo que est¨¢ ocurriendo, pues s¨ª, con los costes del empleo. ?Confirmar¨¢ o contradecir¨¢ la aparente ralentizaci¨®n del crecimiento salarial visible en las medidas simples de los salarios medios y en al menos un sondeo influyente?
Pues bien, tendremos que esperar y ver. La buena noticia es que los responsables de la pol¨ªtica monetaria parecen dispuestos a hacer precisamente eso. Desde mi punto de vista, el aspecto m¨¢s alentador del comunicado de la Reserva Federal del mi¨¦rcoles era el p¨¢rrafo en el que se declara que el comit¨¦ que establece la pol¨ªtica monetaria est¨¢ dispuesto a ser flexible, que ¡°seguir¨¢ vigilando las implicaciones de la informaci¨®n entrante¡± y que ¡°estar¨ªa preparado para ajustar la postura de la pol¨ªtica monetaria seg¨²n convenga¡±. Se trata de un rechazo no demasiado sutil a las exigencias de los halcones de la inflaci¨®n de que la Reserva se comprometa ahora a un largo periodo de restricci¨®n monetaria.
Como ya he indicado, los primeros indicios apuntan a que la Reserva Federal est¨¢ ganando su guerra contra la inflaci¨®n, y lo est¨¢ haciendo m¨¢s r¨¢pido y con m¨¢s facilidad de lo que la mayor¨ªa de los observadores preve¨ªan. ?Qu¨¦ significar¨¢ si se cumplen estos primeros presagios?
La gran respuesta, insinuar¨ªa yo, es que tendremos que reevaluar la pol¨ªtica econ¨®mica reciente. Como todo el mundo deber¨ªa saber (aunque muchos probablemente no lo sepan), la econom¨ªa estadounidense ha tenido un ¨¦xito notable a la hora de recuperar los puestos de trabajo perdidos durante el baj¨®n de la pandemia. Esta buena noticia se ha visto ensombrecida por la elevada inflaci¨®n, lo que ha propiciado muchas declaraciones de que la pol¨ªtica econ¨®mica estadounidense se ha equivocado.
Pero gran parte de la inflaci¨®n reciente refleja fuerzas globales ajenas al control de Estados Unidos, por lo que la inflaci¨®n ha subido en casi todas partes, no solo aqu¨ª. Y si bien la parte del exceso de inflaci¨®n que refleja la pol¨ªtica de Estados Unidos puede revertirse con bastante rapidez, sin graves costes, una lectura justa de los antecedentes dir¨ªa que la pol¨ªtica ha sido en realidad muy efectiva, que un aumento temporal de la inflaci¨®n ha sido un precio que ha valido la pena pagar para evitar el tipo de econom¨ªa deprimida a largo plazo que experimentamos despu¨¦s de la crisis financiera de 2008.
Dicho esto, durante un tiempo pareci¨® que el brote de inflaci¨®n hab¨ªa causado un da?o permanente, incluso catastr¨®fico, a trav¨¦s del proceso pol¨ªtico, porque hab¨ªa debilitado las perspectivas de una acci¨®n significativa sobre el cambio clim¨¢tico. Un episodio de alta inflaci¨®n no es el fin del mundo; la falta de acci¨®n sobre el clima s¨ª podr¨ªa serlo.
Pero el mi¨¦rcoles (?!), el senador Joe Manchin se declar¨® convencido de que un proyecto de ley que aborde el cambio clim¨¢tico reducir¨¢ de hecho la inflaci¨®n. (Lo har¨¢.) Aunque no estoy preparado para vender la piel del oso antes de que la ley se haya firmado formalmente en el Despacho Oval, ahora mismo parece que vamos a lograr tanto una r¨¢pida recuperaci¨®n como una inversi¨®n acuciantemente necesaria en el futuro de Estados Unidos.
De modo que, aunque la cifra preliminar del PIB (que probablemente ser¨¢ revisada varias veces) ha sido negativa, desde mi punto de vista las noticias econ¨®micas generales parecen bastante positivas.
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