Por qu¨¦ a los republicanos les duele la gasolina
Aunque la pol¨ªtica presidencial puede tener muchos efectos, el coste de llenar el dep¨®sito no es uno de ellos
Hasta el otro d¨ªa, los republicanos y los medios conservadores disfrutaban, gozaban, hablando del precio de la gasolina. ¡°?Recuerda lo barata que estaba la gasolina con Trump?¡± se convirti¨® en una especie de respuesta para todo. ?Hay ahora pruebas abrumadoras de que el expresidente conspir¨® en el intento violento de tumbar las elecciones de 2020? ¡°Al Estados Unidos real no le importa el Comit¨¦ del 6 de enero. ?La gasolina cuesta m¨¢s de 5 d¨®lares el gal¨®n [unos 3,785 litros]!¡±, declar¨® el representante Jim Jordan.
Pero ahora el precio est¨¢ cayendo. Ha bajado m¨¢s de 50 c¨¦ntimos por gal¨®n en el surtidor; los precios mayoristas, cuyos cambios normalmente se reflejan m¨¢s tarde en los precios minoristas, han bajado a¨²n m¨¢s, un indicador de que los precios seguir¨¢n reduci¨¦ndose al menos durante las pr¨®ximas semanas. Y hay una sensaci¨®n de p¨¢nico palpable en Fox News, que ha tenido que limitarse a lloriquear sobre c¨®mo la Casa Blanca est¨¢ dando una ¡°vuelta de honor¡±.
En realidad, por lo que puedo ver, los funcionarios del Gobierno de Biden est¨¢n siendo extraordinariamente comedidos a la hora de destacar las buenas noticias (que probablemente sean resultado de la ralentizaci¨®n de la econom¨ªa mundial). Sin embargo, el punto m¨¢s importante es que centrarse en el precio de la gasolina es una estupidez por parte de los pol¨ªticos republicanos. Y si eso se vuelve contra ellos, simplemente ser¨¢ una cuesti¨®n de justicia po¨¦tica.
?Por qu¨¦ es una estupidez centrarse en el precio de la gasolina? Perm¨ªtanme que les cuente. En primer lugar, aunque la pol¨ªtica presidencial puede tener grandes consecuencias para muchas cosas, el coste de llenar el dep¨®sito de gasolina no es una de ellas. En su mayor parte, el precio de la gasolina refleja el precio del crudo, y los precios del crudo se establecen en los mercados mundiales, siendo esta una de las razones por las que la inflaci¨®n se ha disparado en todo el mundo, no solo en Estados Unidos. El gasto de los consumidores en los primeros meses de la Administraci¨®n Biden puede haber contribuido a la inflaci¨®n de Estados Unidos, pero apenas tiene que ver con el precio de la gasolina. En segundo lugar, aunque la gasolina estaba efectivamente barata en 2020, era barata por una raz¨®n muy mala: la demanda global de petr¨®leo estaba deprimida porque la econom¨ªa mundial se tambaleaba bajo los efectos de la pandemia de covid-19. En tercer lugar, incluso antes de la pandemia, el precio de la gasolina era insosteniblemente bajo.
Un dato poco conocido: los precios en los surtidores se desplomaron durante el segundo mandato del presidente Barack Obama. Las noticias de prensa de la ¨¦poca se maravillaban de la reticencia de Obama a la hora de apuntarse el tanto. ?Qu¨¦ ocurri¨®? Principalmente, el auge del fracking, que aument¨® tanto la producci¨®n de petr¨®leo en Estados Unidos que hizo bajar los precios en todo el mundo. Sin embargo, resulta que ese auge de la producci¨®n no ten¨ªa sentido desde el punto de vista financiero. Las energ¨¦ticas pidieron prestadas enormes sumas para invertir en nuevas perforaciones, pero nunca generaron suficientes ingresos para justificar el coste. La industria del fracking perdi¨® cientos de miles de millones incluso antes de que estallara la pandemia.
De modo que los altos precios de la gasolina no fueron culpa del presidente Joe Biden y, dada la desaparici¨®n de las fuerzas que manten¨ªan la gasolina barata, resulta dif¨ªcil pensar en alguna pol¨ªtica, salvo la de provocar una depresi¨®n mundial, que haga bajar los precios hasta los dos d¨®lares por gal¨®n, o incluso hasta los tres d¨®lares por gal¨®n. En todo caso, los republicanos tampoco es que ofrezcan ninguna propuesta pol¨ªtica real. Sin embargo, el Partido Republicano ha optado por el golpe bajo de intentar que las elecciones de mitad de mandato se centren sobre todo en el precio de la gasolina. Y este enfoque en la gasolina le est¨¢ dando al partido un dolor de barriga, a medida que baja el precio de la gasolina.
A fin de cuentas, es dif¨ªcil pasar mes tras mes insistiendo en que Biden merece toda la culpa por el aumento de los precios de la gasolina, y luego negarle el m¨¦rito de que bajen. Los sospechosos de rigor, c¨®mo no, se afanan en el empe?o, pero probablemente no les salga bien. Algunos analistas de la derecha est¨¢n tratando de bascular hacia una visi¨®n m¨¢s a largo, se?alando que el precio de la gasolina sigue estando mucho m¨¢s alto que en 2020. Esto es verdad. Pero gran parte de sus mensajes han dependido de la amnesia de sus votantes, de que sus partidarios no recuerden lo que realmente ocurr¨ªa en 2020, y tengo mis dudas sobre la eficacia de este enfoque.
En t¨¦rminos m¨¢s generales, muchos analistas de Wall Street prev¨¦n un fuerte descenso de la inflaci¨®n en los pr¨®ximos meses. Si los analistas y los mercados est¨¢n en lo cierto, es probable que vayamos camino de un per¨ªodo en el que los titulares de la inflaci¨®n sean mejores que la situaci¨®n real; no est¨¢ claro que la inflaci¨®n subyacente haya bajado mucho, si es que lo ha hecho. Pero ese no es un argumento que los republicanos, que han hecho todo lo posible por simplificar el debate sobre la inflaci¨®n, est¨¦n en condiciones de esgrimir.
Esto tiene implicaciones claras para las elecciones de mitad de mandato. Los republicanos han contado con que la inflaci¨®n les dar¨ªa una gran victoria, pese a no haber ofrecido ninguna explicaci¨®n de lo que har¨ªan para arreglar la situaci¨®n. Pero si se mira la papeleta gen¨¦rica, que probablemente a¨²n no refleja la ca¨ªda del precio de la gasolina, en lugar del ¨ªndice de aprobaci¨®n de Biden, las elecciones de mitad de mandato tienen pinta de que van a ser sorprendentemente competidas. A lo mejor, a los verdaderos estadounidenses s¨ª les importan los ataques violentos contra la democracia, como la revocaci¨®n de la sentencia de Roe v. Wade (que proteg¨ªa el derecho al aborto a escala federal) y otras cosas por el estilo.
Si siguen llegando buenas noticias sobre la inflaci¨®n, las elecciones de noviembre podr¨ªan ser muy diferentes de lo que todo el mundo preve¨ªa.
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