El verano que encareci¨® los vuelos ¡®low cost¡¯
Las aerol¨ªneas de bajo precio acercan sus tarifas a las convencionales ante el incremento de sus costes
Millones de personas en el aire. Hab¨ªa ganas de cielo. Caminar por la pasarela, encajar el puzle del equipaje y derramar un ¡°hola¡± a quien viaja a tu lado. M¨¢s de dos a?os despu¨¦s, la pandemia ha demostrado que el ser humano es ¡ª?al menos, por algunas semanas¡ª un n¨®mada obsesivo. ¡°La demanda es la mayor que he visto a lo largo de mi trayectoria profesional¡±, reconoc¨ªa ya en abril Scott Kirby, consejero delegado de United Airlines. Pero esta industria atraviesa una l¨ªnea de aire tan fina como una oblea. Resulta muy intensiva en capital e hist¨®ricamente ha sobrevivido con m¨¢rgenes limitados. Entre 2019 y 2022 ¡ªacorde con Bloomberg¡ª perdi¨® m¨¢s de 200.000 millones de euros, y el retorno de las ganancias se espera el pr¨®ximo a?o. La subida de tarifas es la ¨²nica opci¨®n para volver a esos n¨²meros azules. Solo el coste del queroseno representa el 38% de los gastos de una aerol¨ªnea. Incluso las de bajo precio o superbajo aumentan sus tarifas. ¡°La era de los viajes por 10 euros se ha acabado¡±, sentenci¨® en la BBC Michael O¡¯Leary, consejero delegado de Ryanair, una firma que transporta 27,5 millones de pasajeros al a?o.
Con el ocaso del verano, y superada la abstinencia de viajar, el tr¨¢fico deber¨ªa apaciguarse en oto?o e invierno. Las l¨ªneas de bajo coste tendr¨¢n que despedirse de unas cifras que nunca regresar¨¢n. Aena ha comparado el primer semestre de 2021 e id¨¦ntico periodo de 2022. Los pasajeros que abordaron una compa?¨ªa low cost subieron un 405%. De 12,6 a 63,9 millones. Un r¨ªtmico sonido de porcentajes decrecientes revela esa descompresi¨®n. EasyJet (945%), Ryanair (591%), Eurowings (301%), Vueling (250%), Iberia Express (154%), Air Europa (148%). Pese al caos. Cancelaciones, limitaciones de aforo en los aeropuertos (Heathrow, Gatwick, Schiphol), falta de personal de tierra (Fr¨¢ncfort), huelgas (El Prat, Orly, Charles de Gaulle) y subidas de precios. Un vuelo entre Londres y Barcelona ¡ªseg¨²n la plataforma TripActions¡ª resulta un 23% m¨¢s caro ahora que en 2019. Pese a los errores. Cientos de miles de pilotos, personal de facturaci¨®n, manejo de equipajes y otros trabajadores esenciales fueron despedidos precipitadamente durante los ¨²ltimos dos a?os. Muchos jam¨¢s regresar¨¢n. El empleado de equipajes que empieza su carrera en Alemania cobra unos 20.000 euros al a?o por un trabajo f¨ªsicamente exigente y que demanda turnos de noche. ¡°Todo el mundo pregunta d¨®nde se han ido. La respuesta es siempre: Amazon¡±, dec¨ªa a Bloomberg Tim Clark, presidente de la aerol¨ªnea de larga distancia Emirates, que tiene su base en Dub¨¢i.
Mientras esperan que regresen, las compa?¨ªas de bajo coste sienten que el alza de los precios (queroseno, tasas de control a¨¦reo, aeroportuarias, gesti¨®n) empieza a equipararlas a las convencionales. ?Su final? ¡°Seguir¨¢n existiendo, pero con billetes m¨¢s altos¡±, vaticina Azza Chammem, analista senior de Scoop Ratings. Los 10 euros de Ryanair ¡ªdigamos¡ª pasar¨¢n a ser 50 euros. Es el nuevo dogma. ¡°La era de los vuelos baratos no ha llegado a su fin¡±, sostiene John Strickland, director de JLS Consulting. ¡°Las compa?¨ªas deben encarar costes m¨¢s elevados, sobre todo de combustible, laborales [si quieren atraer pilotos y tripulaciones] y tambi¨¦n en la compra de cr¨¦ditos de carbono. Pero las firmas low cost continuar¨¢n ofreciendo tarifas bajas¡±. Pues a¨²n tienen trucos en los bolsillos.
La mayor¨ªa de los aviones son de bajo consumo, desgrana Chammem, y optan por la familia A320 (Airbus) y 787 Dreamliners (?Boeing). Esto, en parte, limita el gasto de combustible o la necesidad de formar a los pilotos en muchos modelos diferentes. Todo anclado por una propuesta de negocio que lleva cinco d¨¦cadas funcionando bien pese a la desesperaci¨®n, a veces, de sus pasajeros. Operan en aeropuertos secundarios porque cobran tasas m¨¢s bajas. Y el ¨ªndice de ocupaci¨®n de las aeronaves ronda el 90%. Los aviones vuelan llenos, lo cual permite econom¨ªas de escala. Adem¨¢s de cobrar por equipaje, comida, selecci¨®n de asientos o prioridad en el embarque. Esto sucede en las de bajo coste; en las de ultrabajo precio como Spirit (que se fusion¨® con JetBlue en julio, en una operaci¨®n de 3.800 millones de d¨®lares) ni siquiera ofrecen comida o bebida.
Al menos la pandemia se ha llevado por delante aquellas descabelladas patentes que registraron algunas aerol¨ªneas con pasajeros viajando de pie, al igual que en un autob¨²s, o aeronaves sin ventanillas. Lo que seguir¨¢ exprimi¨¦ndose al m¨¢ximo son las configuraciones. El modelo ¡°lata de sardinas¡± a¨²n despegar¨¢. Aunque sea m¨¢s caro. ¡°La Asociaci¨®n Internacional de Transporte A¨¦reo (?IATA) no puede especular sobre el precio de los billetes [en general], pero, dado que el coste medio del combustible se ha disparado m¨¢s de un 30% este a?o, es probable que las compa?¨ªas a¨¦reas tengan que repercutir al menos parte de ese recargo al consumidor¡±, avisa Rafael Schvartzman, vicepresidente para Europa de la organizaci¨®n. En este espacio de posibilidades, las rutas de corta distancia ser¨¢n las que sufrir¨¢n un mayor encarecimiento. Los precios de los billetes resultan inferiores frente a los de largo recorrido, pero tambi¨¦n son los m¨¢s demandados. Habr¨¢ asimetr¨ªa. Determinados trayectos tendr¨¢n unas tarifas muy elevadas y una menor competencia que otros.
Y aunque la IATA no espere que el crecimiento global de pasajeros alcance los niveles de 2019 hasta 2024, los expertos miran el sector con esa vista de p¨¢jaro que da la experiencia. ¡°Los precios del crudo no se acercan, ni de lejos, a los m¨¢ximos de 1980, 2007 o, incluso, 2011. Si bien la invasi¨®n rusa de Ucrania es un factor importante, hemos tenido a?os, incluso d¨¦cadas, de disturbios, guerras, cerca y dentro de varios pa¨ªses productores de petr¨®leo en Oriente Pr¨®ximo. Sabemos que la macroeconom¨ªa es c¨ªclica. Las expansiones econ¨®micas, las recesiones y la inflaci¨®n van y vienen. Las tensiones geopol¨ªticas suben y bajan. Vivimos otra fase. No creo que la era de los vuelos baratos haya llegado a su fin, sino que m¨¢s bien, por ahora, ha apretado el bot¨®n de pausa¡±, defiende Vikrant Vaze, profesor de la Universidad de Dartmouth (EE UU). Cuando vuelva a pulsarse, esta especie errante ascender¨¢.
Optimismo en el aire
Los números vuelan a mil pies de altura. La consultora Allied Market Research calcula que, en 2030, el sector de las líneas de bajo coste generará 444.500 millones de dólares (casi la misma cantidad en euros). Lejos quedan los 155.000 millones de 2020. Sopla un viento de cola que, pese a todo, las impulsa con fuerza.
El banco Goldman Sachs (datos del 29 de julio) estima que los ingresos de la irlandesa Ryanair se elevarán desde los 4.800 millones de euros durante el primer trimestre de este año a 13.408 millones en idéntico lapso de tiempo de 2025.
Mientras, en los nueve primeros meses de 2022, su archirrival, EasyJet, pasará de una previsión de 5.792 millones de libras (unos 6.840 millones de euros) a 8.415 millones en las mismas fechas de 2024. Volar nunca fue solo para pájaros.
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