La pesadilla de los números de EY
La división de las áreas de consultoría y auditoría genera un problema con las valoraciones y los empleados
Es fácil decir que una empresa debe escindirse, pero es difícil hacerlo realidad. Eso no podría ser más cierto en el caso del plan de desmantelamiento de Ernst & Young, cuyos socios votarán en los próximos meses sobre la separación del negocio de consultoría de la compa?ía de su división de auditoría. Estratégicamente hablando, tiene su atractivo. Desde el punto de vista logístico y matemático, es una pesadilla para los expertos en números.
EY se separa porque los reguladores de Reino Unido y otros países quieren que lo haga, pero también porque tiene sentido. Las empresas de contabilidad a menudo no pueden auditar a empresas que también son clientes de consultoría, por lo que ser dos empresas separadas, probablemente con la consultoría como empresa cotizada, permitiría a EY exprimir todo el jugo. El consejero delegado, Carmine Di Sibio, calcula que eso podría generar 10.000 millones de dólares en ingresos, además de los 45.000 millones de dólares anuales que gana el grupo ahora.
Pero en la práctica no es nada fácil. A diferencia de las empresas cotizadas, en las que los accionistas pueden votar una sola vez para aprobar la ruptura, EY tendrá que organizar votaciones locales en unos 75 países. En algunos bastará con una mayoría simple, otros necesitan el respaldo de dos tercios. En algunos lugares se da un voto a cada socio; en otros se reparte el poder en función del capital que posea cada persona. Y en otros lugares, los socios con determinadas cualificaciones contables gozan de un voto aparte.
Determinar la valoración no es menos problemático. Si la empresa se divide, los socios de la auditoría cambiarían su parte en la consultoría por la parte de los consultores en el negocio de la auditoría. Los socios de la auditoría recibirían una cantidad de dinero en efectivo para equilibrar las cosas. Pero la valoración se basaría en suposiciones. Determinar el precio de una consultora no es demasiado difícil: su rival Accenture cotiza a algo menos de tres veces los ingresos previstos para este a?o, según Refinitiv. Pero ninguna de las grandes consultoras estadounidenses cotiza en bolsa.
EY vendió su consultoría original en 2000 a la empresa de informática Capgemini a cambio de acciones. Los socios vieron desesperados cómo las acciones del comprador caían un 95% en dos a?os, y luego EY reconstruyó su consultora una vez expirado el acuerdo de no competencia. Esta vez no hay que preocuparse por las acciones del comprador, pero la valoración sigue siendo importante. Los propietarios de la empresa son también sus empleados, por lo que un acuerdo en el que una de las partes salga mucho mejor parada que la otra puede provocar el descontento de los trabajadores. A los auditores y consultores se les prepara para ser críticos con los acuerdos y las valoraciones; lograr que se adhieran a este plan pondrá a prueba a EY.
PARA M?S INFORMACI?N: BREAKINGVIEWS.REUTERS.COM. Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción es responsabilidad de EL PA?S
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás a?adir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.