La uni¨®n de Penguin y Simon & Schuster: una novela de amor que queda en el aire
Un juez anula la integraci¨®n de ambos grupos editoriales porque perjudicar¨ªa la retribuci¨®n de escritores como Stephen King
Un acuerdo frustrado entre editoriales podr¨ªa suponer el inicio de un periodo complicado para las fusiones y las adquisiciones. Un juez estadounidense paraliz¨® el lunes la adquisici¨®n por parte de Penguin Random House de su rival Simon & Schuster por 2.200 millones de d¨®lares despu¨¦s de que el Departamento de Justicia afirmara que limitar¨ªa injustamente las retribuciones a algunos de los principales autores, como Stephen King.
El propietario de Penguin, el grupo de medios de comunicaci¨®n alem¨¢n Bertelsmann, va a recurrir. Pero si se mantiene la sentencia, puede que las futuras fusiones se aprueben en funci¨®n de sus consecuencias tanto para los trabajadores como para los clientes. El a?o pasado, los reguladores presentaron una demanda para impedir que Penguin Random House comprara la divisi¨®n de libros de Paramount Global por una raz¨®n poco ortodoxa: que la combinaci¨®n reducir¨ªa los pagos a los escritores. Las editoriales compiten a menudo entre ellas por los autores que m¨¢s venden. Si se elimina esa competencia, habr¨¢ menos incentivos para los escritores, lo que disminuir¨¢ la selecci¨®n de libros que salen al mercado. Como afirmaba King, el autor de libros de terror, en su declaraci¨®n escrita en la que se opon¨ªa al acuerdo, es parecido a ¡°un marido y una mujer que compiten entre ellos por la misma casa¡±. Penguin Random House ya es un gigante en EE UU. Si a?adiera Simon & Schuster, poseer¨ªa el 70% del mercado literario de no ficci¨®n, seg¨²n NPD Book Scan.
Se podr¨ªa sostener razonablemente que la combinaci¨®n tendr¨ªa la capacidad de incrementar los precios para los consumidores, que es el argumento habitual contra los grandes acuerdos, y el que emplearon las autoridades antimonopolio contra la oferta de AT&T de 2011 para adquirir T-Mobile US, su rival del sector de las telecomunicaciones. Esta vez, los litigantes antimonopolio han adoptado un planteamiento novedoso. El argumento de que una editorial gigantesca podr¨ªa suprimir la retribuci¨®n a un autor es poco frecuente, pero encaja con los esfuerzos generales del Gobierno de Joe Biden por redise?ar los principios de la competencia teniendo en cuenta a una base amplia de partes interesadas. Esa estrategia ha tenido resultados desiguales.
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