Tras la pista de los empleados corruptos
El procedimiento de una investigaci¨®n interna debe ser confidencial para salvar la reputaci¨®n de los presuntos responsables de fraudes
En un escrito presentado ante un juzgado de Delaware hace unas semanas, John Ray III, el nuevo director ejecutivo de la plataforma de criptomonedas FTX tras su quiebra, dijo: ¡°Nunca en mi carrera hab¨ªa visto un fracaso tan completo de los controles corporativos y una ausencia tan completa de informaci¨®n financiera confiable como aqu¨ª¡±. El devastador an¨¢lisis del experto en insolvencias pone la lupa as¨ª sobre la antigua c¨²pula de la empresa. Y es que las compa?¨ªas nunca pueden mirar hacia otro lado cuando hay banderas rojas que invitan a hacer una investigaci¨®n interna.
Manipulaciones contables, presiones para cerrar contratos, acuerdos bajo la mesa¡ Si un empleado se pavonea en redes sociales de haberse comprado un yate que no puede mantener, hay gato encerrado. Las investigaciones internas se encargan de sacar el polvo debajo de la alfombra. Juan Jes¨²s Valderas, managing director y responsable del departamento de Disputes and Investigations de la consultora estadounidense Alvarez & Marsal, explica que estas averiguaciones, conocidas como forensic, son procedimientos muy comunes en Estados Unidos y ganan fuerza en Espa?a desde que en 2010 el C¨®digo Penal extendiese la responsabilidad criminal a las personas jur¨ªdicas.
Cuando algo huele mal, la investigaci¨®n puede ser dirigida por los departamentos internos de la compa?¨ªa o encargarse a expertos externos. El primer caso suele ser el de empresas que cuentan con un modelo de cumplimiento (compliance) para prevenir riesgos normativos y reputacionales. En este contexto, se?ala Rafael Urquiza, socio de Urquiza Legal & Compliance, ¡°las investigaciones internas se convierten en una herramienta important¨ªsima¡±. La decisi¨®n de externalizar las pesquisas la puede tomar ¡°el consejo de la administraci¨®n de la sociedad, su ¨®rgano delegado o el oficial del cumplimiento [conocido como compliance officer]¡±, explica Juan Antonio Frago, director del ¨¢rea penal del bufete Frago & Su¨¢rez y fiscal en excedencia.
Al igual que los crimin¨®logos de la serie de televisi¨®n CSI tiran del hilo a trav¨¦s de las pistas que arroja la escena del crimen, los expertos en forensic buscan huellas para determinar si hubo un comportamiento fraudulento. Valderas recuerda c¨®mo, en una ocasi¨®n, llegaron a desmontar una trama de ingenier¨ªa contable porque su ide¨®logo abri¨® todas las cuentas bancarias en diferentes entidades dentro de la misma calle. Los investigados, cuenta, ¡°suelen ser empleados de la sociedad que tienen posiciones de responsabilidad que les permite gozar de un cierto grado de discrecionalidad¡±.
El experto divide en cuatro categor¨ªas las t¨¦cnicas que utilizan para seguir las migas de pan que dejan los corruptos: procedimientos de forensic technology (como la revisi¨®n de los buzones del correo corporativo); entrevistas con empleados de la compa?¨ªa; trabajos de corporate intelligence (rastreo de v¨ªncu?los personales y de activos del investigado sobre la base de informaci¨®n p¨²blica); y an¨¢lisis financiero-contable (revisi¨®n de registros contables y extracontables, documentaci¨®n, etc¨¦tera).
Una investigaci¨®n interna puede precisar, adem¨¢s de un perito, de un detective. Esta ¨²ltima es una profesi¨®n reglada que requiere tener un t¨ªtulo y estar inscrito en el Registro Nacional de Seguridad Privada, se?ala Fernando Dombriz, managing director del Grupo Paradell, consultora especializada en riesgo digital y corporativo. ¡°Los detectives tienen que estar en posesi¨®n de las correspondientes tarjetas de identidad profesional¡±, recalca.
Las empresas, apunta Dombriz, pueden contratarlos para contrastar informaci¨®n de un posible fichaje a trav¨¦s de una ¡°investigaci¨®n preventiva¡±. En ellas, los detectives recogen y verifican ¡°informaci¨®n estrat¨¦gica¡± sobre la vida laboral y personal del candidato para obtener ¡°el mayor n¨²mero de indicadores de credibilidad en el proceso de contrataci¨®n¡±. Es decir, hacer pasar al aspirante por una especie de m¨¢quina de la verdad para prevenir riesgos sin pasar l¨ªneas rojas. El informe puede incluir c¨®mo fueron las salidas de anteriores empresas o su reputaci¨®n en la Red, pero no diseccionar su vida ¨ªntima. En pa¨ªses anglosajones, cuenta Dombriz, es habitual hacer part¨ªcipe del proceso al seleccionado.
Ahora bien, la investigaci¨®n interna debe ser confidencial para asegurar los resultados y respetar los derechos de la persona examinada. ¡°Siempre utilizamos nombres en clave para nuestros proyectos¡±, revela Juan Jes¨²s Valderas. Adem¨¢s, las t¨¦cnicas empleadas deben ser quir¨²rgicas y proporcionadas para no rebasar la ley y que la prueba quede invalidada en un futuro juicio. Por ejemplo, para las revisiones de correos electr¨®nicos se usan palabras clave y no se realiza un acceso indiscriminado al contenido.
L¨ªmites y consecuencias
Por otro lado, la investigaci¨®n interna tiene sus topes. Como indica Juan Antonio Frago, ¡°en Espa?a tenemos el art¨ªculo 10 de la Ley de Seguridad Privada de 2014 que impide a los detectives, profesi¨®n muy regulada, investigar delitos p¨²blicos (que son el 95% de nuestro C¨®digo Penal)¡±. Por eso, en cuanto el detective se topa con indicios de criminalidad, est¨¢ obligado a pasar la pelota a un juez.
Aun en su faceta de producto de consumo interno de una organizaci¨®n ligado al modelo de compliance, la investigaci¨®n tiene que satisfacer ciertos est¨¢ndares. Como explica Rafael Urquiza, ¡°debe estar reglada con car¨¢cter previo, dirigida por responsables capacitados e independientes, ser ¨¢gil y contar con las salvaguardas legales propias de un procedimiento penal¡±. Como en un juicio, el investigado debe tener derecho a r¨¦plica. En el otro bando, el denunciante no puede sufrir represalias laborales si, al final, todo se queda en agua de borrajas. Un reciente proyecto de ley apuntala su posici¨®n.
En definitiva, los expertos coinciden en que tener un programa s¨®lido de compliance protege mejor de fraudes internos. Pero, cuidado, advierte Urquiza, porque con una mala gesti¨®n puede salir el tiro por la culata ¡°y acabar como el caso de Ayuso contra Casado¡±.
Guardarse las espaldas
Las compañías pueden protegerse de las consecuencias de algunos comportamientos de sus directivos a través de un tipo de seguro de responsabilidad civil específico, denominado D&O (Directors and Officers), porque cubre las compensaciones solicitadas contra altos cargos de la sociedad. Pedro Fernández-Villamea, responsable de Legal & Compliance del Grupo Gees-Spain, señala que esta póliza “se va extendiendo en las estructuras internas de las empresas que la consideran una línea de defensa necesaria”. Un caso en el que los perjudicados podrían reclamar directamente la indemnización, apunta el experto, sería aquel en que el mando haya incumplido el código de conducta de la compañía si así se estableció en la póliza.
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