No intenten apaciguar a los terroristas econ¨®micos
Los republicanos quieren usar una peculiaridad legal para torpedear el aumento del l¨ªmite de deuda del Gobierno
Hace unos d¨ªas recib¨ª un mensaje de texto autom¨¢tico de mi banco. Por alguna raz¨®n, el algoritmo de la entidad marc¨® un cargo v¨¢lido a mi tarjeta de d¨¦bito como un posible error. El texto me ped¨ªa que verificara la compra. En un mundo racional, aumentar el l¨ªmite de la deuda federal se considerar¨ªa el equivalente a teclear s¨ª en respuesta al mensaje para reconocer una compra ya hecha. No, aumentar el l¨ªmite de la deuda no da carta blanca al presidente para gastar lo que quiera. Sencillamente, permite que el Gobierno cumpla sus promesas, que van desde el pago de los intereses de sus pr¨¦stamos hasta el env¨ªo de cheques a los beneficiarios de la Seguridad Social. Estas promesas, debidamente autorizadas por el Congreso, superan la cantidad prevista de impuestos y otros ingresos, de manera que deben cumplirse, en parte, mediante cr¨¦ditos, pero este es el procedimiento operativo normal, y los mercados financieros est¨¢n encantados de prestarnos el dinero.
Por desgracia, una peculiaridad del proceso presupuestario de Estados Unidos exige que el Congreso, una vez promulgada la legislaci¨®n presupuestaria, vuelva a votar para autorizar al Tesoro a recaudar los fondos necesarios para cumplir la ley. Y los republicanos se preparan ahora para convertir esa peculiaridad en un arma.
Esta semana alcanzamos oficialmente el l¨ªmite de deuda, pero las maniobras contables pueden aplazar una crisis varios meses. Ahora bien, ?qu¨¦ ocurrir¨¢ cuando esas maniobras se agoten? Las operaciones del Gobierno se ver¨¢n interrumpidas. Las afirmaciones de los republicanos de que tienen una forma de ¡°dar prioridad¡± a determinados pagos y cumplir algunas promesas pero no otras son casi con toda seguridad un disparate. Incluso si, pongamos por caso, se pudiera mantener el pago de los intereses, dejar¨ªamos a todo el mundo, desde los inversores hasta los proveedores, con la duda de si se puede confiar en que Estados Unidos pague sus facturas.
Adem¨¢s, la deuda estadounidense desem?pe?a un papel especial en los mercados mundiales, que consideran las obligaciones federales el activo seguro por excelencia, garant¨ªa de muchas transacciones. Si los inversores pierden la confianza en que el Tesoro cumplir¨¢ sus promesas, podr¨ªa producirse un colapso financiero mundial. Una crisis de deuda, por tanto, ser¨ªa mala y posiblemente catastr¨®fica. ?Deber¨ªan entonces los dem¨®cratas ceder a las demandas republicanas?
No. Un partido que controla a duras penas una de las C¨¢maras del Congreso no deber¨ªa poder imponer pol¨ªticas profundamente impopulares al conjunto del pa¨ªs.
Y ni siquiera est¨¢ claro que el Gobierno de Biden pudiera rendirse si quisiera hacerlo. La actual cosecha de republicanos de la C¨¢mara de Representantes hace que el Tea Party, que utiliz¨® el l¨ªmite de deuda para chantajear al presidente Obama, parezca razonable. El actual Partido Republicano ni siquiera parece que tenga un conjunto coherente de demandas; no es impensable que un n¨²mero significativo de asambleas ciudadanas quieran una crisis y prefieran ¡°ver al mundo arder¡± con un Gobierno dem¨®crata.
As¨ª las cosas, ?cu¨¢les son las alternativas? Principalmente, veo tres v¨ªas posibles.
En primer lugar, aunque no deje de ser desconcertante que los dem¨®cratas no elevaran el l¨ªmite de deuda cuando a¨²n controlaban el Congreso, todav¨ªa podr¨ªa haber una soluci¨®n legislativa: cabr¨ªa la posibilidad de que solicitaran que el proyecto se retirara de la comisi¨®n y se devolviera al hemiciclo para forzar una votaci¨®n sobre el aumento del l¨ªmite de deuda a pesar de la oposici¨®n de los l¨ªderes republicanos. Esta opci¨®n tardar¨ªa su tiempo y necesitar¨ªa del apoyo de un pu?ado de representantes republicanos cuerdos, pero merece la pena intentarlo.
En segundo lugar, probablemente se podr¨ªa utilizar la ingenier¨ªa financiera para eludir el l¨ªmite de deuda. La propuesta m¨¢s conocida consiste en acu?ar una moneda de platino con un valor nominal, por ejemplo, de un bill¨®n de d¨®lares, depositarla en la Reserva Federal e ir gastando de la cuenta bancaria as¨ª abierta. Lo crean o no, es casi seguro que ser¨ªa legal.
Otra opci¨®n ser¨ªa recaudar dinero emitiendo ¡°bonos con prima¡± cuando venzan las deudas existentes, es decir, t¨ªtulos cuyo valor nominal es igual al de los bonos que sustituyen, de manera que, oficialmente, no aumentan la deuda, pero ofrecen tipos de inter¨¦s elevados, lo que permite venderlos por un valor muy superior al te¨®rico.
Por supuesto, se tratar¨ªa de trucos financieros. ?Y qu¨¦ si lo son? Si hay que recurrir a artima?as para frustrar los planes de extremistas destructivos facultados por un capricho legal y evitar la cat¨¢strofe financiera, que as¨ª sea. Por ¨²ltimo, hay un par de opciones que considero constitucionales. Seg¨²n la 14? Enmienda de la Constituci¨®n, la validez de la deuda p¨²blica ¡°no deber¨¢ ser cuestionada¡±, lo cual podr¨ªa interpretarse como una raz¨®n para ignorar el techo de la deuda en vez de incumplir los pagos.
Por otro lado, parece justo decir que la Casa Blanca se enfrenta a exigencias incompatibles. El Congreso ha especificado, a trav¨¦s de leyes debidamente promulgadas, los niveles de gasto e impuestos federales. Sin embargo, una de las C¨¢maras parece dispuesta a decirle al presidente que no puede recaudar el dinero que necesita para obedecer la legislaci¨®n anterior. Ya que parece que el presidente Joe Biden no puede evitar incumplir al menos algunas leyes si no se eleva el techo de la deuda, ignorar este techo puede ser la opci¨®n ¡°menos inconstitucional¡±. ?Qu¨¦ v¨ªa deber¨ªan seguir los dem¨®cratas? Yo dir¨ªa que todas. Sobre todo, no es momento de que las autoridades se preocupen por parecer tontas o poco dignas. El Gobierno de Biden se enfrenta a la amenaza del terrorismo econ¨®mico. Suena extremo, pero, b¨¢sicamente, es a lo que equivale crear artificialmente una crisis de deuda. Y el Gobierno debe hacer lo necesario para hacer frente a esa amenaza.
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