El alquiler de habitaciones se vuelve loco: los caseros llegan a pedir hasta 600 euros al mes
El precio de los dormitorios se dispara en Espa?a y supone casi tanto como lo que val¨ªa arrendar una casa entera hace tan solo unos a?os
Con 600 euros se pod¨ªa alquilar una vivienda completa hace unos pocos a?os. Hoy, es lo que piden por una habitaci¨®n en muchas ciudades espa?olas. Poder pagar el alquiler ¨ªntegro de una casa se ha convertido en un lujo. El aumento feroz de los precios, exacerbado ahora por el alza de la inflaci¨®n, est¨¢ expulsando a una parte importante de la poblaci¨®n, que se ve forzada a compartir piso entre tres o cuatro desconocidos. El resultado es que la demanda de habitaciones se ha disparado un 40% en los ¨²ltimos meses, seg¨²n la plataforma de alquileres online Spotahome. Y los precios se han colocado en niveles r¨¦cord. El coste por un dormitorio ha aumentado un 20,8% en el ¨²ltimo a?o y un 66,2% desde 2015, seg¨²n el ¨²ltimo estudio de Fotocasa. Alquilar una habitaci¨®n en Espa?a cuesta de media 440 euros al mes. ¡°Los precios han subido con fuerza; en 2015, por arrendar un piso completo se ped¨ªan 560 euros al mes y por una habitaci¨®n unos 265 euros¡±, resume Mar¨ªa Matos, directora de Estudios del portal.
En todas las comunidades aut¨®nomas se ha incrementado el precio de las viviendas compartidas por encima del 10% en los ¨²ltimos siete a?os. La situaci¨®n es mucho peor en las grandes ciudades y sus ¨¢reas metropolitanas. En Barcelona, por ejemplo, se exigen 575 euros de media al mes y en Madrid 527 euros. Si ponemos la lupa sobre anuncios concretos publicados en portales inmobiliarios, vemos que se piden hasta 2.800 euros por habitaci¨®n en la Ciudad Condal y 2.000 euros en la capital madrile?a.
Semejante encarecimiento ha hecho que el esfuerzo financiero medio (la parte del salario que el ciudadano destina al pago de la casa) se coloque en el 40%. Y crece al 50% o m¨¢s en capitales de provincia con precios muy tensionados, como Madrid, Barcelona o Mallorca. ¡°Estamos frente al mayor encarecimiento del precio de las habitaciones desde que tenemos registros. M¨¢s de 75 euros en tan solo un a?o. La raz¨®n es que en 2022 el precio del alquiler ha alcanzado m¨¢ximos hist¨®ricos¡±, explica Matos. Su previsi¨®n es que las subidas prosigan este a?o.
El espectro de personas que acaba en estos alquileres es muy amplio, aunque el grueso son j¨®venes que estudian o trabajan, desempleados, divorciados, separados, familias monomarentales... ?Qu¨¦ hay tras el bum de pisos compartidos? ?Es una opci¨®n buscada o impuesta? En la asociaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro Provivienda lo tienen claro: ¡°Las dificultades para acceder a una casa en alquiler est¨¢n muy marcadas por el aumento de precios, pero tambi¨¦n por la petici¨®n de garant¨ªas adicionales que, en ocasiones, supone una carrera de obst¨¢culos, o por discriminaci¨®n en el acceso a la vivienda¡±, dice Andrea Jarabo, responsable del ?rea de Comunicaci¨®n e Incidencia de la entidad. Hay que recordar que el miedo a los impagos ha puesto de moda los castings de los caseros en busca del inquilino perfecto. Y que para poder arrendar un piso completo son necesarios m¨¢s de 3.000 euros de golpe y al principio (dos meses de fianza, el mes en curso m¨¢s el mes de la agencia inmobiliaria para un piso de 800 euros).
En el Consejo de la Juventud de Espa?a (CJE) creen que el impulso del piso compartido se debe a la situaci¨®n socioecon¨®mica de la juventud que, dicen, lleva siendo un problema sin una respuesta efectiva desde 2008 y que agrava la emancipaci¨®n. ¡°Para las personas j¨®venes de entre 16 y 29 a?os que pueden independizarse, alquilar una casa entera supondr¨ªa el 85,1% del salario medio, algo completamente inasumible. Esto contrasta con el 30% recomendado por el Banco de Espa?a para evitar el sobreendeudamiento¡±, sostiene Juan Antonio B¨¢ez, vicepresidente del CJE.
Mar¨ªa Matos, de Fotocasa, recuerda que para el 43% de los j¨®venes alquilar es tirar el dinero. ¡°La mayor¨ªa de los ciudadanos que comparten piso son j¨®venes de entre 18 y 35 a?os. A medida que cumplen a?os, el deseo de compartir para socializar se convierte en una obligaci¨®n para repartir gastos, ya que el incremento del precio del alquiler no les permite independizarse¡±.
Sin embargo, las plataformas digitales especializadas en el alquiler de habitaciones ponen de relieve las virtudes de esta alternativa habitacional que, creen, ha venido para quedarse. ¡°En nuestro mercado hay muchos estudiantes universitarios y j¨®venes profesionales que prefieren vivir con otra gente, es una tendencia clar¨ªsima por parte de los j¨®venes¡±, comenta Eduardo Garbayo, vicepresidente y jefe de Negocios y Operaciones de Spotahome. Muchos de ellos quieren residir en el centro de las ciudades y no en la periferia y eso les obliga irremediablemente a compartir piso. ¡°Las habitaciones m¨¢s demandadas son en pisos amueblados de tres a cuatro dormitorios, con ¨¢reas comunes grandes y en el centro de la ciudad¡±, a?ade Garbayo. En el caso de esta plataforma, que hace 30.000 alquileres digitales en Espa?a, el 50% de ellos de habitaciones, la mitad de la demanda procede de estudiantes universitarios y alumnos de MBA y el resto de j¨®venes profesionales de 26 a 35 a?os.
De cara al propietario, la principal ventaja de alquilar a varias personas en lugar de a una sola es el r¨¦dito econ¨®mico. ¡°Nuestra f¨®rmula le da un 15% m¨¢s de rentabilidad que el alquiler completo del piso, pero sobre todo por la m¨¢xima ocupaci¨®n que conseguimos de las habitaciones durante todo el a?o¡±, cuenta Garbayo.
Sin amparo de la LAU
Desde el punto de vista legal, el alquiler de habitaciones no funciona como el de los pisos completos, al no regirse por la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), sino por el C¨®digo Civil. ¡°Los caseros han visto la oportunidad de alquilar habitaciones a trav¨¦s del contrato de arrendamiento de habitaci¨®n, cuyo anclaje legal se encuentra en el C¨®digo Civil, una norma de 1889 que basa su legitimidad en la libre voluntad de las partes¡±, denuncia V¨ªctor Manuel Palomo, abogado del Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid. Y prosigue: ¡°El arrendatario no dispone de una libre voluntad, sino que se mueve por la desesperaci¨®n para encontrar cualquier sitio donde le arrienden¡±. Desde este sindicato indican que este tipo de contratos est¨¢n pensados para personas que necesitan puntualmente una habitaci¨®n con fecha de caducidad, es decir, trabajadores o estudiantes que se trasladan unos pocos meses a otra ciudad. ¡°Vemos que la mayor¨ªa de estos contratos son usados para evitar vincular el contrato de arrendamiento a la LAU¡±, cuenta Palomo.
Sin embargo, en la plataforma Spotahome se?alan. ¡°Si bien es cierto que existen en ocasiones discrepancias entre los tribunales sobre la ley aplicable a los arrendamientos de habitaciones, la postura mayoritaria es que los mismos se rigen por lo pactado entre las partes, y en su defecto, por el C¨®digo Civil, al considerarse dichos arrendamientos excluidos del ¨¢mbito de aplicaci¨®n de la LAU. Todo ello independientemente de la duraci¨®n del contrato¡±.
Lo cierto es que por el tipo de contrato, estos inquilinos no tienen derecho al tope del 2% en la actualizaci¨®n de las rentas, ni a la duraci¨®n m¨ªnima legal del contrato o a que el casero realice y pague las obras de conservaci¨®n necesarias para la habitabilidad de la vivienda. Provivienda ha propuesto que en la pr¨®xima ley estatal de vivienda se incluya el alquiler de habitaciones en la LAU, es decir, que sea considerado como vivienda habitual y mitigar as¨ª algunos de los efectos no deseados. De lo contrario, opina Palomo, ¡°se va a convertir en un coladero porque muchos contratos forman parte de la econom¨ªa sumergida y es un incentivo a alquilar habitaciones¡±.
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