Por qu¨¦ coleccionar arte no es lo mismo que comprar una lavadora
Poseer una composici¨®n art¨ªstica es distinto a adquirir otro producto: conlleva responsabilidades y descuidarlas puede terminar en pleitos con los autores
La feria ARCO echa el cierre este domingo tras cinco d¨ªas de exposici¨®n. Llega el momento de desmontar las obras de arte, algunas cotizad¨ªsimas, y empaquetarlas con mimo para iniciar el viaje a su nuevo destino. Este puede ser otra exposici¨®n temporal, una galer¨ªa, un almac¨¦n, y si el artista ha sido afortunado, el hogar de un comprador. Quien decida llevarse a casa alguna de las creaciones de los m¨¢s de mil autores que este a?o participan en la feria debe saber que una pieza art¨ªstica no es una lavadora: ser el poseedor de una conlleva una serie de deberes y descuidarlos puede acabar en un l¨ªo judicial.
Para entender por qu¨¦ hay detenerse en la siguiente paradoja: cuando se paga por arte no se adquiere arte. Lo que los compradores de ARCO obtienen a cambio de un precio no es el concepto, que es propiedad inseparable del creador, sino el soporte f¨ªsico que lo contiene. Dicho de otra forma, si pagamos por un cuadro de Dal¨ª conseguimos la propiedad material del lienzo, pero su autor¨ªa, lo que conlleva el derecho moral y el derecho a que esta se mantenga ¨ªntegra, seguir¨¢ ligado a Salvador y a sus herederos.
Esto tiene relevantes consecuencias legales, que es mejor tener en cuenta antes de adquirir una pieza. En un cap¨ªtulo de la serie de animaci¨®n Futurama, su protagonista, que viaja en el tiempo hasta el a?o 3.000, compra la Mona Lisa y la destruye jugando al tiro al plato con ella; pues bien, con la ley en la mano esto est¨¢ prohibido. A diferencia de cualquier otra cosa que se adquiera en el mercado, un objeto art¨ªstico no se puede destruir o alterar (no, al menos, sin el permiso expreso del artista para hacerlo).
Lejos de ser una an¨¦cdota legal, hay precedentes de creadores que acabaron a tortas (judiciales) con sus compradores por alterar su legado sin permiso. El escultor espa?ol Mart¨ªn Chirino fue a juicio contra el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife por cortar en dos su obra escult¨®rica El sue?o de los continentes, y guardar los restos en un almac¨¦n, alegando que se mov¨ªa mucho por el viento. La justicia dio la raz¨®n al creador, porque la administraci¨®n mutil¨® la pieza sin su autorizaci¨®n. Ello, sentenci¨® el tribunal, supon¨ªa un ataque a su integridad moral, por lo que fue indemnizado.
Tambi¨¦n hay que saber que el artista o sus herederos, con los a?os, pueden exigir acceder a la obra para documentar su estado o para asegurar su existencia. Algo com¨²n cuando se aborda la elaboraci¨®n de un cat¨¢logo de arte.
Los creadores tambi¨¦n pueden solicitar que se retire su obra de un lugar p¨²blico porque sus convicciones han cambiado y sienten que su producci¨®n ya no les representa. ¡°Imaginemos que un autor crea una obra de contenido pol¨ªtico y con el paso de los a?os sus ideas cambian. Puede exigir que se retire su creaci¨®n ampar¨¢ndose en su cambio de convicciones¡±, explica Marta Su¨¢rez-Mansilla, abogada directora de la firma Artworld Law y vicepresidenta de la Asociaci¨®n de Derecho del Arte. A la experta le viene a la cabeza el caso de la artista Tracey Emin, una creadora brit¨¢nica que exigi¨® la retirada de las paredes del n¨²mero 10 de Downing Street de una composici¨®n de ne¨®n suya bautizada como More Passion. ¡°Quiero que sea retirada, lo que necesitan [los pol¨ªticos] es compasi¨®n, no pasi¨®n¡±, dijo a la BBC tras conocerse el esc¨¢ndalo del partygate de Boris Johnson. ¡°Los artistas pueden ejercer este derecho, pero no hay que olvidar que pueden existir derechos adquiridos por terceras personas¡±, apostilla Su¨¢rez-Mansilla. Esto implica que, si la obra fue vendida, lo normal es que en estos casos ¡°se compense econ¨®micamente a los compradores¡±.
Otra potestad de los ejecutantes radica en exigir que la obra se exponga en una localizaci¨®n (y solo en esa) porque otra desvirtuar¨ªa el mensaje. Bel¨¦n ?lvarez, abogada socia de Gabeiras & Asociados, lo explica con otro antecedente: ¡°Pueden existir condiciones. Un conflicto que tuvo mucha repercusi¨®n fue el caso del vasco Andr¨¦s Nagel y la escultura conocida como La Patata. Fue creada para ubicarse en una rotonda de Amorebieta-Etxano (Bizkaia). Pero el Ayuntamiento, con ocasi¨®n de un cambio en el plan urban¨ªstico, anunci¨® el traslado de la escultura. Y Nagel ejercit¨® una acci¨®n contra el consistorio porque consider¨® que se vulneraba su derecho moral. El Supremo le dio la raz¨®n¡±. Sin embargo, la justicia permiti¨® el cambio de ubicaci¨®n, alegando que el derecho moral no es absoluto y debe ponderarse con los intereses de la comunidad.
Picasso a la fuga
La cuesti¨®n se complica si la obra que se traspasa es un bien de inter¨¦s cultural (BIC), una figura legal creada para proteger piezas de especial valor por su antig¨¹edad, por su val¨ªa o por la combinaci¨®n de ambas.
En estos casos, la ley limita a¨²n m¨¢s el poder de los propietarios no creadores. ¡°No se puede vender la pieza o sacarla del pa¨ªs sin el permiso del ministerio de Cultura¡±, apunta ?lvarez. Intentarlo puede costar una condena por contrabando. Como la que enfrent¨® el exbanquero Jaime Bot¨ªn en 2021, tras una tentativa frustrada para sacar del pa¨ªs y vender el retrato Cabeza de una mujer joven, un Picasso de m¨¢s de 100 a?os de antig¨¹edad de condiciones irrepetibles. Por ello fue condenado por un delito de contrabando de bienes culturales a 18 meses de c¨¢rcel y al pago 91 millones de euros de multa.
Mejor con contrato y seguro
A pesar de todas las aristas legales presentes en la transmisión de una obra artística, en España no hay una ley ad hoc que regule estas transacciones. Ni siquiera existe la obligación de plasmar la operación en un contrato escrito. Si bien los expertos lo aconsejan. “Aunque es muy recomendable, sobre todo para evitar disputas sobre la autoría, no siempre se hace”, apunta Belén Álvarez, abogada de Gabeiras & Asociados. Para hacerlo todo bien, la experta también recomienda contratar una empresa especializada en el transporte de obras. Y añade: “Es importante tener un seguro que cubra cualquier daño en el trayecto y a veces la propia compañía de transporte especializada ofrece este servicio”.
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