Una ¡®celestina¡¯ para los buenos empleos
El ¨¦xito de la formaci¨®n dual se basa en un contrato social con cuatro pilares: familias, sistema educativo, empresas y sociedad
Espa?a tiene un desaf¨ªo existencial prioritario: necesita crear buenos empleos, para m¨¢s personas, en m¨¢s lugares del pa¨ªs. Por tres motivos. Primero, porque la carencia de estos buenos empleos hace que nuestro pa¨ªs sea m¨¢s pobre y desigual de lo que podr¨ªa ser. Segundo, porque la econom¨ªa es menos productiva e innovadora de lo que ser¨ªa si se pudiera aprovechar todo el talento y el dinamismo de las personas que queriendo trabajar no encuentran un empleo, o tienen uno que no les permite desplegar esas capacidades. Tercero, porque al disminuir la cohesi¨®n social y territorial, jibarizar la clase media y aumentar la inseguridad econ¨®mica da?a a la democracia y favorece las propuestas populistas y autoritarias.
La situaci¨®n tiene tintes parad¨®jicos. Por un lado, cientos de miles de personas, particularmente los m¨¢s j¨®venes, que desean trabajar no encuentran un empleo, o el que tienen no es adecuado a sus expectativas y capacidades. Por otro, hay empresas que tienen ofertas de empleo que no cubren porque no encuentran perfiles profesionales adecuados a sus necesidades. Estos desajustes o ¡°cuellos de botella¡± entre demanda y oferta de empleo son un problema europeo. Eurostat cifra las vacantes en un 2,6% del total de personas asalariadas en 2021, un porcentaje en aumento. En Espa?a este porcentaje es menor, pero probablemente crecer¨¢. En todo caso, con cifras de paro tan elevadas como las que tenemos, el que existan vacantes significa que estamos ante una enfermedad cr¨®nica.
?Qu¨¦ falla? No hay una sola causa, pero tengo para m¨ª que la fundamental es el hecho de que en Espa?a no existe una celestina que empareje con eficacia el deseo de muchas personas de tener buenos empleos con la necesidad de las empresas de encontrar buenos profesionales para poder crecer. Esa celestina es la formaci¨®n dual. A diferencia de la formaci¨®n profesional no dual, en la que los centros educativos intentan profesionalizar a los j¨®venes en las aulas y buscan empresas para hacer algunas pr¨¢cticas, la formaci¨®n dual es el resultado de la colaboraci¨®n estrecha entre escuela y empresa. La escuela aporta los conocimientos human¨ªsticos y cient¨ªficos necesarios para construir trayectorias de vida satisfactorias, y la empresa los conocimientos t¨¦cnicos, las habilidades y tambi¨¦n las virtudes que solo el trabajo puede aportar para tener ¨¦xito profesional.
Para contribuir a impulsar este modelo formativo, el Consejo Econ¨®mico y Social de Espa?a (CES) acaba de publicar un informe, Formaci¨®n dual en Espa?a: situaci¨®n y perspectivas, en el que se sostiene la bondad de este modelo tanto para la formaci¨®n profesional como para la universitaria. Su lectura arroja luz sobre tres cuestiones: evidencia la capacidad de la formaci¨®n dual para crear buenos empleos, identifica las condiciones de ¨¦xito de este modelo formativo y se?ala la existencia de un momento virtuoso para avanzar en la formaci¨®n dual.
Con los datos sobre las primeras cohortes de estudiantes de formaci¨®n dual, el informe muestra que todo funciona mejor en la trayectoria laboral de los estudiantes de este modelo formativo en comparaci¨®n con los de la formaci¨®n profesional no dual y, en algunos casos, tambi¨¦n con la universidad: menor abandono, mejores transiciones de la escuela a la empresa, mejor inserci¨®n laboral, m¨¢s contratos fijos y a tiempo completo, y mejores salarios. Estos resultados se producen en todos los sectores de actividad y en todas las comunidades aut¨®nomas para las que existen datos. La formaci¨®n dual es, por tanto, una palanca para la creaci¨®n de buenos empleos y para todo lo que va asociado a ellos: cohesi¨®n social y territorial, aumento de la clase media, mejora de la productividad de las empresas y fortalecimiento de la democracia.
El ¨¦xito de la formaci¨®n dual se basa en la existencia de un contrato social entre los cuatro pilares del modelo: familias, sistema educativo, empresas y sociedad. Un contrato social que define qu¨¦ es lo que debe hacer cada uno: las familias tienen que recuperar el prestigio social de la formaci¨®n profesional y ver este modelo formativo como una opci¨®n de ¨¦xito vital y profesional de sus hijos; los gobiernos han de crear un sistema educativo coherente y con buena gobernanza; las empresas tienen que dejar de pensar s¨®lo en lo que el sistema educativo tiene que hacer por ellas y plantearse qu¨¦ pueden hacer ellas por la sociedad, transform¨¢ndose en empresas formadoras; la sociedad debe ser capaz de organizarse para hacer posible que las peque?as empresas puedan transformarse tambi¨¦n en empresas formadoras. El fundamento de ese contrato social para los buenos empleos es una estrategia basada en cuatro c: colaboraci¨®n, corresponsabilidad, consenso y confianza.
Por ¨²ltimo, la lectura del informe del CES permite identificar la existencia de un momento virtuoso para la formaci¨®n dual. Por un lado, el extraordinario aumento de la demanda de formaci¨®n de este tipo. Por otro, el crecimiento de las empresas implicadas en la formaci¨®n: el n¨²mero es a¨²n bajo (el 0,3 % de las empresas vivas), pero su crecimiento es exponencial. En tercer lugar, las nuevas pol¨ªticas, tanto europeas como nacionales. La Ley Org¨¢nica de Ordenaci¨®n e Integraci¨®n de la Formaci¨®n Profesional de 2022, aprobada con amplio apoyo parlamentario y social, crea, por vez primera, un sistema de formaci¨®n profesional integrado, coherente y con una buena gobernanza. Busca dar prestigio social y ¨¦xito laboral a este modelo formativo. Contempla la formaci¨®n profesional no como una segunda opci¨®n para los j¨®venes que han abandonado el ciclo formativo general, sino como un tren, con paradas para bajar y volver a subir, que lleva a donde la ambici¨®n de cada uno llegue. Propone el objetivo de que toda la formaci¨®n profesional acabe siendo cien por cien dual. A la espera del reglamento que ha de hacerla operativa, creo que tenemos por primera vez una buena pol¨ªtica.
Con ser importantes, las pol¨ªticas no son suficientes. Los buenos empleos no se crean por decreto de los gobiernos, sino por las buenas empresas. La formaci¨®n dual es un pilar fundamental del nuevo contrato social que necesitamos para fortalecer los buenos empleos, la cohesi¨®n social y territorial, el dinamismo y la productividad del tejido empresarial y el fortalecimiento de una clase media que sostenga la democracia.
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