Presi¨®n sobre las ¡°princesas de media jornada¡± de Pa¨ªses Bajos

Pa¨ªses Bajos tiene la mayor tasa europea de empleados a tiempo parcial, con un importante desequilibrio seg¨²n el sexo: un 75% de las mujeres trabajan un promedio de 29 horas a la semana, frente a las 39 horas sumadas por los hombres, seg¨²n datos del centro de estad¨ªstica. Coloquialmente, a muchas mujeres se las denomina ¡°princesas de la media jornada¡± (deeltijdprinsesjes, en neerland¨¦s), y el Gobierno ha lanzado una campa?a para animarlas a aumentar las horas trabajadas. Est¨¢ dirigida a la franja de edad de entre 30 y 60 a?os, y subraya la independencia econ¨®mica y el valor a?adido de incrementar la presencia laboral femenina. Sobre todo en sectores como sanidad, educaci¨®n y cuidado de la infancia, donde falta personal. Pero en la cr¨ªtica a estas princesas sin tiara late tambi¨¦n una paradoja con una conclusi¨®n machista. La sociedad est¨¢ organizada en torno a la media jornada materna, desde la salida del colegio en primaria (cuatro d¨ªas a las 15.00 y un d¨ªa a las 12.30) a las actividades extraescolares, y ello genera presi¨®n social. Con estos horarios, hay quien dice que no se puede ser buena madre con un trabajo a tiempo completo. Por otro lado, la que no trabaja llega a ser percibida como una privilegiada que ha podido educarse y no contribuye con su esfuerzo a la sociedad.

La contradicci¨®n ha sido se?alada por el soci¨®logo Mark van Ostaijen, que en el diario De Volkskrant reflexion¨® as¨ª: ¡°Mantenemos una idea rom¨¢ntica de la maternidad, que otorga a las mujeres mayor habilidad para el cuidado de los hijos, cuando no hay pruebas cient¨ªficas de que as¨ª sea¡±. Para facilitar la igualdad, aboga por regular la jornada laboral de cuatro d¨ªas para todos y la gratuidad de las guarder¨ªas. Por una conciliaci¨®n real que involucre tambi¨¦n a los varones, para que el peso familiar no recaiga en las mujeres. Los datos del servicio de estad¨ªstica revelan que un 80% de la poblaci¨®n cree que las madres con ni?os menores de cuatro a?os no deben trabajar en absoluto, o bien no hacerlo m¨¢s de 28 horas semanales. Por otra parte, dos tercios de la poblaci¨®n consideran una mala idea que los menores de un a?o vayan a la guarder¨ªa dos o tres d¨ªas a la semana. Lo mismo piensa un 50% para el caso de los peque?os entre uno y dos a?os. De ah¨ª que Karien van Gennip, ministra de Asuntos Sociales, haya apoyado la libertad de elecci¨®n de los ciudadanos a la hora de organizar sus vidas haciendo una advertencia. Ha dicho que le parece igual de bien que una madre trabaje siete d¨ªas a la semana o que decida dedicarse por completo a su familia.

Cambiar de mentalidad

La diputada liberal Judith Tielen ha inspirado la campa?a gubernamental, y su intenci¨®n va m¨¢s all¨¢ de mejorar la divisi¨®n de tareas dom¨¦sticas en el hogar. ¡°Somos muy tradicionales en este aspecto. Los trabajos a tiempo completo no existen en muchos sectores, y muchas mujeres empiezan ya con jornadas partidas una vez concluida su educaci¨®n¡±, ha asegurado. Dado que buena parte de las empresas asumen de entrada que las mujeres j¨®venes no querr¨¢n horarios completos, ¡°el plan del Gobierno tiene que incidir tambi¨¦n en los empresarios, para que salgan del marco mental del trabajo parcial a la hora de contratar a mujeres¡±, afirma. En 2011, la escritora Elma Drayer public¨® Verwende Prinsesjes (princesas malcriadas), un libro en el que abordaba este fen¨®meno. Si bien admit¨ªa las desigualdades entre hombres y mujeres, aseguraba que las segundas ¡°se encogen de hombros, se esconden detr¨¢s de los varones y no hacen lo posible para ser independientes¡±. Recibi¨® elogios, y tambi¨¦n multitud de cr¨ªticas. Estas ¨²ltimas por parte de madres que lamentaban que no considerase un trabajo cuidar y educar a los hijos, aunque dicha labor carezca de reflejo en la jubilaci¨®n.

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