La pertinaz sequ¨ªa

El 26% del territorio de la Uni¨®n Europea est¨¢ en alerta por sequ¨ªa, con d¨¦ficit de humedad en el suelo, y el 4% est¨¢ en alarma, con estr¨¦s en la cubierta vegetal. El aumento sostenido de la temperatura combinado con olas de calor conlleva lluvias menos abundantes y m¨¢s irregulares, sequ¨ªas m¨¢s frecuentes y severas que facilitan los incendios, pero tambi¨¦n m¨¢s tormentas e inundaciones. Adem¨¢s de que llover¨¢ menos, lo har¨¢ cada vez menos a gusto de todos.

El estr¨¦s h¨ªdrico y t¨¦rmico de las sequ¨ªas afecta a toda la cadena productiva de la econom¨ªa, especialmente al sector primario reduciendo el rendimiento agr¨ªcola y ganadero, aumentando sus costes y precios, pero tambi¨¦n disminuyendo la disponibilidad de energ¨ªa hidroel¨¦ctrica y favoreciendo el consumo de energ¨ªa f¨®sil, gestionable para atender picos de demanda mientras no se desarrolle el almacenamiento renovable. Y eso a corto plazo, porque en el medio-largo un entorno medioambiental m¨¢s seco reasigna recursos hacia actividades menos intensivas en agua. Con ello adicionalmente se producen cambios de actividad, de empleo y, por tanto, de poblaci¨®n en el territorio, migraciones. Naciones Unidas recuerda que el 10% del aumento de las migraciones globales est¨¢ relacionado con d¨¦ficits en la disponibilidad de agua en cantidad, seguridad y calidad suficiente, algo que, seg¨²n el Banco Mundial, afecta a m¨¢s de 2.000 millones de personas. El incremento de la demanda de agua y la alteraci¨®n de la oferta por el cambio clim¨¢tico agravan su escasez, augurando m¨¢s conflictos geopol¨ªticos en un escenario no precisamente dominado por el multilateralismo y la colaboraci¨®n.

Adem¨¢s, el problema de la escasez del agua es m¨¢s complejo que el del exceso de emisiones de gases de efecto invernadero. Con el segundo se sabe lo que hay que hacer ante una externalidad negativa de alcance global y com¨²n, generada por un ¨²nico tipo de producto. El problema es c¨®mo implementarlo. Sin embargo, la escasez de agua es mucho m¨¢s complicada de afrontar. Seg¨²n su uso puede tratarse como un bien p¨²blico ¡ªsaciar la sed, higiene y salud, un derecho del cual no se puede excluir a nadie, lo que tiene mucho sentido ¡°econ¨®mico¡± por las externalidades negativas de no hacerlo¡ª o privado ¡ªproducci¨®n agraria, procesos industriales o de servicios¡ª, con derechos de propiedad definidos y que se gestiona eficientemente, al menor coste, con el mecanismo de mercado.

En todo caso, hay que planificar pol¨ªticas que aseguren una provisi¨®n de agua suficiente y de calidad. Pol¨ªticas basadas en evidencias, empezando por revelar los costes de extracci¨®n, proceso, suministro y gesti¨®n del agua, de sus distintos usos, ajustando en caso necesario los precios. Se ha de conocer el valor del agua para no sobreexplotarla porque las sequ¨ªas ser¨¢n m¨¢s pertinaces.

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