La odisea de comprarse un coche en Egipto
Restricciones a las importaciones y una severa escasez de d¨®lares hacen mella en el sector automovil¨ªstico del pa¨ªs africano
Cualquiera que haya paseado por El Cairo sabr¨¢ que los coches son pr¨¢cticamente omnipresentes. El espacio p¨²blico est¨¢ dise?ado sobre todo para ellos. Durante el d¨ªa, es muy habitual encontrarse veh¨ªculos aparcados en doble o triple fila, a menudo ocupando cualquier indicio de acera. Cruzar grandes v¨ªas requiere dominar con maestr¨ªa las dimensiones de espacio y tiempo (y cierta fe en Dios): moverse un segundo antes, o avanzar medio metro de m¨¢s, podr¨ªa resultar fatal. El tr¨¢fico en ciertas arterias de la ciudad es inmutable. Incluso cuando no los ves, sabes que los coches est¨¢n all¨ª: los conductores son adictos al claxon, tambi¨¦n cuando circulan solos.
En una ciudad de estas caracter¨ªsticas, cualquiera pensar¨ªa que el mercado automovil¨ªstico es din¨¢mico como pocos. Pero nada m¨¢s alejado de la realidad: pese a tener una poblaci¨®n adulta de m¨¢s de 60 millones de personas y a verse coches por todas partes, la industria automovil¨ªstica en Egipto ha sido tradicionalmente peque?a. Y ahora, sus ventas llevan desde 2022 cayendo en picado en un pozo que no parece tener fin. En los cinco primeros meses de 2023, las ventas de turismos se desplomaron un 73% interanual, y eso que, durante todo 2022, el descenso ya fue del 42% y solo se registraron 178.600 nuevos coches. Es decir, 4,5 veces menos que en Espa?a, pese a una poblaci¨®n muy superior.
Las ventas de autom¨®viles inicialmente se derrumbaron por las estrictas restricciones que el Gobierno egipcio impuso a las importaciones a ra¨ªz de las primeras subidas de tipos de inter¨¦s en EE UU y de la invasi¨®n rusa de Ucrania, que provocaron una fuga de capitales masiva y dejaron al pa¨ªs al borde del abismo con una severa escasez de d¨®lares. En un momento en el que el Estado sudaba para importar productos b¨¢sicos como trigo y medicamentos, la suerte del mercado de autom¨®viles parec¨ªa una trivialidad. Todos los sectores de productos manufacturados se han visto afectados, reflejo de un pa¨ªs muy dependiente de las importaciones. Pero pocos han sufrido un choque como el automovil¨ªstico.
Las restricciones m¨¢s draconianas se levantaron a finales de 2022 para dejar de asfixiar al sector industrial local y buena parte del sector servicios. Pero los d¨®lares siguen sin llegar. Adem¨¢s, desde el a?o pasado la moneda local ha perdido la mitad de su valor frente al d¨®lar y la inflaci¨®n se sit¨²a por encima del 30% desde febrero. A todo ello se le suman los problemas que afronta el mercado automovil¨ªstico global, como el encarecimiento de la energ¨ªa y del transporte mar¨ªtimo, la escasez de componentes clave como los chips, y las perturbaciones de las l¨ªneas de suministro.
Precios por las nubes
Este c¨®ctel de complicaciones ha llevado a que los precios de los coches nuevos hayan subido al menos un 100% en cuesti¨®n de un a?o, seg¨²n han publicado algunos medios locales. Hoy, un veh¨ªculo de gama baja dif¨ªcilmente se encuentra por menos de 10.000 euros, y uno de gama media puede costar entre 21.000 y 28.000 euros; una aut¨¦ntica fortuna en un pa¨ªs donde el salario m¨ªnimo en el sector privado apenas supera los 85 euros al mes. Incluso las perspectivas para el mercado de coches de segunda mano son desoladoras: un comerciante declar¨® en marzo al medio estatal Al Ahram que un veh¨ªculo usado que antes costaba 100.000 libras (unos 2.900 euros al cambio actual) ahora se vende por 200.000 (unos 5.750 euros). La situaci¨®n ha llegado a cobrar tintes tan dram¨¢ticos que el propio comerciante recomendaba que, a poder ser, nadie venda nada. Que no compren ya ni lo suger¨ªa, porque daba por sentado que no podr¨¢n permit¨ªrselo.
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