La fiebre del oro atrapa a los bolivianos
El metal precioso se convierte en la principal exportaci¨®n del pa¨ªs, pero el sistema de explotaci¨®n deja poco dinero en las arcas del Estado
Bernardo Guarachi es el m¨¢s c¨¦lebre escalador boliviano, el primero en subir al Everest. En los ¨²ltimos a?os, sus habilidades han servido para detectar minas ilegales de oro que operan en las laderas del Illimani, un pico de 6.460 metros de altura cercano a La Paz. En una reciente exploraci¨®n de su cara oriental, Guarachi encontr¨®, entre decenas de campamentos mineros locales, rastros de una operaci¨®n china. Los asi¨¢ticos vienen y van de esta monta?a, que es el s¨ªmbolo de la ciudad. Recorrida por r¨ªos formados por deshielo, que dejaron de ser limpios y cristalinos, se ha convertido en otra v¨ªctima de la ¡°fiebre del oro¡± que padece el pa¨ªs.
En 2009, Bolivia produc¨ªa unas siete toneladas de oro anuales. En 2022, se registraron oficialmente 53 toneladas, pero se cree que bastantes m¨¢s no fueron contabilizadas. Con ello, el mismo a?o, el oro fue la principal exportaci¨®n: 3.000 millones de d¨®lares, por encima del gas. El 90% de este extraordinario resultado se debi¨® a la microminer¨ªa, que no se encuentra lejos de la imagen del campesino con pico y mula que inmortalizaron las pel¨ªculas estadounidenses. Cuando es legal, la realizan miles de cooperativas de pocas decenas de socios cada una, que tienen prohibido contratar asalariados y pagan muy pocos impuestos. Cuando es ilegal, admite a s¨²bditos chinos y de los pa¨ªses vecinos, e inversiones mayores de empresarios de pocos escr¨²pulos que se camuflan como cooperativistas para evadir impuestos.
Dos causas explican el auge del oro en Bolivia: el precio internacional del metal, que se ha duplicado en la ¨²ltima d¨¦cada. Y la sencillez de explotar oro en el pa¨ªs, donde se presenta en yacimientos aluviales, es decir, en las orillas y el fondo de los cursos de agua, sobre todo del ¨¢rea amaz¨®nica, pero tambi¨¦n en la cuenca altipl¨¢nica. Solo se necesitan dragas y fuerza f¨ªsica para mover la tierra y cernirla y, luego, mercurio para separar el oro. A causa de esto ¨²ltimo, Bolivia se ha convertido en uno de los principales importadores de mercurio del mundo. Las consecuencias ambientales del empleo de esta sustancia son graves y han puesto a la poblaci¨®n en contra de la miner¨ªa aur¨ªfera. Seg¨²n una encuesta, el 70% de la poblaci¨®n la rechaza. Las principales v¨ªctimas son los ind¨ªgenas amaz¨®nicos, con una dieta basada en pescado.
Cooperativas
La miner¨ªa de supervivencia reapareci¨® en Bolivia en los a?os ochenta, tras la quiebra de la empresa minera estatal Comibol, que ser¨ªa privatizada de dos maneras: los mejores yacimientos se vender¨ªan a grandes empresarios y los otros se entregar¨ªan a los trabajadores mineros, que formar¨ªan cooperativas para explotarlos. Se calcula que hoy existen alrededor de 20.000 cooperativas mineras, de las cuales un 10% se dedica a la explotaci¨®n aur¨ªfera. Este conglomerado muy diverso es el heredero del movimiento de trabajadores mineros, que luch¨® abiertamente por el socialismo en la segunda mitad del siglo XX. Hoy su ideolog¨ªa y su condici¨®n de clase son muy distintas, pues algunas cooperativas se han enriquecido fuertemente a costa de explotar laboralmente a socios que en la pr¨¢ctica son asalariados sin seguridad social.
La mayor¨ªa de los cooperativistas no ha cambiado tanto, pero su sue?o ya no es una sociedad igualitaria, sino ganar tanto como sus compa?eros m¨¢s afortunados. Entre unos y otros forman una fuerza pol¨ªtica muy importante, cuyo empuje contribuy¨® a aupar al presidente ind¨ªgena Evo Morales hace dos d¨¦cadas y que, mientras la izquierda siga gobernando, hace muy dif¨ªcil que se suspendan las facilidades legales y tributarias que siguen benefici¨¢ndola. De modo que el Estado ve muy poco, casi nada, del bum dorado que vive el pa¨ªs.
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