Hasta la ¨²ltima gota de petr¨®leo: as¨ª exprimen los pa¨ªses productores su gallina de los huevos de oro
La transici¨®n energ¨¦tica avanza, pero a un ritmo menor al deseado. Las potencias petroleras juegan sus cartas para maximizar los beneficios
La agon¨ªa petrolera no ser¨¢ r¨¢pida, pero el futuro est¨¢ escrito. El crudo, el combustible f¨®sil por antonomasia, que lleva d¨¦cadas dominando la matriz energ¨¦tica sin apenas competencia, est¨¢ a un paso de empezar su largo declive de consecuencias econ¨®micas y geopol¨ªticas del todo desconocidas. Las inc¨®gnitas son muchas, s¨ª, y el camino no ser¨¢ recto. Sin embargo, est¨¢ trazado: el futuro es renovable, no f¨®sil. No ser¨¢ un tango, sino m¨¢s bien un vals lento, mucho m¨¢s de lo deseable. Sin embargo, la m¨²sica ya ha empezado a sonar.
Lo que est¨¢ por llegar, con algunas trazas ya visibles en el horizonte, es un cambio radical en el mapa global del dinero. Si la consolidaci¨®n del crudo como gran fuerza motriz del transporte y los servicios supuso la mayor transferencia de renta de la historia econ¨®mica mundial, con los pa¨ªses del golfo P¨¦rsico como indiscutibles beneficiarios, el mundo encarar¨¢ en los pr¨®ximos tiempos un viaje en sentido inverso. Para los productores, el man¨¢ empieza a tocar a su fin; para los importadores ¡ªcon Europa y China a la cabeza¡ª, la penitencia de una factura comercial al albur de decisiones ajenas tiene los a?os contados.
La noticia apenas tuvo eco en las p¨¢ginas salm¨®n de los medios internacionales. El 18 de agosto, con medio Occidente de vacaciones, el jefe de la mayor petrolera de China, Zhou Xinhuai, soltaba la bomba: la demanda de carburantes en el gigante asi¨¢tico ¡ªel mayor importador de crudo del mundo y uno de los mejores term¨®metros de lo que est¨¢ por llegar en el bloque emergente¡ª, suger¨ªa, ya hab¨ªa alcanzado su m¨¢ximo. Un punto de no retorno a partir del cual, solo cabe esperar ca¨ªdas. Las previsiones m¨¢s fiables hasta entonces, que apuntaban a finales de la d¨¦cada, quiz¨¢ 2028, quedaban en papel mojado ante el imparable empuje del coche el¨¦ctrico.
Ni un mes despu¨¦s de las palabras del mayor ejecutivo petrolero chino, era el jefe de la Agencia Internacional de la Energ¨ªa (AIE, el brazo sectorial de la ?OCDE) el que elevaba la apuesta. El mundo en su conjunto, dec¨ªa Fatih Birol, alcanzar¨ªa ese ansiado pico de demanda de petr¨®leo antes de 2030. Y lo har¨ªa ¡ªy esto es importante¡ª en todos los escenarios posibles, incluso si el impulso de las pol¨ªticas clim¨¢ticas languidece; algo que nadie ¡ªni siquiera los m¨¢s f¨¦rreos defensores de lo f¨®sil¡ª tiene en sus pron¨®sticos.
La mirada del hoy suele ser miope: cuesta ver m¨¢s all¨¢ del presente, y el presente sigue atravesado de principio a fin por la gasolina, el di¨¦sel y el queroseno. Pero lo que est¨¢ por llegar es una sacudida de proporciones b¨ªblicas para quien no sepa leer bien el mapa de coordenadas. Y esa cartograf¨ªa dice, grosso modo, tres cosas. Una, que, por el bien de todos, una ingente cantidad de petr¨®leo quedar¨¢ recluida para siempre en el subsuelo: lo contrario ser¨ªa agravar la ya de por s¨ª agud¨ªsima crisis clim¨¢tica. Dos, que, aunque el petr¨®leo, el gas y el carb¨®n ¡ªel m¨¢s da?ino de todos¡ª seguir¨¢n siendo una parte sustantiva de la ecuaci¨®n energ¨¦tica global durante un par de generaciones, su cuota de mercado ¡ªy, por tanto, los jugosos r¨¦ditos que obtienen sus productores¡ª ir¨¢ inevitablemente a menos. Y tres, que por primera vez hay hoy m¨¢s dinero invertido en renovables y bater¨ªas que en exploraci¨®n y producci¨®n de combustibles f¨®siles.
Son varias las estampas que sugieren que, hasta en uno de los sectores m¨¢s refractarios al cambio, se han puesto las gafas de lejos para esquivar esa peligrosa miop¨ªa. Su objetivo prioritario es extraer todo el jugo posible a la gallina de los huevos de oro ¡ªlas reservas petroleras¡ª antes de que muten de inagotable fuente de riqueza a oportunidad econ¨®mica encapsulada bajo tierra. Antes, en definitiva, de que sea demasiado tarde para sus intereses.
El m¨¢s ilustrativo de estos movimientos recientes es la pinza que Arabia Saud¨ª y Rusia ¡ªy sus aliados en la OPEP+, la poderosa versi¨®n ampliada del cartel, que controla el 70% de las exportaciones a escala mundial y tiene el 90% de las reservas probadas¡ª llevan meses aplicando sobre la oferta. Tras un primer ¡ªy dr¨¢stico¡ª recorte de oferta en octubre del a?o pasado, volvi¨® a aplicar un segundo tajo la pasada primavera y ¡ªsalvo sorpresa may¨²scula¡ª volver¨¢ a sacar la tijera el pr¨®ximo jueves. Su lectura de los acontecimientos es cristalina: ante la debilidad de la demanda, que todav¨ªa crece pero que lo hace a un ritmo mucho menor de lo que sugieren las constantes vitales de la econom¨ªa, reducir los bombeos es la ¨²nica forma posible de reequilibrar el mercado y hacer subir los precios.
Movimiento de calado
Segunda estampa. La reciente fusi¨®n por absorci¨®n de ExxonMobil ¡ªla petrolera privada m¨¢s grande del mundo¡ª y Pioneer Natural Resources ¡ªun gigante en el campo del petr¨®leo de esquisto, el que ha obrado el milagro de convertir a Estados Unidos en el mayor productor mundial de crudo¡ª no solo es la mayor operaci¨®n corporativa del a?o: es, tambi¨¦n, un movimiento claro para ¡°exprimir el negocio al m¨¢ximo posible¡± a corto plazo, en palabras de Francisco Blanch, jefe global de materias primas y derivados del Bank of America. ¡°Les permite generar mayores flujos de caja a corto plazo, ganan econom¨ªas de escala y a?os de inventario, y pueden reinvertir m¨¢s en descarbonizaci¨®n¡±. Algo que, a diferencia de sus pares al otro lado del Atl¨¢ntico, no han hecho hasta ahora. ¡°En Europa las petroleras han hecho esas inversiones, en gran medida forzadas por sus accionistas y por la opini¨®n p¨²blica. Pero las estadounidenses cuentan con una enorme ventaja: tienen los ingenieros m¨¢s punteros del planeta¡±, agrega Blanch.
La l¨ªnea de puntos hacia la transici¨®n energ¨¦tica total todav¨ªa es discontinua y est¨¢ plagada de claroscuros, de avances y retrocesos. Pero conduce, en ¨²ltima instancia, a un interrogante: ?qui¨¦n y cu¨¢ndo bombear¨¢ el ¨²ltimo barril de crudo? Pocas preguntas m¨¢s evocadoras en el mundillo energ¨¦tico. Porque induce a un cierto optimismo en la erradicaci¨®n ¡ªlenta, siempre m¨¢s lenta de lo necesario¡ª del petr¨®leo como la gran fuente de energ¨ªa que mueve el d¨ªa a d¨ªa de la humanidad. Porque lleva impl¨ªcita una realidad palmaria: que las potencias petroleras, que tantos millones han amasado gracias a la loter¨ªa de la naturaleza, apuran los ¨²ltimos compases de su suerte. Y tambi¨¦n, porque, como todas las buenas preguntas, no tiene una respuesta f¨¢cil.
Aunque con un enfoque bien diferente ¡ªsi alguien quiere estirar al m¨¢ximo el chicle petrolero es ¨¦l¡ª, quien con m¨¢s contundencia y conocimiento de causa ha respondido a esta cuesti¨®n ha sido el consejero delegado del gigante estatal saud¨ª, Saudi Aramco, Amin Nasser, uno de los ejecutivos m¨¢s influyentes y poderosos del negocio f¨®sil. La respuesta es sencilla: ellos. Por una raz¨®n: ¡°Somos los que m¨¢s barato producimos¡±. Un argumento tan palmario, inapelable, que pocos en el sector son capaces de refutar. Con un coste medio de extracci¨®n de unos pocos d¨®lares por barril ¡ªa pesar de que sus fiscos necesitan valores muy superiores para mantener su estructura de gasto, tan portentosa como clientelar¡ª, Arabia Saud¨ª y ¡ªen menor medida¡ª Emiratos ?rabes Unidos tienen todas las papeletas de sacar del subsuelo esas ¨²ltimas reservas. Seg¨²n la media docena de especialistas consultados, su destino m¨¢s probable ser¨¢ la industria qu¨ªmica, que sigue teniendo al petr¨®leo como insumo n¨²mero uno.
Mucho m¨¢s dif¨ªcil es responder al cu¨¢ndo se producir¨¢ la extracci¨®n del ¨²ltimo barril de crudo. ¡°No es f¨¢cil dar una fecha para que la extracci¨®n del ¨²ltimo barril, pero hay una cosa clara: en las dos pr¨®ximas d¨¦cadas se va a producir una reducci¨®n brutal de ventas y de ingresos de los pa¨ªses y las empresas petroleras¡±, sentencia sin ambages Gonzalo Escribano, investigador principal y director del Programa Energ¨ªa y Clima del Real Instituto Elcano. ¡°En el momento en el que los combustibles f¨®siles salgan del transporte por carretera, la industria extractiva pasar¨¢ a ser m¨ªnima¡±.
?Y qu¨¦ pasar¨¢ con los precios? Solo con las pol¨ªticas ya anunciadas para hacer frente al cambio clim¨¢tico, la AIE proyecta una cotizaci¨®n del petr¨®leo de 74 d¨®lares por barril en 2030. Son 5 menos que hoy y 20 menos que hace un par de meses. La sangr¨ªa se acelerar¨¢ exponencialmente a partir de entonces: en el escenario de cero emisiones netas ¡ª?uno de los m¨¢s optimistas, pero al que apuntan pr¨¢cticamente todos los gobiernos occidentales¡ª el crudo deber¨ªa rondar los 25 d¨®lares por barril en el a?o 2050. Para dar con un n¨²mero tan bajo ¡ªque solo cubre los costes de extracci¨®n en un pu?ado de localizaciones, pr¨¢cticamente todas ellas ubicadas en Oriente Pr¨®ximo¡ª hay que remontarse a 2002, antes de la explosi¨®n del consumo de combustibles en los pa¨ªses emergentes.
¡°Cuando la demanda empiece a caer fuerte, pongamos que en 2030, 2035 o 2040, los incentivos para que los productores invadan el mercado con su crudo ser¨¢n enormes. Y eso har¨¢ que los precios bajen a¨²n m¨¢s¡±, proyecta en la misma l¨ªnea Jorge Le¨®n, vicepresidente y m¨¢ximo responsable de an¨¢lisis petrolero de la consultora Rystad. Con todo, dice este experto, esta variable que hoy los mercados observan con lupa tendr¨¢ entonces ¡ªa solo una o dos d¨¦cadas vista¡ª una importancia incomparablemente menor. ¡°?Qui¨¦n sabe hoy cu¨¢nto cuesta una tonelada de carb¨®n? Pues lo mismo acabar¨¢ pasando con el crudo¡±, desliza Le¨®n durante una conversaci¨®n telef¨®nica.
No habr¨¢ gangas
Discrepa, desde Viena, el analista jefe de petr¨®leo de la consultora energ¨¦tica Kpler, Viktor Katona. A su juicio, la falta de inversi¨®n en pozos en el periodo posterior a la pandemia de la covid-19 es ¡°una se?al de que el petr¨®leo no ser¨¢ barato en el futuro: cada vez son menos pa¨ªses los que inviertan, y eso le dar¨¢ la OPEP+ una gran ventaja competitiva. Porque ellos nunca han dejado de invertir en serio¡±, sostiene.
En el citado escenario de cero emisiones netas para el ecuador del siglo, el consumo de petr¨®leo en el sector del transporte ¡ªel m¨¢s intensivo hoy en crudo y tambi¨¦n el mayor contribuyente de emisiones a escala global¡ª pasar¨ªa de los m¨¢s de 50 millones de barriles diarios actuales a solo 4 millones, seg¨²n el pron¨®stico de la AIE. El enorme hueco entre ambas cifras lo cubrir¨¢n la electrificaci¨®n masiva del parque m¨®vil, y la irrupci¨®n del hidr¨®geno y sus derivados, llamados a desempe?ar un papel esencial en la industria y en el sector a¨¦reo, uno de los m¨¢s dif¨ªciles de descarbonizar. O del amoniaco y el metanol verde, claves para la sustituci¨®n del petr¨®leo en el muy contaminante negocio del transporte de mercanc¨ªas por mar.
La eclosi¨®n de las energ¨ªas renovables ¡ªy, muy particularmente, de la solar fotovoltaica¡ª se ha acelerado exponencialmente en todo el mundo tras la pandemia y la crisis energ¨¦tica desatada por la invasi¨®n rusa de Ucrania. Tanto, que, seg¨²n constataba esta misma semana el nada sospechoso think tank ambientalista Ember, la realidad del mercado est¨¢ yendo incluso por delante de los objetivos de muchos gobiernos europeos. Entre ellos, el espa?ol. Sin embargo, para que ese auge renovable, del que ya casi nadie duda, d¨¦ una dentellada consistente sobre el consumo de petr¨®leo y gas natural, hace falta un elemento m¨¢s en la ecuaci¨®n: el almacenamiento.
¡°La transici¨®n energ¨¦tica es, ante todo, un cambio de energ¨ªa almacenada (crudo, gas, carb¨®n¡) a cin¨¦tica (las renovables, mucho m¨¢s baratas pero intermitentes). Ahora, el gran reto es darle la vuelta a eso y que se pueda almacenar la energ¨ªa renovable para conseguir energ¨ªa constante¡±, apunta Blanch. Eso se puede conseguir, b¨¢sicamente, por dos v¨ªas: con el ansiado hidr¨®geno verde, fundamental en la sustituci¨®n del gas y en llevar la energ¨ªa limpia a los sectores m¨¢s complicados de descarbonizar, y las bater¨ªas. ¡°Son las que van a marcar la pauta de salida de los combustibles f¨®siles¡±, a?ade el jefe global de materias primas y derivados del Bank of America. Con medio mill¨®n de tipos de pilas en desarrollo ¡ª?que se dice pronto¡ª y miles de ingenieros d¨¢ndole vueltas a la imaginaci¨®n, ¡°es dif¨ªcil pensar que no vayan a dar con la tecla¡±.
Exprimir la gallina de los huevos de oro es tentador y, en cierto modo, lo m¨¢s racional e inteligente para los intereses de las oligarqu¨ªas y las empresas petroleras. El riesgo, no obstante, es no ser capaces de ver lo cruda que ser¨¢ su realidad en unas pocas d¨¦cadas si no abren otros caminos a toda velocidad. ¡°Nadie en esta industria quedar¨¢ al margen de la transici¨®n energ¨¦tica¡±, avisaba este jueves Birol. ¡°La verdad inc¨®moda que tienen que asumir es que la transici¨®n energ¨¦tica har¨¢ caer mucho la demanda de petr¨®leo y gas, y eso implica que sus operaciones [f¨®siles] tendr¨¢n que disminuir, no expandirse¡±. El jefe de la AIE aprovechaba, adem¨¢s, para tirar de las orejas a los grandes nombres del sector petrolero: ¡°Hasta ahora, su compromiso [frente al cambio clim¨¢tico] ha sido m¨ªnimo: menos del 1% de la inversi¨®n en energ¨ªas limpias viene de las empresas petroleras y gasistas¡±.
Nueva realidad
Pocos, muy pocos exportadores ¡ªo quiz¨¢ solo uno: Noruega¡ª, est¨¢n preparados para este armaged¨®n que se avecina en el mercado que les ha hecho ricos. Por mucho que la pr¨®xima COP28 sea en Dub¨¢i ¡ªtoma contradicci¨®n¡ª, los pa¨ªses de la OPEP est¨¢n llamados a ser ¡°los ¨²ltimos mohicanos del petr¨®leo¡±, en palabras de Escribano. ¡°Ellos, sin embargo, tambi¨¦n son conscientes de que les quedan unos a?os¡±. Su modelo rentista tiene los d¨ªas contados: ¡°La loter¨ªa te toca una vez en la vida, y la mayor¨ªa no se ha preparado suficientemente para lo que viene: es cierto que han invertido mucho a trav¨¦s de sus fondos soberanos, y eso les da margen financiero. Pero no han logrado reconvertir sus econom¨ªas¡±.
A¨²n m¨¢s dif¨ªcil lo tiene la plana mayor de los pa¨ªses petroleros latinoamericanos. Venezuela ¡ªla naci¨®n con las mayores reservas del planeta, incluso por delante de la todopoderosa Arabia Saud¨ª¡ª opera ya con la certeza de que buena parte de su tesoro quedar¨¢ bajo tierra: pese al bal¨®n de ox¨ªgeno que supone el reciente levantamiento de las sanciones estadounidenses, est¨¢ desperdiciando los que podr¨ªan haber sido los mejores a?os. Algo similar se puede decir de Ecuador, M¨¦xico e incluso Colombia: su ventana de oportunidad para hacer dinero de verdad con el crudo es ¡°limitada, de ocho o diez a?os como m¨¢ximo¡±, opina Le¨®n, de Rystad. Brasil, Argentina ¡ªcon el yacimiento de Vaca Muerta¡ª y Guyana ¡ª?que tiene muchas papeletas de pasar a los libros de historia como el ¨²ltimo gran milagro petrolero¡ª dispondr¨¢n de algo m¨¢s de tiempo, aunque no mucho. El comp¨¢s del ¨²ltimo vals petrolero, a¨²n tenue, ya se escucha. Para quien quiere o¨ªrlo.
Sigue toda la informaci¨®n de Econom¨ªa y Negocios en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.