Hacia la ¡®Energ-IA¡¯
El impacto de la inteligencia artificial no solo se circunscribe al sector tecnol¨®gico. El caso de la energ¨ªa es otra l¨ªnea
Los dos principales factores que frenaban el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) a?os atr¨¢s eran la disponibilidad de datos de entrenamiento y la capacidad de computaci¨®n. Pero sendos obst¨¢culos se han superado en gran medida de forma reciente. El uso de datos sint¨¦ticos frente a datos reales, originados a trav¨¦s de algoritmos de deep learning, est¨¢ aumentando el volumen de datos disponibles y evitando sesgos en los datos de entrenamiento. Y, de forma adicional, hemos asistido a un extraordinario desarrollo de la capacidad de computaci¨®n, inimaginable hace apenas unos pocos a?os.
Pero ahora se constata un nuevo ¡°factor limitante¡±, del que ha advertido en el ¨²ltimo Foro Econ¨®mico Mundial de Davos el consejero delegado de OpenAI, Sam Altman: la energ¨ªa. Las proyecciones actuales apuntan a que la inversi¨®n a nivel global en data-centers (infraestructura esencial en el desarrollo de la IA) alcanzar¨¢ 50.000 millones de d¨®lares en 2030. Si se materializa, este consumo de energ¨ªa equivaldr¨¢ al 21% del total mundial, frente al 3% actual. Para enfrentar este desaf¨ªo, un estudio de Afi sugiere que la consolidaci¨®n de centros de datos profesionales, en lugar de servidores tradicionales, podr¨ªa reducir su demanda energ¨¦tica en hasta un 60%.
La propia IA podr¨ªa ser la que encuentre la soluci¨®n. Una reciente publicaci¨®n de Microsoft se?ala que la combinaci¨®n de los ¨²ltimos avances en IA y computaci¨®n de alto rendimiento (HPC por sus siglas en ingl¨¦s) ha conseguido reducir de 32 millones de materiales inorg¨¢nicos necesarios para el desarrollo de nuevas bater¨ªas a solo 18 millones. Este proceso, que mediante el m¨¦todo cient¨ªfico tradicional habr¨ªa tardado a?os en llevarse a cabo, se complet¨® en cuesti¨®n de semanas.
El impacto de la IA no solo se circunscribe al sector tecnol¨®gico. El caso de la energ¨ªa es otra l¨ªnea. El volumen de captaci¨®n de fondos por parte de las start- ups del sector ha aumentado de forma considerable. Helion Energy, compa?¨ªa ¡°energ¨¦tica¡± a la que Altman financi¨® en 2021 con 500 millones de d¨®lares, promete avances significativos en el uso del primer reactor comercial de fusi¨®n nuclear en 2024. Adem¨¢s, ha firmado acuerdos para suministrar energ¨ªa a Microsoft en 2028. Sin embargo, no solo Altman da respaldo financiero a esta compa?¨ªa. Otras personalidades relevantes en el ¨¢mbito tecnol¨®gico como Elon Musk o Moskovitz (co-fundador de Facebook) y entidades de capital riesgo apuestan por el desarrollo de esta nueva forma de energ¨ªa.
La inversi¨®n por parte de las grandes tecnol¨®gicas (Google y Meta apoyan proyectos de fusi¨®n nuclear) sobrepasa los l¨ªmites de lo que se considera ¡°tecnolog¨ªa¡± e implican una especie de integraci¨®n vertical a gran escala: generar su propia energ¨ªa para dar soporte a sus centros de datos. ?Ser¨¢n las futuras compa?¨ªas energ¨¦ticas las actuales compa?¨ªas tecnol¨®gicas?
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