Brecha de g¨¦nero: las madres siguen sufriendo m¨¢s que los padres en la oficina
La ampliaci¨®n del permiso de paternidad tiene un?efecto modesto en la reducci¨®n de la desigualdad laboral
Espa?a es pionera por sus permisos de paternidad. Desde que en 2021 se equiparasen con los de maternidad, las licencias intransferibles son de 16 semanas, las m¨¢s largas del mundo, seg¨²n Danislava Marinova, profesora de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona (UAB), ¡°y muy bien remuneradas¡±. Con la extensi¨®n de las bajas paternales, que en 2018 eran de solo cuatro semanas, los objetivos del Gobierno se centraban en eliminar la discriminaci¨®n contra la maternidad y fomentar una mayor implicaci¨®n de los hombres en los cuidados. Un reciente estudio de la Fundaci¨®n Iseak aprecia un ¡°efecto modesto¡± en la reducci¨®n de las brechas de g¨¦nero en el mercado laboral de la igualaci¨®n de los permisos, que el Ejecutivo ha anunciado que llevar¨¢ este a?o hasta las 20 semanas.
Las licencias han logrado que tras el periodo de baja los padres trabajen menos d¨ªas y las madres reduzcan menos su jornada laboral que antes, pero la probabilidad de permanecer empleados un a?o despu¨¦s del nacimiento se reduce para ambos tras la reforma, seg¨²n Luc¨ªa Gorj¨®n, autora del trabajo.
A los seis meses de ser madres, un cuarto de las mujeres que antes trabajaban dejan de hacerlo, en tanto que 9 de cada 10 hombres se mantienen en su puesto. La brecha de g¨¦nero, que es de casi 12 puntos, se aten¨²a a los 12 meses del nacimiento, cuando casi el 79% de las f¨¦minas trabajan, por el 86% de los hombres, ¡°pero no se cierra¡±, dice la investigadora de Iseak. Los hombres han reducido su probabilidad de estar empleados tanto a los 6 como a los 12 meses de ser padres, como resultado de la reforma (un 4,1% y un 3,3%, respectivamente), mientras que las madres solo al a?o (un 5,5%).
Lo que han conseguido ellas con la igualaci¨®n de los permisos de paternidad y maternidad es que las que contin¨²an trabajando despu¨¦s del parto recorten menos que antes su jornada laboral (un 5,3% menos en los 6 primeros meses y un 8,1% menos en los 12). Por lo que disminuye la brecha de g¨¦nero en horas trabajadas. Y, como los hombres interrumpen menos su carrera y trabajan menos d¨ªas al a?o siguiente de tener descendencia (337 d¨ªas en lugar de los 313 de las madres), esto tambi¨¦n disminuye la brecha. De cualquier forma, las mujeres reducen su jornada tres veces m¨¢s que los hombres (un 7,1% frente al 2,3% de ellos).
En las excedencias por cuidados del beb¨¦ (de hasta tres a?os) la brecha de g¨¦nero es enorme. Un 15% de las mujeres hacen uso de este derecho, al que solo se acoge un 1% de los varones. ¡°La reforma no ha alterado esta desi?gualdad¡±, sostiene Gorj¨®n.
A la vista de estos resultados, la investigadora cree que para corregir las diferencias de g¨¦nero las bajas han de ser id¨¦nticas. Se debe incentivar que ambos progenitores las usen de forma igualitaria, pero no simult¨¢neamente, para fomentar la mayor implicaci¨®n de los padres (pues en otros pa¨ªses hay evidencia de que utilizan estas licencias para formarse, hacer desarrollo personal o tener vacaciones). Iseak alerta de que una extensi¨®n de los permisos puede provocar una mayor desvinculaci¨®n de la mujer con el empleo, por eso recomienda que se remuneren en proporci¨®n decreciente. Adem¨¢s, cree necesarias medidas adicionales, como la escolarizaci¨®n gratuita de los ni?os entre cero y dos a?os, de manera que los progenitores puedan retomar el empleo tras la licencia y una prestaci¨®n universal por hijo que ya existe en muchos pa¨ªses.
Involucraci¨®n
En los estudios de Danislava Marinova, que est¨¢ trabajando para la Agencia Estatal de Investigaci¨®n en el proyecto Fairleave, tampoco se aprecian efectos concluyentes respecto al cierre de la brecha de g¨¦nero a ra¨ªz de la equiparaci¨®n de los permisos de paternidad y maternidad. ¡°No hay cambios claros ni en la probabilidad de que la madre vuelva al trabajo a tiempo completo tras la baja (45%), ni en las que cogen reducci¨®n de jornada (30%) o las que van al paro (10-15%)¡±, explica. ¡°S¨ª vemos que los padres se involucran m¨¢s en los cuidados. Sobre todo en los primeros seis meses de vida del ni?o, pero despu¨¦s volvemos a los patrones de g¨¦nero¡±, contin¨²a.
La profesora de la UAB cree que la reforma necesita tiempo para arrojar resultados. ¡°Cambiar las din¨¢micas sociales siempre lleva tiempo. No es socialmente justo que la responsabilidad y la carga del cuidado de los hijos recaiga de manera tan desproporcionada en las mujeres¡±, coincide Patricia Bezunartea, directora general de Diversidad Familiar y Servicios Sociales, quien cree que los pasos dados con la equiparaci¨®n de los permisos van por el buen camino, ¡°aunque a¨²n hay que seguir avanzando en que m¨¢s padres asuman en solitario el cuidado de sus hijos de forma no simult¨¢nea con las madres, m¨¢s all¨¢ de las seis semanas obligatorias de permiso tras el nacimiento¡±, a?ade.
Bezumartea se?ala por correo electr¨®nico que la ampliaci¨®n del permiso a 20 semanas tiene entre otras motivaciones que la licencia de maternidad ¡°lleve pr¨¢cticamente 35 a?os estancada en 16 semanas, en concreto desde 1989. La mayor¨ªa de los pa¨ªses de la OCDE cuentan con permisos de maternidad de mayor duraci¨®n, por lo que entendemos que ha llegado el momento de avanzar en su protecci¨®n y extenderla¡±.
Mujeres con una segunda oportunidad
Es poco corriente, pero hay empresas preocupadas por la interrupción que suponen los cuidados en la vida profesional de las mujeres y hacen algo. Es el caso de Schindler Iberia, que ha lanzado el programa Women Back to Business para ofrecer una segunda oportunidad a aquellas profesionales que aparcaron su carrera por un periodo de entre tres y diez años y quieren recuperarla. Porque, como señala Gemma Baz, directora de recursos humanos de Schindler Iberia, una de las principales dificultades que encuentran estas mujeres es volver a reengancharse en el empleo. “Pensamos que podíamos poner un granito de arena para resolver el problema de las madres y cuidadoras y, al tiempo, cubrir nuestras necesidades de talento femenino, pues somos una compañía eminentemente masculina, con sólo un 10% de mujeres en plantilla y un 30% en el comité de dirección”, admite Baz.
En la primera edición del programa, nueve mujeres de entre 35 y 52 años ocuparon sendas posiciones como comerciales, en la red de operaciones o en atención al cliente de la compañía con contrato indefinido. Se presentaron nada menos que 617 solicitudes, que en la actual segunda convocatoria han llegado a 2.000. Han de estar en paro y tener experiencia profesional previa, así como buen manejo del inglés.
Almudena Lara es una de ellas: “Dejé de trabajar hace 8 años y a los 7 decidí reincorporarme, pero con 46 años y con cargas familiares era complicadísimo que una empresa me cogiera. Tienen miedo a que hayas perdido tu fuerza y tus contactos”, aprecia esta jefa de zona comercial en Madrid norte de Schindler. Su último puesto antes de abandonar temporalmente la profesión para cuidar de su segundo hijo fue de directora del área internacional. “Viajaba todas las semanas y en uno de esos viajes decidí dejarlo”. Pero reincorporarse le ha dado la vida, dice. “He dejado de ser solo madre y esposa para ser una mujer independiente y con capacidad económica”.
Schindler incorpora a estas mujeres paulatinamente con un programa de onboarding de seis meses que incluye formación en herramientas digitales, conocimiento de la compañía y del puesto de trabajo, así como el acompañamiento de un mentor. El primer semestre cuentan con reducción de jornada.
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