Las grandes petroleras dan la espalda a M¨¦xico
Las compa?¨ªas renuncian a los contratos exploratorios adquiridos en el sexenio de Enrique Pe?a Nieto porque ahora no los encuentran rentables. Ni el precio ni el futuro pol¨ªtico del pa¨ªs parece halag¨¹e?o para ellas
Los a?os negros de M¨¦xico parecen acabados. Que nadie se equivoque, se trata de petr¨®leo, y de c¨®mo est¨¢n huyendo las grandes compa?¨ªas que en el anterior gobierno, el de Enrique Pe?a Nieto, accedieron a licitaciones para sumergirse en aguas profundas del golfo mexicano en busca del oro negro. La compa?¨ªa Shell ha renunciado a los contratos ganados entonces, por un periodo de explotaci¨®n de m¨¢s de 30 a?os, una vez efectuadas prospecciones poco optimistas para el negocio. Eso han dicho. Shell disput¨® la gran parte de la tarta, hasta hacerse con 12 contratos, en exclusiva o asociada a la petrolera paraestatal mexicana, Pemex. En 2018, la firma anglo-holandesa hablaba de inversiones de 800 millones de d¨®lares, hoy solo queda la espuma del mar. Los yacimientos no le convencen y en su ¨²ltima renuncia ante la Comisi¨®n Nacional de Hidrocarburos abandona 3.000 kil¨®metros cuadrados sobre las aguas saladas frente a Veracruz y Tabasco. La espantada est¨¢ siendo analizada por dicha comisi¨®n por si hubiera lugar a multas. Hay quien no cree que los solventes equipos t¨¦cnicos de la petrolera no identificaran con antelaci¨®n las pobres perspectivas de los yacimientos, y sospechan que son otras condiciones las que les impelen a abandonar el barco.
¡°El programa exploratorio m¨¢s ambicioso de Shell¡±, como lo calificaron, ha quedado en nada y otras compa?¨ªas como Repsol o BP est¨¢n siguiendo el mismo camino. La mala imagen que proyecta Pemex tiene que ver con la estampida. La petrolera estatal, anta?o el manantial que calmaba toda la sed de M¨¦xico, es ahora un negocio ruinoso que no sale de las deudas. El presidente mexicano, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, ha cambiado la estrategia y en lugar de avanzar en las prospecciones y la explotaci¨®n en asociaci¨®n con las firmas privadas, ha optado por la refinaci¨®n del petr¨®leo, lo que tampoco est¨¢ siendo eficaz para sacar de la crisis a la paraestatal, hundida por la corrupci¨®n y el saqueo legal a base de impuestos que engordaron a los gobiernos priistas. La agencia de riesgo Moody¡¯s ha recortado este mes la calificaci¨®n de Pemex, la petrolera m¨¢s endeudada de mundo, con 106.000 millones de d¨®lares, tambi¨¦n por su producci¨®n estancada. A pesar de todo, la paraestatal huye hacia adelante, asumiendo nuevos riesgos como la refinaci¨®n, por citar solo uno. No hay, pues, un modelo exitoso en el que mirarse. Si Pemex no puede pagar a los proveedores, c¨®mo lo har¨¢ por los barriles que extraigan las privadas. El combustible f¨®sil no tiene un futuro prometedor en casi ninguna parte.
Al presidente mexicano se le ha criticado recurrentemente su empe?o en estos yacimientos y en las refiner¨ªas en lugar de poner rumbo a las energ¨ªas renovables. M¨¦xico ha dado un viraje en este sexenio respecto al trato a las empresas energ¨¦ticas privadas y cabe pensar que no podr¨¢n vender a tan buen precio como esperaban anta?o. El gobierno de L¨®pez Obrador est¨¢ m¨¢s bien por la labor de nacionalizar -es decir, limitar la participaci¨®n privada de las grandes compa?¨ªas- en los sectores estrat¨¦gicos, como la electricidad o el petr¨®leo, lo que, naturalmente, hace temblar el suelo bajo los pies de los inversores energ¨¦ticos. Probablemente, no les convenzan los precios, pero tampoco el gobierno, y las pr¨®ximas elecciones no auguran cambios de calado. La sustituta de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador tiene por ahora una gran ventaja en los sondeos para convertirse en la pr¨®xima presidenta. Claudia Sheinbaum ha prometido seguir los pasos de su mentor, es decir, consolidar las pol¨ªticas emprendidas en esta Administraci¨®n.
Explorar en aguas profundas no es algo f¨¢cil ni barato, pero sorprende a los expertos c¨®mo los d¨ªas de vino y rosas de entonces se han convertido en pocos a?os, con los trabajos exploratorios apenas concluidos -no todos, la Comisi¨®n Nacional de Hidrocarburos ya ha impuesto algunas sanciones por incumplimientos- en un pozo insondable para las compa?¨ªas, que prefieren emprender, pero la huida.
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